lunes, 8 de julio de 2024

Los españoles, desmotivados en el trabajo

Pasamos un tercio de nuestra vida trabajando y cada vez nos agobia más. En España, el 36% de trabajadores sufren “estrés”, el 25% están “tristes” y el 22% tienen” ira” por trabajar, datos peores que la media mundial. Y eso lleva a que sólo un 9% de trabajadores están “comprometidos” con su trabajo y su empresa: el 75% no están comprometidos y otro 16% están “activamente” en contra, siendo España el tercer país europeo con menos trabajadores comprometidos con su empleo, con Suiza, Italia y Francia. Ante tanta “desmotivación” por el trabajo, crecen las bajas laborales (ahora, muchas son por depresión) y los abandonos del trabajo sin más. Tenemos un serio problema de “desapego” en el trabajo, que deteriora nuestra baja productividad. Los expertos recetan mejorar los sueldos y la organización del trabajo, motivando más a los empleados. Y, sobre todo, mejorar la gestión (muchos empresarios están “poco preparados”), con más trabajo en equipo y menos “ordeno y mando”. Urge hacer el trabajo “más llevadero.  

                        Enrique Ortega

Tras los confinamientos y el parón por la pandemia, los trabajadores de todo el mundo reflexionaron más sobre su vida y su trabajo. Y con ello, se ha agravado “la desmotivación” por el trabajo, el cuestionarse muchas vidas donde la rutina es ir del trabajo a casa y poco más, ganando poco y con gran incertidumbre sobre el futuro. Por eso, no debería extrañarnos que muchos trabajadores se sientan “desmotivados” en sus trabajos. Un reciente estudio mundial de la consultora Gallup pone las cifras: el 44% de los trabajadores encuestados siente “estrés” en el trabajo, se sienten “tristes” y desmotivados al ir a trabajar, mientras aumenta la depresión. Este “estrés” global es mayor en EEUU y Asia (52%) y menor en Europa (39%), con un 36% de trabajadores “estresados” en España, menos que en Francia (47%), Italia y Portugal (46%), Alemania (41%) o Reino Unido (40%).

Centrándonos en España, además de tener un tercio de trabajadores “estresados”, el estudio de Gallup revela que hay un 25% de trabajadores “tristes” en su empleo y otro 22% con “ira” por su trabajo, porcentajes de “ tristeza” similares a Italia (25% o Portugal (22%) y mayores que en Alemania (18%) o Francia (19%), mientras tenemos muchos más empleados con “ira” (22%) que Francia (19%), Alemania (17%), Italia (11%) o Portugal (8%). El estudio revela que los más “estresados”, “tristes” e “iracundos” son los trabajadores jóvenes y los que trabajan a distancia o de forma “híbrida” (en casa y en la oficina). Y refleja que muchos de estos trabajadores están “al límite”, en la frontera de la depresión por motivos laborales, un problema detectado por la OMS, que está preocupada porque un ambiente negativo de trabajo causa problemas de salud física y mental.

La consecuencia evidente de esta tremenda “insatisfacción” en el trabajo es que la mayoría de los trabajadores no están “comprometidos” con su trabajo y su empresa. El estudio de Gallup refleja que sólo el 23% de los trabajadores del mundo se declaraban “comprometidos” con su trabajo en 2023, el mismo porcentaje que en 2022 y similar al de 2019 (22% trabajadores comprometidos), aunque ha subido en la última década (desde el 13% en 2012). Este grado de “compromiso” con el trabajo es mayor en Estados Unidos y Canadá (33%), lo mismo que en Latinoamérica (33%) y Asia Meridional (33%), aunque es mucho más bajo el nivel de compromiso en Asia oriental (17%) y en Europa, donde sólo el 13% de los trabajadores se sienten “comprometidos” con su trabajo. Lo más preocupante es que frente a ese 23% de trabajadores comprometidos en el mundo, hay un 62% que no están nada comprometidos (hacen “lo mínimo” para cumplir) y otro 15% de trabajadores están activamente “no comprometidos”, activamente “desconectados” de su trabajo (“pasan”).

España es el tercer país europeo con menos trabajadores comprometidos con su trabajo, sólo un 9% de los encuestados ,frente al 13% de media en Europa. Sólo tienen igual “compromiso” en el trabajo Suiza (9%) y menos Italia o Luxemburgo (8%) y Francia (7% de trabajadores “comprometidos”), siendo mayor el grado de implicación de los trabajadores en Alemania (15%), Reino Unido (10%) y la mayoría de centro Europa (14% Paises Bajos), paises nórdicos (23% Suecia, 21% Dinamarca o 15% Finlandia) y del Este (36% Rumanía, 25% Estonia o 20% Hungría, mientras Polonia baja al 10%). El estudio revela que hay paises con Leyes laborales muy avanzadas que tienen un menor porcentaje de trabajadores “comprometidos” que otros menos avanzados y  que este “compromiso” sube en los periodos de recesión y baja en periodos de crisis. Y destaca que la clave, más que las Leyes o las normas laborales, es el ambiente en los trabajos, la organización en cada empresa.

