lunes, 4 de mayo de 2020

Desescalada: 49 días muy complicados


Hoy 4 de mayo empieza la fase 0 de la “desescalada”, que durará un mínimo de 7 semanas, más quizás para Madrid y Barcelona. Entramos en la 8ª semana de confinamiento, pero el 11 de mayo se abrirá algo más la mano, en algunas provincias, para ir a comercios y bares, con muchas restricciones, que provocan quejas de empresas, autonomías y la oposición. Pero el coronavirus sigue ahí, contagiando y matando, y no podemos bajar la guardia, aunque aumente el paro y se asfixien empresas. Nos quedan 7 u 8 semanas más complicadas que el sencillo confinamiento en casa: habrá que salir poco y con cuidado, rehacer algo nuestras vidas sin multiplicar el virus. Y a finales de junio, volver a una “nueva normalidad” que no lo será, con un verano y un curso hipotecados por el coronavirus hasta que haya vacuna, a principios de 2021. El mayor problema sigue siendo la desunión política y autonómica ante el virus, mientras los españoles nos sacrificamos. Sumen esfuerzos. Hay que salvar vidas.

enrique ortega

Acaban de cumplirse los 4 primeros meses del coronavirus y la pandemia avanza a una velocidad increíble: tardó 3 meses en contagiar al primer millón de personas, sólo 12 días al 2º millón y otros 12 días al tercero. Hoy 4 de mayo, ha contagiado ya a 3.507.424 personas, en 187 paises, causando 247.497 muertos, a pesar de que un tercio del mundo está confinado. El epicentro de la pandemia sigue siendo Europa (1,5 millones de contagiados), pero el líder es Estados Unidos (1.158.041 contagiados), seguido de España (217.466 contagiados), Italia (210.717), Reino Unido (187.842), Francia (168.925), Alemania (165.664), Rusia (134.687), Turquía (124.375), Irán (97.424), Brasil (97.100) y China (83.959), según la Universidad Johns Hopkins. En muertos, el líder es también EEUU, con 68.598 fallecidos, seguido de Italia (28.884), Reino Unido (28.446), España (25.264 muertos), Francia (24.864), Bélgica (7.844) y Alemania (6.866). España es el 2º país con más muertos por millón de habitantes (537), tras Bélgica (685), aunque nuestra tasa de letalidad (muertos/contagios: 11,6) , es inferior a la de Francia (18,9), Bélgica (15,7), Reino Unido (15,4), Italia(13,7), Holanda (12,4) y Suecia (12,1), según los datos de Sanidad.


Tras 7 semanas de confinamiento, en España sigue bajando el ritmo de contagios: crecen menos del 1% la última semana (+0,39% ayer), la mitad que la anterior y muy lejos del 32% que crecían antes del 14 de marzo. Pero sigue habiendo nuevos contagios cada día (+838 ayer, frente a +2.870 una semana antes), porque ahora se hacen más test, aunque las cifras son  poco homogéneas entre autonomías. Y aumentan, aunque mucho menos,  los hospitalizados (+547 ayer) y los ingresados en las UCIs (+65 ayer). Pero todavía hay muchos muertos: 164 ayer, menos de la quinta parte que los 950 muertos del peor día de esta pandemia (1 de abril), según los datos de Sanidad. Varias autonomías llevan días sin ningún nuevo enfermo COVID en UCIS (Canarias, Cantabria, Aragón, Baleares, Ceuta y Melilla). Y varias no tenían ayer ningún muerto por coronavirus: Canarias, Aragón, Baleares, Ceuta y Melilla.


