lunes, 24 de febrero de 2014

Las exportaciones se desinflan


El Gobierno Rajoy vuelve a echar las campanas al vuelo con las exportaciones, reiterando que han batido otro récord en 2013. Y es verdad. Pero no dicen que pierden fuerza: crecen poco desde el verano, cayeron en noviembre y en diciembre tuvieron el menor aumento desde 2008. Es normal, porque Europa, nuestro principal cliente, no creció en 2013 y el euro, convertido en la moneda más fuerte del mundo, nos quita ventas en EEUU, Rusia y países en desarrollo. Por todo ello, las exportaciones no han ayudado a la economía en la segunda mitad de 2013, como en los dos años y medio anteriores. Ahora, con Europa al ralentí, el euro fuerte y la crisis de países emergentes, resulta más difícil que las exportaciones nos ayuden a la recuperación. Por eso, es urgente reanimar la economía y el consumo en España: las exportaciones ya no podrán salvarnos en 2014. Bastante será que se mantengan.
 
enrique ortega

Las exportaciones crecen, pero menos: sólo un +0,8% en el cuarto trimestre, tras aumentar un 2,9% en diciembre (la menor subida ese mes desde 2008) y caer un -2,2% en noviembre . Y desde junio vienen creciendo por debajo del 4% (salvo septiembre). Además, están estancadas las exportaciones de dos regiones punteras (+0,1 Cataluña y +1,2% País Vasco), que suponen un tercio de nuestras ventas fuera. Con ello, en todo 2013 las exportaciones han crecido un 5,2%, casi igual que en 2012 (+5,1%), pero la tercera parte que en 2011 (+16,8%) y en 2012 (+15,2%). Y desde el verano, el pinchazo de las exportaciones ha hecho que no aporten nada de crecimiento a la economía, cuando el tirón del sector exterior fue quien salvó a España de una recesión más profunda  en los dos años y medio anteriores.

Las exportaciones se han desinflado en 2013 por dos motivos. Uno, por la recesión en Europa, que sólo ha crecido una décima, mientras la zona euro, donde están nuestros principales clientes (Francia, Alemania e Italia) caía un -0,4%. Y el otro, la fortaleza del euro, convertida en la moneda más fuerte del mundo por la depreciación del dólar, el yen y la libra, debido a que sus países han reanimado las economías con mucha liquidez. La consecuencia es que el euro se ha apreciado en 2013 un 4,16% frente al dólar, un 26,4% frente al yen y un 2,16% frente a la libra esterlina. A lo claro: los productos españoles son ese porcentaje más caros y la apreciación del euro se ha comido el sacrificio salarial de nuestros trabajadores.

Dicho esto, el sector exterior también presenta luces. Veamos tres datos esperanzadores.  Uno, que las exportaciones españolas son las que más han crecido de Europa en 2013 (un +5,2% frente al 1% de la UE28 y caídas del -1,6% en Francia, -0,2% en Alemania y -0,1% en Italia) y las terceras con más aumento del mundo, tras Japón y China. Segundo, que gracias a esto, España ha ganado cuota de mercado en el mundo (del 1,60% al 1,69%), saltando un puesto ( a Taiwán) en el ranking exportador mundial, donde ocupamos el 17º lugar. Y tres, que el déficit comercial (la diferencia entre lo que importamos y exportamos), se ha reducido a la mitad en 2013 (-15.995 millones de euros), aunque somos el quinto país europeo con más déficit comercial, tras Reino Unido (-78.600 millones de euros), Francia (-69.900 millones), Italia (-26.800 millones) y Grecia (-17.900 millones).

Ahora, falta ver qué hacen las exportaciones en 2014. El Gobierno anticipa que crecerán, pero algo menos que en 2013, con lo que su aportación al crecimiento de la economía será menor. Lo positivo es que se espera un mayor crecimiento de nuestros clientes europeos (+1,4% la UE28 y +1% los países euro), aunque la incógnita está en si se recuperan Francia e Italia, con serios problemas para crecer. Otro factor que puede ayudar es que el comercio mundial podría crecer más que en 2013, según las estimaciones de la OMC. Pero hay dos grandes incertidumbres: si se recuperarán los países emergentes (donde van un 23,5% de las exportaciones españolas, de ellas un 6,4% a Latinoamérica) y qué hará el euro, que sigue por encima de los 1,37 dólares, reforzado por inversores que huyen de los emergentes.

