lunes, 24 de febrero de 2025

Exportaciones estancadas (antes de aranceles)

Las exportaciones parecen un tema teórico para economistas, pero nos afectan a todos: aportan un tercio del crecimiento y mantienen 4,6 millones de empleos. En 2024, las exportaciones se estancaron (+0,2%), tras 40 años aumentando año tras año (salvo en 2009, 2020 y 2023). La culpa es del estancamiento de la economía europea, donde van el 73,7% de nuestras exportaciones, aunque subieron las ventas a Latinoamérica, Asia y África. Ahora preocupa que caigan en 2025 y 2026, dos años en que nos restarán crecimiento, por la debilidad de la economía europea y los aranceles con que amenaza Trump. España se verá menos afectado que la mayoría de Europa, pero dañarán a la industria siderúrgica, farmacéutica y al campo, sobre todo al aceite, vino, carnes y pescados. Por eso, urge que Europa tome medidas defensivas ante los aranceles USA y ayude a los paises a diversificar sus exportaciones. Y en España, hay que aprobar un Plan de choque para ayudar a nuestros exportadores, un motor clave de la economía y el empleo.

                            Enrique Ortega

España ha protagonizado un histórico “milagro exportador, promovido por el ingreso de España en la CEE, la apertura exterior de nuestra economía y la crisis financiera de 2008, que obligó a muchas empresas a buscar mercados fuera. Así se explica que España lleve 40 años aumentado sus exportaciones, desde 1995: año tras año hemos exportado más, salvo tres años en que cayeron (2009, 2020 y 2023). Con ello, hemos pasado de exportar 22.933 millones de euros en 1986 (el 10% del PIB) a 159.889 millones en 2009 (15% del PIB) y 384.465 millones en 2024 (el 24,13% del PIB). O sea, que exportamos 16 veces más que hace 40 años. Y además, aunque también importamos más, el “agujero comercial” (-40.275 millones de euros) se cubre de sobra con los ingresos por las exportaciones de servicios y por el turismo, con lo que España ha conseguido algo que parecía imposible hace unas décadas: tenemos “superávit con el exterior” desde 2013, algo inaudito en nuestra historia (de 1961 a 2012 tuvimos déficit con el exterior 45 de estos 52 años).

Las exportaciones no sólo facturan ya una cuarta parte de nuestros ingresos como país y nos permiten ser más autosuficientes (tener divisas suficientes para crecer y no tener que endeudarnos tanto) sino que han sido claves para conseguir el crecimiento y el empleo de las últimas dos décadas. Así, tras la crisis de 2008, la economía española entró en recesión, pero hubiera caído mucho más de no ser por la ayuda de las exportaciones: en 2009, por ejemplo, el PIB cayó un -3,6%, pero hubiera caído bastante más (también el empleo) si las exportaciones no hubieran aportado un +2,8% al crecimiento. Y las exportaciones volvieron a salvarnos con la pandemia: en 2020, cayeron menos que la economía (-2,2%, frente al -10,9% que cayó el PIB). Y en la recuperación posterior, las exportaciones han sido un motor clave: en 2022 aportaron más de un tercio del crecimiento (2,3% del 6,2% que creció el PIB) y lo mismo en 2023 (1% del 2,7% de crecimiento del PIB).

En 2024, la aportación de las exportaciones al crecimiento español (y al empleo) ha sido algo menor, aunque importante: un 0,4% del 3,2% que creció el PIB (la 8ª parte). Y eso porque las exportaciones se han estancado en 2024, creciendo sólo un +0,2% sobre 2023. Aún así, las ventas al exterior de España han sido de 384.464 millones de euros, el 2º mejor dato de nuestra historia (tras el récord de 387.599 millones en 2022, el “repunte” tras la pandemia). Y las exportaciones han conseguido mantenerse” en un año malo para todos los paises, por el bajo crecimiento europeo y el proteccionismo comercial. Así, las exportaciones alemanas cayeron -1,3% y las francesas -1,6%, mientras las británicas caían un -5%, creciendo un +2,3% las de EEUU, un +7,1% las de China y un 6,2% las de Japón.

