Por fin acabaron las fiestas, donde la mayoría de españoles intentaron “salvar la Navidad”, viajando a ver a su familia (“con papeles”), comprando regalos y comida (“con mascarilla”), paseando por calles iluminadas (“con distancia”) y comiendo y cenando con familiares (“repartidos y con cuidado”). El coste de “no quedarse en casa por Navidad” es muy explícito: 368.460 contagios nuevos (10.000 diarios) y 6.164 muertos (162 muertos cada día), entre el 1 de diciembre y el 7 de enero. Y falta recoger “los frutos” de Nochevieja y Reyes. Estamos en la 3ª ola, con un nivel de contagios “extremo” (350 por 100.000 habitantes), superando a Italia, Alemania y Francia. Ahora, el Gobierno rechaza un confinamiento estricto y las autonomías campan a su aire, unas cerrando parcialmente y otras abriendo (Madrid). Todo apunta a que así seguiremos, con más contagios y muertos hasta el verano. O más tarde si se retrasan las vacunas. Y como la pandemia sigue imparable, la economía no se recupera. No aprendemos.
Enrique Ortega |
La COVID 19 ha cumplido su primer año de existencia y la pandemia sigue imparable, batiendo récords: supero ya los 800.000 contagios diarios (862.260 el 7 de enero) y los 15.000 muertos al día (29 y 30 de diciembre o 5 de enero), según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins. Hoy son ya 90.293.028 contagiados en 191 paises, destacando el alcance de la pandemia en América (38.861.668 contagiados), Europa (28.794.000 contagiados), sudeste de Asia (12.257.684), Oriente Medio (5.149.132), África (2.135.878) y Pacífico (1.184.664), según la OMS. Por paises, los más afectados son EEUU (22.295.028 contagiados), India (10.466.595), Brasil (8.105.790), Rusia (3.366.715), Reino Unido (3.081.368), Francia (2.840.864), Turquía (2.326.256), Italia (2.276.491), España (2.050.360) y Alemania (1.929.410), seguidos de Colombia (1.786.900), Argentina (1.722.217), México (1.534.039), Polonia (1.385.522), Irán (1.286.406), Sudáfrica (1.231.597), Ucrania (1.154.553), Perú (1.026.180), Paises Bajos (885.098), Chequia (835.454), Indonesia (828.026), Rumanía (671.284) y Bélgica (664.606) contagiados), según la Universidad Jhons Hopkins.
También aumentan imparables las muertes por la COVID 19, que ascienden hoy a 1.935.060 fallecidos en todo el mundo, concentrados en América (910.741 muertos) y Europa (626.726 fallecidos), según la OMS. Por paises, destaca la mortalidad en EEUU (374.329 muertos, con el récord de superar las 4.000 muertes el 8 de enero: más que en los atentados del 11-S), Brasil (203.100), India (151.160), México (133.706), Reino Unido (81.567), Italia (78.755), , Francia (67.885), Rusia (60.963), Irán (56.171), España (51.874 muertes el 8 de enero, según Sanidad: somos el 12º país con más muertes COVID por millón de habitantes), Colombia (46.114), Argentina (44.495), Alemania (40.939), Perú (38.049), Sudáfrica (33.163), Polonia (31.189), Indonesia (24.129), Turquía (22.807), Ucrania (20.709) y Bélgica (20.078 muertos), según la estadística de la Universidad Jhons Hopkins.
Con este panorama, la 3ª ola de la pandemia sigue preocupante en Europa, donde continúa el rebrote de nuevos contagios diarios en Reino Unido (+52.618 contagios y 1.172 muertes el viernes 8), en Francia (+21.703 contagios y 277 muertes diarios), Alemania (+31.849 contagios y 1.188 muertes el viernes 8), Polonia (+12.119 contagios y 186 muertes), Chequia (+17.773 contagios y 185 muertes), Paises Bajos (+7.099 contagios y 174 muertes), Portugal (+9.927 contagios diarios y 95 muertes) o Bélgica (+2.997 contagios diarios y 56 muertes), según Sanidad. España, con 25.456 nuevos contagios el viernes 8 de enero (la segunda más alta de toda la pandemia), ha pasado de ser el 2º país UE con menos contagios (tras Irlanda), hace dos semanas, a tener ahora una tasa de contagios (350 por 100.000 habitantes) superior a la de Francia (298), Alemania (306), Italia (349,6), Austria (328,8), Polonia (308) y Bélgica (171 por 100.000 habitantes).
