lunes, 29 de septiembre de 2014

Más PIB, por las drogas y el puterío


Por arte de magia (contable), España ha crecido 116.185 millones más de lo dicho en los últimos  4 años. Y también crecerá más este año y los siguientes, ahora que el Gobierno ha cambiado la metodología de cálculo del PIB, como ha hecho toda Europa: contabilizará la investigación, los gastos militares y también los negocios de la droga, la prostitución, el contrabando y el juego ilegal. Cuatro actividades ilegales que se suman a la economía legal y consiguen que el PIB español crezca un 2,6% extra cada año. Un “enjuague contable que permite al Gobierno Rajoy reducir el déficit público (% sobre PIB) y gastar 2.000 millones más en 2015 (año electoral). Y también rebajar el peso de la deuda pública, que ronda el 100% del PIB. Pero es sólo maquillaje: la realidad es que se frena el escaso crecimiento (Banco de España), debemos lo mismo y tenemos igual agujero en las cuentas públicas. Y, sobre todo, seguimos siendo más pobres que Europa (PIB por habitante). Hacen “ingeniería contable” pero no se atreven a que parte de esa economía ilegal desaparezca o pague impuestos.
enrique ortega

El PIB (Producto Interior Bruto) es el valor de los bienes y servicios producidos por un país. Todos los países lo miden con la misma metodología (del FMI), para poder compararse. Y cada equis años, las estadísticas se revisan y actualizan. A Europa le toca ahora cambiar el sistema de 1995 (SEC 1995) por uno actualizado, el SEC 2010 , que entra en vigor en octubre de 2014 (EEUU lo cambió en agosto de 2013). Los cambios (obligatorios) son de dos tipos. Por un lado, se contabilizan de otra manera algunos gastos, como los de investigación (I+D) y Defensa, que ahora se consideran inversiones, lo que sube automáticamente el PIB. Y por otro, se incluyen en el PIB actividades ilegales que antes no se contabilizaban: drogas, prostitución y contrabando. Con ambos cambios, el PIB de la Unión Europea tendrá una subida extra del 2,4%, según Eurostat. Aunque los países que ya lo han aplicado han tenido una mayor subida extra del PIB: +7,6% en Holanda (donde existe un pujante negocio legal de drogas blandas y prostitución), +4,5% en Reino Unido y +3,2% en Francia.

Incluir los negocios ilegales en el PIB europeo ha supuesto un gran debate. La propuesta partió de Holanda (la más beneficiada) y contó con la oposición inicial de Alemania, Francia, Italia y España, que argumentaban lo difícil de medirlos de forma homogénea. Al final, el asunto llegó al Tribunal de Cuentas de la UE, que dictaminó a favor de incluirlos, una decisión aprobada en forma de Reglamento (marzo 2014) por la Comisión Europea, favorable a inflar el PIB para así conseguir recaudar más de los países (pagan un % sobre su PIB).

En España, el INE ha aplicado la nueva metodología a las cuentas de 1.995 a 2013 y así ha inflado el PIB un +2,6 % extra cada año, lo que significa que haaumentado” la producción española en 116.185 millones extras sólo entre 2010 y 2013 (falta conocer la subida extra del PIB desde 1995 al 2010). O sea, que por arte de magia (contable), en estos últimos cuatro años (2010-2013), España ha producido un 10,7% más.  La mitad de la subida  (1,34%) se debe a considerar el gasto en investigación (I+D) y Defensa como inversiones, otra parte (0,39%) se debe a la mejora de varias estadísticas (censo, EPA) y el resto (0,87%) se debe a la inclusión de cuatro actividades ilegales, las drogas, la prostitución,el contrabando y el juego ilegal). El problema que ha tenido el INE es cómo medir estos negocios si son ilegales. Para ello ha usado múltiples fuentes, desde las estadísticas de captura de alijos de droga de la policía a los datos de ONGs que trabajan con prostitutas  y clubs de alterne a las estadísticas de contrabando de Altadis. Es, pues, una estimación. El INE ha calculado que estos negocios ilegales aportan al PIB unos 9.200 millones al año: 5.000 las drogas, 3.500 la prostitución y 700 millones más el contrabando y el juego ilegal.   

