España crece cuatro veces más que la media europea, pero este fuerte crecimiento se concentra en 6 regiones, que son el motor de la economía y el empleo: Madrid (aportó el 19,6% del PIB de 2023), Cataluña (aportó el 18,8%), Andalucía (13,3%), Comunidad Valenciana (9,3%) País Vasco (5,9%) y Galicia (5,2%), según los últimos datos del INE. Estas 6 autonomías aportaron juntas el 72,1% del PIB total de España (1.498.324 millones en 2023), con lo que las 11 autonomías restantes, más Ceuta y Melilla sólo aportan el 27,9% del PIB español. Una concentración de la producción que apenas ha variado en este siglo, porque en el año 2000, estas 6 autonomías aportaban el 71% del PIB español, casi como ahora. Y un dato más, que revela con claridad la desigualdad en el crecimiento: la aportación de la Comunidad de Madrid al PIB español (19,6% del total) equivale a la de otras 7 regiones juntas, Castilla y León (aporta el 4,7%), Castilla la Mancha (3,6%), Canarias (3,6), Aragón (3,1%), Murcia (2,7%) y Asturias(1,9%). Tremendo.
lunes, 3 de marzo de 2025
Autonomías: las 3 Españas siguen ahí
La propuesta de perdonar 83.000 millones de deuda a las
autonomías es el último acto del enfrentamiento constante entre el Gobierno
Sánchez y las autonomías gestionadas por el PP, que llevan años pidiendo
más recursos, mientras bajan impuestos y se deterioran los servicios públicos.
Pero nadie habla del tema de fondo: España crece, pero no sirve para
corregir las desigualdades entre regiones: ahí siguen las 3 Españas,
la rica (Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón, Baleares y la
Rioja), la pobre (Melilla, Ceuta, Andalucía, Extremadura, Canarias,
Castilla la Mancha y Murcia) y la intermedia (el resto). Unas diferencias
regionales que se mantienen desde hace 50 años. Urge acordar un nuevo
sistema de financiación autonómica y apostar por una política
económica dirigida a “repartir” mejor el crecimiento español,
porque ahora se concentra (el 72%) en 6 autonomías, las más ricas. Eso exigiría
un gran Pacto autonómico, para reducir la brecha entre las 3
Españas y conseguir que nuestro nivel de vida y los servicios públicos no
dependan de dónde vivimos. Enrique Ortega
España crece cuatro veces más que la media europea, pero este fuerte crecimiento se concentra en 6 regiones, que son el motor de la economía y el empleo: Madrid (aportó el 19,6% del PIB de 2023), Cataluña (aportó el 18,8%), Andalucía (13,3%), Comunidad Valenciana (9,3%) País Vasco (5,9%) y Galicia (5,2%), según los últimos datos del INE. Estas 6 autonomías aportaron juntas el 72,1% del PIB total de España (1.498.324 millones en 2023), con lo que las 11 autonomías restantes, más Ceuta y Melilla sólo aportan el 27,9% del PIB español. Una concentración de la producción que apenas ha variado en este siglo, porque en el año 2000, estas 6 autonomías aportaban el 71% del PIB español, casi como ahora. Y un dato más, que revela con claridad la desigualdad en el crecimiento: la aportación de la Comunidad de Madrid al PIB español (19,6% del total) equivale a la de otras 7 regiones juntas, Castilla y León (aporta el 4,7%), Castilla la Mancha (3,6%), Canarias (3,6), Aragón (3,1%), Murcia (2,7%) y Asturias(1,9%). Tremendo.
Madrid se consolida como la
región que más produce en España (293.069 millones en 2023, el 19,6%), reforzando
su liderazgo frente a Cataluña (281.845 millones producidos en 2023, en
18,8%). Tradicionalmente, la región que mas producía era Cataluña, pero en 2012 la superó
Madrid y se mantiene por delante desde entonces. Madrid
está ganando la carrera apoyada por un fuerte crecimiento de la población
(+405.000 habitantes entre 2019 y 2024, frente a +399.227 en Cataluña y
+202.145 en Andalucía), unos menores ajustes durante la crisis, el efecto
negativo del procés sobre la economía catalana, el tirón de inversiones
y turismo y el
“factor capitalidad” (concentra empleo público, multinacionales y
grandes empresas), así como la oferta de servicios de alto valor añadido.
