En España hay más de 10 millones de personas mayores de 65 años (10.183.437 censados el 1 de enero, según el INE). Y más de 3,5 millones de estos mayores (1 de cada 3) no usan nunca Internet ni los servicios digitales básicos, según un reciente estudio de UGT. Un grupo enorme de “excluidos digitales”, aunque se haya reducido tras la pandemia : eran 4,9 millones de mayores “desconectados” en 2019. Aunque parece que todo el mundo está conectado y enganchado a Internet, un 10% de la población española vive todavía al margen de Internet. Y el 83% de estos “excluidos digitales” tienen más de 65 años.
jueves, 29 de mayo de 2025
La exclusión digital de los mayores
Creemos que toda la gente está conectada a Internet y “enganchada”
a todas horas, pero no es así: 3,5 millones de españoles mayores de 65
años no usan nunca Internet ni los servicios digitales básicos. En
definitiva, que 1 de cada 3 mayores están “excluidos” digitalmente, mucho
más los mayores de 75 años y los que viven en zonas rurales. El problema no
es sólo que estos mayores “desconectados” se queden fuera de los servicios
digitales sino que esta exclusión les aísla socialmente y tiene efectos
negativos sobre su salud, agravando su deterioro cognitivo. No hay Planes específicos
para reducir la brecha digital de los mayores y su reciclaje recae en ONGs que
dan cursos digitales a mayores. Urge un Plan de reciclaje digital para
mayores, con medios y personal, para ayudar a toda una generación a no
perder los servicios digitales públicos y privados, desde el acceso a la
sanidad a los servicios públicos y las ayudas, la información y el ocio. No
podemos dejarles atrás. Cursos digitales para mayores de Cibervoluntarios
En España hay más de 10 millones de personas mayores de 65 años (10.183.437 censados el 1 de enero, según el INE). Y más de 3,5 millones de estos mayores (1 de cada 3) no usan nunca Internet ni los servicios digitales básicos, según un reciente estudio de UGT. Un grupo enorme de “excluidos digitales”, aunque se haya reducido tras la pandemia : eran 4,9 millones de mayores “desconectados” en 2019. Aunque parece que todo el mundo está conectado y enganchado a Internet, un 10% de la población española vive todavía al margen de Internet. Y el 83% de estos “excluidos digitales” tienen más de 65 años.
Los datos
del INE de 2024 revelan los españoles que se han conectado a Internet en
los últimos 3 meses, por edades. Si un 95,8% de toda la población se
conectó alguna vez a Internet, ese porcentaje sube entre los más
jóvenes (99,8% entre 16 y 24 años, 99,1% entre 25 y 34 años y 99,1% entre 35 y
44 años, sigue alto en la madurez (97,4% entre 45 y 54 años y 94,8% entre 55 y
64 años), pero baja drásticamente entre los mayores: sólo el 82,5% de los
mayores entre 65 y 74 años se conectaron alguna vez a Internet en los
últimos 3 meses. Y sólo el 44,5% de los que tienen más de 75 años. Ese 17.5% de
mayores (65-74 años) que no se conecta a Internet en España es mayor que en
el resto de Europa: no llegan al 3% los mayores “desconectados” en paises
Bajos y paises nórdicos y suponen el 10% en Irlanda, Suecia o paises de Centro
Europa, según los datos de Eurostat.
Si miramos los españoles que han utilizado Internet al
menos 1 vez por semana en los últimos 3 meses, son el 95% de la
población, según
el INE, aunque superan el 99% las personas hasta los 34 años y son sólo el
79,9% entre los que tienen de 65 a 75 años. Y vuelve a caer drásticamente
el porcentaje entre los mayores de 75 años: sólo el 41% se ha conectado
a Internet al menos una vez por semana en los últimos 3 meses. Y si analizamos
los que han utilizado Internet diariamente (al menos 5 días a la semana
en el último trimestre), resulta que son el 91,5% de los españoles, aunque
llegan al 99,8% entre los más jóvenes (16-24 años), al 98,9% entre 25 y 34
años, al 97,1% entre 35 y 44 años, el 94% entre 45 y 54 años, el 87% entre 55 y
64 años y sólo el 70,5% entre 65 y 74 años. Eso supone que un 29,5% de los
mayores entre 65 y 74 años (2 millones) no usan
diariamente Internet, según el INE. Y si miramos
los mayores de 75 años, sólo lo usan así el 34,6%.
