Esta es la cuestión que está detrás del auge de los
populismos y la extrema derecha en muchos paises, al margen de la
bonanza económica. Así, Biden
logró que la economía USA creciera más que
nunca y creara mucho empleo, bajando la inflación, pero
muchos americanos “sentían” que no vivían mejor (con sus salarios
reales también estancados, como en España) y votaron a Trump, que ganó
las elecciones. Este es el riesgo que tenemos en España, donde la
economía va bien, pero la gente no lo nota y el crecimiento se ha repartido de
forma desigual. Urge tomar medidas para “aumentar el rendimiento
social de nuestro crecimiento”, lo que obliga al Gobierno a actuar
en tres frentes: fomentar una
mayor subida de salarios (promoviendo mejoras de productividad, con la
modernización de la economía y una gestión empresarial más eficaz), mejorar
el acceso a la vivienda (construyendo más viviendas y no “asustando” a
los propietarios, para que alquilen más) y reforzar
los servicios públicos (sanidad, educación, Dependencia y servicios
sociales), lo que exige recaudar más con una reforma fiscal de verdad (no
los “parches” aprobados).
lunes, 25 de noviembre de 2024
Crecemos, pero mucha gente no lo nota
La Comisión Europea dice que España crecerá este año +3%,
más que en 2023, el triple que Europa y
más que EEUU. Pero la mayoría de la gente, según el CIS, cree que
la economía está “mal o muy mal”. ¿Qué pasa? Básicamente, que la
inflación se ha comido los ingresos de los españoles y ganan realmente
menos que hace 15 años. Además, les agobia la vivienda (hipotecas y
alquileres) y el deterioro de los servicios públicos: sanidad
(12,4 millones pagan un seguro privado), educación (muchos gastos) y Dependencia
(pagan a cuidadores). Y mientras, los salarios pierden peso y crecen los
beneficios empresariales y la desigualdad. En definitiva, la
economía “va bien”, pero muchos españoles no lo notan. Es lo que ha pasado
en EEUU: Biden logró crecer mucho y crear empleo, pero las elecciones las ganó
Trump. Hay que repartir mejor el crecimiento, con mayores
subidas de salarios y mejoras en la vivienda y los servicios
públicos, para que no ganen los populistas reaccionarios. Hace muchos años, quizás desde 2004 a 2007, que la economía
española no atravesaba una situación tan positiva como ahora,
algo que reconocen hasta los economistas más críticos. Llevamos varios años
creciendo más que Europa y la
Comisión Europea ha anticipado que España crecerá este año un +3%,
más que en 2023 (+2,7%), el
triple que la UE-27 (+0,9%) y más que Alemania (-0,1%), Francia (+1,1%), Italia
(+0,7%) e incluso EEUU (+2,7%). Y se han creado
+1.856.100 empleos desde antes de la pandemia (+433.300 este año,
hasta septiembre). La inflación está por debajo del 2% y es menor a la
europea (1,8% frente a 2,3% en la UE-27 en
octubre). El
turismo volverá a batir este año un récord histórico de turistas (93
millones) y de ingresos (125.000 millones euros, el doble que en 2015). Las
exportaciones están estancadas, pero crecen más que las europeas
desde 2019. Aumentan las
inversiones extranjeras, unos 30.000 millones de media, frente a
20.000 hace una década. Somos el país que ha recibido más
Fondos europeos, 47.943 millones.
Y este será el undécimo año con superávit
de España con el exterior: generamos más divisas de las que
necesitamos, lo que nunca pasó con el franquismo ni con la democracia hasta
2013.
En resumen, tenemos una economía más saneada y más
solvente. Son datos, oficiales e indiscutibles.
Pero la mayoría de los españoles no los ven y su
percepción de la economía es muy negativa, según la ultima Encuesta del CIS
(Barómetro de
octubre): el 38,2% creen que la situación económica es “mala”
y otro 20,8% la ven “muy mala”, siendo “buena” sólo
para el 29,2% y “muy buena” para otro 2,2% (el resto no sabe o no
contesta). Curiosamente, cuando esa Encuesta les pregunta por “su situación económica
personal”, los mismos encuestados la ven muy positiva: el
58,1% la ven “buena” y el 3,5% la ven “muy buena”, mientras sólo el 20,2% la
ven “mala” y el 6,3% “muy mala”. Una aparente contradicción que quizás se
explica porque muchos de estos encuestados se han beneficiado de mejoras
evidentes estos años: un empleo más estable, subida del salario mínimo (+54%),
ingreso mínimo vital o ayudas públicas para bajar el recibo de la luz, los
carburantes o los alimentos.
En cualquier caso, ¿por qué los datos económicos son
buenos y la mayoría de españoles creen que la economía esta mal o muy mal? La primera explicación podría estar en que el
Gobierno Sánchez no ha sabido explicar sus logros, en medio de un
barrizal político y mediático que no destaca los logros económicos y sí
los múltiples problemas políticos y
sociales que aparecen cada día, para desgastar al Gobierno. Pero hay una
explicación más de fondo: la
inflación se ha comido estos años parte de los ingresos de la mayoría de
los españoles (+40% ha subido la cesta de la compra y +50% la luz en los últimos 4 años), sobre todo los que viven de su trabajo, que ven cómo crecen
los ingresos de los que ganan más y los millonarios, en paralelo a la pobreza y la desigualdad.