Con este repunte de contagios, iniciado el viernes 11 de diciembre (189,5), España mantiene una tasa de contagios recientes (350 por 100.000 habitantes) considerada de “riesgo extremo”, según los semáforos de Sanidad, al superar los 250 contagiados/100.000 habitantes. Y lo peor es que hay 13 autonomías en situación de “riesgo extremo” (antes de Navidad eran sólo 6): Extremadura (799 contagios recientes por 100.000 habitantes), Baleares (546 por 100.000), Madrid (507, más del doble que antes de Navidad), Cataluña (435), Castilla la Mancha (453), La Rioja (424), Comunidad Valenciana (393), Melilla (326), Castilla y León (326), Murcia (293), Aragón (322), Ceuta (275) y Navarra (253 contagiados por 100.000 habitantes), según Sanidad. Y del resto, han empeorado Cantabria (248), Galicia (243), el País Vasco (220) y Andalucía (197), las 4 autonomías en “riesgo alto”, librándose solamente Canarias (133 contagiados/100.000) y Asturias (151), ambas con “riesgo medio”.
Este aumento de
contagios es especialmente
preocupante en Madrid (salta de 190 contagios por 100.000 habitantes
el 9 de diciembre a 507 el 8 de
enero) y Cataluña (que salta de 187 contagios a 435 el viernes 8 de enero), porque ambas concentran
el 40% de todos los contagios registrados en
España. Y el repunte se produce a pesar de que esta Navidad se han hecho menos pruebas (PCRs y test) muchos días, por ser festivos
o estar los centros de salud cerrados o con personal de vacaciones. Se
hicieron 857,960 pruebas del 30 al 6 de diciembre, pero bajaron en 778.933 la
semana siguiente (por el 8 festivo), subieron la siguiente (14 al 20 diciembre)
a 967.677 (la gente quería “viajar con su
PCR hecha”) pero luego bajaron a 770.982 (25 al 31) y a 804.158
(del 29 al 4 de enero). Y preocupa
además que se haya duplicado
el porcentaje de positivos: el 14,09%
ahora frente al 7,7% el 14 de
diciembre.
La cifra de hospitalizados sigue al alza en el último mes (de 12.552 el viernes 4 de diciembre a 14.951 este viernes 8 de enero, con una tasa de ocupación del 12,22% de las camas públicas. (Sanidad considera “riesgo alto” una ocupación del 10 al 15%). Y preocupa el “riesgo extremo” (ocupación superior al 15%) en Ceuta (23,34 % camas ocupadas por enfermos COVID), Canarias (16,22%) y Extremadura (15,17% ocupación camas). Los ingresados en UCIs han bajado, pero poco (de 2.371 el 4 de diciembre a 2.318 este viernes 8 de enero). Y ocupan ya el 24,05% de las camas UCI disponibles, aunque el riesgo es “extremo” (más del 25%) en 6 autonomías: Extremadura (38,80 % camas UCI ocupadas por enfermos COVID), Castilla la Mancha (35,76%), Ceuta (35,61%), Comunidad Valenciana (35%), Castilla y León (32,05%) y Canarias (26,25%).
Lo más preocupante es que sigue habiendo muchas muertes: +1.037 la última semana larga (jueves
31 diciembre al viernes 8 de enero), una media de 129 muertes diarias (126 diarias la semana anterior, de Navidad, y
196 diarias la semana del puente de la Constitución). Y los mayores aumentos de mortalidad se concentran
en la Comunidad Valenciana (+222 muertos del 31 de diciembre al 8
de enero), Andalucía (+128 muertos los últimos 8 días), Madrid (+143), Cataluña (+105 muertos), País Vasco (+75) y Castilla
y León (+62 muertos). Ya se han producido 19.200 nuevas muertes en los últimos 3
meses, más de un tercio del total (51.874
muertes oficiales por COVID 19).