Ciertamente, se han quedado cortos, porque estos negocios ilegales mueven más de 50.000 millones al año. El que más dinero mueve son las drogas, dado que España se ha convertido en el líder europeo en consumo de cocaína, tras GB (1 millón de españoles la han consumido en el último año), mientras hemos quintuplicado la producción anual de marihuana (105.000 plantas decomisadas en 2013, sobre todo en Murcia, Málaga, Granada, Alicante y Valencia). Si la policía incautó drogas en España por valor de 2.700 millones de euros (2012), se estima que eso supone entre un 10 y un 15% de lo que mueve el sector. O sea que hablamos de un negocio de unos 30.000 millones de euros. En el caso de la prostitución, la estimación de los expertos es que hay entre 100.000 y 300.000 prostitutas en España y que el negocio mueve unos 18.000 millones anuales. Sobre el contrabando, sólo en tabaco se estima (Altadis) que un 7,7% de las cajetillas no pagan impuestos (un 10% en Andalucía y hasta un 20% en Málaga, Sevilla o Cádiz). Un estudio de la Complutense eleva el contrabando al 12% del consumo de tabaco, lo que supone un negocio ilegal de 1.400 millones de euros (además de un fraude fiscal de 1.038 millones). Y falta el juego ilegal, que mueve unos 84 millones anuales en España, según un reciente estudio.

Ahora, el INE va a contabilizar parte de estos negocios ilegales, lo que llevará a una subida extra del PIB año tras año (han sido + 26.193 millones en 2013), empezando por el pasado (1.995-2.013) y de cara al futuro. El cambio le va a venir muy bien al Gobierno Rajoy, ya en el Presupuesto para 2015: no sólo creceremos alguna décima más sino que tendremos “menos déficit público”  y “menos deuda”, ya que ambos se calculan como porcentaje sobre el PIB (si sube el denominador, baja el porcentaje de déficit o deuda). Así, el déficit público bajará unas dos décimas: si se aplica a 2013, se rebajaría el déficit del 6,62% que quedó al 6,46%, con lo que ahora si cumpliríamos el objetivo (6,50%). Será más fácil cumplir el 5,5% para 2014. Y en 2015, el Gobierno Rajoy tendrá 2.000 millones más para gastar sin subir el déficit ("un buen regalo" para un año electoral). Y en la deuda pública, el cambio del PIB supondrá rebajar casi tres décimas: si en junio 2014 la deuda pública estaba en el 98,9% del PIB, ahora quedaría en el 96,4%.¡Vaya consuelo !.

El cambio en el PIB maquillará un poco los problemas, pero seguirán ahí, con toda su fuerza: el agujero de las cuentas públicas sigue elevado (ingresaremos este año 55.000 millones menos de los que gastemos) y lo mismo la deuda, que ha superado el billón de euros (1.012.643 en junio, 269.112 millones más que cuando Rajoy llegó al Gobierno). Y lo peor: por subir contablemente el PIB no vamos a ser más ricos. De hecho, España seguirá siendo más pobre que la media europea (el 13º país con más renta en el ranking UE-28), con un 95% de la renta comunitaria (PIB por habitante), muy alejado de  Holanda (127%), Alemania (124%), Francia (108%) o Gran Bretaña (106%) y por debajo de Italia (98%). Y es que con la crisis, hemos pasado de tener más renta que la media (105% en 2007) a menos (95% en 2013, según Eurostat). Y la mitad de los españoles viven ya con menos de 1.000 euros al mes.

