jueves, 21 de noviembre de 2024

Las exportaciones, estancadas

Al leer que este Blog va de exportaciones, muchas personas pensarán que no les interesa. Pero es un tema importante para los españoles, por tres razones: son el 2º motor de nuestro crecimiento, mantienen 4,6 millones de empleos y los paises más ricos son los que más exportan. Por eso, si las exportaciones españolas (y europeas) están “estancadas”, tenemos un problema. Sobre todo porque España lleva décadas abierta al exterior y exportamos 17 veces más que en 1986, cuando ingresamos en Europa. Eso nos permite tener superávit comercial con la UE , aunque tengamos déficit con el resto del mundo, por las compras de energía. Y tanto en 2022 como en 2023, un tercio del crecimiento  (y el empleo) de España fue gracias a las exportaciones. Ahora, una Europa estancada y la amenaza de aranceles en EEUU (más el proteccionismo y las guerras), amenazan nuestras exportaciones y el crecimiento futuro. Urge aprobar un Plan de estímulo a las exportaciones, porque nos jugamos el crecimiento, la competitividad y el empleo.

                            Enrique Ortega

Uno de los grandes cambios de la economía española en las últimas décadas ha sido la apertura al exterior. En 1986, España ingresa en la Comunidad Europea y a partir de ahí, las empresas extranjeras entran en España y nuestras empresas empiezan a vender fuera. Sobre todo, tras la crisis de 2008, cuando se desploma la demanda interna. Con ello, España pasa de exportar 22.933 millones de euros en 1986 (el 10% del PIB) a 159.889 millones en 2009 (15% del PIB) y 389.208 millones en 2023 (25,6% del PIB). Un salto tremendo: las exportaciones se han multiplicado casi por 17 en los últimos 37 años. Y España, que era un país cerrado al exterior, es hoy el 6º país que más exporta en Europa, sólo por detrás de Alemania (exportó 4 veces más: 1.574.602 millones de euros en 2023), Paises Bajos (866.610 millones exportados con menos de la mitad de población que España), Italia (625.949 millones), Francia (602.233 millones) y Bélgica (525.287 millones exportados).

Este “milagro exportador” de España ha sido constante y continuado en las últimas décadas, con las exportaciones creciendo año tras año, salvo en 2008 (por la crisis financiera) y en 2020 (por la pandemia), hasta alcanzar un máximo histórico en 2022 : 389.208 millones de euros. Y aunque las exportaciones “pincharon” ligeramente en 2023 (-1,4%, hasta 383.688 millones de euros), España es el país europeo donde más han crecido las exportaciones respecto a antes de la pandemia: +32,3% entre 2019 y 2023, frente al +27,9% en la UE-27, +30,4% en Italia, +20% en Francia y +17,6% en Alemania. Y fuera de la UE, las exportaciones crecieron también menos: +16,4% en Reino Unido, +22,9% en USA y +31,1% en Japón, superándonos sólo China (sus exportaciones crecieron +39,7% entre 2019 y 2023). Con ello, España superó la pandemia mejorando su cuota exportadora en  Europa: de suponer el 5,7% de las exportaciones europeas pasó al  5,9% en 2023.

Pero quizás lo más importante es que este “milagro” exportador ha ayudado mucho al crecimiento de la economía en los últimos años, sobre todo en las dos últimas crisis. Primero con la crisis de 2008: entre 2009 y 2013, la economía estuvo en recesión, con bajadas del PIB, pero habríamos caído mucho más si las exportaciones no hubieran crecido. Un ejemplo, el año 2009, el peor de esa crisis financiera: el PIB cayó un -3,6%, pero habría caído mucho más (y el empleo) si las exportaciones no hubieran aportado un +2,8% al crecimiento. Y las exportaciones volvieron a salvarnos en la pandemia: en 2020, las exportaciones cayeron menos que la economía (-2,2% frente al -10,9% que cayó el PIB). Y en la recuperación posterior han sido claves, aportando un tercio del crecimiento en 2022 (2,3% del 6,2% que creció el PIB) y en 2023 (1% del 2,7% que crecimos). Y en 2024, aportan una quinta parte del crecimiento (0,7% del 3,4% anual hasta septiembre).

Así que las exportaciones llevan décadas creciendo, ganando cuota de mercado en Europa y ayudando a que España crezca más que la mayoría de paises occidentales (3% creceremos este año, según Bruselas, y la cuarta parte lo aportarán las exportaciones). Por eso, preocupa que se hayan estancado en 2024, cayendo un -0,3% hasta septiembre, según los últimos datos publicados por Comercio (tras caer un -1,3% en todo 2023). Y eso, a pesar de que las exportaciones llevan creciendo tres meses seguidos (julio, agosto y septiembre, +4,6% el tercer trimestre) y también en el 2º trimestre (+4,5%) , pero todavía no se han recuperado del desplome en el primer trimestre (-9%). Una caída que se explica por el estancamiento económico de Europa y la recesión en Alemania (nuestro 2º cliente) y por el bajo crecimiento y el aumento del proteccionismo comercial en el resto del mundo.

