Durante la última crisis, tras la pandemia y durante la inflación disparada de 2022 y 2023, las empresas han conseguido aumentar sus ventas, márgenes y beneficios, según un reciente estudio elaborado por CCOO a partir de los datos incluidos en el nuevo Observatorio de Márgenes Empresariales, creado por el Ministerio de Economía, la Agencia Tributaria y el Banco de España, con datos de cerca de 1 millón de empresas. El valor añadido (VAB) generado por los distintos sectores de la economía (valor de las ventas menos el de las compras) creció un +46,2% entre 2018 y 2023, un aumento inédito antes en nuestra economía: entre 2009 y 2015, el valor de lo producido se estancó (+0,14%), creció un 20% entre 2015 y 2018, con la recuperación, pero el valor añadido se duplicó con creces (+46,2%) en los últimos cinco años, a pesar de la pandemia, la guerra en Ucrania y la superinflación.
jueves, 2 de mayo de 2024
1º Mayo: salarios pierden frente a beneficios
El 1º de Mayo es la oportunidad para cogerse un “macropuente”
y no una fecha reivindicativa. Pero podemos aprovecharla para analizar la
situación de los trabajadores, tras la pandemia y la superinflación. La
conclusión parece clara: quienes se han beneficiado de la última
crisis han sido las empresas, que han recuperado ventas,
márgenes y beneficios, mientras los trabajadores perdieron poder adquisitivo
y sus salarios crecieron la mitad que los márgenes empresariales,
según un estudio de CCOO. Y lo más importante: en el reparto del pastel de
la riqueza creada los últimos 15 años, los trabajadores han perdido peso,
ganándolo las empresas. Por eso, es hora de reequilibrar la
balanza y aprovechar estos mejores resultados empresariales para subir
ahora más los salarios en España, que siguen estando entre los más bajos
de Europa. Sin embargo, suben este año menos del 3%, menos
que la inflación. Es hora de un mejor reparto del pastel, no sólo
por justicia sino para lograr un crecimiento más equilibrado y sano. Enrique Ortega
Durante la última crisis, tras la pandemia y durante la inflación disparada de 2022 y 2023, las empresas han conseguido aumentar sus ventas, márgenes y beneficios, según un reciente estudio elaborado por CCOO a partir de los datos incluidos en el nuevo Observatorio de Márgenes Empresariales, creado por el Ministerio de Economía, la Agencia Tributaria y el Banco de España, con datos de cerca de 1 millón de empresas. El valor añadido (VAB) generado por los distintos sectores de la economía (valor de las ventas menos el de las compras) creció un +46,2% entre 2018 y 2023, un aumento inédito antes en nuestra economía: entre 2009 y 2015, el valor de lo producido se estancó (+0,14%), creció un 20% entre 2015 y 2018, con la recuperación, pero el valor añadido se duplicó con creces (+46,2%) en los últimos cinco años, a pesar de la pandemia, la guerra en Ucrania y la superinflación.
¿Qué ha pasado, por qué el valor de lo que
ha producido las empresas ha crecido tanto, a pesar de la crisis? . Por un doble
efecto. Dos tercios de la mayor producción (del aumento del VAB) se debe a
la inflación, a que las empresas han trasladado a los precios finales sus
aumentos de costes. Pero otro tercio se debe también a que las empresas han
vendido más, a un aumento de la facturación entre 2018 y 2023, a pesar de la crisis.
Y eso ha pasado en todos los sectores, no sólo en la energía. De hecho, si
excluimos las empresas energéticas, el conjunto de empresas
españolas ha aumentado la producción generada (VAB: valor de las
ventas-valor compras) en un +35%, más que nunca en este siglo.
Si la facturación y las ventas han sido récord, también lo
han sido los resultados de las empresas españolas en el último quinquenio, a
pesar de las crisis. Así, los márgenes empresariales, el resultado bruto
de explotación (ingresos por ventas menos gastos por compras y costes de
personal) también han tenido un crecimiento récord, según el
Observatorio de Márgenes Empresariales: de 189.540 millones brutos
ganados en 2021 se pasó a 310.527 millones ganados en 2023, un
aumento del +63,8%, todo un récord histórico. Y aunque una parte de
estos extraordinarios resultados se deben a las empresas energéticas, si las
descontamos, los márgenes empresariales del resto de los sectores han aumentado
un +40,83% entre 2021 y 2023 (y
+25,7% sólo en 2023)…
Está claro que la inflación juega un papel clave en estos
buenos resultados empresariales, ya que se vende a precios más altos y eso sube
la facturación y los resultados. Pero si deflactamos los datos, si deducimos
el efecto de la inflación en este aumento del margen empresarial,
todavía subió un +35,8% entre 2018 y 2023. Y eso porque las empresas
consiguieron trasladar el aumento de costes a los precios y trasladárselo
a los consumidores y a la economía, provocando una inflación adicional,
como reflejan con claridad los datos
del Observatorio de Márgenes Empresariales (y como había
alertado el BCE).