Así que los problemas y el retraso de España siguen ahí, a pesar de los maquillajes contables del PIB. Y se utiliza para hacer “ingeniería contable” a la economía ilegal, en lugar de aprovechar para que una parte de ella aflore y pague impuestos. Es lo que hizo en su día Holanda, donde la prostitución está legalizada (cotiza a la SS y paga impuestos) y también las drogas blandas. Aquí, la organización de inspectores de Hacienda (IHE) cree que el INE infravalora la economía ilegal y aseguran que podrían recaudarse unos 6.000 millones sólo de la prostitución (si tributara al 30%). Y podrían sumarse otros 5.000 si se legalizara la marihuana, sin olvidar la recaudación por combatir mejor el contrabando de tabaco (Gibraltar) y el juego ilegal.

No es fácil “blanquear” esta economía ilegal y hacer que contribuya a recaudar más. Pero hay que intentarlo. Y sobre todo, no podemos sumar estas actividades ilegales sólo para el PIB y no para Hacienda. De acuerdo que es una exigencia comunitaria. Pero no nos engañemos: es un maquillaje. Los problemas están ahí y crecer más de verdad pasa por reanimar la economía (se está frenando, según el Banco de España), favorecer el consumo (mejorar salarios y contratos, menos impuestos indirectos) y la inversión (ayudas fiscales y tirón de la inversión pública), además del necesario tirón europeo, con más gasto en Alemania y países ricos de Europa (como pide el presidente del BCE y no quiere Merkel). Lo demás son trampas contables, engañarnos al solitario.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Crecen las Universidades privadas y online


La próxima semana, más de millón y medio de universitarios comenzarán sus clases, en un curso universitario con menos profesores, más alumnos, menos becas y matrículas más caras. Y con unas Universidades públicas que ya no aguantan más, tras cinco años de recortes, que obligan a algunas (como la Universidad de Barcelona) a reducir sus Facultades a la mitad. Mientras, las Universidades privadas siguen creciendo  y hay 14 más que en 2001, apoyadas por las autonomías y Ayuntamientos del PP, que les ceden incluso terrenos públicos. Y también crecen las Universidades online privadas, sin apenas control, como denuncian las autonomías Ahora, el ministro Wert va a sacar un decreto que facilita aún más la creación de Universidades privadas, mientras se controlarán más las públicas. Al final, las Universidades públicas pierden alumnos (por la subida de tasas) y los ganan las privadas, muchas con baja calidad educativa. Universidad privada sí, pero no a costa de asfixiar a la Universidad pública.
enrique ortega

Las 48 Universidades públicas inician otro curso agobiadas por la asfixia financiera. Es el quinto curso con recortes presupuestarios, del Estado y las autonomías: en 2014-2015 contarán con unos 1.500 millones menos que en 2010 (se han recortado 1.226 millones a la Universidad entre 2010 y 2013, según un informe de CCOO). Ello se traducirá en menos profesores (se han perdido unas 17.000 personas desde 2008, 10.000 de ellos profesores e investigadores), menos medios (luz, calefacción, limpieza) y materiales (libros, laboratorios, ordenadores, mobiliario),  abandono de instalaciones y una investigación medio paralizada (dos tercios de la investigación en España la hacen las Universidades). Y todo ello a pesar de subir las tasas por tercer año, con lo que las matrículas son ya entre un 22% y un 66% más caras que en 2012. Y como han bajado los ingresos de las familias y hay menos becas (con más exigencias académicas para recibirlas), la consecuencia es que hay menos alumnos matriculados en la Universidad pública, en menos asignaturas.

Las Universidades públicas que peor lo llevan han implantado una “economía de guerra” y algunas se ven obligadas a tomar decisiones drásticas: la Universidad de Barcelona, el mayor campus público catalán, aprobará en octubre un Plan para reducir a la mitad el número de Facultades (de 18 a 10) y Departamentos (de 106 a 55), con fusiones y recortes. Y las demás, estarán rigurosamente vigiladas por Montoro y las autonomías, para asegurarse que recortan y no tienen déficit. Para asegurarse, el ministro Wert va a aprobar un decreto que da potestad a las autonomías (ahora no tienen esa competencia) para revocar la autorización de las universidades públicas que no cumplan una serie de exigencias mínimas.