Ahora, el president Illa ha aprobado un Plan a medio plazo,
que prevé invertir 18.500 millones en infraestructuras, formación, servicios
públicos y modernización de su economía para que Cataluña consiga recuperar
el liderazgo económico en España en
10 años (“o en 5, si podemos”).
Pero lo importante no es lo que produzca cada región o cada país,
sino lo que se produce por habitante (PIB por habitante), el indicador
que permite conseguir un mayor o menor nivel de renta. Así, España es el 4º país
que más produce en la UE (1.593.136 millones de euros en 2024), tras Alemania
(4.305.260 millones producidos), Francia (2.822.455 millones) e Italia
(2.128.001 millones de euros de PIB). Pero luego, al tener en cuenta la
población de cada país, España baja hasta el puesto nº 15 en PIB por
habitante, según
Eurostat: produjimos 30.968 euros por habitante (2023), frente a 38.130 euros
de media en la UE-27, con lo que “nos
adelantan” 14 paises en PIB por habitante, no sólo los tres grandes (Alemania,
Francia e Italia, que también tienen más PIB total) sino otros paises más
pequeños, como Luxemburgo, Irlanda, Paises Bajos, Dinamarca, Austria, Bélgica,
Suecia, Alta, Finlandia, Chipre y Eslovenia. Producimos menos que ellos por
habitante.
Dentro de España pasa lo mismo: hay
regiones que producen mucho (como Andalucía o la Comunidad
Valenciana) pero que, como tienen mucha población, en realidad son “menos
productivas” que otras que producen menos y tienen poca población. La clave
es comparar la producción por habitante (el PIB por habitante).
Ese es el verdadero ranking de las autonomías: las más
productivas (y por ello las más ricas) y las menos productivas (y más pobres), según
los datos de 2023 publicados por el INE en diciembre. Y así podemos perfilar
el mapa de las 3 Españas: la rica (7 autonomías), la pobre
(5 regiones más Ceuta y Melilla) y la intermedia (5 autonomías
restantes).
La España
rica, la que produce por habitante más que la media (30.968
euros en 2023) la integran Madrid (42.198 euros por habitante, el 136,3%
de la media), País Vasco (39.547 euros, el 127,7%), Navarra
(37.088 euros, el 119,8% de la media), Cataluña (35.125 euros, el
114,1%), Aragón (34.658 euros, el 111,9%), Baleares (34.381
euros, el 111%) y la Rioja (32.828 euros, el 106% de la media). La España
intermedia la componen 5 autonomías que producen por habitante menos
que la media española, pero no demasiado: Castilla y León (29.698 euros, el
95,9%), Galicia (28.644 euros, el 92,5%), Cantabria (28.461 euros, el 91,9%),
Asturias (28.130 euros, el 90,8%) y la Comunidad Valenciana (26.453 euros, el
85,4%). Y el resto componen la España
pobre: Murcia (25.887 euros, el 83,6% de la media), Castilla
la Mancha (25.758 euros, el 83,2%), Canarias (24.345 euros, el
78,6%) y sobre todo, Extremadura (23.604 euros, el 76,2%), Andalucía
(23.218 euros, el 75% de la media), Ceuta (22.751 euros, el 70,5%) y Melilla
(produce 20.479 euros por habitante, el 66,1% de la media).
Estos datos
revelan que Melilla produce por habitante menos de la mitad que
Madrid (el 48,5%) y Andalucía el 55%. Lo peor no es sólo esta tremenda
“brecha” entre dos regiones (una
produce el doble que la otra) sino que esa diferencia apenas ha mejorado
desde 2019 (Melilla producía el 49,36% y Andalucía el 53,92%) e incluso desde el
año 2.000 (Extremadura, entonces la más pobre, producía el 49,53% que Madrid),
según los datos del INE. Y además, las 7 regiones más ricas en 2023
(Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón, Baleares y Rioja) son las mismas
que en 2008 y casi las mismas que en el
año 2.000 (Madrid, Navarra, Baleares, País Vasco, Cataluña, la Rioja y
Aragón). Y las más pobres de hoy (Melilla, Ceuta, Andalucía, Extremadura
y Canarias) son las mismas que en 2019, casi las mismas que en 2008
(entraba Castilla la Mancha) y casi las mismas que
en el año 2.000 (Melilla, Ceuta, Extremadura, Andalucía y Castilla la
Mancha).