En concreto, las exportaciones españolas a Europa han caído un -0,8% hasta septiembre, cayendo más las dirigidas a la UE (-1,1%) y sobre todo a Francia (-2,1%), nuestro primer cliente, a Alemania (-1%) y a Bélgica (-21,9%), creciendo sin embargo nuestras exportaciones a Paises Bajos (+1,4%) y a Portugal (+0,9%), también al Reino Unido (+5,5%). Pero la caída de exportaciones es mayor fuera de Europa: -2,1% cayeron nuestras ventas a América (-1,2% a USA), -3,1% las exportaciones a Latinoamérica y -4,9% a Oriente Medio. Eso sí, crecen las exportaciones a Asia (+1,2%), aunque caen las ventas a China (-0,7) y mejoran las ventas a Africa (+5%), por la reanudación del comercio con Argelia (+220% exportaciones). Y por productos, siguen creciendo las exportaciones españolas de alimentos (+7% hasta septiembre) y calzado (+6,8%), pero “han pinchado” las exportaciones de automóviles (-0,6%), medicamentos (-20,3%) y bienes de equipo (-0,6%).

Lo positivo es que las importaciones, las compras españolas en el extranjero (que crean riqueza y empleo fuera, no en España) también caen y más que las exportaciones (-1% hasta septiembre, hasta 313.896 millones de euros), porque España ha comprado mucho menos gas (-34,4%), carbón y electricidad (-34,6%), por el auge de las energías renovables, aunque sigue comprando más petróleo (+3,6%). Estas menores compras energéticas han conseguido que el déficit comercial (importaciones- exportaciones) se reduzca este año (-8,4%), hasta los -27.091 millones de euros, aunque el 82% de ese déficit sea por las compras de energía.

España consigue “tapar” sin problemas este déficit comercial, gracias a los ingresos por turismo y a otras exportaciones de servicios (no de mercancías) que hacen las empresas españolas, desde consultaría e ingeniería a servicios financieros, de transporte o tecnológicos en el extranjero. Así, en 2023, las exportaciones españolas de servicios batieron otro récord, con 183.095 millones de euros de ingresos (y 90.072 millones de pagos), menos de la mitad por ingresos turísticos (85.181 millones) y la mayoría (97.955 millones) por exportaciones de servicios prestados fuera de España (el 66,5% en Europa y el 22,7% en América, donde exportamos muchos más servicios que mercancías).

Con estos ingresos por turismo y servicios, España consigue tener superávit con el exterior desde 2013, algo inaudito en nuestra historia: de 1961 a 2012, España tuvo déficit con el exterior 45 de estos 52 años, lo que limitó extraordinariamente la capacidad de maniobra económica del franquismo y la democracia. Ahora, este histórico superávit con el exterior (ingresamos más divisas de las que pagamos) desde 2012 a 2023 (+36.600 millones de euros), que se repetirá en 2024 (+25.400 millones hasta junio), nos convierte en un país más solvente y más independiente, con más inversión extranjera y más capacidad para invertir sin endeudarse tanto en el exterior y poder reducir nuestra deuda externa : debemos 791.115 millones en 2023 (52,8% del PIB), frente a un billón de deuda en 2013 (96,2% del PIB). Más independencia y más solvencia económica gracias a todas las exportaciones, desde las mercancías al turismo y los servicios empresariales en el extranjero.

Como ha podido verse, las exportaciones son una cuestión económica clave, no sólo para crecer y ser un país solvente sino porque mantienen 4,6 millones de empleos en España. Por eso preocupa que se hayan estancado y que aunque este año “se salven”, caigan más en 2025, no ayudando o incluso restando crecimiento a la economía. Y eso porque Europa, donde se dirigen el 74% de todas las exportaciones de mercancías (y dos tercios de los servicios, así como la mayoría de turistas que nos visitan) apenas va a crecer en 2025, según la última previsión de la Comisión Europea: un +1,5% la UE-27 (tras un +0,9% en 2024), un +0,7% Alemania (tras 2 años en recesión), un +0,8% Francia (menos que el 1,1% de 2024) y +1% Italia (tras 0,7% este año). Y encima, Trump amenaza con poner un arancel del 10% a las exportaciones europeas (serían un 10% más caras), mientras China y muchos paises toman medidas proteccionistas que dificultarán nuestras exportaciones.