Curiosamente, este mismo decreto Wert de creación y reconocimiento de Universidades va a facilitar la creación de nuevas Universidades privadas: elimina los tres requisitos que ahora se exigen para crear una nueva Universidad (que aumente la población escolar, que se creen nuevas ramas por los avances científicos y la cobertura de nuevas necesidades profesionales) y ya no exige que la nueva Universidad cubra las distintas ramas del conocimiento (Humanidades, Ciencias y Tecnología), bastará con que ofrezca 8 titulaciones. Y reduce las exigencias que tenía una nueva Universidad de personal, biblioteca, material informático,  instalaciones deportivas y servicios comunes.

Con este nuevo decreto, las autonomías tendrán mucho más fácil autorizar nuevas Universidades privadas, lo que ya estaban haciendo, en contra incluso del criterio del Ministerio y de la Conferencia General de Política Universitaria, que han elaborado informes negativos (no vinculantes) de Universidades privadas que se han acabado autorizando. Y el temor es que muchas más nazcan en los próximos meses, antes de que el PP pueda perder en mayo las elecciones en alguna autonomía. De hecho, Ayuntamientos del PP, sobre todo en Madrid y Comunidad Valenciana, se han volcado en promover Universidades privadas: Torrent, Valencia, Alzira, Xátiva o Campello son Ayuntamientos populares que han cedido terrenos públicos para la instalación de Universidades privadas. Incluso el Ayuntamiento de Sant Joan d´Alacant (PP) compró una residencia de tiempo libre para ceder la instalación a una Universidad privada (promovida por la Universidad Católica de Murcia).

De hecho, las Universidades privadas se han casi triplicado en España desde 1997 (de 12 a 32), mientras en estos años no ha se ha creado ninguna Universidad pública (hay 48 con docencia). Desde 2001 se han creado 14 Universidades privadas, una por año, y ahora se van a  abrir 5 más, 2 en Madrid (donde habrá el doble de privadas que públicas). En conjunto, estas 32 Universidades privadas facturaron más de 1.000 millones de euros en 2012, según DBK (más otros 575 millones las 100 principales Escuelas de negocios). Es un sector muy concentrado, donde las 5 primeras acaparan casi la mitad del negocio y donde sólo 11 Universidades superan los 10.000 alumnos: Universitat Oberta de Catalunya (fundación pública con estatus privado, con 56.787 alumnos), Universidad Internacional de la Rioja (online, con 19.000), Universidad Ramón Llull (18.500), Universidad Europea de Madrid (14.000), Universidad Adolfo X el Sabio (14.000), Universidad Católica de Valencia (13.501), Universidad de Deusto (13.173), Universidad de Navarra (11.484), Universidad CEU-San Pablo (11.436), Universidad Católica de Murcia (10.455) y Universidad de Comillas (10.011).

Muchas Universidades privadas tienen una sección online y en otros casos se crean Universidades privadas sólo online, que proliferan como hongos, en muchos casos con una oferta reducida y de discutible calidad.  Reconocidas oficialmente como tales hay 6 Universidades online: la pública UNED (creada en 1972, con 185.000 alumnos), la semipública Universitat Oberta de Catalunya (con 56.787 alumnos, promovida por la Generalitat) y las privadas UDIMA (creada en 2006, con 4.000 alumnos), VIU de Valencia (1.500 alumnos, ahora en manos del Grupo Planeta), Internacional de la Rioja (2012, con 19.000 alumnos) y Universidad Internacional Isabel I de Castilla (Burgos 2012, con 2.500 alumnos). Pero hay otras 20 Universidades privadas que ofrecen cursos y masters online, además de centenares de centros.  Ahora se espera que las Universidades online proliferen mucho más, ya que el decreto Wert apenas repara en ellas, salvo para fijar el mínimo de profesores (1 por 100 alumnos frente a 1x25 en las presenciales). Las autonomías han pedido al Gobierno Rajoy que modifique la norma y establezca más controles a las Universidades online, porque al operar en distintas autonomías están menos vigiladas que las presenciales: la agencia ANECA las autoriza sobre el papel y hace el control sobre el terreno a los 7 años.

