España lleva casi 40 años de “tirón exportador”: las ventas al extranjero llevan creciendo, año tras año, desde 1985, al amparo de la entrada de España en la Comunidad Europea (1986), con la excepción de tres años en que cayeron (2008, 2009 y 2020). A raíz de la crisis financiera (2008), las empresas españolas multiplicaron sus esfuerzos para exportar, a la vista de la crisis del mercado interno. Y han conseguido duplicar con creces las exportaciones de bienes, desde 159.859 millones en 2019 a 389.208 millones en 2022, según Comercio. Pero en 2023, las exportaciones han “pinchado” otra vez (como con la crisis financiera y la pandemia), cayendo ligeramente (-1,4%), hasta los 383.688 millones de euros, según los datos publicados esta semana.
jueves, 22 de febrero de 2024
Las exportaciones nos salvan otra vez
Las exportaciones fueron uno de los tres
motores del crecimiento de la economía y el empleo en 2023, junto al turismo
y al consumo: aportaron un tercio del total (0,8 del 2,5%),
después aportar la mitad en 2022. Pero ojo, a pesar de esta ayuda, las exportaciones
españolas “pincharon” en 2023: cayeron un -1,4%, después de 40
años creciendo (salvo en 2008, 2009 y 2020). La causa, el estancamiento
de Europa, donde vendemos dos tercios de las exportaciones. A cambio, han
caído más las importaciones (-7,2%), por las menores compras de gas, y el
déficit comercial se redujo a la mitad. Además, como se dispararon las
exportaciones de servicios y el turismo, España vuelve a tener superávit con
el exterior, por 11º año consecutivo, solventando un problema
endémico (déficit de divisas) que hemos padecido desde la postguerra hasta
2012. Ahora, los exportadores piden un Plan de choque, para reanimar
las exportaciones y que sigan ayudando al crecimiento y al empleo
(sostienen 5,3 millones de empleos). Apóyenlos. Enrique Ortega
España lleva casi 40 años de “tirón exportador”: las ventas al extranjero llevan creciendo, año tras año, desde 1985, al amparo de la entrada de España en la Comunidad Europea (1986), con la excepción de tres años en que cayeron (2008, 2009 y 2020). A raíz de la crisis financiera (2008), las empresas españolas multiplicaron sus esfuerzos para exportar, a la vista de la crisis del mercado interno. Y han conseguido duplicar con creces las exportaciones de bienes, desde 159.859 millones en 2019 a 389.208 millones en 2022, según Comercio. Pero en 2023, las exportaciones han “pinchado” otra vez (como con la crisis financiera y la pandemia), cayendo ligeramente (-1,4%), hasta los 383.688 millones de euros, según los datos publicados esta semana.
La causa de esta ligera bajada es que se han
frenado en 2023 las exportaciones españolas de energía (-20,6%), sobre
todo de petróleo, carbón y gas, de materias primas (-15,5%), metales, papel y
cerámica (-10,8%), productos químicos (-11,1%), electrodomésticos (-16,8%) y ropa
(-8,9%), por el estancamiento económico en Europa y la crisis en
los precios energéticos tras el tirón de 2021 y 2022. Sin embargo, han
aumentado mucho las exportaciones
españolas de automóviles (+20,6%), maquinaria y bienes de equipo (+10,1%),
y alimentos (+4,6%), sobre todo carnes (+6,4%), frutas y hortalizas (+5,1%).
Por zonas, cayeron nuestras exportaciones a Europa (-0,7%), donde van el
74,3% de todas las exportaciones, especialmente a la Unión Europea (-1,6%), y
también a Asia (-6,6%) y Oriente Medio (-12,4%) y a África (-5,9%),
aunque crecieron nuestras ventas a América (+3,3%) y a Australia
(+9,9%).
Las exportaciones españolas han pinchado ligeramente en
2023, pero menos
que las exportaciones europeas, que cayeron un -2,5% en 2023,
sobre todo las alemanas (-2%), estancándose las italianas (+0%) y creciendo
sólo las francesas (+1,7%). Las exportaciones de Reino Unido cayeron más en
2023 (-3,5%) y también las de EE. UU. (-2,2%), creciendo sólo las de Japón (+2,8%)
y las de China (0,6%). Esta tendencia en 2023 sigue la de los años anteriores,
donde las exportaciones españolas se han comportado mejor que las
restantes europeas. Y así, España
es el país grande de la UE que más ha aumentado sus exportaciones entre
2019 y 2023, un +32,3%, casi el doble que Alemania (+17,6%) y más que
Francia (+20%), Italia (+30,4%), la UE-27 (+27,9%), Reino Unido (+16,4%), EE.
