Al final, el turismo vuelve a salvar la economía otro año más. Ya este verano, los españoles viajaron más que nunca y llegaron más turistas extranjeros que antes de la pandemia: 29.032.120 visitantes extranjeros entre julio y septiembre, 194.832 más que en 2019, aunque todavía menos que el verano récord de 2017 (29.768.453 turistas extranjeros). Y además de llegar más turistas, los extranjeros que vinieron se gastaron mucho más: 38.596 millones de euros entre julio y septiembre de 2023, un +19,38% que en 2019 e incluso más que en el verano récord de 2017 (32.666 millones gastados). Y eso porque aumentó el gasto diario por turista, aunque vengan menos días: gastaban 136 euros por día en el verano de 2017, 167 en 2019 y 181 euros diarios este verano (sobre todo, por la subida de precios).
Tras este verano casi récord,
la sorpresa la ha dado octubre, un mes en que suelen bajar
los viajes tras el fin del verano: se cerró con un récord histórico de pernoctaciones
(estancias en establecimientos turísticos), 32,5 millones, un +8,7
que en octubre de 2022, según el INE.
Son 2,1
millones de pernoctaciones más que en octubre de 2019, antes de la pandemia.
La mayor parte de este aumento (1,2 millones) fue por los extranjeros (que acapararon el 70% de las pernoctaciones
totales), sobre todo británicos (superaron las 6 millones de pernoctaciones en
octubre, 418.000 más que en 2019), irlandeses (+196.542 que en octubre de
2019), franceses (+187.791), holandeses (+153.227) y polacos (+143.063
pernoctaciones). Y que se alojaron sobre todo en Baleares (26,1%), Canarias
(24%), Cataluña (17,4%), Andalucía (14,4%), Comunidad Valenciana (6,4%) y
Madrid (6%). Los españoles coparon el 30% de plazas turísticas en octubre (puente
del Pilar), sobre todo en Andalucía (18,8%), Cataluña (12,9%), Comunidad
Valenciana (11,4%), Madrid (9,8%) y Canarias (7,6%).
Además de una ocupación
récord, octubre marcó
2
tendencias en las
preferencias de los viajeros, extranjeros y nacionales, según los datos del
INE. Una, se consolida la preferencia por los hoteles de 4 estrellas,
que ya suponen la mitad de todas las pernoctaciones en España y que se llevan
el 81% del crecimiento total de estancias (1,7 de los 2,1 millones más). Y la
otra, que sube la tarifa media que
se paga por estancia, hasta los 110
euros diarios, aunque es mucho más alta en destinos como Canarias (122 euros diarios), Cataluña (125 euros) y sobre todo Madrid (152,7 euros la estancia media).
Todo apunta a que los hoteleros están
tratando de recuperarse de la caída de estancias por la pandemia, de la subida
de costes y de las fuertes inversiones en remodelación de hoteles, mientras los clientes optan por hoteles de 4
estrellas (no de 3 ni de 5), optando por pagar algo más si pueden.
A falta de datos de ocupación en noviembre (con varios
puentes), los
hoteleros creen que el récord de
octubre no es un dato aislado y se apoyan en el tirón de reservas para diciembre
y hasta febrero: ya se han producido un 20% más de reservas para estos 3
meses que el año pasado, según
los últimos datos de las empresas de hoteles y alojamientos turísticos
(CEHAT). Incluso hay 3 autonomías que
tienen ya más reservas para este invierno que en 2019: Madrid (+30%), Canarias y Andalucía. Madrid aparece
como primer destino turístico este
invierno porque al turismo de negocios se ha unido el turismo de ocio
(compras y espectáculos), que protagoniza las reservas en diciembre, empujado
por las grandes cadenas internacionales (Four Seasons, Rosewood, JW Marriott…),
que han aterrizado en Madrid y atraen turismo extranjero (USA, Asia y
Latinoamérica) de alto nivel. Canarias
ya tiene un alto nivel de reservas (extranjeras y españolas) para diciembre,
enero y febrero, gracias a una mejora en sus conexiones aéreas y a que se configura
como un destino seguro este invierno tras la crisis en Palestina, que afecta a
Túnez, Egipto y Turquía. Y Andalucía
se afianza como un destino clave este invierno para europeos (británicos) y
españoles.
