España va bien,
insiste Rajoy, pero 7 de cada 10 españoles no lo notan, según un informe encargado por Cáritas. España
crece, pero la mayoría de familias
viven todavía peor que antes de la crisis, porque tienen trabajos precarios o les han
bajado el sueldo, muchos siguen en
paro y sin cobrar el desempleo y otros se
han comido los ahorros que tenían. Y la mayoría de españoles ven
gris el futuro: el 73,5%
piensa que dentro de 5 años estarán igual o peor. Y su pesimismo les lleva
a desconfiar
de la política (el 75% cree que votar no sirve), de asociarse
(el 57%) o movilizarse (inútil para el 62%). Cáritas alerta del
peligro de que los españoles “se acostumbren” a vivir en la precariedad, con 10 millones de españoles “vulnerables”,
por su trabajo, salario o paro. Es hora de tomar
medidas para que la recuperación llegue a la mayoría, no sólo a las
empresas y a los ricos. Repartir mejor el
aumento del PIB.
enrique ortega
La recuperación
económica acaba de cumplir 45 meses
en junio: la economía empezó a crecer
en el 4º trimestre de 2013 (+0,3%), tras 5 años y medio de caídas del PIB
por esta Gran Crisis (desde el verano
de 2008). Y ahora llevamos creciendo 3 años
(2014,2015 y 2016) y 2 trimestres (2017),
impulsados por el consumo de las familias, la recuperación del gasto público
(tras los duros recortes) y la exportación, válvula de salvación de muchas
empresas. Y con este crecimiento del PIB
(+1, 4% en 2014 y +3,2% en 2015 y 2016), la recuperación ha servido para crear
1.389.100 nuevos empleos en estos tres años y medio, poco más de un tercio de los 3.802.800 empleos perdidos
desde 2007. Eso sí, son empleos precarios (sólo el 5% son fijos y a tiempo completo) y mal pagados,
muy vulnerables.
Con todo, la
recuperación está ahí y parece firme, con una economía que crecerá un 1% este segundo trimestre y
que puede volver a crecer más del 3% este año 2017, aunque existen varias incertidumbres en contra:
el petróleo caro, el euro fuerte y la iniciada subida de los tipos de interés, factores
externos que son responsables de la mitad de la recuperación, no la política de Rajoy. Pero el
problema de fondo es que aunque España
crece (más que los grandes de Europa) y
crea empleo (aunque sea precario y mal pagado), la mayoría de los españoles no lo notan: el 70% de hogares no perciben
la recuperación, según una encuesta incluida en el Informe FOESSA "Desprotección Social y Estrategias Familiares” 2017, encargado por Cáritas. Y si se pregunta
a los hogares en riesgo de pobreza
(ingresan menos del 60% de la renta media), no notan la recuperación el 91%.
¿Qué les pasa a esta
mayoría de familias españolas? Pues que muchas han perdido la red de seguridad
que tenían antes de la crisis: el 60% de hogares se han comido sus
ahorros (están al nivel más bajo de los últimos 18 años, desde 1999, según el INE) y tienen serios problemas para llegar a fin de mes o para hacer frente
a gastos imprevistos. Y además, el 40% de los hogares tienen que afrontar gastos nuevos, que no tenían antes,
como gastos sanitarios (copagos), refuerzos educativos (libros, comedor,
guarderías) y mayores gastos energéticos, mientras tienen ingresos muy mermados
y ya no pueden contar como al principio
de la crisis con la ayuda de amigos y
familiares (también muy “tocados”), según se revela en este informe FOESSA 2017.
