Enrique Ortega |
España volvió a crecer en 2021 (+5,1%, según el INE), tras la debacle de 2020 (el PIB cayó un -10,8%), por la pandemia. Con ello, el país produjo por valor de 1.205.063 millones de euros (el PIB de 2021), todavía algo menos de la producción de 2019 (1.244.375 millones de euros), que no hemos recuperado todavía (se espera hacerlo a finales de 2022). Así, España se confirma como la 4ª mayor economía de la Unión Europea, muy lejos de Alemania (3.570.620 millones de euros de PIB en 2021), Francia (2.483.616 millones) e Italia (1.205.063 millones). Y la 5ª mayor de Europa, si incluimos al Reino Unido (la 2ª mayor economía, con un PIB de 2.696.216 millones de euros en 2021). Y nos sigue Paises Bajos (860.719 millones), que tiene las tres cuartas partes del tamaño económico de España.
Pero este dato es engañoso, porque unos paises tienen más población que otros. Y por eso, lo importante es lo que produce cada país por habitante, el PIB por habitante, que indica también el nivel de renta de cada país. Y aquí, España ya no es la 4ª mayor economía de la UE sino que ocupa el lugar nº 18 en el ranking del PIB por habitante, según los datos de 2021 adelantados por Eurostat. Y ahí vemos que España, tras la COVID, se ha alejado de la media europea respecto a 2019, se ha alejado de los paises más ricos del centro y norte de Europa y nos han sobrepasado cuatro paises pequeños del este y sur de Europa.
España ingresó en la CEE en 1986 y ese año teníamos un PIB por habitante que era el 76% de la media europea. La incorporación a Europa tuvo costes pero relanzó el crecimiento español, con lo que en el año 2000 ya alcanzamos la producción media de la UE-28 (subimos al 100%, el mismo PIB por habitante). E incluso superamos esa media europea en 2006, alcanzando el 106% de la media UE, manteniéndonos también por encima en 2007 (104%), 2008 (102%) y 2009 (101% del PIB medio UE). Pero con la crisis financiera, en 2010 perdimos la media (bajamos al 96%) y seguimos alejándonos, hasta una distancia máxima en 2013 (tuvimos el 90% del PIB por habitante europeo). Luego nos recuperamos un poco, hasta llegar al 93% en 2017 y bajar al 91% en 2019. Con la pandemia, el alejamiento de Europa fue brusco: 84% de la media europea (PIB por habitante) en 2020 y 2021.
El ranking europeo del PIB por habitante lo encabeza en 2021 Luxemburgo (que tiene el 277% del PIB medio de la UE-27: 32.330 euros por persona), seguido de Irlanda (221% del PIB por habitante europeo, según Eurostat, los dos paises “más productivos” aunque señala que “tiene truco”: en el caso de Luxemburgo, muchos trabajadores son de otro país (lo que baja el denominador de habitantes censado) y en el caso de Irlanda, tiene instaladas muchísimas multinacionales, que producen allí pero se llevan fuera las ganancias. Así que el liderazgo de la producción lo tienen realmente 7 paises del norte y centro de Europa que son los que más producen y por eso, los más ricos: Dinamarca (produce el 133% del PIB por habitante europeo), Paises Bajos (132%), Suecia (123%), Bélgica (122%), Austria (121%), Alemania (119%) y Finlandia (113%). Francia es el 10º país que produce más que la media europea, aunque a distancia de los anteriores (104% del PIB por habitante UE).
Los restantes paises comunitarios tienen una producción por habitante por debajo de la media, destacando en el puesto 12º de Italia (95% de la media, que perdió en 2014). Y España está ahora en el puesto 18 de este ranking, tras ser “adelantada” por 6 paises pequeños del sur y este de Europa: Malta nos superó en 2014 (tiene el 98% del PIB por habitante UE), la República Checa nos adelantó en 2019 (ahora tiene el 92%), Eslovenía (89%), Chipre (88%) y Lituania (88%) nos superaron en 2020 y Estonia (87% de la media UE) nos superó en 2021, según los datos de Eurostat. El siguiente, Polonia (77% de la renta UE) aún está lejos.
Este retraso productivo de España se puede ejemplarizar en este dato: Alemania produce tres veces más que España (3,57 billones de euros frente a 1,20 billones) con menos del doble de población (83,15 millones frente a 47,32 millones de habitantes). En 2021, produjo 42.920 euros por habitante frente a 25.463 euros España. Y lo mismo, aunque menos, Francia (36.500 euros por habitante), Italia (30.130 euros) y la media de la UE-27 (30.113 euros por habitante), así como otros 14 paises europeos, la mayoría mucho más pequeños.