Con este entorno laboral tan negativo, en el mundo y en España, la primera consecuencia es que más de la mitad de los trabajadores (el 51%) están buscando otro empleo, según la Encuesta de Gallup. Así que el descontento provoca una menor productividad, dado que muchos trabajadores “hacen lo mínimo” o incluso pasan, mientras su cabeza está en buscar otro trabajo, no en hacer mejor el que tienen. Y esta falta de compromiso tiene un alto coste, para las empresas y los paises: ese 77% de trabajadores “no comprometidos” suponen una pérdida de 8,9 billones de dólares en todo el mundo, según Gallup. Eso significa que el mundo pierde cada año un 9% del PIB global por “el desapego” en el trabajo.

¿Por qué hay tan poco “compromiso” de los trabajadores? Para muchos trabajadores, la mayor queja es su bajo sueldo o su contrato precario, así como los horarios abultados o el gran número de horas extras (muchos sin cobrarlas). Pero el estudio revela otras causas tan importantes o más que el sueldo, el contrato o los horarios: la creciente exigencia, la falta de personal y el exceso de trabajo, el encargo de tareas cada vez más complejas sin la formación adecuada, la continua adaptación y el alto estrés en contratos y entregas. Pero para muchos, la causa del desinterés por el trabajo es más profunda: está en la mala organización del trabajo, en la falta de reconocimiento al trabajo bien hecho (“felicitar es gratis”), a las tareas que no se explican, a la falta de diálogo y trabajo en equipo y a los “jefes tóxicos”, al gran peso que tiene la gestión del “ordeno y mando…”

La consecuencia de todos estos problemas en las empresas es esa falta de compromiso y un ambiente de trabajo con demasiados empleados “estresados, tristes o irritados”. Algo que se traduce en una menor productividad y en una excesiva “rotación” de plantillas, porque muchos trabajadores se dan de baja o se dedican a buscar otro trabajo o simplemente piden la cuenta y se van (a veces, “hasta sin pedirla”). Veamos lo que pasa en España.

En España, más de la mitad de los trabajadores (el 57% en 2023) están “desmotivados en su trabajo, según el último Informe Hays, que refleja como primer motivo los bajos sueldos (el sueldo medio bruto es de 1.751 euros, 1.400 euros netos, un 20% inferior al sueldo medio en Europa). El 2º motivo de desapego laboral es la precariedad , desde el tipo de contrato a los horarios , la escasa flexibilidad y la falta de conciliación familiar. Y el tercero, señalado por muchos trabajadores encuestados, “tener un jefe tóxico”, que dificulta o impide su carrera laboral. Y ojo a este dato: 3 de cada 5 trabajadores aseguran haber sufrido discriminación en el trabajo, por género, edad, apariencia física o inclinación política, según Cegos.

Otro estudio, de la consultora Sodexo, revela que un tercio de los trabajadores españoles está descontento en su empresa: el 34,5% se siente poco valorado o nada y sólo el 16% se considera laboralmente motivado o valorado. Y 6 de cada 10 (61,3%) dicen que el trabajo “no cumple sus expectativas”, por lo que la mayoría están dispuestos a cambiar, sobre todo los trabajadores más jóvenes, con peores trabajos. Y otro estudio, la última Encuesta de 40DB para El País (28 mayo 2024) revela que un 44% de los trabajadores españoles se sienten estresados, muchos de ellos con “agotamiento” (el 52%), ansiedad (41%) o simple aburrimiento (23%), lo que indica que el síndrome de “trabajador quemado” no es un caso aislado sino un problema estructural en las empresas.