Ante la crisis, la mayoría de hogares han adoptado tres
estrategias, según el informe FOESSA: reducir el consumo
energético (el 70% gasta menos en calefacción y electricidad y el 57% ha
invertido en aislamiento y cambio de bombillas), aceptar condiciones laborales peores (el 40% ha aceptado un trabajo
mal pagado y el 29% trabajar sin contrato) y reducir los gastos de vivienda (el 15% ha cambiado de piso y el
22,8% ha vuelto a vivir con sus padres, con 1,5 millones de hogares en los que
ha vuelto un hijo/a). Ahora, tras estos 8 años largos de crisis, la mayoría de
hogares tienen sus recursos muy recortados, sobre todo los hogares con menores, las madres
solas con hijos y las familias numerosas, los tres colectivos con su economía
más débil. Y todavía la familia y los amigos es el mayor apoyo de la mayoría de
hogares, mientras los hogares con menos recursos cuentan menos ahora con ayudas
institucionales, sobre todo tras los recortes de estos años en ayudas sociales,
sanidad, educación y dependencia. Y la encuesta revela que los hogares pobres confían más en las ONGs y asociaciones de
barrio que en los servicios sociales públicos, colapsados y sin recursos.
Ante esta situación, el estudio revela que sólo un 27% de hogares españoles dicen que
han notado la recuperación y el 70% declara que a ellos no les ha llegado.
Y los
que menos la notan son los más débiles, los que más han sufrido la
crisis: el 91% de familias pobres no sienten la recuperación. Y lo peor, según Cáritas, es que se ven así muchos años más,
lo que la ONG llama “el empobrecimiento de la pobreza”, que se hace crónica. Porque el 47,1% de las
familias encuestadas creen que estarán igual dentro de 5 años y otro 26,4%
peor. O sea, que el 73,5% de las
familias ve su futuro igual o peor, según este Informe FOESSA 2017. Y además, piensan que no se puede hacer nada por evitarlo,
porque el 75,6% cree que votar no sirve de nada, el 56,9% cree que
tampoco sirve asociarse y el 61,2% piensa que tampoco sirve movilizarse. Pasotismo generalizado ante la crisis y el
futuro.
La de Cáritas no es la única Encuesta que revela que los
españoles no notan la recuperación. El Barómetro del CIS de mayo 2017 ya indicaba que la
mayoría de españoles “no ven” la mejora de la economía: el 58,9% ven la
situación económica “mala” (36,1) o “muy mala” (22,8%) y el 77,2%
creen que dentro de un año será “igual” o “peor”. Un pesimismo que se
reitera en la última encuesta internacional, realizada por el Pew Research Center de Washington: el
71% de españoles creen que la economía está mal, frente al 21% que la
ven bien. Con ello, somos uno de los paises con más pesimismo ante la situación
económica, sólo por detrás de Grecia, Corea, Italia, Brasil, Venezuela, Francia
y Argentina.
¿Por qué los españoles no notan la recuperación? Porque una
cosa es el crecimiento del PIB (lo que España produce) y otra la
realidad de las familias. Primero, porque la renta de los españoles todavía no se ha recuperado de la crisis:
era de 18.028 euros por habitante en 2015 (último dato INE), un 7,5% menor de los
19.492 euros que ingresaba cada español en 2008. Y con ello, el consumo per cápita ha caído un 7% de
media, aunque para muchas familias ha caído bastante más. Y los salarios han caído estos años de crisis entre el 5 y el 15%, con lo que
el salario más habitual está en 16.498 euros anuales (2015 INE), lo que supone 950 euros netos mensuales. Luego el
español que trabaja (18,5 millones) es “mileurista” y muchos tienen
trabajos temporales y por horas con ingresos aún más bajos: 2.196.137
trabajadores, 1 de cada 8 asalariados, son “trabajadores pobres”, según la OIT.