Pero hay algo más
llamativo: esta brecha entre
regiones más o menos productivas se
arrastra desde hace siglo y medio, según el libro “La desigualdad
regional en España 1860-2015”, escrito por tres catedráticos universitarios
(Díez Minguela, Martínez-Galarraga y Tirado). Ahí documentan que la
desigualdad regional aumentó entre 1860 y 1910, se redujo después entre
1910 y 1950, volvió a bajar entre 1960 y 1985 y lleva siendo elevada desde 1986, a raíz de la entrada de España en Europa, debido
a que una economía más abierta ha agravado las diferencias regionales, al
competir mejor unas autonomías que otras.
¿Por qué hay tanta desigualdad en el crecimiento de las
autonomías? La existencia de 2 o 3 Españas tiene mucho que ver con la estructura económica de cada región
(más o menos industria, más o menos servicios y el tipo de agricultura), su población (poca o mucha y nivel de
envejecimiento), la educación y
formación de sus trabajadores, el nivel
tecnológico, la mayor o menor inversión
pública o privada, las infraestructuras
disponibles o el peso de la
exportación. Y en el caso de Madrid, el factor “capitalidad”,
que aporta un “crecimiento extra” porque las instituciones públicas y ser la
capital del país atrae empresas, inversiones, población y talento, según
este estudio del IVIE. Por todo ello hay regiones más o menos productivas,
aunque el factor que más ha jugado en
este siglo para explicar la brecha regional es la desigual creación de empleo.
Pero tras la mayor o menor productividad por habitante, luego
entran
en juego “los contrapesos”, mecanismos que intervienen para que esas regiones tengan más o menos renta. En principio, las regiones más
productivas son también las más ricas, pero hay factores de corrección de
esa “brecha económica”: las transferencias
públicas (pensiones, desempleo, ayudas a la Dependencia), subvenciones y prestaciones sociales,
el gasto público en sanidad y educación,
las inversiones públicas, impuestos y la
financiación autonómica. Y dentro de estas “medidas correctoras” destacan las
ayudas europeas, que buscan corregir los desequilibrios regionales y que
han sido ingentes (España ha recibido 176.000 millones
de Fondos estructurales europeos entre 1989 y 2020, muchos para las regiones
más desfavorecidas).
Pero estas transferencias y políticas públicas no han
conseguido corregir las diferencias de renta entre las autonomías. En
consecuencia, nos tropezamos otra vez con 3 Españas, según la renta neta por
persona publicado por el INE. En 2023, la media española fue de 14.807
euros, siendo muy diferente según la región donde vivimos.
Otra vez nos encontramos con una España rica, con más renta que la
media, integrada por 7 autonomías: País Vasco (19.078 euros), Madrid
(17.275 euros), Navarra (17.253 euros), Cataluña (16.546 euros), Asturias
(16.201 euros), Baleares (15.926 euros) y Aragón (15.747 euros). Son las
mismas regiones que tienen un mayor PIB por habitante, salvo Asturias
(donde el envejecimiento y las pensiones suben la renta por persona). El mapa
de la España pobre, con menos renta por persona, lo integran otras 8 regiones:
Murcia (11.967), Andalucía (12.191), Melilla (12.745), Castilla la Mancha
(12.357), Extremadura (12.421 euros), Comunidad Valenciana (13.374), Canarias
(13.372) y Ceuta (13.403 euros). Coinciden con las autonomías menos
productivas, aunque en otro orden (por las compensaciones de transferencias
e impuestos). Y quedan las 4 autonomías de la España intermedia: Castilla
y León (14.940 euros de renta por persona), Cantabria (14.708), Galicia
(14.558) y La Rioja (14.529).
Estos datos
significan que la renta media por persona en Murcia es un
tercio menor (el 62,6%) que en el País Vasco y en Andalucía un
30% menos que en Madrid. Un problema que llevamos arrastrando décadas:
hace casi 50 años, en 1977, un balear (los más ricos entonces) tenía
1,81 veces la renta de un extremeño (los más pobres), según
un informe de la Fundación Alternativas. Luego, a lo largo de este siglo
XXI, la brecha ha mejorado algo, pero poco: en el año 2000, un
aragonés ingresaba 1,53 veces la renta de un extremeño, en 2008 (antes
de todas las crisis), un vasco tenía 1,65 veces la renta de un extremeño y en
2023 (último dato publicado) , un vasco tiene una renta 1,6 veces superior
a la de un murciano… Y además, España es el 2º país occidental (tras
EEUU) donde más ha crecido la brecha entre regiones entre 2019 y 2022, según
la OCDE, por la pandemia, la energía y la elevada inflación.