El estancamiento de las exportaciones españolas en 2024 se debe a la caída de las ventas a Europa (-0,6%), debido a que la UE creció sólo un 0,8%, Alemania siguió en recesión (-0,2%) y apenas crecieron Francia (+1,1%) e Italia (+0,5%), mientras España creció un 3,2%. La mayor caída de nuestras exportaciones, según Comercio, se ha dado con Francia (-3,9%), nuestro primer cliente, seguida de las ventas a  Alemania (-1,2%) y Bélgica (-18,1%), aunque han crecido las exportaciones a Italia (+0,9%), Paises Bajos (+0,8%) y Portugal (+0,8%). Con todo, España cerró 2024 con un superávit comercial (más exportaciones que importaciones) con toda Europa (+43.247,3 millones de euros, +2,5% que en 2023). Y tenemos superávit comercial con 17 de los 26 paises restantes de la UE (con todos, salvo Alemania, Paises Bajos, Austria, Eslovaquia, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, Hungría y República Checa). En contrapartida al “pinchazo” de las exportaciones a Europa, en 2024 aumentaron nuestras ventas a Latinoamérica (+1,9%), Asia (+3,5%), Africa (+6,4%) y Australia (+18,1%), bajando sólo las exportaciones a EEUU (-3,8%), China (-1,5%) y Oriente Medio (-1%).

Por sectores, las exportaciones españolas que más cayeron en 2024 fueron las de bienes de equipo (-0,5%, por menores ventas de material de transporte y maquinaria industrial), productos químicos (-2,3%, por la bajada del -12,4% en la exportación de medicamentos), automóviles (-1,4%), semimanufacturas (-1,4%, sobre todo por la caída del -11,6% en la exportación de hierro y acero o el -3,4% de las ventas de cerámicas) y energía (-7,6%, por menores exportaciones de petróleo, gas, carbón y electricidad). Pero crecieron el año pasado las exportaciones españolas de alimentos (+6,8%), nuestra 2ª mayor partida exportadora (71.793 millones), de ropa y calzado (+2,7%) y materias primas (+6,2%). Por autonomías, la mayoría exportó más, salvo Madrid (-5,4%), País Vasco (-5,1%), Comunidad Valenciana (-2,7%) y Cataluña (-0,5%), según Comercio.

Lo que preocupa ahora es la esperada bajada de las exportaciones españolas en 2025 y 2026, rompiendo la racha de las últimas cuatro décadas. La última previsión del Gobierno apunta que las exportaciones se frenarán, por las tensiones proteccionistas en el comercio mundial y el bajo crecimiento europeo: la Comisión Europea prevé que la UE-27 crezca sólo un +1,5% en 2025, con crecimientos mínimos del +0,7% en Alemania, un +0,8% en Francia y un +1% en Italia (muy por debajo del 2,6% de crecimiento previsto para España este año). De cumplirse estas previsiones, las exportaciones no ayudarían al crecimiento de España ni en 2025 ni en 2026: “restarían” un -0,3% y un -0,4%, después de varios años en que han aportado (“sumado”) un tercio del crecimiento (y la 8ª parte en 2024).

Estas perspectivas “sombrías” sobre las exportaciones españolas en 2025 y 2026 podrían incluso empeorar si Trump cumple con sus amenazas de imponer aranceles a los productos europeos, lo que frenaría aún más todas las exportaciones. De momento, Trump ha amenazado con subir un 25% los aranceles (impuestos) que han de pagar las exportaciones de hierro y acero que entren en EEUU. Y anuncia que el próximo 2 de abril concretará los aranceles  (podrían ser un 25%) que impondrá a las importaciones europeas, en especial a los coches, chips, productos farmacéuticos y alimentos vendidos por Europa.

Estados Unidos es un mercado clave para Europa, ya que allí se dirigen el 20% de las exportaciones europeas y la UE-27 tiene un superávit comercial (más exportaciones que importaciones) con EEUU de 200.000 millones de euros (2024), según Eurostat. Imponer un arancel del 10% al 25% a los productos europeos (que ahora pagan un 2% de media) dañaría sobre todo a la industria europea del automóvil, a la industria química y farmacéutica, a la de material de transporte, muebles y bienes de equipo, así como a los alimentos europeos, según un estudio de CaixaBank Research. Y los paises más afectados serían Irlanda, Alemania e Italia, los paises europeos que más exportan a USA.

