Se acabó el dinero barato. El BCE ha subido un 0,25% el precio oficial del dinero en Europa, tras casi dos años en el 1%.La medida es otra imposición de los conservadores europeos y la Europa del norte, preocupados por la inflación y no por el paro. Y supone otra vuelta de tuerca para España y la Europa del sur, que vamos a pagar más por la deuda, habrá menos consumo e inversión, creceremos menos y se creará menos empleo. Y además, forzará nuevos recortes de gastos en 2011 y sobre todo, en 2012. La subida de tipos, que continuará en los próximos meses, va a retrasar al menos seis meses la recuperación, hasta el verano de 2012.
La última Cumbre Europea dejó a Portugal a los pies de los mercados, que se han cobrado una tercera pieza (mercados 3 - Europa 0), a costa de grandes beneficios y un alto coste para los tres países, que tardarán una década en recuperarse. Merkel y los conservadores de Bruselas, que no han defendido a Portugal antes los mercados (como tampoco lo hicieron con Grecia o Irlanda), han dado “su tercer escarmiento” a la Europa del sur, que no es la culpable de la crisis (una crisis financiera) y sí quien más la sufre. Y ahora, el Banco Central Europeo, su policía monetaria, da la puntilla subiendo tipos. Una medida que pretende atajar la inflación (2,6% en la UE) pero que va a poner en peligro el crecimiento y la creación de empleo. Algo que no les preocupa, porque Alemania crece en torno al 4% y la UE en torno al 2%, cuando España, Portugal, Grecia e Irlanda no crecen ni crean empleo. Y ahora menos.
España es uno de los países que más sufren por la subida de tipos. Primero, porque estamos muy endeudados (4,2 billones, con b, de euros) y ahora nos costará más caro devolver los créditos. A las empresas (las compañías del IBEX, con 238.000 euros de deuda, pagarán 400 millones más en intereses) y a las familias, por las hipotecas: el saldo vivo de deuda hipotecaria supera el billón de euros, un 94% a tipo variable (en Europa, sólo la mitad). De hecho, el precio del dinero en el mercado lleva meses subiendo y el Euribor ha superado el 2%, con lo que las hipotecas que se revisen en abril tendrán un mayor coste anual de 624 euros. También se encarece la financiación a bancos y Cajas (en plena reforma), con lo que el crédito será más caro y escaso (ya ha caído en 2011). Y al Estado se le encarecerá la deuda, con lo que tendrá que recortar gastos (o más déficit).
Dinero más caro se traduce en menos inversión y menos consumo, en un momento en que las ventas están cayendo y las familias tiran del ahorro para llegar a fin de mes, ahora más difícil con las subidas de los carburantes, la luz, el gas y el butano en abril. Una válvula de escape son las ventas al extranjero y el turismo, pero la subida de tipos también juega en su contra: el euro se revaloriza (ya ha subido un 8,6 % frente al dólar) y eso encarece nuestros productos y las vacaciones en España. En suma, la subida de tipos, que llegarán hasta el 1,75% para fin de año, va a recortar aún más el crecimiento, este año (un -0,3%) y el próximo (otro -0,4%), retrasando unos seis meses la salida de la crisis, hasta el verano de 2012. El Gobierno se ha empecinado en mantener su previsión de crecimiento en el 1,3% este año, aunque la ha rebajado para 2012 y 2013. Pero tanto el Banco de España como la mayoría de los expertos apuestan por crecer la mitad en 2011, entre el 0,6 y el 0,8%.
Menos crecimiento, menos empleo. El Gobierno confía en bajar algo el paro este año, pero la mayoría de las previsiones apuntan a más paro (4,8 millones) y pérdida de empleo neto. Y el problema de fondo, reconocido por el ministro de Trabajo, es que España “necesita crecer un 2,5% para empezar a recuperar el empleo perdido”. Y eso no será hasta 2014, como pronto. Ese es el drama para uno de cada cinco españoles sin empleo. Pero hay más: si crecemos menos por la subida de tipos, el Estado recaudará menos, con lo que tendrá que hacer nuevos recortes, este año y sobre todo en el Presupuesto 2012. Y esos recortes enfriarán el crecimiento y el empleo. Es lo que tiene reducir el goteo a un enfermo en la UVI.
En resumen, las recetas de Merkel y del BCE (tan diferentes a las de Obama y la Reserva Federal , con los tipos en el 0,25%) están pensadas para atajar la inflación en la Europa del norte, que crece y crea empleo, pero agravan la crisis en España y la Europa del sur, retrasando el crecimiento y la creación de empleo. Más desigualdad en una Europa a dos velocidades. Y pueden volver las tensiones a los mercados, porque los rescates no resuelven los problemas, sólo evitan la quiebra. La receta del ajuste puro y duro provoca crisis, estancamiento, costes sociales y paro. Y más con tipos altos, que forzarán más ajustes. Habría que buscar, en Europa y en España, un gran pacto para salir de la crisis, con otras recetas, reanimando al enfermo en lugar de mantenerlo en coma. Pero estamos en minoría y en el Club del euro mandan los conservadores. Por sus recetas, y por sus errores en el pasado, tardaremos una década en remontar la crisis. Y para entonces, la otra Europa irá más rápido y será más rica.
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