¿Qué se puede hacer? Lo
primero, gastar e invertir pensando
en corregir estos desequilibrios regionales, tanto los Presupuestos como los
Fondos europeos, esos 140.000
millones de euros que van a llegar hasta 2026. El objetivo es regionalizar
la mitad de estos Fondos UE, pero la otra mitad, la que gestione el
Estado, debería invertirse con el
objetivo de reconducir el crecimiento y el empleo de las regiones más pobres.
Una segunda medida es planificar las inversiones
públicas e infraestructuras para fomentar la inversión e instalación de
empresas en la España más atrasada, que no debe vivir sólo del turismo, la
agricultura o las pensiones. Un tercer frente de actuación es la fiscalidad, homogeneizando
impuestos y evitando “paraísos
fiscales” (Madrid). Y en cuarto lugar, urge aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica
(pendiente desde 2014), porque el actual beneficia claramente al País Vasco y Navarra (reciben un 80% más por habitante que el
resto, según
la Fundación Alternativas), así como a Cantabria, la Rioja, Extremadura, Asturias,
Aragón y Castilla y León, curiosamente a 7 de las 11 regiones españolas
con más renta…
Mientras parece imposible pactar un nuevo sistema de
financiación autonómica, el Gobierno Sánchez pone encima de la
mesa “el caramelo” de perdonar
83.000 millones de deuda a las autonomías y traspasarla al Estado, con
lo que las evitarían pagar unos 7.000 millones anuales en intereses. Es “un
parche”, forzado por ERC, pero supondría
“un alivio” para las autonomías, aunque debería aprobarse con
2 condiciones: que se utilice el “alivio” para gastar más en sanidad,
educación, Dependencia y servicios sociales (no para ahorrarse pagos, como
han hecho con el IMV y la Dependencia) y que no bajen impuestos (las
autonomías del PP se quejan de falta de recursos, pero han
perdido 2.856 millones sólo en 2024 por bajadas de impuestos, que
benefician a los más ricos).
En cualquier caso, urge
aprobar un nuevo sistema de financiación, que tenga más en cuenta
la población y su edad, la "España vaciada" y los servicios públicos prestados, contemplando un Fondo
de Compensación para que las autonomías más ricas ayuden a las más
pobres a reducir la brecha de renta. Y en paralelo, pactar una hoja de ruta,
con medidas económicas y sociales, inversiones y fiscalidad que promuevan un mayor
crecimiento de las autonomías menos productivas y más pobres, para reducir la
brecha de productividad en una o dos décadas. Hay que “repartir
geográficamente” el crecimiento.
Porque no es de recibo que los españoles tengamos distinta renta y distintos
servicios públicos según donde vivamos. Hay que recortar la histórica “brecha”
entre las 3 Españas. Este debería ser el gran debate y no el de
perdonar la deuda.
España crece cuatro veces más que la media europea, pero este fuerte crecimiento se concentra en 6 regiones, que son el motor de la economía y el empleo: Madrid (aportó el 19,6% del PIB de 2023), Cataluña (aportó el 18,8%), Andalucía (13,3%), Comunidad Valenciana (9,3%) País Vasco (5,9%) y Galicia (5,2%), según los últimos datos del INE. Estas 6 autonomías aportaron juntas el 72,1% del PIB total de España (1.498.324 millones en 2023), con lo que las 11 autonomías restantes, más Ceuta y Melilla sólo aportan el 27,9% del PIB español. Una concentración de la producción que apenas ha variado en este siglo, porque en el año 2000, estas 6 autonomías aportaban el 71% del PIB español, casi como ahora. Y un dato más, que revela con claridad la desigualdad en el crecimiento: la aportación de la Comunidad de Madrid al PIB español (19,6% del total) equivale a la de otras 7 regiones juntas, Castilla y León (aporta el 4,7%), Castilla la Mancha (3,6%), Canarias (3,6), Aragón (3,1%), Murcia (2,7%) y Asturias(1,9%). Tremendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario