Coche eléctrico: la industria, en apuros
La venta de coches nuevos superó en España el
millón de turismos en 2024, algo que no pasaba desde 2019. Pero las
ventas se estancaron en Europa, haciendo caer la fabricación y exportaciones
españolas. El problema está en la caída de ventas de los coches eléctricos
en Europa (crecen en España), por sus altos precios, pocas ayudas y escasez de
puntos de recarga. Y desde el 1 de enero, la industria del automóvil afronta un
reto difícil: un Reglamento para reducir más las emisiones y vender
más coches eléctricos, so pena de pagar multas o fabricar menos coches de
combustión. Los fabricantes han pedido a Bruselas flexibilidad,
máxime con las amenazas de aranceles de Trump y la pelea con China.
En España, ahora no tenemos ayudas a la compra de coches eléctricos,
al decaer el Decreto ómnibus, pero el Gobierno quiere centralizarlas, porque las
autonomías las retrasan de 1 a 2 años. Urge apoyar más los coches
eléctricos, para salvar el empleo, el medio ambiente y la salud. Enrique Ortega
El estancamiento económico de Europa se ha
traducido en un freno en la venta de coches nuevos en 2024: se
matricularon 10.632.281 turismos, sólo un 0,8% más que en
2013, según
la patronal ACEA. Y cayeron las ventas en los tres principales
mercados: Alemania (2.817.331 matriculaciones, -1%), Francia
(1.718.412, -3,2%) e Italia (1.559.229, -0,5%), aunque crecieron en
España (1.016.885 matriculaciones, +7,1%) y Reino Unido (1.952.000 matriculaciones,
+2,6%). Esta caída de ventas en los principales paises europeos ha provocado
que España, el 2º mayor fabricante europeo, fabricara
menos coches en 2024 (2.376.504 vehículos, -3%) y también exportara menos vehículos (2.123.584, -4%), lo que
ha provocado nuevos ajustes de plantillas en la 2ª mayor industria española
(emplea a 2.210.000 trabajadores): se
perdieron 155.300 empleos en 2024 (39.200 en la industria y el resto en
los concesionarios y talleres de reparación).
España es uno de los paises europeos con mejor
balance del automóvil en 2024, dado que las matriculaciones superaron
de nuevo el millón de turismos (1.016.885, +7,11%), según
la patronal ANFAC, algo que no pasaba desde antes de la pandemia: se vendieron
1.258.251 turismos en 2019 y las ventas cayeron drásticamente en torno a
las 850.000 matriculaciones en 2020, 2021 y 2022, para subir a 949.363 nuevos
turismos vendidos en 2023. El tirón de
ventas se ha dado en diciembre (+28,8%), sobre todo por las mayores compras
de empresas de alquiler y empresas (concesionarios).
Los líderes
de ventas siguen siendo Toyota (95.614), seguida de Volkswagen (66.905),
Seat (65.299), Hyundai (64.841), Renault (64.236), Kia (59.901), Dacia (54.776)
y Peugeot (51.767). Y sigue la “fiebre” por los SUV (más contaminantes,
porque gastan más carburante), que rozan el 60% de todas las ventas. Los
coches más vendidos en 2024
fueron Dacia Sandero (32.994), Toyota Corolla (22.129), Seat Ibiza (22.121), Hyundai
Tucson( 21.595) y MG ZS (20.386).
El problema que ha tenido el sector del automóvil
en Europa (+0,8% ventas e3n 2024) ha sido la caída
de las matriculaciones de coches eléctricos: se vendieron 1.447.934 en
2024, un -5,9% que en 2023. Y sobre todo, el problema ha estado en la caída
drástica en la venta de eléctricos en Alemania: -27,4% (se matricularon
380.609), aunque también cayeron en Francia (-2,6%, con 290.614
matriculados), Italia (-1%, 65.620 vendidos) y Suecia (-15,9%, hasta
94.333). En cambio, subió la venta de coches eléctricos en España
(+11,2%, hasta 57.374), Bélgica (+36,9%, hasta 127.703), Paises Bajos
(+16%), Dinamarca (+42,2%, 89.199 matriculados), Portugal
(+14,7%, hasta 41.757), Noruega (+9,4%, 114.346) y Reino Unido (+21,4%,
hasta 381.970 matriculados, el país líder en ventas de coches
eléctricos).