España tiene difícil aumentar el ritmo de sus exportaciones en 2014, aunque aún tiene margen para crecer: exportamos la mitad que Italia, con una economía similar, y porcentualmente menos que Bélgica y Holanda, economías mucho más pequeñas. El problema es que las exportaciones en España están muy concentradas en pocas empresas, sectores y regiones. Así, sólo 5.000 empresas concentran el 86% de las exportaciones españolas, que están también centradas en cinco sectores, que suponen un tercio de todas las ventas fuera: automóviles, componentes de automoción, combustibles, acero y farmaquímica. Y dos tercios de las exportaciones proceden de 5 regiones españolas (24,9 % Cataluña, 13% Madrid, 11,1% Andalucía, 10,1% Comunidad Valenciana y 8,8% el País Vasco), mientras las 12 autonomías restantes se benefician mucho menos de la exportación.

En definitiva, se trata de atraer a la exportación a un mayor número de empresas, sectores y regiones, para intentar que las ventas al extranjero no pierdan fuelle. Para ello, sería clave poner en marcha un Plan de choque que reanime las exportaciones, con dos medidas básicas: facilitar financiación suficiente (los exportadores se quejan de falta de crédito y avales) y más ayudas para la internacionalización de empresas, que han sido recortadas por el Gobierno Rajoy (el presupuesto del IBEX se ha reducido a la tercera parte desde 2007). Además, hay que facilitar la exportación, con más información, formación  y asesoramiento a las empresas (faltan oficinas comerciales en Latinoamérica y Asia), y con ayudas fiscales que se deberían articular con valentía en la próxima reforma impositiva.

No sólo hace falta que España tome medidas. Hoy por hoy, Bruselas y el BCE tienen en sus manos buena parte de las exportaciones españolas, ya que de ellos depende que la economía europea se recupere y se debilite el euro. Haría falta un Plan Marshall para reanimar la economía europea, además de reanimar el consumo en Alemania y la Europa del norte, lo que facilitaría nuestras exportaciones. Y aprobar una nueva “barra libre de liquidez”, incluso con compras de deuda (como EEUU), medidas que debilitarían al euro. Pero el BCE y Bruselas están paralizados por las elecciones de mayo y además no quieren  enfrentarse a Merkel y los países del Norte, que están cómodos así, porque crecen más y tienen poco paro, aunque sus exportaciones están cayendo.

Las exportaciones han salvado a España de una mayor recesión y una mayor pérdida de empleo en 2011, 2012 y primera mitad de 2013. Pero desde el verano han perdido fuelle y ya no pueden ser “la tabla de salvación de la economía”. Por eso es urgente que la actividad interna tome el relevo, de la mano del consumo y la inversión. Pero no se ve claro, sobre todo porque las familias tienen menos rentas (salarios a la baja, impuestos altos, pensiones congeladas y ayudas recortadas, con la mitad de los parados sin subsidio). Y sin apenas consumo, no hay ventas ni inversión, y apenas crecemos dentro.

Ese es el gran problema de España en 2014: que ya no vamos a crecer apenas por las exportaciones y que todavía no vamos a crecer apenas dentro, porque no hay consumo ni inversión. Y según un estudio del propio Instituto de Estudios Fiscales (Ministerio de Hacienda), la demanda nacional no tirará hasta 2015. Un callejón sin salida, del que hay que salir como sea, combinando medidas para reanimar la economía dentro (con ayuda de Europa) y un Plan de choque para la exportación, para que no se desinfle más en 2014. Pero esto depende más del euro y del resto del mundo que de nosotros. Así que la clave está, sobre todo, en empezar a reanimar la economía y el consumo en España, en acabar con casi cuatro años de austeridad, que han dejado una economía paralizada. ¡Hay que reanimarla aquí ¡

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