Esto confirma lo que sucede desde el principio: un alcance muy desigual de la pandemia por autonomías. El mapa del coronavirus concentra los contagios en 8 autonomías con un nivel de enfermos superior a la media española (57,94 contagiados por 100.000 habitantes): son Cataluña (129,08), Castilla y León (118,73) y La Rioja (114,90), seguidas de Navarra (82,39), Castilla la Mancha (81,41), Madrid (76,81), País Vasco (60,42) y Galicia (59,60),  regiones donde viven 24,5 millones de personas, el 51% de españoles. Las 9 autonomías restantes, más Ceuta y Melilla, tienen un contagio inferior a la media, siendo muy bajo en Murcia (4,08 contagiados por 100.000 habitantes), Canarias (8,22), Ceuta (9,44), Melilla (12,72), Asturias (14,67), Extremadura (15,08), Baleares (15,49), Comunidad Valenciana (16,53) y Andalucía (16,66), según los datos de Sanidad ayer. También hay muchas diferencias en el balance de los hospitalizados: destacan Madrid (40.597) y Cataluña (27.257), seguidos por Castilla la Mancha (8.676), Castilla y León (8.085), País Vasco (6.692) y Andalucía (5.961). Y en los enfermos COVID que han entrado en las UCIs: 3.421 en Madrid, 2.844 en Cataluña, 736 en Andalucía, 698 en la Comunidad Valenciana, 604 en Castilla la Mancha o 533 en el País Vasco y Castilla y León, frente a 79 en Aragón, 88 en la Rioja, 108 en Catabria o 110 en Murcia.


Estas enormes diferencias en el alcance de la pandemia son las que justifican  ahora que la salida del confinamiento, la “desescalada”, vaya a ser gradual y desigual por autonomías, algo diferente a lo que hacen otros paises (ver aquí una comparativa de la desescalada en varios paises europeos). Así, Alemania inició la desescalada el 20 de abril, con normas aprobadas por cada Estado federal (hay 16 “länder”) y apertura de colegios desde el 4 de mayo, aunque sin abrir bares y restaurantes. Francia inicia la desescalada el 11 de mayo, en todo el país, con aperturas de colegios y comercios, pero no bares, restaurantes o playas (al menos hasta el 2 de junio). Portugal inicia desescalada hoy, aunque no abre algunos colegios hasta 18 de mayo. Y en Italia, se fijan 3 fechas para la desescalada, uniforme en todo el país: 4 mayo (salidas y compras básicas), 18 mayo (comercios y museos) y 1 de junio (bares y restaurantes).


En España, el Gobierno, asesorado por los expertos, ha aprobado un Plan de desescalada más gradual y más exigente, que se va a aplicar por fases y de forma desigual por provincias, según una serie de indicadores epidemiológicos, sanitarios, de movilidad y económico-sociales. Cada provincia entrará en una fase o pasará a la siguiente según cumpla o no estos indicadores que se miden cada día.

¿Qué se va a tener en cuenta? Primero, los indicadores epidemiológicos: casos confirmados por PCR, número de hospitalizados y en UCIs, sanitarios contagiados, casos posibles detectados y, sobre todo, la capacidad de los centros de salud para detectar, aislar y rastrear los nuevos contagios y sus contactos. Segundo, los indicadores sanitarios: enfermos COVID hospitalizados (no más del 30%) y en UCIs (no más 50% del total), material sanitario disponible (equipos de protección, test PCR, respiradores, medicamentos...), capacidad de los laboratorios y centros no sanitarios disponibles en caso de urgencia. Tercero, indicadores de movilidad: movilidad de las personas y vehículos (utilizando el estudio Big Data del Ministerio de Transportes y los datos de móviles analizados por el INE) y utilización del transporte público. Y en cuarto lugar, indicadores económicos y sociales: evolución de las cotizaciones a la Seguridad Social, datos de ERTEs, consumo de electricidad y otros indicadores socioeconómicos sobre los efectos del confinamiento.


Con todo este panel de indicadores, Sanidad será la responsable de decidir  qué provincias están en disposición de pasar a cada fase de la desescalada. Se han previsto 4 fases, que llegarían hasta finales de junio. La primera, la fase 0, empieza hoy 4 de mayo, y es de preparación para las siguientes, aunque supone un alivio más, tras los paseos de los niños (desde el domingo  26) y las salidas para deporte y paseos de los adultos, desde el 2 de mayo (ver guía). Se obliga a llevar mascarilla en los transportes públicos. Y se permite recoger comida a domicilio y acudir a peluquerías con cita previa (o recoger pedidos en tiendas). La fase 1 (inicial) empieza el 11 de mayo para las provincias que cumplan y durará 2 semanas, si no hay retroceso sanitario. Podrán abrir los comercios preparados (no los Centros comerciales), los mercadillos al aire libre (25% puestos), las terrazas de los bares (50% aforo y grupos hasta 10 personas debidamente separadas), los hoteles (excluyendo zonas comunes), las bibliotecas y actos culturales (aforo limitado), las iglesias (30% capacidad) y las visitas limitadas a familiares (hasta 10 personas en un domicilio, respetando distancias). 


