Enrique Ortega |
España volvió a crecer con fuerza en 2022, según ha confirmado el INE, a pesar de la inflación y la guerra de Ucrania: un +5,5%, lo mismo que en 2021. Con ello, volvemos a ser, por 2º año consecutivo, el país europeo grande que más crece, aunque todavía no recuperamos la producción (PIB) de antes de la pandemia, porque fuimos el país europeo que más cayó en 2020 (-11,3%). Con ello, España se consolida como la 4ª mayor economía de la Unión Europea, con una producción de 1.327.108 millones de euros (PIB 2022), sólo por detrás de Alemania (3.867.050 millones de euros, un PIB tres veces mayor), Francia (2.642.713 millones de PIB, dos veces el de España) e Italia (1.99.154 millones de euros producidos, casi vez y media el PIB español). Y si tomamos toda Europa, seríamos la 5ª economía europea, porque Reino Unido es la 2ª mayor economía (2.910.698 millones de euros de PIB en 2022). A España le siguen, ya lejos, Paises Bajos (941.186 millones de PIB), Polonia (654.644 millones), Bélgica (552.000 millones) e Irlanda (502.584 millones de euros).
Pero este dato del PIB total es engañoso, porque unos paises tienen más población que otros. Y por eso, lo importante es lo que produce cada país por habitante (el PIB por habitante), el verdadero indicador de la renta y la riqueza de cada país. Y ese dato, corregido con la inflación, para no sobreestimar el PIB de los paises con más inflación. Así llegamos a una estadística de la que se habla poco, pero que es crucial para determinar qué paises son más productivos y por tanto tienen mejor nivel de vida y más renta: el PIB per cápita ajustado por el nivel de precios. Un dato que Eurostat acaba de publicar para 2022 y que revela que España no ha recortado apenas su distancia con el resto de Europa: producimos por habitante el 85% de la media europea (UE-27), cuando en 2021 y 2020 era el 83%, pero todavía es peor que en 2019, cuando producíamos el 93% que Europa.
Este dato, lo que produce cada país por habitante (descontando el efecto de la inflación) es el que realmente indica la productividad y la riqueza de cada país: los paises del centro y norte de Europa producen más por habitante y por eso tienen más renta. En 2022, había 11 paises europeos que producían más que la media europea (índice 100) y por eso son los más “ricos”, según Eurostat: Luxemburgo (261% del PIB por habitante europeo, porque tiene un alto PIB y poquísima población censada), Irlanda (234%, porque tiene radicadas muchas multinacionales que facturan allí y producen en otros paises), Dinamarca (produce un 136% el PIB medio UE), Paises Bajos (130%), Austria (125%), Bélgica (121%), Suecia (119%), Alemania (117%), Finlandia (109%), Malta (102%) y Francia (101%).
Luego hay un 2º grupo de paises europeos, que están por debajo de la media de productividad de Europa (100) y por ello tienen una renta “media”, por debajo de los 11 paises de la Europa rica, destacando el puesto nº 12 de Italia (96% del PIB por habitante europeo, que perdió en 2014) y el puesto nº 18 de España (83% del PIB europeo en 2022), que en los últimos años ha sido “adelantada” por 6 paises pequeños: Malta (nos superó en 2014 y tiene el 102% del PIB por habitante de la UE-27), la República Checa (nos adelantó en 2019 y ahora tiene el 91% del PIB por habitante europeo), Eslovenia (92%), Chipre (92%) y Lituania (90%), tres paises que adelantaron a España en 2020, y Estonia (que superó a España en 2021 y tiene el 87% del PIB por habitante europeo).
En el tercer grupo de paises, el furgón de cola de la productividad y la renta, están Polonia (79% del PIB europeo, más cerca de adelantar a España, con el 85%), Hungría, Portugal y Rumanía (tres paises con un PIB por habitante del 77% de la media UE-27), Letonia (74%), Croacia (73%), Grecia (68%), Eslovaquia (67%) y Bulgaria (el farolillo rojo: su PIB por habitante es el 57% de la media europea y muy alejado de la Europa rica.
Así que somos la 4ª mayor economía de la UE, pero el país nº 18 en producción por habitante y renta, cuando en 2013 ocupábamos el puesto nº 12 de este ranking. Cuando España ingresó en la CEE, en 1986, teníamos un PIB por habitante que era el 76% de la media europea. La incorporación a Europa tuvo costes, pero relanzó el crecimiento español, con lo que en el año 2.000 rozamos el nivel europeo de productividad (98%) y lo superamos por primera vez en 2002 (101%), alcanzando el máximo en 2006 (105% del PIB por habitante europeo) y manteniéndonos por encima en 2007(104%), 2008 (102%) y 2009 (101%). Con la crisis financiera y de deuda, nos dimos el batacazo en 2010 (el PIB por habitante bajó al 96% de la UE-28), para seguir cayendo después y marcar dos mínimos en 2013 y 2014 (90% de la renta por habitante europea), Con la recuperación, la productividad mejoró algo, pero seguía la brecha con Europa (91% en 2019). Y con la pandemia, la productividad volvió a bajar (al 83% en 2020 y 2021) y apenas se recuperó en 2022: nuestro PIB por habitante es el 85% del europeo, la distancia de 1990.