La realidad es que el coche eléctrico aumenta su peso
en Europa (13,6% de las ventas), pero todavía está lejos de liderar
las matriculaciones. En
2024, los coches más vendidos en Europa fueron los coches de gasolina
tradicionales (3.542.755, el 33,32% de las ventas), seguidos de los coches
híbridos (3.288.862, el 30,93% de cuota), los eléctricos (1.447.934,
el 13,62% del total), los coches diesel tradicionales (1.267.741
vendidos, el 11,92%) y los híbridos enchufables (758.944 matriculados,
el 7,14% de cuota), sumando el resto de vehículos alternativos (gas, GLP)
el 3,07% de cuota restante.
En España, el reparto de las matriculaciones de
turismos en 2024 es algo diferente al europeo, porque pesan
más las ventas de híbridos y menos los coches eléctricos. Lideran las
ventas los coches híbridos (ganan atractivo porque permiten la
etiqueta ECO y no dependen de los postes de recarga), con 392.988 turismos
vendidos (350.838 son híbridos “de gasolina), un 38,58% de cuota de
mercado, según
ANFAC. Les siguen las ventas de coches de gasolina tradicionales (378.687
vendidos, el 37,4% del total) y los coches diesel tradicionales (96.380 vendidos, el 9,48% del
total). Y ya a distancia, los turismos híbridos enchufables (58.558, el 5,76% del total) y los coches
eléctricos “puros” (57.374 matriculados en 2024, el 5,64% del mercado.
Esta cuota del coche eléctrico “puro” en España (5,64%) es de las más bajas en
Europa, donde la cuota es más del doble (13,6%), según
ACEA. Por países, lideran las ventas de coches eléctricos Noruega
(88,89% de las matriculaciones 2024), Dinamarca (51.52%), Suecia (35%),
Paises Bajos (34,66%), Finlandia (29,52%), Bélgica (28,48%), Portugal (19,91%),
Reino Unido (19,56%), Austria (17,58%), Francia (16,91%) y Alemania (13,50%). Y
peor que España en venta de coches eléctricos sólo están Polonia
(3% de las matriculaciones) e Italia
(4,20%), superándonos incluso Grecia (6,35% cuota eléctricos).
¿Por qué no avanzan más los coches eléctricos en Europa e
incluso han caído en 2024? Hay varias
razones. La más inmediata, que algunos paises europeos han recortado
sus ayudas a la compra de coches eléctricos. El caso más claro es Alemania,
donde el Tribunal Constitucional eliminó las ayudas estatales a la
compra a finales de 2023 (desplomando un -27,4% las ventas en 2024). También Francia
ha endurecido la concesión de ayudas (según las emisiones) y se han reducido además
en Bélgica, República Checa, Dinamarca, Letonia y Malta. Otra razón básica es
que los coches eléctricos siguen siendo más caros, entre un 15 y
un 20% más que los de combustión. Y en casi todos los paises, salvo los
nórdicos y Portugal, hay pocos puntos de recarga de baterías, sobre todo
fuera de las ciudades.
En España, la venta de coches eléctricos es aún menor
por varias
razones “propias”. Una importante en cuanto a su alto precio:
la diferencia se nota más en los coches de baja gama (pueden costar
entre 7.000 y 10.000 euros más si son eléctricos), que son los más vendidos y
se nota menos en los coches de gama media y alta (más vendidos en Europa y
menos en España). Además, apenas hay coches eléctricos de segunda mano,
el mercado que lidera las ventas en España (se
venden el doble de coches usados que nuevos). Y aquí, dos tercios de las
personas viven en pisos (frente al 42% en Europa y el 20% en Bélgica y
Paises Bajos), lo que dificulta la recarga de eléctricos frente a los que viven
en casas unifamiliares. Y encima, somos el 2º país más extenso de Europa
(tras Francia), lo que obliga a realizar viajes más largos, que exigen más recargas.