Y esto crea una enorme frustración, no sólo contra un Gobierno
como contra “un sistema” donde, a pesar de las crisis, los que
antes vivían bien, ahora viven mejor. Y ellos no.
Pongamos datos a esta pérdida de poder adquisitivo de
los españoles. En 2008, antes de la crisis, la renta media por
persona era de 10.737 euros, según el INE, y con la
crisis, cayó a 10.391 euros en 2014. A partir de ahí, empezó a
recuperarse, hasta los 11.680 euros en 2019 y los 14.082 euros en 2023.
Un aumento de ingresos del +31,15% desde 2008 a 2023. Pero en estos 15
años, la inflación ha subido un +33.9%, según
el INE, con lo que hemos perdido poder adquisitivo, un -2,4%. Todos. Y si comparamos
los ingresos de 2023 con los de antes de la pandemia, han aumentado un +20,56%
y los precios un +17,9%, así que la mejora es sólo del +2,66% en estos 5
años. Como para no notarlo.
Veamos lo que ha pasado con los trabajadores, los que
viven de un sueldo. El salario medio ha pasado de 19.850 euros en 2009
(el máximo, antes de la crisis financiera, desde los 13.279 del año 2.000) a
los 23.981 euros en 2023, según
los datos de la Agencia Tributaria. Una subida del +20,81% en estos
15 años, que se ha comido con creces la inflación acumulada, dado que el IPC ha
subido estos años un +32,9%. Pérdida de poder adquisitivo:
-12,09%. Y si nos centramos en los últimos años, tras la pandemia, se
repite la pérdida: los sueldos en convenio han subido un +12,93%
entre enero de 2020 y octubre de 2024, según
Trabajo, mientras la subida acumulada de los precios ha sido del +19,1%.
Resultado: pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores con convenio
del -6,17% (sin convenio, más). Los pensionistas, sin embargo, han
salido ganando estos años. La pensión media ha pasado de 11.369
euros en 2009 a 18.813 en 2023, según
la Agencia Tributaria. Una subida del +65,4%, que duplica lo que subió la
inflación esos años (+32,9%) y da una ganancia neta del +32,5%.
Mientras los ingresos “reales” (descontando la
inflación) han bajado para la mayoría y los salarios actuales son muy bajos (4 de cada 100 trabajadores ganan menos de 2.000 euros brutos, unos 1.700 netos, según la EPA), hay gastos que se han
disparado estos años, como la vivienda o la energía. En el caso de las
familias que pagan una hipoteca (4 millones), han visto subir la
cuota desde 2022, cuando el BCE inició las subidas de tipos (10 en 14 meses):
de una media de 482 euros a principios de 2022 a un máximo de 819
euros en octubre de 2023, aunque luego estén bajando (675 ahora). Y
se han disparado el
coste de los pisos (de 150.000 euros un piso de 80 metros en 2019 a
180.000 en 2024) y, sobre todo, de los alquileres: el alquiler medio ha
pasado de 10,4 euros/m2 en
2019 (936 euros una casa de 90 metros) a 13 euros/m2 en
octubre de 2024 (1.030 euros, +30%), subiendo mucho más en las
grandes ciudades.
Y otro problema para el bolsillo de los españoles estos años
ha sido el deterioro de los servicios públicos, agobiados por los
recortes del pasado y el aumento de población (+1.627.985 residentes
entre enero de 2020 y septiembre 2024) y de necesidades. El problema más
preocupante es la
sanidad, con un aumento en las listas de espera (desde el médico
de familia a especialistas y operaciones), lo que ha obligado a 12,4 millones
de españoles a contratar un seguro médico privado, que este
año sube un 10%. En la
educación, las familias con hijos pagan más cada año, desde la
guardería a los colegios concertados (y privados), por cuotas “voluntarias”, libros,
extraescolares, uniformes, comedor o transporte. Y la
Dependencia atiende sólo a una parte de los mayores y discapacitados
(hay 310.000 dependientes en listas de espera), lo que obliga a muchas
mujeres a trabajar a tiempo parcial (reduciendo sus ingresos) o a contratar
cuidadores para ayudarles con hijos y padres.
Con este panorama, sueldos que suben menos que la inflación
y gastos crecientes, no es extraño que casi la mitad de españoles (22
millones) tengan problemas para llegar a
fin de mes, según
el INE. En 2023, un 46,4 % de los hogares (8.950.000) tenían
dificultades para llegar a fin de mes, casi tantos como en 2019 (47,9%). De
ellos, el 8,9% de hogares (1.716.374, donde viven 4,3 millones de personas)
tenían “mucha dificultad” para llegar a fin de mes (un 9,4% de
toda la población, frente al 6,8% en la UE-27). Otro 12,7% de hogares
(2.450.000) tenían “dificultad” para llegar a fin de mes y otro 24,8%
de hogares (4.782.000) tenían “cierta dificultad” para llegar a fin
de mes. En total, el 48,8% de la población tiene mucha, mediana o
alguna dificultad para llegar a fin de mes, según
el INE.