Este positivo balance de las empresas, al conseguir
un aumento histórico de sus márgenes a pesar de la crisis, se ha concentrado
sobre todo en el 20% de las empresas analizadas, las más grandes, que
concentran el 91% del valor añadido (VAB) y el 98% de los márgenes empresariales,
consiguiendo una mayor rentabilidad por sus ventas, según los
datos del Observatorio de Márgenes Empresariales. Las actividades que
han salido mejor paradas de la última crisis, que más han conseguido mejorar
sus ventas y márgenes entre 2018 y 2023 son las actividades inmobiliarias
(su beneficio operativo sobre ventas fue del 32% en 2023), la energía
(24%), la hostelería (19%), la
agricultura (+12%) y el comercio (+11% de beneficio operativo sobre
ventas). La mejora de resultados se concentró en 2022 en la energía y en 2023
en los demás sectores.
Recopilando, las empresas españolas han aumentado
sus márgenes brutos (beneficio operativo tras restar compras y costes a la
facturación) un +63,8% entre 2018 y 2023, a pesar de las crisis, el
doble de lo que subieron los salarios (+29,8% en esos 5 años), según
destaca el informe de CCOO, a partir de los datos aportados por el
Observatorio de Márgenes Empresariales. Y eso porque los trabajadores no han
tenido fuerza para conseguir mayores aumentos de salarios en estos años, cuando
han perdido poder adquisitivo: entre 2018 y 2023, los salarios
crecieron un 4,75% por debajo de la inflación media.
Ya no se trata sólo de que las empresas mejoren su beneficio
operativo y los trabajadores no consigan con sus salarios compensar la
inflación. Es que, además, en el reparto de la producción que se crea año tras
año, las empresas han aumentado el trozo de pastel que se quedan y los
trabajadores llevan años reduciéndolo. Vayamos por partes.
Primero, veamos qué ha sucedido en los últimos 5 años.
El valor de la producción generada (Valor Añadido Bruto, VAB: valor
ventas menos valor compras) ha aumentado de 394.807 millones a 574.416 millones
(ese +46,2%) entre 2018 y 2023. Pues bien, dos tercios (el 67%) de ese aumento del pastel se ha ido
a aumentar los márgenes empresariales y sólo un tercio (el 33%) a mejorar los
salarios. Y como eso se viene repitiendo desde antes, el resultado es que las
empresas (beneficios empresariales) se llevan
ya más de la mitad de la producción generada (VAB): su cuota subió en
2023 al 54% del VAB total, frente al 48% que se llevaron en 2018 y al 45% en
2009. Y en contrapartida, los salarios se han llevado en 2023 un 46% del pastel
generado (VAB), frente al 52% en 2018 y al 55% en 2009.
A lo claro: que España ha mejorado lo que produce, pero
este crecimiento se lo han llevado más los beneficios empresariales que los
salarios de los trabajadores, que año tras año se llevan un trozo menor del
pastel, aunque crezca. Este es el trasfondo
de quien ha salido ganando y perdiendo de la penúltima crisis, la
de la pandemia y la alta inflación (como también sucedió, y con peores
resultados, tras la crisis financiera).
Tras este análisis, el
informe de CCOO señala que la excelente situación contable de las
empresas, con unos márgenes y beneficios históricos, es “un buen punto de partida
para subir los salarios sin riesgo a generar presiones inflacionistas”. Su idea
es que las empresas viven un gran momento de ventas y márgenes, un
fuerte dinamismo, que además está mejorando por otros factores que
ayudan: la electricidad y la energía sigue con precios bajos (lo
que rebaja costes), muchas materias primas se han abaratado y el BCE
va a reducir los tipos de interés a partir de junio, lo que debería
reanimar la actividad y la inversión. Por todo ello, insiste CCOO, las empresas tienen margen para asumir subidas de salarios.
Pero la realidad no apoya sus deseos. De hecho, los
sueldos están subiendo este año 2024 menos que en 2023, a pesar de estos
excelentes resultados empresariales: hasta marzo, los 8,4 millones de
trabajadores con convenio han pactado una subida media del +2,91%, inferior a
la subida de 2023 (+3,60%) y 2022 (+3,02%), según
Trabajo. Y una subida salarial inferior también a la inflación anual (+3,3%
en abril, según el INE). Así que, de momento, los trabajadores con convenio pierden
poder adquisitivo en 2024, tras perder un -8,66% entre 2021 y 2023.
Y si los sueldos suben este año en torno al 3% y la inflación
oscila entre el 2,7 y el 3% (como esperan el FMI y el Banco de España),
poco van a ganar de poder adquisitivo los trabajadores. Sobre todo, los 6
millones que no han firmado convenio. Y de los que han firmado, si la
inflación se dispara (por el petróleo, las guerras o nueva crisis),
sólo un tercio tienen firmada cláusula de revisión salarial.