Con ello, los expertos destacan que España se ha convertido en el
gran destino turístico para este invierno, tras serlo habitualmente
en verano (sol y playa). El último
informe de Turespaña ya destacaba que somos la
1ª opción de los británicos para sus vacaciones de invierno, lo que
también sucede entre muchos turistas alemanes y del centro-norte de Europa. A
favor de España juega el aumento de
vuelos y ofertas de tour operadores, respecto a Italia y Francia, unos precios altos pero todavía menores a otros
paises europeos y el clima, además de la
gastronomía, la cultura y el ocio, la seguridad y un sistema sanitario de mucha
más calidad que en otros paises mediterráneos. Todo ello favorece el turismo
europeo de invierno a Canarias, Baleares, Málaga y la Costa del Sol, Levante y Cataluña.
La patronal turística Exceltur
también resalta
en su último informe “la elevada
demanda de viajes, de europeos y nacionales, para el último trimestre de 2023”.
Según su estimación, las ventas
turísticas aumentarán un +15,8%
en este 4º trimestre de 2023 sobre las ventas de finales de 2019, con lo que el
sector turístico se habrá recuperado definitivamente de la pandemia.
Sus previsiones son que esta mejoría en el turismo de invierno, por los
extranjeros pero también por el turismo nacional, se note sobre todo en Canarias, Baleares, litoral mediterráneo
y las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla y Málaga.
Y que también beneficie al transporte de viajeros y al ocio (golf y parques
temáticos).
Hay algunos factores que explican esta mayor tendencia a viajar,
a gastar en hacer turismo, según
resume la patronal Exceltur. El primero y fundamental, que ahora hay más gente con trabajo (+1.299.000 ocupados que en
diciembre de 2019) y con empleos más estables (el 82,7% de los asalariados
tienen contratos indefinidos, por lo que da menos miedo gastar (o endeudarse).
El segundo que los salarios (aún
bajos) están subiendo algo más (+3,46% hasta octubre, frente al 3.01% en
2022 y el 1,41% en 2021), aunque también sube la inflación (pero menos: el +3,2% anual hasta
noviembre, la tasa más baja desde febrero de 2022). También juega a favor
del turismo la recuperación de los
turistas americanos y asiáticos, ayudados por una depreciación
del euro desde el verano. Y también ayuda la apuesta de los operadores
turísticos y las compañías aéreas por España, frente a otros destinos con
más riesgos geopolíticos. Y también ayuda a viajar más el clima (más cálido).
Claro que no todo el mundo se puede apuntar a esta “fiebre
por viajar”. En Europa, hay 10 paises cuya economía decrecerá este año,
caerá su PIB (Alemania, Austria, Luxemburgo, Suecia, Irlanda, Estonia, Letonia,
Lituania, República Checa y Hungría), según la
previsión de la Comisión Europea. Y en
España, aunque crecemos más (2,4% este año), un tercio de los españoles (33,5%) no pueden permitirse ni una semana
de vacaciones al año, según
la Encuesta de Condiciones de Vida 2022
(INE). Y muchos de los dos tercios
restantes, que sí toman vacaciones, lo hacen gracias a endeudarse. Ya este verano
se solicitaron un 15% más de créditos al
consumo para pagar las vacaciones, según el sector, y todo apunta a que
pasará lo mismo en diciembre, a pesar de los altos tipos (8,14%
en septiembre). Y este puente de diciembre “echarán humo las tarjetas”,
para pagar hoteles, comidas y viajes, que luego nos provocarán un “susto” en
enero, en medio de una cuesta de pagos.
En cualquier caso, este tirón del turismo de invierno es una
gran noticia para el sector, que lleva décadas angustiado por la
excesiva
“estacionalidad” de la demanda, concentrada en los meses de verano
y en el turismo de sol y playa. Ahora, si
España consigue tener turistas casi todo el año, esto reforzará la primera
industria del país y también estabilizará más su empleo. Y sobre todo, ayudará al resto de la economía. De
momento, el turismo nos está salvando en
2023, otro
año más. La previsión de Exceltur es que
el PIB turístico crezca un +16,3% este año y aporte a la economía 183.078 millones de euros, un 12,6% del PIB total del país. Y que
el turismo aporte el 21,8% del crecimiento español en 2023, más de la quinta
parte del total, junto al consumo, la inversión y las exportaciones. Un empujón clave.
Eso sí, aún con el tirón del turismo de invierno, el sector no puede retrasar por más tiempo su
reconversión, abordando la modernización de instalaciones, la mejora de
su oferta, la digitalización de sus ventas, la sostenibilidad ambiental y la
conciliación con los vecinos. Seguimos siendo uno de los paises más atractivos
del mundo, en verano y en invierno, pero hay que cuidar la gallina de los huevos de oro, para no morir de
éxito. Y nosotros, los consumidores, tenemos que “viajar con cabeza”, sin
endeudarnos demasiado.
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