En conjunto, los salarios todavía no han recuperado su nivel
de antes de la crisis: la masa salarial alcanzó los 526.098 millones en 2016, todavía un 6,4% por debajo de los 559.777
millones que se cobraron en 2008. Y entre tanto, las empresas ganan más que antes de la crisis:
ganaron 473.032 millones en 2016, un 1,7% más que los 465.182 millones de beneficios empresariales en 2008.Y las
empresas llevan tres años mejorando
sus beneficios (+13,2% en 2016 y se espera otro aumento del 24,8% en 2017),
mientras los salarios apenas crecen un 1% en estos tres últimos años. Y muchos
de los que trabajan tienen contratos precarios, muy mal pagados: el 26,1%
de los trabajadores españoles tienen un contrato temporal (somos el 2º país con más temporales, tras Polonia) y un 15,1% trabajan a tiempo parcial, 51
días de media y la cuarta parte contratos por menos de 1 semana.
Además, hay otros 4.255.000
españoles sin trabajo, según la EPA. Y
más de la mitad, exactamente el 53,7%
del total, no cobran nada (son 2.285.137 parados EPA). Y de los 2 millones escasos
que cobran algo, las dos terceras partes cobran un subsidio asistencial de 426 euros al mes que les dura poco. Y la
mayoría de los parados (el 54,3%) son parados de larga duración (2.285.137), que llevan más de 1 año sin trabajar (de
ellos, la mitad, 1,2 millones llevan más de 4 años parados), lo que les hace ver muy negro su futuro.
Y luego están los pensionistas, 8.818.642 españoles,
que han sido claves para sostener a sus familias en esta crisis, pero que ahora
pueden ayudar menos, porque llevan 4 años con las pensiones prácticamente congeladas, subiendo un 0,25% desde 2014,
que se va a comer la inflación este año 2017 y los próximos. Y además, recordemos
que casi la mitad de los
pensionistas (43,7%) y dos tercios de las viudas (65,7%) cobran menos de 650 euros al mes, un ingreso muy bajo como para ayudar a su
familia. Y temen por su futuro: como la inflación subirá
una media del 2%, los pensionistas
actuales perderán
hasta un 35% de su pensión. O sea que si un pensionista gana hoy 700 euros
(son la mitad), en 2044 será como si ganara realmente 455 euros. Como para ser
optimistas.
Y no olvidemos a los jóvenes, los más pesimistas ante
el futuro según las encuestas, un 42% en paro a pesar de que muchos tengan carreras
universitarias (23,6%). Muchos trabajan
en precario, en empleos para los que están “sobrecualificados” (53,6% de
los jóvenes ocupados), con sueldos de
becario (11.835 euros brutos de media, 690
euros netos en 14 pagas, según el INE) y una enorme
inestabilidad laboral y personal, que lleva al
80,3% de los jóvenes españoles (5.233.406 jóvenes entre 16 y 29 años) a seguir viviendo
con sus padres, frente al 70% de
media en Europa. Otro factor de tensión sobre las familias
españolas.
Al final, sumando
grupos y analizando su situación, se puede entender a esa mayoría que
no nota la cacareada recuperación
de Rajoy. De hecho, otro reciente informe realizado por Fedea y la consultora Accenture, da una cifra que también
ayuda a explicarlo: hay 10.314.000 españoles
que están en una situación “vulnerable”: 4.237.000 porque están parados (EPA 2016), 721.000 más porque
están inactivos pero les gustaría
trabajar y 5.355.000 personas más porque son trabajadores con contratos precarios y muy bajos salarios. En
total, 1 de cada 3 españoles adultos que son vulnerables.
Y algo más de la mitad de ellos, 5.250.000
personas, son “especialmente vulnerables”, con un elevado riesgo de seguir en
paro o perder su empleo. Son, básicamente, mujeres,
familias monoparentales con niños, mayores de 50 años y jóvenes menores de 30
años, con poca formación, que viven sobre todo en Andalucía, Comunidad
valenciana y Cataluña, más Extremadura, Murcia y Canarias.