¿Qué pasa? ¿Por qué producimos menos que 17 paises europeos? Básicamente, por 2 causas de fondo, que explican también que tengamos un menor nivel de vida que media Europa: porque aquí trabaja menos gente y trabaja peor, con menos eficacia.
Lo primero, trabaja
menos gente en España, hay menos gente produciendo y creando riqueza (PIB).
La tasa de empleo de España
(porcentaje de personas de 15 a 64 años ocupadas) es del 64% (diciembre 2021), frente al 69,2% en la UE-27, el 76,9%
en Alemania, el 67,7% en Francia y el 59,5% en Italia, según
Eurostat. Incluso trabaja más gente que en España (en porcentaje) en Malta (76,7%) la República Checa (75,3%), Eslovenia
(72,4%), Chipre (72,3%), Lituania (73,2%) y Estonia (75,2%), los 6 paises que
nos han “adelantado”. Y ese bajo nivel de empleo tiene mucho que ver con
nuestro modelo económico, basado en los servicios, poca industria y empresas
con menos tecnología, exportación y productos de menos “valor añadido”, que
crean menos empleo. Si España tuviera la tasa de empleo media de la UE, tendríamos 1.614.588 personas más trabajando (y aumentando el PIB y la renta).
Y si tuviéramos la tasa de empleo de Alemania,
trabajarían 3.757.022 personas más.
Además de tener menos gente trabajando, los que trabajan lo hacen “peor”, con menos eficiencia: somos menos productivos por empleado. De hecho, si vemos el mapa de la productividad en Europa, casi toda España (salvo el País Vasco, Navarra, Madrid, La Rioja, Aragón y Cataluña) está en el 2º nivel más bajo de productividad por empleado (entre 35.000 y 65.000 euros generados), muy por debajo del centro de Europa y los paises nórdicos (+ 80.000 euros por empleado) y que Francia o Italia (70.000 a 80.000 euros por empleado), siendo sólo peor la productividad en la Europa del Este (menos de 35.000 euros por ocupado). Además, como país, España ocupa el puesto 23º en el ranking mundial de competitividad del Foro Económico Mundial, que mide 12 variables, por detrás de 12 paises europeos más competitivos : Paises Bajos, Suiza, Alemania, Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, Luxemburgo, Austria y Bélgica, por ese orden.
Somos menos productivos que media Europa (y por eso, menos ricos) por 3 causas fundamentales, según este estudio de la Fundación BBVA e Ivie: porque invertimos menos en tecnología, porque tenemos una mano de obra peor formada y porque hay menos inversión (pública y privada). Analicemos estos hándicaps.
El esfuerzo de un país en tecnología e innovación es clave para producir más con la misma ocupación y empresas, para mejorar la productividad. Y España lleva más de una década recortando su inversión en Ciencia (333 euros por habitante frente a 695 euros en la UE-27), que ha pasado del 1,35% del PIB en 2008 al 1,41% en 2021, aumentando la distancia con Europa (que pasó del 1,88% del PIB en Ciencia al 2,32% en 2021, según la Fundación COTEC. Y lo preocupante no es que invirtamos en Ciencia menos que la media europea sino que invertimos casi la tercera parte que Alemania (3,14% del PIB en Ciencia en 2021) y casi la mitad que Francia (2,35%) y menos que Italia (1,53%), nuestros directos competidores. Pero es más llamativo que España gaste en Ciencia menos que paises más pequeños, de la Europa del Este, que nos han “adelantado en el ranking de producción por habitante: Eslovenia (2,15% del PIB en Ciencia), República Checa (1,99%) o Estonia (1,79%). Incluso gastamos menos en Ciencia, en porcentaje, que Portugal (1,58% del PIB) y Grecia (1,49%).
La mayor culpa de este retraso en la inversión en Ciencia (I+D+i) está en las empresas, que gastan en España la mitad que las empresas europeas (0,78% frente al 1,50% en la UE-27). Y además, hay 2.415 empresas españolas menos invirtiendo en Ciencia ahora que en 2009, todas ellas pymes, mientras crece poco la inversión de las grandes empresas. Y con la pandemia y el conflicto de Ucrania, recortan aún más el gasto en Ciencia.
