enrique ortega |
El objetivo es conseguir vender más pisos y dar salida al stock de 750.000 pisos nuevos que tienen inmobiliarias y bancos. Pero es dudoso que se consiga así. Primero, porque la desgravación y la rebaja del IVA van a frenar la caída de precios (hasta un 8%, según el Banco de España), ya que con ayudas se puede pagar más. Segundo, porque para que alguien compre un piso necesita tener un empleo y confianza en el futuro: hay 5,27 millones de parados y un 16,9% de los españoles temen perder su empleo este año, según el CIS. Y tercero, porque para comprar un piso hace falta tener un mínimo ahorrado (un 30% para la entrada y gastos, unos 45.000 euros para un piso de 150.000) y que un banco o Caja te den un crédito, algo difícil (por la alta morosidad) y caro: dedicar un tercio de los ingresos a pagar la hipoteca implica ganar unos 2.000 € al mes y dos tercios de los españoles son mileuristas.
En definitiva, que las ayudas son caras y su efecto dudoso, según muchos expertos, como la OCDE, el FMI, la Comisión Europea y el Banco de España, contrarios a las ayudas a la compra de viviendas, porque alimentan la burbuja inmobiliaria y el endeudamiento. Todos son partidarios de fomentar el alquiler, pero el Gobierno Rajoy ha hecho lo contrario, con dos medidas. Una, quitar la ayuda de 210 euros para pagar el alquiler durante 4 años a los jóvenes que ganen menos de 22.000 €, lo que perjudicará a 70.000 jóvenes cada año (los 300.000 que cobran la ayuda la seguirán recibiendo hasta que acaben los 4 años). La otra, quitar la deducción por alquiler (el 60%) a los propietarios que ganen más de 24.107 €. O sea, que para desgravar por compra de vivienda no importa lo que se gane y para alquilar sí.
Además, se teme por el futuro de la Sociedad Pública de Alquiler (SPA), que gestiona 14.000 alquileres de propietarios, a los que ya está endureciendo los contratos, lo que ha provocado una campaña de reclamaciones judiciales de la OCU. Y por el futuro de la vivienda pública en alquiler, que en España es sólo del 2% cuando en Francia o Reino Unido alcanza el 15% de la VPO. Y todo ello cuando estaban aumentando los pisos en alquiler, con la crisis y las mayores facilidades jurídicas al desahucio por impago, bajando los alquileres hasta un 8 % el último año, algo que ahora puede frenarse con estas medidas, que perjudican sobre todo a los jóvenes y a las rentas más bajas.
España es un país de propietarios: 80 % de las viviendas son en propiedad y sólo hay un 16% en alquiler, frente a una media del 40% en Europa (y un 58% de alquiler en Alemania, un 42% en Francia o un 31% en Gran Bretaña, donde más de la mitad de los alquileres son públicos). Una peculiaridad que tiene mucho que ver con la cultura a favor de la propiedad (en 1.970, un 30% de la vivienda era en alquiler), con los tipos de interés bajos y con unas ayudas a la compra más generosas: Alemania o Reino Unido han suprimido la desgravación, Dinamarca o Suecia la han reducido y la mayoría de países OCDE que la tienen sólo desgravan los intereses, no el principal de la hipoteca.
La apuesta de Rajoy
por la compra en vez de por el alquiler va en contra de 6 millones de jóvenes
que no consiguen irse de casa (el 54,2% vive con sus padres frente a un 46%
en Europa), contra la movilidad laboral
(clave para reducir el paro) y a favor
del endeudamiento
de las familias y el ladrillo, dos factores que han causado esta crisis. Por eso muchos expertos
critican estas medidas, que nos
costarán una subida de impuestos para ayudar a inmobiliarias y bancos a vender
sus pisos. Hay que cambiar
el chip, apostar por el alquiler y ayudar a los jóvenes a emanciparse.
También aquí, vamos por el camino
equivocado.
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