Y esta España vulnerable y precaria es aún más
preocupante porque tiene enfrente a otra España que sí vive
mejor que antes de la crisis, los que tienen un empleo fijo y estable,
algunos inversores y la mayoría de las empresas. España es el tercer país europeo donde más ha crecido la desigualdad durante
la crisis (tras Lituania y Rumanía), mientras se reducía en Portugal, Alemania,
Francia, Holanda, Bélgica y 7 paises más. Y somos el 4º país europeo con más desigualdad, tras Rumanía, Lituania y
Bulgaria: el 20% más rico tiene 6,9
veces el patrimonio (riqueza) que el 20% más pobre, frente a 5,2 veces que es la desigualdad media
de la zona euro, según Eurostat. Y el 1% de españoles
más ricos acapara la cuarta parte de la riqueza (27,4%) mientras el 20% más pobre se queda sólo con el 0,1% del pastel. Y los tres españoles más ricos (Ortega de Inditex, Roig de Mercadona y del
Pino de Ferrovial) tienen el mismo
patrimonio que el 30% de españoles más pobres (14 millones de personas),
según el último informe de Intermón Oxfam.
Como vemos, la
recuperación va por barrios y a muchos no les llega, sobre todo a esos 13 millones de españoles (el 27,9% de
la población) que están por debajo del
umbral de la pobreza, según el último indicador europeo AROPE 2016. Por eso, la
Comisión Europea y la OCDE han pedido al Gobierno Rajoy que
tome medidas para paliar la pobreza en
España, con mayores ayudas a las familias, sobre
todo con hijos. Y eso porque España gasta en ayudar a las familias la tercera
parte que los paises europeos (un 0,6% del PIB frente al 1,7% en la UE-28 y el
1,2% en la OCDE). Y ambos organismos han pedido también aumentar las ayudas directas a
los más pobres, la renta básica que reciben hoy 262.307 familias. En tercer lugar, la Comisión
Europea y la OCDE piden que España gaste más en subsidios de paro y políticas activas de empleo (gasta un 0,5% del PIB frente al 0,9%
de Francia o el 0,64% de Alemania), además de la reforma de las oficinas de empleo (SEPE).
Las tres propuestas
(aumentar las ayudas a las familias, ampliar la renta básica y mejorar las
políticas de empleo) son claves para mejorar la situación de las familias más
vulnerables. Pero hay que hacer más
cosas para que la mayoría de españoles disfruten de la recuperación. La
primera, mejorar la calidad del empleo que se crea, incentivando el trabajo fijo y a
jornada completa y penalizando (con
cotizaciones) el trabajo precario. La
segunda, subir más los salarios, sobre todo los más bajos y el salario mínimo, a cambio de mejoras de
productividad. La tercera, lanzar dos Planes de choque, para los jóvenes y los parados de larga duración, para
darles perspectivas de empleo futuro. Y la cuarta, ampliar y mejorar la política de protección social, asegurando un nivel de ingresos y
servicios (vivienda, energía, sanidad, educación y formación) a las familias
más pobres. Y especialmente a esos 1.394.700
hogares donde todos sus miembros están en paro, según la EPA.
Todo esto cuesta
dinero y el Gobierno central y las autonomías lo tienen que sacar de recaudar más, no de la mayoría que ya pagamos impuestos de sobra sino de los
grupos que pagan menos de lo que deben: grandes
empresas, multinacionales y los más ricos. “A las grandes empresas les conviene pagar más porque así se mantiene la cohesión
social”, ha llegado a decir el ministro Montoro en el Congreso. Hay que recortar el fraude fiscal y se podrían recaudar 40.000 millones más,
según los técnicos de Hacienda (GESTHA), para dedicar esos mayores ingresos a
compensar a los que han salido malparados
de la crisis. Si no se toman medidas
reequilibradoras desde el Estado, muchos españoles seguirán sin notar la recuperación. Hay
que apostar por una sociedad más justa,
porque será más estable y más democrática.
Brindo por la frase final. Claro y diáfano artículo. Enhorabuena, Javier.
ResponderEliminarGracias. Divulgarlo
Eliminar