Este descontento laboral está detrás del tremendo aumento de las bajas laborales y de las bajas voluntarias a la SS. Empezando por las bajas laborales, el dato es impactante: más de un millón de españoles (1,1) no van cada día a su trabajo por enfermedad (ILT), según los datos oficiales, que en 2023 alcanzaron un récord histórico. De cada 1.000 trabajadores, más de 400 cogieron una baja laboral el año pasado, lo que duplica el absentismo de 2012. Una parte de estas bajas son por el mal funcionamiento de la sanidad y los retrasos en la gestión de las bajas, pero otra parte se deben al aumento de trabajadores “quemados”, que cogen más bajas de las que se cogerían si estuvieran a gusto en su trabajo. Y también se han disparado las bajas voluntarias a la SS: trabajadores que se van de las empresas. En 2023 hubo 2.759.105 bajas “por dimisión o abandono voluntario”, un 42,7% más que en 2021 (1.932.582). Y lo llamativo es que, tras la reforma laboral, son ahora los trabajadores con contrato indefinido los que más abandonan su trabajo: 2.126,792 en 2023, el 77% del total (en 2021, eran sólo el 36,5%: el resto eran temporales). Abandonan su trabajo pensando en encontrar un empleo menor, pero las cifras revelan que el 60% no lo consigue en un año y que un tercio ganan menos de lo que ganaban antes, según FEDEA. 

Como reflexión, resulta un enorme contrasentido que en una "época de gran progreso económico, el trabajo y la salud mental de los trabajadores sea peor que antes. ¿Qué se puede hacer? Los expertos en relaciones laborales aportan algunas medidas: más inversiones de las empresas para aumentar plantillas y tecnología (que reduzcan el estrés en el trabajo), más reconocimiento a la labor de los trabajadores (con mejores sueldos, más flexibilidad y “reconocimiento” a su tarea) , más escucha a los empleados (para saber lo que quieren y recoger propuestas), más teletrabajo y mejora de horarios y conciliación, pero sobre todo una mejora de la organización en las empresas.

Precisamente, esta receta, mejorar la organización de las empresas, es la clave para Gallup, la consultora del estudio sobre compromiso y situación de los trabajadores. Han estudiado la situación en un porcentaje de empresas bien organizadas y gestionadas, concluyendo que sus trabajadores tienen un alto nivel de compromiso y una mayor productividad. Estas empresas mejor organizadas, argumentan, no sólo retienen mejor el talento de sus empleados sino que mejoran su servicio a clientes, una mayor productividad y más beneficios.

Por eso, el estudio de Gallup señala que la clave para mejorar el compromiso de los trabajadores y la productividad de las empresas no son las leyes laborales ni las condiciones  de trabajo ni siquiera los sueldos, la clave son los gestores de la empresa. Y por eso, insisten en cambiar la forma de gestionar las empresas, que los gerentes consigan “un ambiente de trabajo ágil, atractivo y satisfactorio”. Para Gallup, lo más importante es contratar gerentes con talentos y habilidades para afrontar un mundo laboral cambiante, reformulando sus responsabilidades y escuchando más a sus empleados. Creen que las empresas deben adoptar otro enfoque laboral, con nuevos gerentes que se preocupen desde atraer talento a mantenerlo y desarrollarlo, buscando el bienestar de sus trabajadores.

Si la clave es mejorar la gestión empresarial, España tiene un hándicap, según reconoce el Banco de España: tenemos un alto porcentaje de empresarios poco formados: el 32,9% de los empleadores y el 35,2% de los autónomos, según Eurostat. Un porcentaje de empresarios poco formados  (32,9%) que es muy superior a la media en la zona euro, mientras tenemos menos porcentaje de empresarios con formación media (27,1% frente al 40% en la zona euro) y un porcentaje similar de empresarios con alta formación (40% en ambos casos). Además, la puntuación de los directivos españoles está a la cola de la OCDE, 2,75 puntos, frente a 2,85 en Portugal, 2,9 en Polonia, 2,95 en Italia, 3 en Francia, 3,05 en Gran Bretaña, 3,2 en Suecia y 3,25 puntos en Alemania, según el World Management Survey. Así que si España tiene un problema de más trabajadores peor formados que en Europa, también tiene el problema de más empresarios peor formados (sobre todo en pymes), aunque de este no se habla.

En resumen, que tenemos un serio problema que casi nadie afronta: los trabajadores están cada vez más desmotivados en sus trabajos, sobre todo los más jóvenes, y las empresas apenas tratan de mejorar su situación. Y si reaccionan es quejándose de la alta tasa de absentismo (que ha subido), sin preocuparse de investigar sus causas y tomar medidas para lograr un mayor “compromiso” de sus trabajadores, lo que mejoraría la productividad. No se trata sólo de subir salarios (muchos sí) y de hacer contratos “decentes”, en muchos casos se trata de gestionar las plantillas de otra manera: escuchar a los trabajadores, pedir propuestas, trabajar más en equipo, ser más flexibles y mejorar el ambiente laboral, buscando que los trabajadores se sientan “reconocidos” y preocupándose por su “carrera laboral”. Está claro que ya no vale el “ordeno y mando” y que es mejor tener trabajadores satisfechos que estresados, tristes o irritados. Debería ser el objetivo de todas las empresas.

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