Ya no es sólo que un tercio de los mayores no utilicen
Internet sino que tampoco utilizan otros servicios digitales, según
el informe de UGT, elaborado con datos del INE y Red.es. Así, 4 millones
de mayores de 65 años no tienen WhatsApp ni otros servicios de
mensajería para comunicarse:
mientras los jóvenes lo tienen prácticamente el 100%, sólo lo utilizan el 60%
de los que tienen entre 65 y 74 años y el 39,3% de los mayores de 75 años. Otro
dato revelador: 6 millones de mayores (el 60%) no usan nunca el correo
electrónico. Y también son 6 millones los mayores de 65 años que no buscan información
en Internet sobre productos o servicios ni se informan en periódicos
digitales ni operan con bancos online.
Otro
dato preocupante es que los mayores no utilizan Internet para hacer trámites
ni solicitar servicios públicos digitales. Así, sólo un 29% de los
mayores de 65 años conciertan citas médicas a través de Internet (menos de la
mitad que la media española), un trámite muy útil que no utilizan más de 7
millones de mayores españoles. Y son más de 5 millones los mayores que no
utilizan la tecnología para nada relacionado con la salud (consulta de
citas e historiales médicos, tratamientos y pautas farmacéuticas, etc.). En
general, la mayoría de los mayores (51,3%) no hacen trámites online en la
Administración: ni pagar impuestos, ni solicitar ayudas, ni concertar citas o
tramitar solicitudes y expedientes, según
el estudio de UGT.
Los mayores también realizan muchas menos compras
online, según
los datos del INE (2024): sólo un 26,2% de las personas entre 65 y 74
años compran online (más de 5 millones de estos mayores no acceden al
comercio electrónico), mientras lo hacen el 44,9% de los que tienen entre
55 y 64 años, el 60,5% de los que tienen entre 45 y 54, el 69,8% de los que
tienen entre 35 y 44 años, el 71,8% de los que tienen entre 25 y 34 años y el
63,3% de los jóvenes de 16 a 24 años. Y ojo: sólo compran online el 7,4% de
los mayores de 75 años. Y si miramos su acceso a redes sociales, el 75%
de los mayores de 65 años (unos 7,7 millones de personas) no participan
en redes, aunque el 40% sí tiene una cuenta en TikTok.
La desconexión digital de los mayores tiene mucho que ver
con su bajo nivel de competencias digitales, según
el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI): un 47,3% de los
mayores de 65 a 74 años tienen un nivel bajo o inferior y otro 32,8% tienen un
nivel básico, con lo que sólo un 19,9% de estos mayores tienen un nivel digital
avanzado. La menor formación y la mayor desconexión digital se da en las
zonas rurales, según el estudio, sobre todo en los pueblos de la España
vaciada que además tienen peor acceso a Internet. Y el mayor problema de brecha
digital está en los mayores de 75 años (3 millones de personas), según
la experiencia de la ONG “Cibervoluntarios”: por su edad, han tenido menos
exposición previa a la tecnología y tienen más inseguridad y más temor a todo
lo digital.
Sin embargo, los mayores son conscientes de esta “brecha
digital” y les preocupa mucho: de hecho, el retraso digital es la 4ª
mayor preocupación de los mayores españoles, tras la salud, las pensiones y
la seguridad, según
una Encuesta a mayores de la Asociación 65ymás. Y no es para menos, ya que
los expertos reiteran los múltiples impactos negativos que tiene
la brecha digital de los mayores. Uno, la desigualdad de oportunidades
que conlleva, al restringir sus oportunidades de desarrollo (personal y
profesional) y excluirles de servicios básicos: citas médicas, plataformas de
ayudas y cuidados, banca digital…Pero es que además, la brecha
digital aísla a los mayores de su entorno
(familiares, amigos, vecinos…) y tiene un impacto negativo en su salud,
tanto física como mental: la “desconexión puede generar frustración,
sensación de inutilidad y depresión, según muchos expertos.
De hecho, varios
estudios médicos realizados entre 400.000 mayores han revelado que los
adultos mayores que usan móviles e Internet “tienen menores tasas de deterioro
cognitivo”, menor riesgo de sufrir problemas de demencia senil y Alzheimer.