La mortalidad sigue alta porque aumenta la
edad de los contagiados y vuelve a haber rebrotes
en las residencias de ancianos, origen
de 28.600 muertes, el 55%
del total en esta pandemia. Y algunos
expertos advierten que el “pico” de
muertes por COVID se dará este mes de
enero.
Hecho el balance de contagios, hospitalizados y muertos, parece evidente que avanzamos en la 3ª ola de la pandemia, iniciada el 11 de diciembre y agravada con la Navidad. El 7 de diciembre publicaba en este blog un artículo titulado “El dilema de la Navidad: fiestas o vidas”. Y vaticinaba que la Navidad podría "costarnos" 7.000 muertos. Hoy, pasadas estas fiestas, ya se puede ver el trágico balance de lo que muchos españoles han escogido: “salvar la Navidad”, no renunciando a viajes, salidas a la calle y a tiendas o reuniones y comidas de amigos y familiares (eso sí, con el autoengaño de que “tomaban precauciones”). Los datos publicados por Sanidad son explícitos: 368.460 nuevos contagiados (10.000 diarios) y 6.164 muertos (162 cada día) entre el 1 de diciembre y el 7 de enero de 2021. Un trágico balance que pudo evitarse. Y falta la factura, en contagios y muertos, de Nochevieja y Reyes, que aún no se refleja en las cifras de Sanidad.
No hemos aprendido nada de esta pandemia, aunque se cumplen 9 meses del inicio del confinamiento. Empezamos la desescalada, el 22 de junio (tras más de 3 meses encerrados), con la pandemia bajo control: 125 contagios diarios, 8,3 contagios nuevos por 100.000 habitantes y 6 muertes diarias (22 junio). Pero nos dedicamos a viajar y a ir de vacaciones como si nada, a “salvar el turismo y la economía” pero no la salud. Y el 29 de julio ya superamos los 50 contagios por 100.000 habitantes. El 31 de agosto ya habíamos cuadruplicado los contagios (205,53), con un máximo de 294,04 contagios el 29 de septiembre). Con el final de las vacaciones, en la primera quincena de octubre se estabilizan los contagios, pero enseguida vuelven a subir, hasta alcanzar la 2ª ola un pico el 4 de noviembre, con 528,75 contagios por 100.000 habitantes, 63 veces la tasa del inicio de la desescalada (ver gráfico evolución incidencia). El 25 de octubre, el Gobierno Sánchez decreta un nuevo estado de alarma (hasta mayo), para amparar legalmente que las autonomías tomen medidas más duras contra esa 2ª ola (cada una a su aire). Y se rebajan los contagios a un nuevo mínimo el 10 de diciembre: 188,72 contagios por 100.000 habitantes. Pero no aprendemos y se rechaza adoptar medidas duras ante la Navidad: en vez de forzar que nos quedemos en casa, se habla de “salvar la Navidad”. Y en menos de un mes, los contagios pasan de 188,72 a los 350 del viernes 8, que llegarán otra vez a 400 en los próximos días.
Tras esta evolución de la pandemia, estando en plena 3ª ola, los expertos y epidemiólogos lo tienen claro: lo único efectivo para frenar la curva y bajar los contagios de 25 sería confinar el país 6 semanas. Pero el Gobierno no quiere proponer un confinamiento domiciliario, como le pedía Castilla y León, según ha confirmado el ministro Salvador Illa. Y estos días, las autonomías tratan de reforzar las medidas, sobre todo en Castilla y León (confinamiento perimetral hasta mayo), Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, Extremadura, Baleares, Andalucía y Aragón, mientras Madrid (la 3ª autonomía con más contagios) abre su confinamiento perimetral y mantiene un inútil confinamiento por zonas (a 1,2 millones de madrileños). Otra vez más, se rehúye tomar medidas más estrictas (como han hecho Reino Unido, Alemania o Francia) y se intenta bajar poco a poco los contagios, que seguirán elevados (por encima de 200) uno o dos meses más, hasta que se noten los efectos de las vacunaciones en residencias y hospitales.