Al final, los recortes y subidas de tasas en las Universidades públicas han provocado un desvío constante de alumnos a las Universidades privadas, que ya tienen el 15% de los universitarios españoles (238,916 el curso pasado). Sólo en el curso 2013-2014, las Universidades públicas perdieron 45.241 alumnos (43.433 en Grados y 1.808 en Masters) mientras las privadas ganaban 11.281 (5.352 en Grados y 6.029 en Masters). Varias son las razones de este trasvase: más facilidad de acceso (no hay selectividad ni notas mínimas), más facilidad para hacer prácticas en empresas y sobre todo que la subida de matrículas en la pública (sobre todo en Masters) acercan los precios a la privada, donde los alumnos de Masters se han multiplicado por 10 desde 2006 (ya suponen el 27,7% del total). A cambio, sus precios son mayores (hasta 8.200 euros un Grado frente a 1.300 en la pública), su oferta es menos completa, hay menos profesores doctores y muchas no tienen actividad investigadora, por lo que “no deberían llamarse Universidades”, según algunos expertos.

Otro cambio que prepara el ministro Wert puede dar un empujón definitivo a las Universidades privadas: se estudia que las Universidades ofrezcan (voluntariamente) Grados de 3 años (en vez de los 4 actuales) y Master de 2 años (en vez de 1), lo que aumentará el trasvase de universitarios a la privada, para hacer Masters que se encarecen en la pública. Y además, hará la Universidad más clasista, ya que habrá menos familias que la puedan pagar.

Al final, está bien que España tenga Universidades privadas, como otros países. El problema surge cuando se hace una política deliberada de fomentar la Universidad privada en perjuicio de la pública (como también hace el Gobierno Rajoy con la enseñanza no universitaria, las guarderías, la sanidad, la Dependencia o la seguridad, por ejemplo). Y además, se fomenta así  una “burbuja universitaria”: en España no sobran Universidades (en Reino Unido hay 241 Universidades, 1 por cada 253.000 habitantes; en EEUU hay 3.277, 1 por cada 94.000 habitantes; y en España hay 80 Universidades, 1 por cada 581.250 habitantes) pero sí hay un exceso de titulaciones (2.413 grados y 2.758 Master) y de Campus (236), en casi todas las capitales, ofreciendo lo mismo. Y la oferta privada lo agrava: en la Comunidad Valenciana, por ejemplo, había 5 Universidades públicas (con 207 títulos y 294 Master) en poco más de 100 kilómetros y ahora hay 6 Universidades privadas más (con 65 títulos y 63 Master más). Y algo parecido pasa en Madrid, Barcelona y País Vasco.

Hay que poner orden en la Universidad, clarificando y seleccionando la oferta, evitando anteponer la ideología a favor de los negocios privados. Y dedicar más recursos a la Universidad pública, que recibe dos tercios de recursos que en Europa (0,85% del PIB frente al 1,26% en UE-28) para garantizar una enseñanza de calidad al alcance de todos. Y luego, el que quiera y pueda pagarse una Universidad privada, que lo haga.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Déficit exterior: tenemos un problema