Y otro
estudio reciente, elaborado por la Fundación BBVA e Ivie, coincide en
señalar que la formación es clave para que los mayores vivan mejor y más
sanos: cuanto más formado esté un mayor (ya desde los 55 años), más
sano envejecerá y menos problemas de
salud y dependencia tendrá al final de su vida, tras la jubilación.
El Gobierno español ha dedicado una parte de las inversiones
del Plan de Recuperación a reducir la brecha digital de los españoles
(mayor que la de la mayoría de europeos), pero con programas más dirigidos a
colectivos marginados que a mayores. Así, el
Plan Nacional de Competencias Digitales ha formado ya a 344.855
personas en competencias digitales trasversales”, básicamente a “ciudadanos
desfavorecidos” (146.419), niños en situación vulnerable (57.846) y habitantes
de zonas rurales (otros 85.795). Pero no se ha hecho un Plan específico de
formación digital para mayores, algo en lo que trabajan varias ONGs:
Cibervoluntarios,
Fundación Alicia y
Guillermo, Fundación la
Caixa, Fundación
Esplai, Asociación de Mayores
de Telefónica…
Para muchos expertos, el problema de fondo es “el
edadismo digital”: los mayores “son objeto en España de una discriminación
social y esa discriminación se ha trasladado a la brecha digital”, según
un estudio de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC). Según sus
investigaciones, es el edadismo y no la edad de las personas lo que influye
en que los productos digitales no estén diseñados para personas mayores. Y
nos encontramos ante un “círculo vicioso” que perpetúa la exclusión
digital de los mayores: los estereotipos y prejuicios ante los mayores (“no
tienen interés y no quieren aprender”) mantienen diseños y ofertas digitales
que no están pensados ni diseñados para mayores, lo que les retrae. Por eso, la
UOC ha puesto en marcha un proyecto (#viejismo)
para adaptar la digitalización a los mayores, atacando el “edadismo” y superando
prejuicios y temores.
Parece claro que avanzar en la digitalización de los mayores
exige un abanico
de medidas en varios campos. Por un lado, poner en marcha Programas
de alfabetización digital, cursos accesibles y adaptados para mayores, que
faciliten el acceso a Internet, teléfonos inteligentes, ordenadores, tablets.
Por otro, facilitar el acceso a Internet y a dispositivos de
mayores que viven en zonas rurales y con problemas de vulnerabilidad , apoyados
en personas físicas que les ayuden a moverse por la Red (incluso asistencia a
domicilio). Y en paralelo, hay que avanzar en un diseño digital más amigable
y accesible para mayores: interfaces intuitivas, botones y letras
grandes, opciones de asistencia de voz y configuraciones personalizables. Y manteniendo vías alternativas de atención (telefónica, personal) en
los servicios, sobre todo sanidad y Administración pública, también la banca.
En resumen, que vivimos en una sociedad cada vez más
digital pero una gran parte de las personas (más de 3,5 millones de
mayores) están “perdiendo este tren”, “desconectados”
y sin acceso a servicios básicos digitales, en especial la salud y la
comunicación. Y esta “brecha digital” tiene además un alto riesgo,
porque aísla a estos mayores de su entorno y favorece su autoestima y las
depresiones, perjudicando su salud y su deterioro cognitivo. Hoy por hoy, los
mayores ya suponen un 20% de la población y serán el 30% en 2050.
Así que resulta prioritario incorporarlos al reto digital, no
sólo para que se beneficien de servicios públicos y privados imprescindibles
sino para que se integren mejor en la sociedad y envejezcan más sanos. No
podemos “dejar atrás” a 1 de cada 3 mayores.
En España hay más de 10 millones de personas mayores de 65 años (10.183.437 censados el 1 de enero, según el INE). Y más de 3,5 millones de estos mayores (1 de cada 3) no usan nunca Internet ni los servicios digitales básicos, según un reciente estudio de UGT. Un grupo enorme de “excluidos digitales”, aunque se haya reducido tras la pandemia : eran 4,9 millones de mayores “desconectados” en 2019. Aunque parece que todo el mundo está conectado y enganchado a Internet, un 10% de la población española vive todavía al margen de Internet. Y el 83% de estos “excluidos digitales” tienen más de 65 años.
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