La gran esperanza de doblegar la pandemia son las vacunaciones. Pero van más lentas de lo necesario. Se inició el domingo 27 de diciembre y en la primera semana sólo se habían administrado el 11,5% de las dosis recibidas de Pfizer Biontech (1,3% en el País Vasco, 1,7% en Baleares o Murcia, 3% en Madrid, 5,3% en Comunidad Valenciana, 6,8% en Cataluña y 18,4% en Andalucía, frente al 52,5% en Canarias, Ceuta y Asturias). Y aunque ha mejorado la vacunación en la 2ª semana, todavía va lenta: se han administrado el 37,4% de las dosis recibidas (277.976 de 743.925), con datos de Sanidad del viernes 8, que revelan un gran retraso en Madrid (14,3%), Cantabria (19,7%), Extremadura (21,8%), Comunidad Valencia (26,1%) y Cataluña (32%), aunque van mejor en Asturias (75,2%%), Melilla (67%), Galicia (65,9%), Ceuta (63,4%) y Andalucía (49,5%).
El retraso en la vacunación, que se podía haber preparado con tiempo (el presidente Sánchez lo anunció el 22 de noviembre), revela el problema de fondo de esta pandemia: la falta de medios sanitarios y los fallos de planificación. Poner 1 millón de vacunas a la semana durante 33 semanas exige una programación meticulosa y sobre todo personal que vacune, en residencias, hospitales y centros de salud, personal que habría que haber contratado o reservado exclusivamente para esta tarea, 7 días a la semana, las más horas posibles. Porque no puede apoyarse esta masiva vacunación en enfermeras y personal que hacen otras tareas ni buscar “atajos”, como Madrid, subcontratando la vacunación con la Cruz Roja.
Si la vacunación se retrasa, como se teme en España, Europa y en todo el mundo, se retrasa también el final de la pandemia y la recuperación de la economía. El Banco Mundial ha alertado estos días que la economía mundial crecería este año 2021 la mitad (en vez del +4%, el 1,6%) si los paises retrasan la vacunación. Y además, la 3ª ola, que es ya un hecho, va a retrasar en toda Europa y en España la recuperación de la actividad y el consumo, que se esperaba incluso para finales de 2020 y no llegó apenas. Todo apunta a que la economía va a crecer poco este primer trimestre de 2021, algo más el 2º y sólo se recuperará de verdad en el verano, dependiendo de la evolución de los contagios y del porcentaje de españoles que estén vacunadas (hacen falta dos tercios al menos).
Si la 3ª ola está ya aquí y la vacunación se retrasa, habrá que mantener varios meses más las restricciones en la movilidad y en algunos negocios, como hostelería, comercio y turismo. Y eso puede ser la puntilla para muchas pymes, que llevan meses facturando la mitad o menos y con los costes casi iguales. Eso puede aumentar los cierres de bares, restaurantes, comercios, agencias de viajes y hoteles en los próximos meses, por lo que urge prorrogar los ERTEs (se ultima ampliarlos hasta el 31 de mayo) y ampliar las ayudas a negocios y familias, a costa de un mayor déficit público. El propio Banco de España ha advertido de que la tercera ola de contagios podría agravar las pérdidas de las empresas (estima que la mitad han tenido pérdidas en 2020 y hasta un 75% en algunos sectores) y esto podría provocar problemas financieros en un 40% de las empresas, que no ingresan lo suficiente para pagar intereses. Por ello, pide flexibilizar la devolución de los créditos ICO y mantener la moratoria para evitar que muchas empresas entren en concurso de acreedores.
En resumen, que la 3ª ola provocada por la Navidad no sólo daña la salud y mata a 162 personas cada día, sino que daña a la economía y pone en apuros a miles de empresas y empleos, que no podrán sobrevivir en 2021 si no se contienen los contagios y si no se mantienen y amplían las ayudas públicas. Hay que volcarse en doblegar la curva, aprender de los errores de la desescalada y de la Navidad para no repetirlos en abril (“hay que salvar la Semana Santa) y en verano (“hay que salvar el turismo”). Lo que hay que salvar son vidas, porque sólo así se salvan empresas y empleos. Y para eso, hay que ser más estrictos en la movilidad y los confinamientos y vacunar contra reloj. Nos quedan todavía 6 meses duros, en los que no podemos bajar la guardia otra vez. Seamos serios.
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