UU. (+22,9%) y Japón (+31,1%). Sólo nos ha superado el aumento de las
exportaciones de China (+39,7%). Y gracias a ello, España ha ganado cuota en
las exportaciones europeas (el 5,9% del total). Y en 2023, han batido
récords las exportaciones españolas a Alemania, Italia, Polonia, Reino Unido,
Marruecos y Turquía, según
los datos de Comercio.
España pincha sus exportaciones en 2023, pero menos que la
mayoría de Europa y del mundo gracias a una mejora de la competitividad
de nuestros productos, sobre todo por dos factores: menos
inflación y unos salarios más bajos, además de la mejora de los “engranajes”
de la exportación fuera de Europa. Por un lado, la inflación española en
2023 acabó con una subida del +3,3%, inferior a la media de la UE-27 (+3,4%),
Alemania (+3,8%) o Francia (+4,1%), siendo sólo menor en Italia (+0,5%), según
Eurostat. Y los salarios crecieron
menos y son más bajos que en la mayoría de Europa: 17,50 euros por
hora en España, un 24% inferiores a la media UE-27 (22,9 euros/hora),
un 42% menores que en Alemania (30,3 euros por hora) y por debajo de los
sueldos de Francia (27,7), Paises Bajos (30,7%), Bélgica (33,4), Italia (21,2)
y sobre todo Dinamarca (41 euros por hora), según
Eurostat.
Si bajaron algo las exportaciones en 2023 (-1,4%), han
caído más las importaciones (-7,2%), gracias al desplome en las compras
de energía (-30,2%), por la caída de las compras y los precios del petróleo, el
carbón y sobre todo el gas: nos hemos gastado 27.400 millones menos en
importar energía que en 2022 (de ellos, 12.344 millones menos en comprar
gas, por la caída de los precios), un ahorro que da para pagar 2 meses las
pensiones. Gracias a esta mayor bajada de las importaciones, el
déficit comercial se ha reducido drásticamente (-40,5%), de -68.122
millones en 2022 a -40.560 millones en 2023. Y además, España ha mejorado el
superávit que tenía con Europa (donde vendemos bienes por 42.185 millones
de euros más del valor de los que compramos) y Australia (+927 millones),
mientras hemos bajado a la mitad el déficit con América (-12.806
millones), reduciendo también el déficit con Asia (-62.117 millones) y África (-14.418 millones).
Hasta aquí he hablado de las exportaciones e
importaciones de bienes. Pero España exporta (e
importa) también servicios (no sólo mercancías), servicios de
empresas y turísticos. Y en este renglón, las empresas españolas han vuelto
a batir otro récord, con un superávit
de +56.940 millones de euros (otro récord histórico), gracias a los
crecientes ingresos por asesoría, consultoría y ventas en el extranjero
de filiales de empresas españolas, más los ingresos por servicios turísticos.
Estas dos importantes fuentes de ingresos exteriores, exportaciones de
servicios e ingresos turísticos, permiten a España “tapar” con creces el
déficit comercial (esos -40.560 millones) y tener superávit con
el exterior. Hasta noviembre, era de +36.400 millones de euros, frente a +6.700
un año antes, según
el Banco de España.
Este saldo positivo de divisas frente al exterior
puede parecer algo técnico, pero es
clave, porque nos permite invertir y endeudarnos fuera, además de poder
reducir la deuda actual. En definitiva, tenemos superávit con el exterior,
ingresamos más divisas de las que gastamos y eso nos da una mayor autonomía económica como país. Y
con 2023, son
ya 11 años seguidos de superávit exterior, que conseguimos por primera
vez en 2013. Un
logro histórico, porque uno de los males endémicos de España ha
sido su déficit exterior: lo sufrimos casi todos los años del siglo XX
y al inicio del siglo XXI. Un dato concreto: entre 1961 y 2012, España tuvo déficit exterior 45 de esos 52 años…
Y eso condicionó la política económica del franquismo y de la democracia:
no teníamos divisas suficientes para importar y eso limitaba nuestro crecimiento económico y nos obligaba a endeudarnos fuera.
Lo importante del sector exterior en 2023 no es sólo que
las exportaciones sigan fuertes (aunque bajen un 1,4%), que caigan las importaciones
de energía, se reduzca el déficit comercial y este agujero lo “tapen” los
servicios empresariales y el turismo, asegurando otro año de superávit con
el exterior. Lo realmente importante es que las exportaciones y los servicios
empresariales y turísticos, “el sector exterior” ha vuelto a salvar el
crecimiento y el empleo en 2023: aportó
un tercio del crecimiento total de España (0,8% del 2,5% que creció
el PIB), tras habernos salvado también en 2022, cuando aportó la mitad del
crecimiento (2,9% del 5,8% que creció el PIB). Y aunque restó
crecimiento en 2021 (-0,2% del 6,4%), ayudó al crecimiento entre 2019 y
2014. Y antes, en la crisis financiera, la aportación del sector exterior
evitó que la economía cayera más (entre 2009 y 2013). Por eso, las exportaciones
son clave para la economía y el empleo: sostienen
5,3 millones de empleos (el 25% del total).