La fase 2 (intermedia) empezaría el 25 de mayo y amplía la desescalada: bares y restaurantes abrirían su interior (30% aforo), mercadillos al 50%, apertura exposiciones, cines y teatros (30% aforo), iglesias al 50%, apertura controlada centros comerciales, hoteles abrirían 40% zonas comunes, autoescuelas y academias, caza y pesca, locales culturales y conciertos (máximo 400 personas al aire libre) y se abren colegios para que asistan niños menores de 6 años cuyos padres trabajen, refuerzo y examen de selectividad. Y se permiten viajes a la 2ª residencia dentro de la misma provincia. En la fase 3 (avanzada), que podría iniciarse el 8 de junio para las provincias que cumplan entonces los requisitos (el resto, cuando los cumplan), supone ampliar más la desescalada: bares y restaurantes abren dentro el 50% aforo (y las barras, con distancia 1,5 metros) y  el 50% de las terrazas, los centros comerciales al 50%, los mercadillos al 50%, los hoteles abren el 50% de las zonas comunes, las actividades culturales con el 50% del aforo, los gimnasios (30% aforo) y funcionan los ferris. Se abren las playas (con restricciones) y se permite viajar a otra provincia en la misma fase.


A partir del lunes 22 de junio, las provincias más afortunadas entrarían en lo que se ha dado en llamar la “nueva normalidad”: se podrá salir, ir a bares, comercios e instalaciones con medidas de protección, separación y a ser posible mascarilla. Y viajar a otra provincia o hacer turismo, siempre que el destino haya salido también de la fase 3. Y así, el resto del año, tanto para trabajar, como para actividades de ocio como para estudiar: el curso se reanudará en septiembre con clases online y presenciales (limitadas). Y con múltiples controles para viajar fuera de España, cuando se pueda (no antes de octubre). Todo ello hasta que exista una vacuna, como pronto en el primer trimestre de 2021.


Este Plan de desescalada es, como se ve, muy complejo, y va a aplicarse de forma desigual, porque las autonomías sufren la pandemia de forma muy distinta. Sanidad ya ha dicho que tres islas canarias (la Gomera, Hierro y La Graciosa), más Formentera, inician hoy la fase 1, mientras los demás entramos en la fase 0. Y dentro de una semana, el 11 de mayo, parece claro que habrá autonomías (y provincias) que no entrarán en la fase 1, especialmente Madrid, Cataluña, las dos Castillas y la Rioja, con dudas sobre Navarra y País Vasco. En esta parte de España, el desconfinamiento podría empezar una semana más tarde y acabar el 29 de junio. Habrá que verlo semana a semana, como dice Sanidad. Todo va a depender de cómo repercuta en la epidemia el abrir la mano. Porque la estrategia gradual significa que si una provincia da marcha atrás, se restringe la movilidad y el desconfinamiento.


El Plan de desescalada ha recibido múltiples críticas. Primero de las autonomías, porque querían “pilotarlo” ellas (y decidir quién entra en cada fase), sobre todo Cataluña, el País Vasco y las gobernadas por el PP. También piden que la desescalada sea por áreas sanitarias y no por provincias, pero eso sería complicarla aún más: si ya es difícil controlar la movilidad entre provincias, mucho más entre comarcas. Otras críticas han venido de la hostelería y el comercio, que amenazan incluso con no abrir, porque “no les compensa el aforo que les dejan”. Hay que decirles dos cosas: se les permite abrir antes que en otros paises. Y sobre el aforo, salvar vidas está antes que el negocio. Eso sí, han aprovechado para exigir que les extiendan los ERTES a después del estado de alarma (el Gobierno lo hará esta semana) y “más flexibilidad” (a lo claro: que les dejen despedir, algo prohibido durante 6 meses).