Llevan 4 años machacándonos (Bruselas, Merkel y Rajoy) con el déficit público y casi nadie habla de otro déficit más grave, que ahora reaparece: el déficit exterior, comprar fuera de España más de lo que vendemos, un agujero que hay que tapar endeudándonos más como país. Con la recesión, las importaciones habían caído y entre las mayores exportaciones y los ingresos por turismo, en 2013 no tuvimos déficit sino superávit con el exterior, por primera vez en 15 años. Pero ahora, las exportaciones han pinchado y las importaciones se disparan (coches, máquinas, electrodomésticos, electrónica, muebles, ropa y calzado), multiplicando por 10 el déficit exterior en 2014. Y así tenemos dos problemas: si tiran las importaciones y no las exportaciones, se crea empleo fuera, no en España. Y si crece el déficit exterior, habrá que endeudarse más (ya estamos en el 163% del PIB). Mala cosa. Sólo queda volcarse en exportar  y convencer a la Europa rica que consuma y nos compre más. Nada fácil.
 
enrique ortega

La exportación, el motor de la economía española entre 2011 y 2013, ha pinchado este año: las ventas al extranjero cayeron en el segundo trimestre (-2%) y entre enero y junio de 2014 han crecido sólo +1,6%, la cuarta parte que el año pasado (+7%), a pesar de la mejoría de julio (récord) y de que todavía crezcan más que las europeas (+0,2%). Están pasando dos cosas con las exportaciones españolas. Una, que han caído nuestras ventas fuera de Europa (29,9% de las exportaciones totales), por la fortaleza del euro en el último año (encarece todo) y por el menor crecimiento de los países emergentes, sobre todo Brasil, Rusia y Sudáfrica. Y la otra, que se han ralentizado las exportaciones a Europa (70,1% de nuestras ventas), por la debilidad de la economía europea, en especial Francia e Italia.

Lo peor no es que se hayan desinflado las exportaciones, sino que además se han disparado las importaciones este año: crecen hasta julio  +6,5% (- 3,1% en 2013), el cuádruple que las exportaciones. Es fruto de que las empresas compran maquinaria y equipos para renovarse, algo positivo. Pero sobre todo, es porque consumimos más productos extranjeros: coches y motos (el 70% de las ventas son importaciones, encima fomentadas con ayudas públicas del Plan PIVE), electrodomésticos y electrónica, muebles, textil, calzado y juguetes extranjeros. Por eso, crecen las compras a Alemania (+16%: así Merkel se alegra de la “recuperación” en España...), Francia y Reino Unido (coches), China, Portugal y Marruecos (textil).

Al final, compramos más fuera y vendemos menos, con lo que se produce un déficit comercial que ya alcanza (julio) los 13.709 millones de euros, el doble que en 2013 (-6.611 millones). Un agujero comercial al que hay que sumar otro agujero en la balanza de inversiones (ganan las extranjeras), que no se pueden tapar con los ingresos por turismo (aunque sean récord). Y así, el intercambio total de España con el exterior (déficit exterior) se ha vuelto negativo: -9.900 millones de euros en el primer semestre de 2014, casi diez veces el de 2013.

El problema de tener un  déficit con el exterior es que hay que financiarlo, hay que “tapar el agujero”. Y eso nos obliga a pedir prestado al exterior, a endeudarnos más, lo que limita nuestra capacidad de crecimiento futuro, además de perder independencia al quedar en manos de los inversores extranjeros. Este es un viejo problema de España: cada vez que hemos crecido mucho, se han disparado las importaciones y la necesidad de inversión y ahorro extranjero. Y eso ha aumentado nuestro endeudamiento, que ya alcanza el 163% del PIB. En 2012 y 2013,  por la recesión, las importaciones cayeron y así España consiguió tener superávit con el exterior en 2013, por primera vez en 15 años. Pero fue un espejismo: ahora consumimos más, se compra más fuera y eso nos obliga a endeudarnos aún más para pagar esas compras, porque no se pueden cubrir con las divisas de las exportaciones y el turismo.