Ahora, cara a 2024, todo apunta a que será un
año difícil para la exportación y su posible ayuda al crecimiento y al
empleo. Por un lado, las empresas
creen que mejorarán sus exportaciones a Europa, dado que se espera un
mayor crecimiento en el continente (+1,3%, frente al 0,6% en 2023) y que los
costes laborales y la inflación crecen moderadamente en España. Y la bajada de
tipos mejorará la exportación de servicios empresariales y turísticos.
Pero hay una gran incertidumbre, la geopolítica: los conflictos en
Ucrania y Palestina pueden frenar el comercio mundial, sobre todo si se agudiza
el corte del Canal de Suez, por el que se mueve el 30% del tráfico mundial de contenedores.
Si se mantiene el colapso marítimo en el Mar Rojo, España sería el
tercer país europeo más afectado, sólo por detrás de Grecia e Italia, según
un estudio de UniCredit Research: estaría en riesgo el 10% del comercio
exterior de España, sobre todo las exportaciones a Asia y Oriente Medio.
Ante esta incertidumbre y tras el “leve pinchazo” de 2023, el
sector exportador pide al Gobierno un Plan de choque, para ayudarles
y reanimar las exportaciones españolas en 2024 y 2025, años que serán
difíciles. El Club
de Exportadores acaba de señalar que les preocupa que las exportaciones “estén
perdiendo dinamismo” y proponen acometer con el Gobierno una serie de
políticas para afrontar los problemas estructurales que tiene la
exportación española. Y citan tres. Uno, la insuficiente diversificación,
por paises y productos. Dos, el reducido número de exportadores: sólo
hay 44.000 empresas (de casi 3 millones) que exporten regularmente (en el año y
durante tres años antes). Y tres, la excesiva concentración en pocas
empresas: dos tercios de toda la exportación española la hacen 1.000
empresas.
En toda Europa preocupan las exportaciones,
claves para el crecimiento y el empleo y sometidas a la competencia de EE.
UU., China y paises emergentes. De hecho, Alemania ya aprobó en septiembre un Plan de choque
(32.000 millones de ayudas en 4 años). Algo así piden en España los
exportadores, un Plan centrado en abrir nuevos mercados, más gasto en
promoción, ayudas fiscales y mayor financiación (pública y privada), tratando
de implicar más en la tarea de exportar a las pymes.
Pero en paralelo, habría que avanzar en medidas
estructurales para corregir a medio plazo los “problemas
de fondo” que tienen las exportaciones españolas: están demasiado
concentradas en origen (sólo 25.000 empresas exportan más de 50.000
euros al año, las tres cuartas partes de ellas concentradas en Cataluña,
Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana, Galicia y Andalucía) y en
destino (el 74,3% de las exportaciones van a Europa y sólo el 7,6% a EE.
UU., China y Japón). Y dominan las exportaciones con poco valor: sólo el
6,8% de las exportaciones españolas tienen alta tecnología,
frente al 17,7% de las exportaciones europeas, según
reconoce el Club de Exportadores.
El gran reto
exportador de España es conseguir exportar
más de otros productos con más valor y tecnología, a más paises de fuera de
Europa y que exporten muchas más empresas de todas las regiones de España.
Casi nada. Pero de ello depende en gran medida que seamos un país con más
riqueza y empleo, como Alemania, Holanda, Irlanda, Italia, Chequia o Bélgica,
los grandes exportadores europeos. No basta con “tirar
los sueldos”, intentar ser “la China de Europa”, para competir en el mundo. Hay que modernizar la economía, mejorar la
productividad de las empresas, incorporar la innovación, la tecnología y la
calidad a los productos “made in Spain”. Sólo así venderemos más fuera, la
clave para ser más ricos y tener más empleo dentro. Por eso hay
que “mimar” a las exportaciones. Pero nadie habla de ello. Esto no
“vende” noticias ni gana votos. Sigan con la amnistía…
España lleva casi 40 años de “tirón exportador”: las ventas al extranjero llevan creciendo, año tras año, desde 1985, al amparo de la entrada de España en la Comunidad Europea (1986), con la excepción de tres años en que cayeron (2008, 2009 y 2020). A raíz de la crisis financiera (2008), las empresas españolas multiplicaron sus esfuerzos para exportar, a la vista de la crisis del mercado interno. Y han conseguido duplicar con creces las exportaciones de bienes, desde 159.859 millones en 2019 a 389.208 millones en 2022, según Comercio. Pero en 2023, las exportaciones han “pinchado” otra vez (como con la crisis financiera y la pandemia), cayendo ligeramente (-1,4%), hasta los 383.688 millones de euros, según los datos publicados esta semana.
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