A la vista del hecho, probado
por el Observatorio de Márgenes Empresariales, de que las empresas
han mejorado sus ventas, márgenes y beneficios, es hora de plantearse que
los salarios deben mejorar en España, porque las empresas tienen más “colchón”
para subirlos, a costa de una parte de sus márgenes, no a costa de
disparar otra vez la inflación. Hasta ahora, la estrategia de España
ha sido ser la China de Europa, competir fuera (exportaciones) y
dentro (ofertas “low cost”) gracias a tener unos sueldos de los más bajos
del continente. Los datos son claros: el sueldo por hora de los
españoles es 18,2 euros, frente a 24 euros de media en la UE-27,
31,6 euros en Alemania, 28,7 en Francia o 21,5 euros en Italia, siendo sólo
menores en Portugal (13,7) o Grecia (12,8 euros), según
Eurostat. Y ese dato mide sólo los sueldos en empresas de 10 y más
trabajadores, con lo que el sueldo medio real por hora, contando las microempresas, debe ser menor.
Además de ser sueldos muy bajos en el contexto europeo, los trabajadores
españoles llevan años con menores subidas de sueldos que el resto
de trabajadores europeos. Así, entre 2018 y 2023, el pago por hora trabajada ha
crecido un +27% en España y casi el doble en la media europea (+49%),
un +45% en Alemania, un +37% en Francia, un 35% en Italia o un 38% en Portugal,
según
Eurostat. Eso significa que si los sueldos suben menos y la inflación lo
mismo o más (en los últimos meses), los trabajadores españoles están
entre los europeos que más pierden poder adquisitivo, un -0,4 % desde el año 2.000, según
la OCDE.
Y además, esos son datos medios, porque la pérdida de poder
adquisitivo ha sido mayor
entre los trabajadores que menos ganan, que en España son demasiados. Así,
aunque el sueldo medio bruto en España sea de 2.128 euros mensuales (1.800
euros netos), según el INE,
un 30% de los asalariados ganan menos de 1.440 euros brutos (1.224
netos) y otro 40% gana entre 1.440 y 2.373 euros brutos (entre 1.224 y 2.000 euros netos). Así que un
70% de trabajadores tienen sueldos más bajos que la media, sobre todo mujeres
y jóvenes (que ganan de media 1.005,21 euros al mes en 12 pagas, según
el Observatorio de la Juventud).
Tener los salarios mucho más bajos que el resto de
Europa puede ayudar a las empresas a competir (deberían competir por
producto y calidad, no sólo por costes), pero tiene dos graves
consecuencias. Una, que afecta muy negativamente a muchas familias,
que no pueden llegar a fin de mes. De hecho, casi la mitad de las
familias (46,4%) tienen problemas: un 8,9% llegan a fin de mes “con mucha
dificultad”, otro 12,7% llegan “con dificultad” y un 24,8% más llegan a fin de
mes “con cierta dificultad”, según la Encuesta de
Condiciones de Vida 2023. Y otra
Encuesta de la OCU eleva al 63% las familias “con dificultades para llegar
a fin de mes”. Esto es un riesgo para la economía, porque si los trabajadores y
sus familias no pueden consumir, se retrae uno de los motores del crecimiento y
el empleo.
Así que este 1º de Mayo tiene todo el sentido relanzar
el debate de los salarios, defender que las empresas que pueden (sobre todo
las más grandes y rentables) deben subir más los salarios de sus
trabajadores, para sostener el consumo y la actividad, siempre que en
contrapartida se trate de mejorar la productividad. Una
productividad que mejoraría si suben los salarios, porque 4 de cada 10
trabajadores se consideran mal pagados, según una Encuesta
del Instituto 40dB para El País publicada en enero pasado.
Cara a lo que queda de 2024, el dilema es
claro: o los salarios se moderan (como proponen las subidas ofrecidas
por la patronal) o las empresas moderan sus márgenes y beneficios, para
poder subir algo más los salarios (el 4% y más) sin que repunte la inflación. Es
lo que llaman un
“Pacto
de rentas”, algo de lo que no quieren hablar la patronal y la
derecha. Por eso, otro año más, intentan “moderar” los salarios para no
“moderar” los beneficios. Una opción que no sólo es injusta socialmente,
sino también perjudicial para la
economía: necesitamos que
el consumo familiar siga tirando de la
economía, para que no se frenen el crecimiento y el empleo. Y eso será difícil si los sueldos crecen el 3% o
menos, como muchos proponen. Así que las
empresas deberían pagar salarios más altos (aunque ganen menos) para vender más y que la economía crezca en
2024. Si no, la economía se desinflará y todos perderemos. Un debate para este 1º de mayo.
Durante la última crisis, tras la pandemia y durante la inflación disparada de 2022 y 2023, las empresas han conseguido aumentar sus ventas, márgenes y beneficios, según un reciente estudio elaborado por CCOO a partir de los datos incluidos en el nuevo Observatorio de Márgenes Empresariales, creado por el Ministerio de Economía, la Agencia Tributaria y el Banco de España, con datos de cerca de 1 millón de empresas. El valor añadido (VAB) generado por los distintos sectores de la economía (valor de las ventas menos el de las compras) creció un +46,2% entre 2018 y 2023, un aumento inédito antes en nuestra economía: entre 2009 y 2015, el valor de lo producido se estancó (+0,14%), creció un 20% entre 2015 y 2018, con la recuperación, pero el valor añadido se duplicó con creces (+46,2%) en los últimos cinco años, a pesar de la pandemia, la guerra en Ucrania y la superinflación.
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