Además, los mayores
suelen tener su vivienda en propiedad (incluso una segunda alquilada) y
eso les reduce costes (de alquiler e hipoteca, muy importantes ahora),
aumentando sus ingresos reales. De hecho, un 84% de los mayores de 75 años
tienen vivienda en propiedad y un 83,1% de los que tienen entre 65 y 74
años, mientras que sólo tienen piso propio el 31.8% de los menores de 35
años (lo tenían el 66% de esa edad en 2002), según
el estudio de la Fundación BBVA e Ivie, que refleja cómo el 81% de los
nacidos entre 1945 y 1965 tienen piso propio frente a sólo el 45% de los
nacidos después de 1985.
lunes, 5 de mayo de 2025
Los mayores viven mejor
En abril, los jubilados han cobrado una pensión media
de 1.503 euros mensuales, el doble de lo que cobraban en 2007 y un 32,5%
más que hace 5 años. Las pensiones han subido mucho más que los salarios y
la inflación, mejorando sustancialmente los ingresos de los mayores, aunque más
de la mitad de los pensionistas cobran menos del salario mínimo. Las rentas
de los mayores han crecido más que las del resto de españoles
y más que las de los jubilados europeos, lo que les permite
ahorrar y ayudar a sus hijos y nietos, apoyados además por tener la mayoría una
vivienda en propiedad. Con todo, el problema sigue estando en los que tienen
de 55 a 65 años, que tienen mucho paro y pocos ingresos, sobre todo los
menos formados. Un estudio revela que mejorar la formación de los
mayores es clave para su salud y calidad de vida. Algo clave en España, porque
en 2050 habrá 16,68 millones de mayores, el 30% de la población. Los mayores de 65 años serán el 30% de los españoles en 2050
El 1 de enero de 2025, vivían en España 10.183.437
personas mayores de 65 años (4,44 millones de hombres y 5,74 millones de
mujeres), uno de cada cinco españoles (el 20,74%), según el último Censo del
INE. Una cifra de mayores que se ha disparado desde 2008 (7.633.807 mayores,
el 16,57%), por el aumento de la esperanza de vida. Y las previsiones del INE
auguran que la cifra de mayores seguirá subiendo: 11.827.742 en 2030
(el 22,8% de la población) y 16.684.954 mayores en 2050 (el 30,4%
de los habitantes).
Además del fuerte aumento de los mayores, otro dato
relevante es que han sorteado las últimas crisis mejor que el resto de la
población, gracias a la subida de sus pensiones. Y además, la renta
de los mayores en España supera a la de los mayores del resto de Europa,
según un reciente estudio
de la Fundación BBVA e Ivie: tienen una renta mediana de 19.320 euros
(2023), un 6,4% más que los 18.152 euros de renta que tienen en la UE-27.
Estas mayores rentas de los mayores españoles son aún mayores entre los que tienen
estudios superiores: 30.864 euros de renta mediana en España, un +18% que en Europa (26.072
euros). Y aún hay más diferencia entre los mayores con estudios medios; 23.134
euros en España, un +26% que en la UE-27 (18.364 euros). Y también hay
diferencia (+5,1%), entre los mayores con estudios básicos:
16.807 euros frente a 15.980.
Dentro de España, los mayores son el colectivo que
mejor ha soportado las últimas crisis, según
otro estudio del Banco de España: los hogares encabezados por personas mayores
de 75 años han mejorado sus ingresos
un +9,1% entre 2020 y 2022 (de 19.800 a 21.600 euros) y los hogares
encabezados por personas de 65 a 75 años los han mejorado un +4,46% (de
29.100 a 30.400 euros). En cambio, los hogares encabezados por menores de 35
años han bajado su renta mediana un -8,2% (de 31.700 en 2020 a 29.100 en
2022, los hogares encabezados por personas de 35 a 44 años han visto caer su
renta real un -0,9% (de 37.300 a 35.600 euros). Y a partir de esa edad,
han mejorado sus rentas: un +7,3% los hogares de personas
de 45 a 54 años (de 34.300 a 36.800 euros) y un +0,55% (de 35.900 a
36.100euros) los hogares con el cabeza de familia de 55 a 64 años.