El problema no es sólo que España tenga por delante a 17 paises europeos más productivos, que producen más por habitante y por ello tienen mayor renta. Es que además, esa menor productividad afecta a casi todas las regiones: sólo hay tres autonomías más productivas que la media europea, con datos de 2021 (los últimos de Eurostat regionalizados): Madrid (114% de la media UE-27), País Vasco (108%) y Navarra (101%). Las 16 regiones restantes tienen menos productividad que Europa, aunque están por encima de la media española (83% en 2021) La Rioja (89%), Aragón (94%) y Cataluña (98% de la media europea). Pero lo más dramático es que España tiene 8 regiones con menos del 75% de la productividad media europea, con menos de tres cuartas partes de su renta: Andalucía, Extremadura y Canarias (62% del PIB por habitante UE-27), Melilla (63%), Castilla la Mancha (67%), Murcia y Ceuta (69%) y Comunidad Valenciana (73%), según Eurostat.
¿Qué pasa? ¿Por qué producimos menos por habitante que 17 paises europeos? Básicamente, por 2 causas de fondo, que explican también que tengamos un menor nivel de vida que dos tercios de Europa: porque aquí trabaja menos gente y trabaja peor, con menos eficacia o productividad. Veámoslo.
Lo primero, trabaja menos gente en España, hay menos ocupados produciendo y creando riqueza (PIB).La tasa de empleo en España (porcentaje de personas de 15 a 64 años ocupadas) es del 64,4% (diciembre 2022), frente al 69,9% en la UE-27, el 77,2% en Alemania, el 68,1% en Francia y el 60,1% en Italia, según Eurostat. Incluso trabaja mucha más gente que en España en Malta (72,7%), República Checa (73,5%), Eslovenia (73,1%), Chipre (72,7%), Lituania (73,8%) y Estonia (76,4%), los 6 paises que nos han “adelantado” estos años. Este bajo nivel de empleo en España tiene mucho que ver con nuestro modelo económico, basado en los servicios, poca industria, empresas con poca tecnología, que exportan menos y venden productos con menos valor añadido, que crean menos empleo. Si España tuviera la tasa de empleo media de la UE-27, tendríamos 1,7 millones de personas más trabajando (y aumentando nuestro PIB por habitante y nuestra renta). Y si tuviéramos la tasa de empleo de Alemania, en España trabajarían casi 4 millones más que ahora.
Además de tener menos gente trabajando, los que trabajan lo hacen “peor”, con menos eficacia: somos menos productivos por empleado. De hecho, si vemos el mapa de la productividad de Europa, estamos en el 2º nivel de productividad por empleado, muy por debajo de centro Europa y los paises nórdicos (salvo Madrid, País Vasco y Navarra) y que Francia o Italia, siendo sólo menor la productividad de algunos paises del Este (salvo la de República Checa, Estonia, Lituania y Eslovenia, que nos superan). Además, España ocupa el puesto 36 en el ranking mundial de productividad que publica el Foro Económico Mundial (2022) y mide 12 variables, quedando por detrás de 18 paises europeos a los que se considera más competitivos: Dinamarca (el 1º del ranking mundial), Suiza (2º), Suecia (4º), Paises Bajos (6º), Finlandia (8º), Noruega (9º), Irlanda (11º), Luxemburgo (13º), Alemania (15º), Islandia (16º), Austria (20º), Bélgica (21º), Estonia (22), Reino Unido (23º), República Checa (27º), Francia (28º), Lituania (29ª) y Letonia (35º).
Somos menos productivos que media Europa (y por eso, menos ricos) por 3 causas fundamentales, según este estudio de la Fundación BBVA e Ivie: porque invertimos menos en tecnología, porque tenemos una mano de obra peor formada y porque hay menos inversión (pública y privada). Analicemos estos hándicaps.
El primero, la menor apuesta por la tecnología y la innovación, claves para mejorar la productividad de un país. España ha estado más de una década, desde 2010, recortando su inversión en Ciencia, que es la mitad de la europea: 363,66 euros por habitante (2021) frente a 695 euros en la UE-27. La inversión en I+D+i ha pasado del 1,35% del PIB en 2008 al 1,43% en 2021, aumentado la distancia con Europa (que pasó el 1,88% del PIB al 2,32% en 2021, según la Fundación COTEC. Y lo preocupantes es que invertimos en Ciencia la tercera parte que Alemania (3,4% en 2021), la mitad que Francia (2,35%) y menos que Italia (1,53%), nuestros directos competidores. Pero además, España gasta menos en Ciencia que paises más pequeños de la Europa del Este que nos han adelantado en productividad: Eslovenia (gastan el 2,15% del PIB), República Checa (1,99%) o Estonia (1,79%). Incluso gastamos menos en Ciencia, en porcentaje, que Portugal (1,58% PIB) y Grecia (1,49%). El retraso en la tecnología está sobre todo en las empresas, que gastan en Ciencia la mitad que las empresas europeas (0,78% del PIB frente al 1,50% en la UE-27).
