El Gobierno ha aprobado
otra reforma de las pensiones, la tercera en dos años. Los cambios, en
vigor desde 2014, implican que habrá una revisión mínima de las pensiones
cada año y que los que se jubilen a
partir de 2019 cobrarán una pensión inicial más baja que ahora. Si la reforma de Zapatero ya supone un
recorte de pensiones del 20%, esta reforma
de Rajoy provocará otro recorte adicional: un 20% para todos los pensionistas y hasta un 23% para los que se jubilen en las
cuatro próximas décadas. Se busca recortar
el gasto (nuestras pensiones) en otros 33.000 millones hasta 2022, ahora que la Seguridad
Social tiene déficit, por la caída de cotizantes y el aumento de
pensionistas. Es el camino fácil y un
recorte injusto e inútil. Porque para asegurar las pensiones hay que dedicarles más recursos públicos, subir cotizaciones,
fomentar la natalidad y hacer otra política para que más españoles trabajen.
Sin empleo no hay pensiones.
enrique ortega |
La primera
reforma de las pensiones la hizo el Gobierno Zapatero, en febrero de 2011, con una Ley pactada con sindicatos, patronal y la mayoría de partidos (PP
se abstuvo e IU votó en contra). Entró en vigor en enero de 2013, con tres
medidas claves: subir la edad de
jubilación (un mes cada mes) hasta llegar a los 67 años en 2027, elevar el periodo de cotización de 35 a
37 años para optar al 100% de pensión y ampliar
el periodo de referencia para calcular la pensión de 15 a 25 años.
Resultado: un recorte
medio del 14 al 20% para 2027.
El Gobierno Rajoy, presionado por Bruselas, puso en
marcha la segunda
reforma de las pensiones el 1 de
abril de 2013, con un
decreto en solitario que retrasa dos años las jubilaciones
anticipadas (de los 63 a los 65 años para 2027) y dificulta la jubilación
parcial. El objetivo es retrasar
la entrada en el sistema de muchos pensionistas, ya que la
mitad de las jubilaciones anuales son anticipadas,
lo que perjudica sobre todo a los mayores
de 55 años, muchos sin trabajo ni desempleo. Y así recortan
otros 4.000 millones de gasto hasta 2027.
Ahora, el Gobierno
Rajoy da la tercera vuelta de tuerca
a las pensiones, con una nueva Ley que entrará en vigor en enero
de 2014, a pesar del rechazo
sindical y político
(PSOE e IU). Contempla dos medidas propuestas
por un Comité
de Expertos, dos caminos para recortar
el gasto en pensiones. Una, modificar el sistema de revalorización anual
de las pensiones, una revisión que supone el 27% del gasto total. Y la otra, cambiar las reglas (factor de
sostenibilidad) para los que se
jubilen a partir de 2019, que
tendrán una menor pensión inicial (dicen que porque vivirán más años). En conjunto, un tercer recorte para ahorrar (quitarnos) 33.000 millones sólo hasta 2022.
El primer cambio supone que ya en 2014, las pensiones no se revalorizarán
con el IPC, sino con una fórmula
compleja (FRA) que tendrá en cuenta la situación del sistema de pensiones, a través de cuatro
factores: ingresos de la
Seguridad Social (si caen o suben), aumento número de pensionistas, subida
de la pensión media y superávit o déficit del sistema de SS (en déficit desde
2012). Y se tomará, en cada caso, la media de esos factores ese año, los cinco
anteriores y la previsión de los próximos 5 (11 años en total). Con ello,
saldrá lo que se revalorizan
las pensiones cada año, con un
suelo (no menos del 0,25%) y un
techo (el IPC+ 0,25%) Pero como esos
factores juegan en contra (y así será al menos hasta 2018), todo apunta a
que habrá muchos años de revalorización al 0,25%, mientras la inflación sube
entre el 1 y el 2%. Resultado: pérdida
de poder adquisitivo, entre 0,75 y 1,75% por año. Una pérdida para los
pensionistas actuales y futuros del 15 al 28% en los próximos 15 años, según
CCOO. Un recorte medio de 1.500 euros año por pensión (Calcule aquí lo que perderá).