En definitiva, han sido los
hogares jóvenes los que han perdido ingresos con la pandemia y la alta
inflación, como consecuencia de que tienen peores trabajos y sueldos más bajos,
además de beneficiarse menos de las ayudas aprobadas contra la inflación (que
porcentualmente han ayudado más a los que más ganan). Y los mayores se
han beneficiado más de estas ayudas y, sobre todo, de que las pensiones les han
subido más que la inflación.
La revalorización
de las pensiones ha sido del +21% entre 2019 y 2025, tras
varios años en que sólo subieron un +0,25% anual (2014-2018). Una subida de las
pensiones superior a la de los salarios (+18,6% han subido los salarios
de convenio entre 2019 y 2025) y a la subida de la inflación (+18,7%),
lo que ha permitido mejorar el poder adquisitivo de los mayores, básicamente de
los que no tienen que pagar alquiler ni hipotecas. Y con ello, la pensión media
de los 9.333.486 pensionistas (4.707.565 hombres y 4.625.885 mujeres) fue
en abril de 1.309 euros mensuales, por encima del nuevo
salario mínimo (1.184 euros en 2025). Y la pensión de jubilación,
que cobran dos tercios de los pensionistas, superó en abril la barrera de los
1.500 euros mensuales (1.503,3 euros), lo que supone duplicar la pensión
media de jubilación que se cobraba en 2007 (757 euros al mes) y un aumento del +32,5%
sobre la jubilación media que se cobraba antes de la pandemia (1.135 euros).
La pensión media, global y de jubilación, ha crecido mucho,
pero no podemos olvidar que hay muchos
pensionistas con pensiones bajas y en mínimos. Así, en
abril, más de la mitad de todos los pensionistas (concretamente 4.784.170, el
51,25%) cobraban de pensión menos del salario mínimo (menos de 1.135
euros mensuales), mientras otros 4.374.099 pensionistas (el 46,8%) cobraban
entre el SMI y la pensión máxima (3.267,70 euros en 2025), según los datos de
la SS. Y sólo 175.217 pensionistas (el 1,8%) cobran la pensión máxima. Una
desigualdad de pensiones fruto del tiempo cotizado y los sueldos cobrados, que
perjudican sobre todo a las mujeres, que cobran de media un
-45,97% menos de pensión media (1.071,76 euros las mujeres frente a
1.564,53 euros los hombres).
Pero no es sólo que los mayores cobren más pensiones que
antes y hayan mejorado su economía. Es que además, en los últimos años de su
vida laboral, los sueldos de los mayores de 45 años son superiores a los
de los jóvenes, porque tienen más empleos indefinidos y también por el mayor peso
de la antigüedad. Así, a igualdad de estudios, el salario de los mayores es un +11,9%
superior al de los trabajadores de 25 a 54 años. Y si tienen estudios
superiores, es un 25% más alto, según
el estudio de la Fundación BBVA e Ivie.
Otra diferencia importante es que los mayores tienen más
dinero ahorrado que los jóvenes, gracias a que han trabajado muchos años, con
mejores contratos y sueldos. Así, los mayores de 65 años tienen unos 37.000
euros de media en el banco, más del doble de lo que tienen los menores de
35 años (14.430 euros). Y eso tiene mucho que ver con los ingresos percibidos y
la mayor o menor dificultad para llegar a fin de mes: tienen
problemas el 23,2% de los españoles de 18 a 64 años y sólo el 15,9% de los que
tienen más de 65 años.
Al final, los ingresos, el ahorro y las propiedades
configuran la riqueza media de los hogares, que es muy diferente
según la edad del cabeza de familia, como refleja el
estudio de la Fundación BBVA e Ivie. Así la mayor riqueza media la
acumulan las familias encabezadas por mayores de 75 años (454.700
euros de media), seguidos muy de cerca por las familias encabezadas por
personas de 65 a 74 años (442.300 euros de riqueza). Y luego la riqueza
neta va bajando con la edad: 352.900 euros entre 55 y 64 años, 257.300 entre 45
y 54 años, 191.100 euros entre 35 y 44 años y sólo 77.600 euros de riqueza los
hogares encabezados por menores de 35 años. Y si lo miramos en perspectiva ,
los “abuelos” (más de 74 años) han aumentado
su riqueza un +19,2% desde 2017, mientras sus hijos (55-64 años) la han reducido
un -1,5% y sus nietos (menos 35 años) la han aumentado un +44%...