Pero los 2 principales problemas con que choca la
penetración del coche eléctrico en España, junto al alto precio, son el
mal funcionamiento las ayudas a la compra y la falta de puestos de recarga.
Respecto a las ayudas, ha habido varios Planes (el Moves
III terminó en diciembre),con bastantes
recursos (hasta 1.500 millones durante varios años), que permitían recibir hasta
7.000 euros si se compra un coche eléctrico y se achatarra el viejo. Pero
el problema es que la gestión de estas ayudas la llevan las
autonomías y la acumulación de peticiones ha colapsado los expedientes, con
lo que el
comprador tarda entre 1 y 2 años en recibir la ayuda a la compra. Y
eso disuade las compras.
Pero quizás disuade aún más al potencial comprador no
saber dónde podrá recargar el coche eléctrico que compre. En España hay 38.725
puntos de recarga de acceso público, 22.696 en zonas urbanas y sólo 16.029
en vías interurbanas, según
datos de Anfac, que denuncia además la existencia de otros 11.496 puntos
de recarga instalados pero que no funcionan. Y el sector se queja de retrasos de 1 a 3 años en la instalación de postes de recarga, por los largos procesos administrativos para conseguir licencias, permisos y ayudas. Con ello, España
está muy lejos de los 83.500 puntos de recarga que debía tener instalados en
2024 para alcanzar el objetivo de 300.000 puntos de recarga en 2030.
El otro problema es que sólo una pequeña parte de estos puntos (4,7%) permiten
una recarga rápida de la batería (de 15 a 27 minutos) y sólo un 3,7% son de
carga ultrarrápida, lo que disuade el uso del coche eléctrico y más para
viajar. Eso restringe su compra a los que tienen una casa unifamiliar donde
recargarlo y a los que lo usan para ciudad, lo que provoca otro problema: los
seguros de los coches eléctricos son más caros (+17%
de media según la OCU), porque las aseguradoras argumentan que tienen
más riesgo de siniestros (al usarse más en ciudad) y sus averías son más
costosas.
Ahora, además, la compra de un coche eléctrico tiene otro
problema adicional: no hay ayudas públicas ni desgravación fiscal
(se podían deducir hasta 3.000 euros en el IRPF), porque ambas medidas iban
en el “Decreto
ómnibus” que aprobó el Gobierno en diciembre y tumbó el PP con Junts
y Vox hace dos semanas. En el nuevo
Decreto aprobado por el Gobierno la semana pasada (para recuperar la
subida de pensiones y otras medidas sociales) no
se incluyen las ayudas ni la desgravación al coche eléctrico, que irán
en un futuro decreto (que se aprobará si quiere Junts…). El Gobierno está
pensando en aprovecharlo para aprobar
un nuevo sistema de ayudas a la compra de coches eléctricos,
como lleva años pidiendo la industria. El gran cambio sería que la
gestión la llevaría directamente el Estado (Industria o el IDAE) y no las autonomías, aunque queda
por saber si la futura ayuda se concederá al momento, restándola del
precio de venta, como pide la industria y los concesionarios.
Un cambio en el sistema de ayudas,
agilizándolo, sería clave para vender más coches eléctricos, aunque la otra
clave es multiplicar la instalación de postes de recarga, rápidos
y ultrarrápidos. Y hay otras medidas que han funcionado en paises
líderes en eléctricos. En
Noruega, por ejemplo, los coches eléctricos no pagan IVA ni tributos
municipales, ni peajes ni aparcamientos…y tienen más de 30.000 puntos de
recarga. En
Portugal, los coches eléctricos no pagan IVA y tienen bonificación en
el impuesto de matriculación, además de una aplicación única para pagar con el
móvil en cualquier punto de recarga. Y Francia está probando un
“leasing social eléctrico”: puedes “probar” un coche eléctrico pagando 100 euros al mes durante
3 años y luego, puedes comprarlo o devolverlo.