El 2º factor clave para ser productivos es tener trabajadores bien formados. Y aquí, España tiene un doble problema. Por un lado, tenemos muchos más adultos con poca formación (el 36,1% no tiene acabada la ESO, frente al 16,4% en la UE-22 y el 20,1% en la OCDE) y pocos con formación intermedia, Bachillerato o FP Grado medio (23,2% en España frente al 45,8% en la UE-22 y el 42,1% en la OCDE), según el informe Panorama de la Educación 2022 de la OCDE. Por otro lado, la mayoría de los jóvenes españoles eligen Bachillerato y no Formación Profesional (35%, frente al 48% en la UE-22 y el 45% en la OCDE), con lo que tenemos “demasiados universitarios”, con enseñanzas poco dirigidas al empleo que se demanda y un exceso de jóvenes “sobrecualificados”, trabajando en actividades poco productivas.
El tercer factor que explica nuestra menor productividad es que España invierte menos, tanto en inversión pública como privada, dos factores que contribuyen a que un país sea más eficiente. La inversión total cayó un 10% entre 2008 y 2019, por los recortes en la inversión pública (de 2010 a 2016) y en la inversión privada, por la crisis empresarial. Y aunque la inversión mejoró en 2021 y 2022, todavía está por debajo de 2008, sobre todo en infraestructuras, equipamientos y reposición de equipos e instalaciones, lo que dificulta aumentar la productividad, sobre todo en algunos sectores y regiones, a la espera de que empiecen a notarse las inversiones derivadas de los Fondos europeos.
Hay otros factores que nos restan productividad y riqueza. Uno muy importante y destacado desde hace años por la Comisión Europea, el FMI y la OCDE es la elevada precariedad del empleo en España, con el doble de empleos temporales que Europa hasta 2021 (25,4% frente al 13,1% en la UE-27). Y aunque la reforma laboral ha reducido la temporalidad en España (al 17,91% en 2022), aún supera a la europea (12,4%). Y está demostrado que los trabajadores temporales son “menos productivos”. Además, también influye negativamente la organización del trabajo en España, donde hay “poca participación de los trabajadores en la gestión de las empresas”, según un estudio de CaixaBank Research, que revela una menor gestión en equipo y un fuerte peso de los jefes del “ordeno y mando”, lo que no ayuda a crear un buen clima laboral ni a mejorar la productividad.
Otro factor clave, que nos resta productividad es que en España hay demasiadas pymes y pocas grandes empresas, que suelen ser “más productivas”. Según el último Censo, tenemos 2.922.993 empresas, de las que el 93,37% son muy pequeñas (el 54,96% sin asalariados y otro 38,41% con menos de 10 empleados), el 5,35% son pequeñas (162.099 tienen de 10 a 50 trabajadores), un 0,90% son medianas (26.341 tienen entre 50 a 249 trabajadores) y sólo hay 5.305 empresas grandes (el 0,18%), con más de 250 trabajadores. Un estudio de la patronal CEPYME revelaba que las empresas pequeñas son más vulnerables: cierran antes, se financian peor, venden menos, crean menos empleo, pagan menos salarios, innovan, invierten y exportan menos. O sea, son menos productivas.
Y todavía hay más factores que restan productividad a España, , como la excesiva regulación y burocracia, la dispersión de normas (17 autonomías), la falta de competencia en muchos sectores (electricidad, petroleras, telecomunicaciones, banca…), la lentitud en la Justicia, las dificultades de financiación de las pymes, los mayores costes energéticos y de transporte, la falta de estabilidad laboral o el retraso en la digitalización de la economía.
Ya sabemos mejor por qué somos menos productivos y menos ricos que media Europa, por qué nos han adelantado 17 paises, aunque crezcamos más que la mayoría. Hasta ahora, las empresas han tratado de compensar esta menor productividad “devaluando salarios”, un tercio más bajos que la media en Europa. Y se ha reflejado también en una menor renta y un menor nivel de vida de los españoles respecto a la Europa del centro y norte del continente. Pero ahora, el Plan de Recuperación y las reformas emprendidas pueden cambiar esto, mejorar nuestra productividad y nuestro nivel de vida. Hay que modernizar la economía y conseguir que trabaje más gente y que trabajen mejor. Sólo así viviremos mejor.
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