El otro cambio,
aplicar el llamado “factor de sostenibilidad”, afecta a
los pensionistas futuros, que desde
2019 cobrarán una menor pensión inicial, aunque durante más años
(porque tendrán más esperanza de vida… si
no se mueren). Los que ahora tienen
entre 50 y 60 años (jubilación entre 2019 y 2029) recibirán un
5,8% menos de pensión. Y así cada década: los que tienen hoy entre 40 y 50 años (jubilación entre
2029 y 2039), tendrán un 11,6% menos de
pensión que el que se jubila ahora. Los que tienen entre 30 y 40 años (se jubilarán entre 2039 y 2049) tendrán una
pensión un 17,4% menor. Y finalmente,
los que tienen hoy entre 20 y 30 años,
se jubilarán (si consiguen cotizar 37 años) con un 23,2% menos de pensión inicial, según estimaciones
de Ignacio Moral-Arce, experto del Instituto de Estudios Fiscales.
En resumen, que los jubilados actuales perderán con las tres reformas un 40%, entre menos pensión y pérdida
de poder adquisitivo. Y los trabajadores
que tienen hoy entre 20 y 60 años
tendrán entre un 5,8 y un 23% menos de
pensión inicial, más el poder adquisitivo que pierdan después (según el
IPC) por la escasa revalorización anual (0,25% mucho tiempo).
Es cierto que el sistema
de pensiones es una bomba de relojería, que no salen las cuentas, por
culpa de la crisis económica y demográfica. Por un lado, crece la esperanza
de vida (de 81 años a 86,5 en 2048), con lo que las pensiones
se van a duplicar (de 9 millones hoy a 17 millones en 2050), disparando
el gasto. Y por otro, han caído drásticamente los ingresos, las
cotizaciones, al haber menos empleos y
peor pagados, mientras la baja
natalidad y el envejecimiento de la población provocan que hoy haya sólo 1,9
personas trabajando por cada pensionista. Y en unas décadas será peor (1,2 empleados por pensionista para
2050). Pero dicho esto, la única alternativa no son los recortes,
a costa de los pensionistas. Es
el camino
fácil, pero tan injusto como
inútil, porque no afronta el fondo del problema.
Y el fondo del problema es que fallan
los ingresos del sistema de pensiones, no sólo por la crisis sino
también porque España
gasta menos en pensiones que otros países: un 10,1% del PIB (2010),
frente al 11,3% media UE, 10,8% de
Alemania, 14,6% de Francia o el 15,3% de Italia. Luego habría que destinar más recursos a pagar pensiones para ponernos “a
nivel europeo”. Además, habría que fomentar la natalidad, con ayudas a las familias para tener más hijos que un día trabajen y coticen para pagar la pensión de sus padres:
en España nacen 1,32 hijos por
mujer frente a 1,59 en la UE, 1,94 en Gran Bretaña o 2,03 hijos en Francia.
Y sobre todo, hay que recuperar la
mayor parte de los 3,5 millones de empleos perdidos
con la crisis, para que coticen. Sin
más empleos, no se pueden salvar las pensiones. Y los recortes son sólo un parche
tras otro, que no afrontan los
problemas de fondo de las pensiones: el empleo y la demografía.
Lo fácil es repartir
la miseria: decir que como no hay ingresos, los pensionistas que han
cotizado toda su vida tienen que pagarlo. Hay
otro camino. Por un lado, recaudar
más impuestos (en este
blog he explicado cómo conseguir 50.000 millones más sin que pague más la
mayoría) y destinar una parte a
financiar las pensiones (20.000
millones propone el PSOE). Por otra, subir
las cotizaciones, para que empresas y trabajadores con empleo paguen algo
más: se podrían ingresar otros 7.000
millones extras .Si se habla de contratar un plan
privado de pensiones, ¿por qué no pagar ese plus al sistema público para
consolidarlo? Y con ello, salir del bache
a corto plazo. Pero la clave sigue
estando en el empleo y la demografía:
hacer
otra política que la de Rajoy, para reanimar
la economía y crear dos millones de empleos que salven las pensiones. Y ayudar
a las familias a tener más hijos, porque hace falta que nazcan 280.000
niños más cada año para asegurar el relevo generacional.
Los recortes nos
llevan a unas pensiones de miseria. Hay
que enfocarlo al revés: ¿qué hay que
hacer para tener unas pensiones dignas? Pues crecer, crear empleo, recaudar más y destinar más impuestos a pagar las
pensiones. Y si hace falta, cotizar
más. Y tener más hijos que
trabajen y coticen. No es fácil, pero es más efectivo que los recortes año tras año. Y sobre todo, más justo para los que llevamos toda la vida cotizando. Nos lo deben.
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