Algo hay que hacer, porque España no
puede seguir a la cola de ventas en coches eléctricos,
si queremos reducir las emisiones (el transporte por carretera es culpable del
28,4% de las emisiones totales de CO2) y
mejorar el aire de nuestras ciudades (la contaminación mata a 10.000 españoles
al año), donde sólo
49 capitales han aprobado zonas de bajas emisiones (demasiado
reducidas) y hay casi 100 ciudades que tienen pendientes aplicarlas este
año (la mayoría gobernadas por el PP y Vox, “negacionistas”).
Pero además, España y los restantes paises europeos han de
cumplir lo aprobado por la Comisión Europea, cuyo objetivo es prohibir
en 2035 la venta de coches de combustión
(gasolina y gasoil, que supusieron el 45,24% de las matriculaciones en
2024…). Para conseguirlo, Bruselas ha aprobado una serie de “hitos
intermedios”, en los que obliga a la industria a fabricar coches
menos contaminantes. Uno de ellos entró en vigor el 1 de enero de 2025,
con un Reglamento, la Normativa de
emisiones CAFE, que obliga a rebajar las emisiones de los
coches nuevos (de 115,1 gr/CO2 a 93,6 gramos).
Para cumplir esta nueva Normativa de emisiones en 2025,
la industria europea del automóvil debe
aumentar la cuota de venta de los coches eléctricos al 22% (frente
al 13,6% en 2024). O reducir la fabricación y venta de coches de combustión
(un drama para España, porque estos coches son el 91% de los que se fabrican
aquí). Y si no hace ambas cosas, Bruselas aplicará multas a los fabricantes,
que están buscando cómo evitarlas con acuerdos entre ellos (para compensar los
excesos de emisiones de unos con las menores emisiones de otros). Si no lo
consiguen, sólo les queda fabricar (y vender) más coches eléctricos y reducir
la fabricación de hasta 175.000 coches de combustión (que suponen
reducir el 17,2% de las ventas), lo que provocaría cierre de plantas y despidos
en Europa.
Ante este panorama, la patronal automovilística europea
(ACEA) envió
una carta, el 16 de enero, a
la Comisión y a los líderes europeos, donde les pide “flexibilidad”
en la aplicación de la Normativa de emisiones CAFE y medidas para relanzar las
ventas de coches eléctricos. De momento, el Partido Popular Europeo
(PPE), ganador de las elecciones europeas y que controla la Comisión, se muestra
a favor de “flexibilizar” la normativa,
para que los fabricantes puedan reducir las emisiones sin cerrar plantas y
sin despidos, como ya se han hecho en Alemania (-35.000 en Volkswagen) y en
casi toda Europa. Se trata de conciliar el medio ambiente y la lucha contra
la Crisis Climática con la supervivencia de la primera industria europea (13
millones de empleos), que además está preocupada con los posibles
aranceles a la exportación
de coches a EEUU con que amenaza Trump
y con la pelea con China, a la que Europa aplica, desde octubre
pasado, nuevos
aranceles a los coches eléctricos chinos (entre un 17% y un 35,3% adicional al 10% que tenían).
En resumen, la industria automovilística europea se juega
su futuro (y los empleos e ingresos fiscales de los paises) a la
carta del coche eléctrico, sin que los distintos Gobiernos europeos
(ni el español) apuesten con todas sus armas para renovar el parque y facilitar
que los ciudadanos podamos cambiar a un coche más limpio a un precio asequible,
con ayudas eficaces y puestos de recarga suficientes. Es un reto ineludible, si
queremos salvar empleos, el medio ambiente y nuestra salud. Apoyen al
máximo al coche eléctrico.
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