Pero esta es la versión más positiva, la que refleja que
muchos mayores viven mejor que antes de la pandemia. Pero hay otros “menos mayores”
que sufren muchos problemas: los que tienen entre 55 y 65 años y no
trabajan ni se pueden jubilar. En España hay 7 millones de personas en esta
franja de edad y lo llamativo es que más de una tercera parte de estos “mayores”
(55 a 65 años) ni trabajan ni estudian, un 38,1% son “ninis” (2.668.280
personas), un porcentaje mucho mayor que los “ninis” jóvenes (16,1% entre
25 y 34 años), según
el informe de la Fundación BBVA e Ivie. Y son estos mayores (55 a 65 años)
los que acaparan el 45% del paro de larga duración (más de un
año), porque la mayoría de las empresas no les contratan (ni les forman
cuando trabajan: prefieren formar a los más jóvenes). Y la mayoría de estos
mayores “sin salida” son mujeres, muchas poco formadas.
Otra conclusión del estudio
sobre los mayores de la Fundación BBVA e Ivie es que la formación es
clave para que los mayores vivan sanos y mejor.
Por un lado, los mayores ingresos de los mayores españoles ya conducen a que
vivan más años sin discapacidad que los mayores europeos, según
la Encuesta Europea de Salud: 10,5 años a partir de jubilarse en España
frente a 9,7 años de media en la UE-27. Pero además, en la salud de los mayores
influye mucho el nivel educativo. Así, los datos revelan que los
mayores de 65 años con estudios superiores tienen menos sobrepeso y
obesidad (sólo el 54,1%) que los mayores que tienen sólo estudios
primarios (63,6% son obesos). Y también hacen más ejercicio
(36,1% los que tienen estudios superiores y el 30,9% si tienen estudios
primarios). Además, el estudio revela que a más formación, más movilidad
y menos problemas para cuidarse solos (el 56% de los que tienen
educación primaria y el 25,6% con estudios superiores). Y lo mismo con las
enfermedades crónicas: bajan entre los mayores más formados.
Además de influir sobre la salud, la formación
también afecta al bienestar emocional y a las relaciones de los
mayores: el
estudio revela que se sienten más “excluidos” de su entorno los mayores (de
55 años) con estudios primarios (el 8,8%) que los mayores con estudios
superiores (sólo 4% se sienten excluidos). También los más formados se
sienten menos solos (21,5%
frente al 32,4% los menos formados), tienen más relaciones con amigos y apuestan
más por un “envejecimiento activo”: más actividad física y
deportiva, más participación en actividades culturales y más tareas de
voluntariado.
En definitiva, este estudio revela algo que hasta ahora no
se tenía en cuenta: que el bienestar de los mayores no sólo está ligado a sus
ingresos sino que su salud y bienestar mental está muy relacionado con su
formación: cuanto más formado esté un mayor (ya desde los 55
años) más sano envejecerá y menos problemas de salud y dependencia tendrá.
“Mens sana in corpore sano”, que dijo Juvenal. Por eso, el
estudio propone mejorar la formación de los mayores (a partir
de los 50 años), tanto para que se reciclen y no pierdan sus trabajos (o se
coloquen si están parados) como para mejorar su envejecimiento, con una
jubilación más sana. Esto llevaría a aprobar un Plan integral de
formación de los mayores, no sólo en habilidades digitales sino en una
formación multidisciplinar, sobre todo para aquellos que en su día no pudieron
completar su educación básica.
Vamos camino de una
sociedad envejecida, donde casi un tercio de los españoles tendrán
más de 65 años en 2050. Eso exige seguir financiando las pensiones, porque
estos millones de personas no tienen otra fuente de ingresos y son claves para ayudar
a hijos y nietos. Hay que rechazar los argumentos de que las pensiones “están
ya demasiado altas” mientras los jóvenes no pueden independizarse. Son dos
cuestiones distintas: hay que apoyar a los jóvenes, con trabajos decentes y
alquileres accesibles, pero sin enfrentarlos con los mayores y sus pensiones. Y,
sobre todo, hay que prepararse para atender a 16,68 millones de mayores en
2050, desde la financiación de las pensiones y la dependencia a su salud y
bienestar, para lo que ayudaría formarles más, con más recursos
públicos. No sólo asegurarles pensiones decentes, sino hacerles
sentir vivos y útiles.
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