España sería el 4º país europeo menos afectado por un aumento de los aranceles de EEUU (tras Rumanía, Eslovaquia y Croacia), según este estudio, pero nos provocarían unas pérdidas de ventas de 1.338 millones de euros anuales. EEUU es el 6º país cliente de las exportaciones españolas (tras Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido), con 18.179 millones exportados en 2024 (el 4,7% del total) y 28.192 millones importados (el 6,6% del total), lo que significa que tenemos un déficit comercial de -10.120 millones de euros con EEUU (-9.363 en 2023), mientras toda la UE-27 tiene superávit. Nuestras compras a USA se concentran en energía (gas y petróleo) y tecnología, mientras nuestras ventas (las que pueden sufrir si imponen aranceles) se concentran en bienes de equipo (6.228 millones en 2023, básicamente maquinaria y material de transporte), semimanufacturas (4.974 millones, sobre todo metales, hierro y acero), alimentación (2.441 millones) y manufacturas de consumo (1.146 millones, sobre todo ropa, calzado y juguetes).

Ahora queda esperar a ver cómo la Administración USA concreta sus amenazas de aranceles, que ya implantó Trump en su primer mandato y afectaron mucho a las exportaciones españolas de hierro y acero y a ciertos alimentos (aceituna negra, aceite y vino). Ahora, el mayor temor se centra en las exportaciones españolas de hierro y acero, en medicamentos y productos químicos, en maquinaria y material de transporte, en el automóvil (España apenas exporta coches directamente a USA, pero sí automóviles y componentes a Europa, que luego se verían negativamente afectados por una subida de aranceles) y, sobre todo en alimentos: aceites, aceitunas, vino, carnes, pescados y mariscos.

Mientras las empresas de estos sectores están muy preocupadas, Europa espera a concretar su reacción comercial a que Trump concrete sus aranceles. Pero todo el mundo apuesta a que habrá subida recíproca de aranceles europeos y eso se traducirá en menores exportaciones y un menor crecimiento económico en Europa, así como un repunte de la inflación (si la UE-27 se ve obligada a imponer aranceles a los productos importados de EEUU, en especial al gas y petróleo, así como a algunos productos tecnológicos). Por ello, la clave es que Europa reaccione también con otras medidas, especialmente dos: diversificar mercados (multiplicando los acuerdos comerciales con Latinoamérica, India, Asia, África y Australia) y favorecer a los exportadores europeos, con promoción, financiación e incentivos.

Entre tanto, España debe tomar también sus propias medidas, acordado el Gobierno, las autonomías y las fuerzas sociales (patronal y sindicatos) un Plan de choque de apoyo a la exportación, para evitar que frene el crecimiento y pueda seguir manteniendo y creando empleo. Es básico también diversificar mercados, promoviendo oficinas comerciales y Ferias en más paises, con nuevas ayudas a la internacionalización de las empresas, no sólo las grandes que ya exportan (sólo 45.931 empresas han exportado en 2024 y los tres años anteriores), con más financiación pública y privada, mejorando la formación exportadora de los jóvenes emprendedores y las empresas y promoviendo la exportación de productos y servicios de más valor añadido (sólo exportamos un 6,8% de productos de alta tecnología, frente al 17,7% de media en las exportaciones europeas).

En definitiva, la economía ha crecido más gracias al “tirón exportador” pero ahora está en riesgo, por el menor crecimiento en Europa (nuestros tradicionales compradores) y por la amenaza de Trump de subir los aranceles, encareciendo (y frenando) nuestras exportaciones y las del resto del mundo. Los aranceles perjudican a todos, pero hay que responder a esta imposición con aranceles europeos y buscando nuevos mercados. Y para ello, hacen falta medidas y ayudas europeas, pero también españolas. Urge que los políticos acuerden un Plan de choque para apoyar a la exportación, clave para el crecimiento y el empleo.

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