En definitiva, que tenemos dos problemas. Uno que ya se arrastra desde principios de año: las exportaciones se desinflan y eso nos resta crecimiento y empleo. Por un lado, las exportaciones ya no son el motor del crecimiento (como ha pasado de 2011 a 2013) sino que “restan” crecimiento a la economía, ahora sólo impulsada por la actividad interna. De hecho, lo poco que ha crecido España en 2014 (+0,4% en el primer trimestre y +0,6% en el segundo), habría sido más si el sector exterior no hubiera quitado crecimiento (-0,2% y -0,7%). Y además, eso se traduce en que las exportaciones están creando menos empleo, algo especialmente preocupante porque las empresas exportadoras crean un empleo más estable (hacen más contratos indefinidos) y mejor pagado (pagan un tercio más), según un informe de La Caixa. Ahora, en lo que queda de 2014, se espera que las exportaciones sigan flojas, a pesar de la depreciación del euro, porque Europa no crece (Francia a Italia rozan la recesión) y siguen flojos los países emergentes. Así que restarán fuerza a la incipiente recuperación.

Pero hay otro problema nuevo: las importaciones se han disparado y eso es doblemente grave. Por un lado, porque nos resta crecimiento y empleo: si compramos un coche alemán, el empleo y la riqueza se crea allí, no en España. Y por otro, eso agrava nuestro histórico déficit con el exterior, que ha sido siempre una amenaza para crecer de forma estable. Y lo es más ahora, ya que nos va a obligar a endeudarnos más con el exterior, cuando ya tenemos un nivel de deuda (pública y privada) insoportable. Más déficit exterior y más deuda nos implica más dependencia de la inversión y el ahorro extranjero y nos obliga a crecer más para devolverlo, no sólo para  reducir una tasa de paro que es el doble de Europa. Al final, como otras veces, el déficit exterior es una Espada de Damocles sobre la débil recuperación.

¿Qué se puede hacer? En una economía abierta, no se pueden impedir ni frenar las importaciones. Hay que mejorar la economía y las empresas para que compitan mejor dentro con los productos extranjeros, en precio y calidad. Y conseguir que exporten más, algo nada fácil cuando dos tercios de nuestros compradores (países UE) no crecen. Pero hay posibilidades, aún tenemos margen para crecer, ya que exportamos la mitad que Italia (con una economía similar) y porcentualmente menos que Bélgica y Holanda (economías menores). El problema es que nuestras exportaciones están muy concentradas, en pocas empresas (5.000 concentran 86% de las ventas), sectores (cinco concentran un tercio) y regiones (dos tercios de las exportaciones salen de Cataluña, Madrid, Andalucía, Valencia y País Vasco).

En definitiva, hay que volcarse en atraer a la exportación a un mayor número de empresas, sectores y regiones. Es urgente poner en marcha un Plan de choque para la exportación, con una serie de medidas básicas: facilitar la financiación (faltan créditos y avales), aumentar las ayudas a la internacionalización de las empresas (fiscales, asesoramiento y formación, oficinas en el exterior) y facilitar la exportación fomentando empresas más grandes (son las que exportan el 80%), más industrialización y más innovación y tecnología.

Eso aquí dentro. Porque la medida más importante sería que Europa nos echara una mano, aumentando el consumo Alemania y los países más ricos del norte, para favorecer las exportaciones de España y la Europa del sur, como han pedido el FMI, la OCDE y muchos expertos. El escandaloso superávit exterior de Alemania, Austria, Austria y vecinos frente a los déficits de la Europa del sur (incluida España) es otra muestra más de las dos Europas, de países que se niegan a consumir más para que otros vendan más. Esta sería otra vía para reanimar la economía europea, que está al borde de la tercera recesión. Algo que no se abordará en la Cumbre europea extraordinaria por el crecimiento y el empleo prevista para el 7 de octubre en Roma, porque acaba de anularse

Al final, el gobierno Rajoy insiste en la recuperación de la economía, pero realmente tenemos dos motivos más de preocupación, además de que el consumo y la inversión (las claves para crecer) no despegan: han pinchado las exportaciones (lo único que tiraba, junto al turismo) y se disparan las importaciones y el déficit exterior, lo que resta empleo y aumenta nuestra ya abultada deuda. Mal vamos.