Las críticas más duras han venido de la oposición, no sólo de la ultraderecha (desaforada) sino del PP, que amenaza con no aprobar esta semana la prórroga del estado de alarma, lo mismo que el PNV y ERC, que apoyaron la investidura del Gobierno. Es un grave problema, porque una cosa es utilizar la pandemia para hacer oposición (en Francia, la oposición se ha abstenido o votado en contra, lo mismo que en Italia, mientras en Alemania o Portugal hay consenso) y otra querer “tumbar al Gobierno” en medio de la pandemia. Ya bastante difícil pone la lucha contra el coronavirus la poca colaboración de algunas autonomías (Cataluña y Madrid sobre todo) y los ataques constantes a todo lo que se hace por parte del PP y Vox, que están dividiendo a una ciudadanía que debe estar más unida que nunca. Y más ahora, que se pide una esfuerzo extra con la desescalada: colaborar al máximo para evitar contactos y contagios, muertes. Quedarse en casa era más fácil.


Ahora, la claves en la lucha contra el coronavirus va a estar en que los ciudadanos seamos muy prudentes y que la Administración funcione mejor para estudiar los contagios y rastrearlos, con el estudio de seroprevalencia que se está haciendo a 30.000 familias (la semana que viene, el Gobierno tendrá una primera información del nivel de contagios) y los test que se hagan en hospitales, centros de salud, residencias de ancianos y empresas (se hacen 40.000 PCR diarios). Pero lo más importante será reforzar los centros de salud estas semanas (Ojo, hay menos médicos de atención primaria que la media en Baleares, Madrid, Murcia, Canarias, Andalucía, Cataluña y Comunidad Valenciana: ver aquí los datos), porque son los primeros responsables de detectar los rebrotes, descubrir el origen de los nuevos contagios y, sobre todo, rastrear sus contactos para prevenir otros. Y sólo tenemos  500 sanitarios destinados a la vigilancia epidemiológica, cuando España necesitaría 14.000 investigadores, según estima el Instituto Johns Hopkins. En paralelo, urge acelerar una aplicación en los móviles para toda España, que ayude a vigilar contactos de contagiados.


Mientras la desescalada y la lucha contra el coronavirus concentran los mayores esfuerzos, la emergencia económica revela su gravedad día a día, con miles de empresas medio paradas o cerradas y 6,5 millones de trabajadores y autónomos que han perdido temporal o definitivamente su empleo. De entrada, la economía española ha caído un -5,2% en el primer trimestre, más que Italia (-4,7%) o Europa (-3,8% la UE-27), aunque menos que Francia (-5,8), según Eurostat. Y el paro aumentó en marzo en España (+0,6%: del 13,6 al 14,5%), más que en ningún otro país europeo y que la media UE-27 (+0,1%: del 6,5 al 6,6%), según Eurostat. Y los datos del segundo trimestre serán peores, con una caída de la economía española que puede superar el -10% (y el -6% en Europa), lo que se traducirá en más paro todavía

Y por mucho que la economía empiece a medio funcionar, a finales de junio, no servirá para recuperarnos, como reconocen las previsiones que el Gobierno mandó a Bruselas el viernes: la economía española caerá el -9,2% en 2020 y no se recuperará lo suficiente en 2021 (+ 4,5% de crecimiento). Y lo más importante: cerraremos 2020 con 4.400.000 parados (1.200.000 más), de los que 3.900.000 seguirán parados en 2021. Sin olvidar otra abultada factura del  coronavirus: nos obligará a aumentar la deuda pública en 116.737 millones de euros este año (hasta 1,306 billones, el 115,5% del PIB) y pagar casi 50.000 millones sólo en intereses en 2020.


Son datos muy preocupantes, muy graves. Pero no perdamos la perspectiva: más grave es que mueran 300 españoles diarios. La prioridad es la vida, no la bolsa. Y si ahora no tenemos cuidado y responsabilidad en la desescalada, si el coronavirus repunta, pondrá en peligro la salud y la economía. Lo ha advertido el director ejecutivo de la OMS: “si dan pasos demasiado pronto, se arriesgan a sufrir un impacto mayor en la economía”. No hay que precipitarse: el virus no está vencido y es muy peligroso. No bajemos la guardia, actuemos con responsabilidad, cada persona, cada familia, cada empresa, salvaguardando antes la salud que el negocio. Nos jugamos mucho con el desconfinamiento. Y por favor, acaben con las peleas y colaboren todos juntos, autonomías, políticos y Gobierno. Ganemos al virus y frenemos juntos la recesión, el paro y la pobreza. Hay mucho que hacer.

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