jueves, 1 de mayo de 2014

El 1 de Mayo de la precariedad


El 1 de Mayo es para la mayoría un fantástico puente más que una celebración de la lucha de los trabajadores por sus derechos. Pero no olvidemos una realidad: tras 6 años de crisis, los trabajadores en España pasan por su peor momento : casi 6 millones de parados, muchos contratos precarios, horarios crecientes y horas extras gratis, sueldos minieuristas, pérdida de poder adquisitivo y más pobreza y desigualdad. Sobre todo para jóvenes, mujeres y mayores de 55 años. Mientras, las empresas vuelven a ganar dinero y aumentan sus márgenes más que las europeas. Y los sindicatos están débiles y desprestigiados. El problema de fondo es que empresas y políticos han utilizado la crisis para recortar derechos a los trabajadores, que serán difíciles de recuperar. Mientras, la recuperación va lenta y la última EPA ha sido un jarro de agua fría al optimismo del Gobierno: España sigue destruyendo empleo y el paro se estanca: lo sufren 1 de cada 4 españoles activos, más de la mitad sin cobrar el desempleo y llevando más de un año en paro. Hay que cambiar de política y reanimar la economía. Ya.
 
enrique ortega

España ha crecido algo en el primer trimestre de 2014, pero tan poco (+0,4%) que se sigue destruyendo empleo, según la última EPA: hay 184.600 ocupados menos que a finales de 2013 y 93 de cada 100 empleos perdidos eran contratos a tiempo completo. Ahora hay menos gente trabajando (16,95 millones de españoles, la cifra más baja desde 2002) en todos los sectores y autonomías, salvo en el campo (+31.200) y en Andalucía (+41.700). Aunque cayó el empleo, el paro bajó ligeramente en el trimestre, sólo en 2.300 personas, porque cayó el número de personas que buscan trabajo (activos, la mayor caída desde 2001), debido a que salieron de España inmigrantes y españoles y aumentan los “desanimados (jóvenes que vuelven a estudiar, mujeres y mayores que ya ni buscan trabajo). Con todo, el paro roza los 6 millones  de personas (5.933.300), un 25,93% de los españoles en edad de trabajar, una tasa de paro  más del doble que la zona euro (11,9%).Y que sube al 55% entre los jóvenes.

La EPA del primer trimestre encierra cuatro datos muy preocupantes sobre el paro. Uno, que 1 de cada 10 familias tiene a todos sus miembros en paro (1.978.900 hogares). Dos, que media España, el sur, tiene una tasa de paro que supera el 30%: Andalucía (34,94%), Canarias (32,55%), Extremadura (32,14%), Ceuta (31,56%) y Castilla la Mancha (30,30%). Tres, que más de la mitad de los parados EPA no cobran ya ningún subsidio: de los 5.933.300 españoles que se consideran parados, sólo 2.750.074 (el 46,3%) cobraban algún subsidio en febrero (1,1 millones de parados cobraban la prestación contributiva de 823 euros al mes y el resto la asistencial de 426 euros). Sólo en 5 autonomías (Asturias, Cantabria, Extremadura, Galicia y Navarra) hay más parados cobrando que sin cobrar  y entre las 14 restantes destaca la bajísima cobertura de Murcia (sólo 38% parados EPA cobran), Ceuta (38,6%), Canarias (40,9), Aragón (41%) y Castilla la Mancha (41,9% cobran).

El cuarto dato, el más preocupante, es que más de la mitad de los parados (3.657.600) llevan más de un año sin trabajar. Y de ellos, 2.419.400 llevan más de 2 años en paro, lo que reduce drásticamente su empleabilidad (al 11,7%). La mayoría de estos parados de larga duración , que se han multiplicado por 9 con la crisis, son padres de familia de entre 30 y 44 años (40% del total), seguidos de mayores de 45 años (35%) y jóvenes (25% restante), la mayoría con poca formación ( 55% del total de parados tienen sólo la ESO obligatoria) y que trabajaron en la construcción.

Tras el jarro de agua fría del primer trimestre, las previsiones apuntan a que 2014 será el primer año en que se creará empleo neto desde 2007, aunque poco porque el crecimiento apenas superará el 1%. Eso supondrá crear entre 110.000 y 170.000 empleos este año, según distintas previsiones (patronal CEOE y Fundación BBVA), aunque el FMI lo recorta a 42.000 empleos y el Gobierno promete crear 102.811 empleos en 2014  y otros 468.400 empleos entre 2015 y 2016, según el nuevo cuadro macroeconómico. La clave no es sólo la cantidad sino el tipo de empleo: temporal y a tiempo parcial, con lo que se pueden ofertar dos empleos por cada puesto de trabajo y con una gran rotación, de muchos contratos para el mismo puesto. En el primer trimestre de 2014, aunque la afiliación a la SS aumentó en 150.000 personas, se firmaron 3,5 millones de contratos, el 91,3% temporales y un tercio de ellos a tiempo parcial.

Con ello, el poco empleo que se crea es temporal y muy precario, mucho a media jornada, por días incluso. Eso refuerza el hecho de que España sea el país con más precariedad de Europa. El 24 % de los contratos son ya temporales, frente al 14,1% en Europa. Y el porcentaje es mucho mayor entre los jóvenes (65% temporalidad frente al 43% en la UE) y las mujeres (26,1% frente al 23,9% los hombres). Y se ha disparado el empleo a tiempo parcial: ya supone el 16,02% de los contratos (inferior al 19,5% de Europa) y lo peor es que la mayoría de estos 2,7 millones de trabajadores subempleados (media jornada, por horas, días, sustituciones…) lo hacen porque no encuentran otra cosa: el 63% querrían trabajar a tiempo completo (sólo les pasa a un 28% en Europa). Otra forma de precariedad son los trabajadores que se hacen falsos autónomos, para seguir trabajando desde fuera a su costa (arquitectos, ingenieros, periodistas, docentes, agentes de seguros, turismo…). Y una larga cadena más de trabajadores de tercera: subcontratados en cadena, becarios, empleo negro, inmigrantes ilegales…Todo con tal de trabajar en algo y llevar algún dinero a casa.

Dinero que cada vez es menor: los nuevos empleos se remuneran peor que los puestos ya cubiertos. Desde 2010 están bajando los salarios y en 2013, un tercio de los convenios han firmado congelación o rebaja de sueldos. España es el tercer país europeo donde los sueldos han perdido más poder adquisitivo entre 2010 y 2013 (un -7%), tras Portugal (-12%) y Grecia (-23%), mientras aumentaba en Alemania (+2,5%).Y según la Comisión Europea, los costes laborales seguirán cayendo en 2014 y 2015, mientras la patronal CEOE dice que los sueldos no subirán hasta 2016. Actualmente, el sueldo más frecuente son 15.500 euros al año, según el INE, pero 7,5 millones de trabajadores (más de la mitad de los 14 millones de asalariados) declaran a Hacienda ganar menos de 1.000 euros al mes.  Y la mitad son minieuristas: ganan entre 400 y 1.000 euros al mes.

Pero no sólo es que haya muchos contratos basura y sueldos de miseria. Además, la reforma laboral ha empeorado las condiciones laborales de la mayoría de trabajadores: las empresas están modificando horarios, se hacen cada vez más horas extras gratis (una media de 12 minutos semanales por empleado), crecen los becarios que trabajan sin darles de alta  y muchos empleados van a trabajar enfermos por temor a perder su empleo: ahora se puede despedir a un trabajador si falta, aún con baja médica, 10 días en dos meses. Con todo ello, España es el cuarto país europeo que más horas trabaja (por detrás de Austria, Portugal y Grecia): 1.690 horas frente a 1.433 en Alemania (-20%), 1.476 en Francia o 1.625 en Reino Unido. Trabajamos más con menos sueldo: 1.639 euros brutos mensuales de media (2012), un 15,34% menos que la media europea (1.936 euros brutos al mes).

Trabajos precarios y sueldos bajos mientras las empresas recuperan sus beneficios: las 35 del IBEX los aumentaron un 57% en 2013 (sin Bankia), tras despedir a 120.809 personas en el segundo semestre. Y este año esperan aumentar sus beneficios un 81%. Es el fruto de la subida de márgenes durante la crisis, un 0,24% por encima de las demás empresas europeas.

Con todo, las empresas españolas no se conforman con la normativa laboral que les ha puesto en bandeja el Gobierno Rajoy. Piden “más flexibilidad”. La patronal CEOE ha pedido eliminar las restricciones a encadenar contratos temporales (ahora no se pueden tener más de 2 años), facilitar la conversión de contratos a tiempo completo en contratos a tiempo parcial y poder hacer contratos pagando menos que el salario mínimo (645,30 euros, casi la mutad que los 1.430 de Francia o los 1.360 euros de Alemania). Su  batalla tras las elecciones europeas se va a centrar en arrancar al Gobierno los “minijobs”, contratos temporales de formación que pagan por debajo del salario mínimo. Y cuentan con el apoyo de la Comisión Europea y el FMI, que llevan meses pidiendo más flexibilidad,  una vuelta de tuerca” a la reforma laboral.

En definitiva, todo apunta a que la precariedad laboral va para largo, empujada por un empleo escaso frente a millones de personas necesitadas de “trabajar en lo que sea y como sea”, sobre todo jóvenes (55,48 % de paro y 1.865.000 que ni estudian ni trabajan), mayores de 55 años (casi 3 millones son ni-ni-ni: ni trabajo, ni paro ni pensión) y mujeres (trabajan sólo la mitad de las que podrían, cobran un 22,5% menos y tienen más paro que los hombres).

La mayor precariedad laboral atenta contra la ansiada recuperación económica, porque los empleos basura y los sueldos minieuristas desalientan el consumo, clave para que las empresas vendan y creen empleo. Y con la mitad de los españoles ganando menos de 1.000 euros al mes, como dice Eurostat, resulta también más difícil recaudar impuestos y cotizaciones para pagar las pensiones y el Estado del Bienestar. Hay que cambiar de política laboral y buscar empleos más estables y mejor pagados, a cambio de trabajar con más productividad. Un país moderno y europeo no puede aspirar a competir en el mundo con un modelo laboral de Marruecos o China, sino con una economía asentada en la industria, la tecnología y las grandes empresas, con trabajadores formados y satisfechos, no con personas subempleadas, explotadas  y mal pagadas, que trabajan a disgusto.

Es falso que la precariedad laboral y los salarios miserables sean necesarios para recuperar la economía y el empleo: van en contra. Lo que pasa es que muchos empresarios, políticos y economistas fundamentalistas han aprovechado la crisis para recortar los derechos de los trabajadores, para cambiar a los padres con empleo estable por los hijos con contratos basura a mitad de precio. Y pretenden que eso siga así en el futuro, aunque la economía mejore: mucho empleo temporal, salarios bajos y libertad total para determinar las condiciones de trabajo, con la excusa de competir mejor. Esto es lo grave. No podemos perder en una década los derechos ganados en más de un siglo con muchos sacrificios. Ese es el espíritu del 1 de Mayo.

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