El 2º factor clave para ser más productivos es tener trabajadores bien formados. Y aquí, España también tiene un doble problema. Por un lado, tenemos muchos adultos (25-64 años) con poca formación (el 37,1% no tiene acabada la ESO, frente 17,1% en la UE-22 y el 21% en la OCDE) y pocos con formación intermedia (Bachillerato o FP Grado Medio), un 23,2% en España frente al 37,6% en la UE-22 y el 42,5% en la OCDE, aunque tenemos más universitarios (39,7% en España frente al 37,6% de los adultos en la UE-22 y el 40,3% en la OCDE), según el Panorama de la Educación 2021 de la OCDE. Y además, la mayoría de los jóvenes eligen en España el Bachillerato (64%) y sólo un 36% la Formación Profesional, más dirigida a trabajar, frente al 43% en la UE-22 y un 38% en la OCDE.
La 3ª causa que explica nuestra menor productividad es que España invierte menos, tanto en inversión pública como privada, dos factores que contribuyen a ser más eficientes. En 2019, la inversión total todavía estaba un 10% por debajo de la de 2008, según el BEI. Y en 2020 cayó bruscamente la inversión privada, por la pandemia, mejorando sólo un 4,7% en 2021. Y la inversión pública, aunque ha crecido en 2021, todavía es la mitad que en 2008, porque no se han superado los tremendos recortes en infraestructuras y equipamientos. Y la inversión pública neta (sin contar las subidas para mantenimiento) sigue siendo negativa desde 2012. Y esa falta de apoyo, de la inversión pública y privada, no ayuda a ser más productivos, sobre todo en la mitad sur de España, donde hay más déficit de inversiones.
Hay otras causas que nos restan productividad y riqueza. Una muy importante, destacada por la Comisión Europea, el FMI y la OCDE es la elevada precariedad del empleo en España: tenemos un 25,38% de empleo temporal, frente al 13,2% de media en la UE-27, el 14,1% en Francia, el 16,7% en Italia y el 9,9% en Alemania, según Eurostat. Y está demostrado que los trabajadores con contrato temporal tienen menos incentivos para esforzarse y las empresas dedican menos recursos a formarles, lo que merma su productividad.
Otra causa importante de la menor productividad, también ligada a las empresas, es la organización del trabajo en España: hay poca participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, según un estudio de CaixaBank Research. Así, los “jefes” en España ejercen más control sobre sus subordinados (un 41% frente al 24% en Alemania), no encuestan a sus empleados (sólo el 26% de las empresas frente al 51% en Alemania) y apenas se toman decisiones en equipo (un 17% de las empresas frente al 35% en Alemania). La gestión del “ordeno y mando”, muy afincada en la mayoría de empresas españolas, no ayuda a crear un buen clima laboral y mejorar así la productividad.
Otro factor decisivo que nos resta productividad es que en España hay demasiadas pymes y pocas grandes empresas, que suelen ser más productivas. Según el censo de 2021, tenemos 2.929.722 empresas, de las que el 93,58% son muy pequeñas (sin empleados o con menos de 10), otras 157.103 empresas (5,36%) son pequeñas (de 10 a 50 trabajadores), 25.499 empresas más (el 0,87%) son medianas (de 50 a 249 trabajadores) y sólo hay 5.012 empresas grandes (el 0,17 restante), con más de 250 trabajadores. Eso significa que sólo un 1,04% de todas las empresas españolas tienen más de 50 trabajadores, cuando en Europa son el 1,12% y tienen más empresas medianas. Un estudio de la patronal CEPYME revela que las empresas pequeñas son más vulnerables: cierran antes, se financian peor, venden menos, crean menos empleo, pagan menores salarios, innovan, invierten y exportan menos.
Y todavía hay otros factores que restan eficacia y productividad a España, como la excesiva regulación y burocracia, la dispersión de normas (17 autonomías), la falta de competencia en muchos sectores (electricidad, petroleras, telecomunicaciones, banca…), la lentitud en la Justicia, las dificultades de financiación de las pymes, los mayores costes energéticos y de transporte, la falta de estabilidad laboral o el retraso en la digitalización de la economía.
Ya sabemos por qué somos menos productivos y menos ricos que media Europa, por qué nos han “adelantado” ya 17 paises. Hasta ahora, las empresas trataban de compensar la menor productividad devaluando los salarios, más bajos que en la mayoría de Europa. Pero hay que buscar otra vía para recuperar distancias con Europa. El Plan de recuperación marca el camino, ayudado por Fondos europeos: más formación, más tecnología, más inversión, más industria, más digitalización, menos precariedad laboral, empresas de más tamaño, más incentivos a los emprendedores… Hay que modernizar la economía y dar un empujón para conseguir que trabaje más gente y trabajen mejor. Así viviremos mejor.
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