Las exportaciones españolas han aguantado bien hasta la fecha, creciendo más que las del resto de Europa, ayudadas por una inflación contenida (en España era del +1,7% anual en septiembre, frente al +2,1 en la UE-27 y el +1,8 en Alemania, aunque Francia tiene un +1,4% e Italia el +0,7%) y, sobre todo, por unos salarios que son de los más bajos de Europa: 18,2 euros por hora trabajada en 2023, un -24,2% menos que en la UE-27 (24 euros) y bastante menos que en Dinamarca (42 euros/hora), Bélgica (36,3), Irlanda (33,3), Paises Bajos (33), Alemania (31,6), Francia (28,7)o Italia (21,5), según Eurostat. O sea, que nuestra fortaleza, que nos permite ganar mercados, es intentar ser “la China de Europa” (bajos precios y salarios). Pero nuestras exportaciones tienen varias debilidades estructurales: un exceso de concentración, en destino (Europa), en origen (sólo 6 autonomías exportan de verdad y pocas empresas, la mayoría muy grandes) y en productos (mercancías de poco valor añadido).

El primer problema de fondo que tienen las exportaciones españolas es que están demasiado concentradas en Europa: allí van el 74% de las exportaciones, de ellas el 62,2% a la UE-27. Y además, en los últimos años, esta tendencia a exportar a Europa se ha agravado (en 2019 sólo exportábamos allí el 71,5%), aunque ahora exportamos más a paises europeos que no están en la UE. Lo más preocupante es que nuestras exportaciones a Asia suponen sólo el 7,7% del total (y ha bajado, porque en 2019 iban el 9% de las exportaciones), cuando esa zona concentra el 40% del comercio mundial. Y otro tanto pasa con las exportaciones a EEUU (estancadas en el 4,7% del total, ahora y antes de la pandemia) y a Latinoamérica (estancadas también en el 5,2% del total), mientras ha caído el peso de nuestras exportaciones a Oriente Medio (del 2,6 al 2,1%) y a Africa (del 6,5 al 5%).

Otro problema de fondo es el origen de estas exportaciones. Están concentradas en 6 autonomías y el resto apenas exportan: Cataluña (25,9% del total), Madrid (12,7%), Andalucía (10,6%), Comunidad Valenciana (9,9%), País Vasco y Galicia (8% cada una). Y eso ahora (74,9% de las exportaciones proceden de ellas) y en 2019 (74,3%). Y lo mismo pasa con las empresas: la exportación se concentra en 44.838 empresas (de casi 3 millones), que son las que venden fuera regularmente más de 50.000 euros anuales. Y ojo, las 1.000 empresas españolas que más exportan hacen el 66,3% de todas las exportaciones.

Un tercer problema es lo que exportamos. España se ha especializado en exportar alimentos (el 18,7% de nuestras exportaciones: somos “la despensa de Europa”), automóviles (el 13,8% de las exportaciones) y semimanufacturas (metales, hierro, papel y cerámica, un 9,9% más). Y por ello, exportamos pocos productos de alta tecnología, de alto valor añadido: un 6,8% del total, frente al 17,7% de las exportaciones europeas. Y hay otro problema más: mucho de lo que exportamos obliga antes a incorporar productos intermedios  importados, lo que agrava nuestro déficit comercial. A lo claro; que España, por sus bajos salarios y su posición geográfica, es un país ideal para producir, importando productos intermedios y exportando luego los productos finales, dentro de las cadenas internacionales de producción (un ejemplo es el automóvil). La consecuencia es que sólo una parte de las exportaciones españolas, el 75%, generan realmente “valor añadido doméstico”, frente al 77,4% de media en Europa y el 92% de las exportaciones en EEUU, según un estudio de la Fundación BBVA.

En definitiva, que aunque las exportaciones se hayan disparado en las últimas décadas, queda mucho por mejorar para que España tenga un sector exportador más potente, donde haya más empresas de todas las regiones exportando productos de más valor por todo el mundo. Un reto que es clave para conseguir una economía más competitiva, más eficiente y que mejore el nivel de vida de los españoles. Porque basta ver los países europeos donde las exportaciones tienen más peso (en % del PIB) para hacer la lista de los paises más ricos: Bélgica (exportaciones aportan el 88% del PIB), Paises Bajos (81%), Austria (43,80%), Alemania (38%), Suecia (34%), Irlanda (37,7%), Dinamarca (32%), Italia (29,43%) …, todos por delante de España (aportaron 25,6% del PIB en 2023).

Ahora que las exportaciones se han estancado y se enfrentan a un año 2025 comercialmente muy difícil, sería un buen momento para que el Gobierno propusiera un Plan de choque para reanimar las exportaciones, con medidas en varios frentes, que llevan años pidiendo los exportadores españoles: más oficinas comerciales y asistencia por el mundo, más viajes y misiones comerciales en paises emergentes, más ayudas a la internacionalización de las pymes, aumentar y mejorar la financiación pública a la exportación, facilitar la integración de empresas para ganar tamaño y vender fuera, mejorar la formación exportadora y aumentar las ayudas e incentivos fiscales a las empresas exportadores, que generalmente facturan e invierten más, tienen más tecnología e innovación y crean más empleo estable que las empresas no exportadoras. Hay que “mimar” las exportaciones, que nos salvan a todos.

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