Y lo peor: todavía tenemos muchos “pobres”, personas
que ingresan menos del 60% que el conjunto de españoles (ganan menos 916 euros al mes los solteros y menos
de 1.923 euros los hogares con dos adultos y dos niños): eran 9,7
millones de personas en 2023, uno de cada cinco españoles (20,2%),
un porcentaje que sitúa a España
como el 6º país con más “pobres” (por ingresos) de Europa (72
millones de pobres, el 16,2% de europeos), sólo por detrás de Estonia y Letonia
(22,5% pobres), Rumania (21,1%), Lituania (20,6%) y Bulgaria (20,65). Y España
todavía tiene un
alto índice de desigualdad: la renta del 20% más rico es 5,5
veces superior al 20% más pobre, un problema enquistado (5,6 veces en 2008).
Y somos también el
6º país europeo con más desigualdad (la media UE-27 son 4,7 veces),
sólo por detrás de Bulgaria (6,6), Lituania (6,3), Letonia (6,2), Rumanía (5,8)
y Portugal (5,6).
España crece más que Europa desde 2021, pero uno
de los motores es el aumento de población, sobre todo extranjera (la población
total ha aumentado casi 3 millones desde 2007 a 2023). Por eso, nuestro crecimiento
real per cápita es menor y ese es el dato que se traduce en mejora de
rentas y nivel de vida. De hecho, el
PIB per cápita (lo que produce cada español) ha pasado de 23.594
euros en 2007 a 30.810 euros en 2023. Un aumento productivo del +30,5%.
Pero si se descuenta la inflación en estos años (+39,7%), el PIB por
habitante real ha caído (-9,2%). Y eso explica el deterioro de la renta
real y los salarios reales (descontando la inflación). Producimos más pero
siendo más y con mucha inflación.
Esto se traduce en que España se distancia de la renta y
del PIB por habitante europeo, que ha crecido más. Así, en 1986,
cuando ingresamos en la CEE, el PIB por habitante de España (homogeneizando la
inflación) era el 76% de la media europea. Fuimos mejorando y en el año
2.000 rozamos la media (98% del PIB por habitante UE), superándola
por primera vez en 2002 y alcanzando un máximo en 2006 (nuestro PIB por
habitante era el 105% del europeo). Pero llegó la crisis financiera y
se desplomó, hasta el 96% en 2016 y un mínimo del 83% en 2020 y
2021, por la pandemia. Después ha mejorado algo: en
2023 teníamos el 88% del PIB por habitante de la UE-27, ocupando
el lugar nº 16 en el ranking de productividad por habitante
(aunque seamos el que más crece), detrás de Luxemburgo (239% de la media
UE), Irlanda (211%), Dinamarca (127%), Paises Bajos
(130%), Austria (123%), Bélgica (118%), Alemania (115%), Suecia
(114%), Finlandia (108%), Malta (105%), Francia (101%), Italia
(97% media UE), Chipre (95%), Chequia (91%) y Eslovenia (91%), según
Eurostat.
¿Por qué somos menos productivos y tenemos menos renta
que 15 paises europeos? Básicamente, hay dos causas de fondo:
en España trabaja menos gente y trabajan peor, con menos eficacia y
productividad (ver
Blog). Por eso seguimos lejos
de la Europa rica y nuestras rentas y salarios no acaban de despegar. Pero
hay otra razón: tras las dos crisis, los salarios se han frenado,
mientras los
beneficios empresariales se han recuperado y crecen año tras año.
España crece, pero unos se benefician más que otros de este crecimiento,
por sectores y grupos sociales. Es un crecimiento que se reparte de forma
desigual. Y por eso, los
salarios han perdido más trozo del pastel
en el reparto de la renta: del 49,87 % en 2018 al 48,28% en 2023 (-1,59%), mientras los
beneficios empresariales han pasado del 41,11% al 42,86% (+1,75%), perdiendo
también los impuestos (8,86% restante).
Y eso pasa en toda Europa y EEUU: las grandes empresas ganan cada
vez más y los más ricos también, mientras los ingresos de la mayoría se
estancan y no llegan a fin de mes.
Si no se toman medidas para que los ciudadanos “noten”
que se benefician de este crecimiento
récord, antes o después habrá elecciones y una mayoría de
ciudadanos “castigará” al Gobierno (como sucede en medio mundo) y pondrá
al frente a populistas y neoliberales que empeorarán las cosas. Porque
lo que está en juego es cómo se reparte el crecimiento. Y hay posturas
políticas que defienden realmente los intereses (e impuestos) de las
minorías más ricas, aunque digan que defienden a la clase media y a la
mayoría. No se dejen engañar.
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