El verano suele ser una buena época para el empleo, por la temporada turística y los contratos en la enseñanza. Este año también, a pesar del menor crecimiento económico (en España y en Europa), la alta inflación (aunque menor) y la guerra de Ucrania: se crearon + 209.100 empleos entre junio y septiembre, según la EPA conocida hoy, más del doble que el verano de 2022 (+77.700 empleos), aunque menos que en el verano de 2021 (+359.300 empleos) y que en el de 2020 (+569.600 empleos, porque salíamos del “encierro” por el COVID-19). Y más del triple de nuevos empleos que en el verano anterior a la pandemia (+69.400 empleos en 2019). Con ello, se han creado +806.000 empleos este año. Y en España hay ya 21.265,900 personas trabajando, otro récord histórico tras el de junio 2023 (21.056.700 ocupados), el mayor número de personas trabajando en España (hubo 20.646.000 ocupados en junio 2008).
En el tercer trimestre,
el aumento del empleo ha sido gracias a los servicios (+138.700 empleos
creados), sobre todo la hostelería, el turismo y el comercio, pero también ha
creado empleo la industria (+98.800) y
la construcción (+19.500) cayendo sólo
el empleo en la agricultura (-47.800
empleos). El empleo se ha creado sobre todo en el sector privado (+192.200 empleos) , once veces más que en el
sector público (+17.000 empleos), según la EPA. Y se
ha creado casi el doble de empleo entre
los hombres (+130.500 empleos), que entre las mujeres (+78.600), cayendo el empleo sólo entre los jóvenes de 25 a 34 años (-39.900 ocupados) y entre los de 45 a 49 años (-21.100
empleos). Por autonomías, el empleo
ha crecido en 12 regiones, encabezadas por la Comunidad Valenciana (+80.700
empleos), Cataluña (+62.400) y Baleares (+35.200) y ha caído en las 7 regiones
restantes, sobre todo en Madrid (-15.700 empleos), Andalucía (-3.800) y Euskadi
(-2.800).
La importante mejora del empleo en el tercer trimestre (+209.100)
no se traducido una mejora del paro,
que subió en verano (+92.700 parados), más que en el verano anterior (en 2022, el paro creció en
+60.800 personas), según
la EPA de hoy. Ello se debe a un fuerte aumento este verano de los
españoles “activos”, que buscan trabajo: los
“activos” han aumentado en +301.900
personas, impidiendo bajar las cifras del paro. Es un proceso que se ve
trimestre a trimestre (hay más de 24 millones de activos, otro récord histórico y 962.200 personas
más buscando trabajo que antes de la pandemia). Y todo apunta a que
seguiremos así, con lo que en los próximos meses sucederá lo mismo que ahora: el
paro bajará menos de lo que sube el empleo.
El paro subió en el tercer trimestre (+92.700
personas), por culpa de los servicios
(+35.900 parados, los que se apuntaron a finales de septiembre, tras el fin de
la temporada turística), los estudiantes que buscan su primer empleo (+40.900 personas) y los nuevos parados de
la agricultura (+16.900) y la industria (+4.700 parados), bajando sólo el paro
este verano en la construcción (-21.100 parados), según la EPA de
septiembre. El desempleo aumentó poco entre los hombres (+24.400 parados) y subió mucho más entre
las mujeres (+68.400) y entre los de
25 a 54 años (+41.200 parados) y los
más jóvenes (+30.600 parados entre 20 y 24 años). Por autonomías, el paro sube en 11 regiones, sobre todo en Madrid (+37.600
parados), Andalucía (+30.700), Asturias y Euskadi (+13.400), más Murcia (+10.100),
bajando sólo en 8 regiones, sobre todo en Castilla la Mancha (-11.900 parados),
Baleares (-8.400), Aragón (-5.600), Galicia (2.500) y Extremadura (-2.300),que
se han beneficiado de un mayor turismo interior este verano.
La cifra total de parados
EPA se aleja de los 3 millones (2.855.200 parados estimados a finales
de septiembre 2022), un dato que no se veía desde septiembre de 2008 (2.600.700
parados). Y la tasa de paro baja al 11,84%, según la EPA,
mucho más baja que antes de la pandemia (13,78% en 2019) y la menor tasa de paro desde el verano de 2008 (11,23%). Eso sí,
todavía duplicamos la tasa de paro europea (5,9% en la UE-27) y
cuadruplicamos la alemana (3% de paro), según
Eurostat. Y baja ligeramente la tasa de paro de los jóvenes (menores 25 años), al 27,82% (14% en la UE-27).
Hay otros datos
preocupantes del paro que mejoran. El primero, que hay 928.800 hogares con todos sus miembros en
paro (-48.600 menos que hace un año). El segundo, que seguimos con 5 regiones que tienen una tasa de paro
“escandalosa”: Ceuta (27,79% de
paro), Melilla (20,89%), Andalucía
(18,67%), Extremadura (16,50%), Canarias (15,23%) y, que contrastan con
6 autonomías que tienen una tasa de paro casi europea (5,72%
Baleares, 7,48% Cantabria, 7,77% Aragón, 8,32% País Vasco, 9,29% Navarra y 9,61% La Rioja). Y el tercero,
que bajan los parados de larga
duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.132.700
parados, el 39,67% de los parados
(eran el 40,29% el trimestre pasado, pero el 43,5% a finales de 2019).
Esto provoca que a muchos
parados se les acabe el desempleo y no
cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En
agosto de 2023, último
dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.816.798
desempleados: menos de la mitad (48,24%) cobraban un subsidio contributivo
(según lo cotizado) de 934,40 euros de media y el resto (51,76%) cobraban un
subsidio asistencial de 480 euros. Pero en esta cifra están incluidos los 11.000 trabajadores que están en ERTE
y cobran las tres cuartas partes de su sueldo del SEPE. Así que, en realidad, sólo 1.805.798 parados cobra algún subsidio,
el 63,25 % de los parados que refleja la EPA
de hoy. Eso significa que más de un
tercio de los parados (36,75%) no
cobran ninguna ayuda pública, lo que mejora la cobertura de 2019 (no
cobraban el 38,5%). Así que sube el paro, pero también aumentan los que no
reciben ayudas.
Visto los datos del empleo
y el paro en el tercer trimestre de 2022, queda patente que España supera
de momento la nueva crisis de la guerra de Ucrania, porque tenemos más
ocupados (+ 1.085.000) y menos parados (- 248.600) que a finales de 2021. Concretando
más, hay +495.017 afiliados más a la
Seguridad Social que a principios de año, con 20.735.911 afiliados a finales de
septiembre, tras 29 meses
consecutivos de aumento (desde mayo de 2021). Y el paro se ha reducido, a pesar de la guerra y la inflación, en -115.185 parados este año (enero a
septiembre), según
Trabajo.
Con todo, la mejor noticia es que el empleo que se está creando en 2023 sigue siendo menos precario, de más
calidad, gracias
a la reforma laboral aprobada a
finales de 2021. El balance de enero a
septiembre es muy positivo: un 43,5%
de todos los contratos firmados estos 9 meses (11.575.200) han
sido indefinidos (5.035.200 contratos), por encima del 37,04% de contratos indefinidos firmados entre enero y septiembre
de 2022. Y supone un salto tremendo sobre el porcentaje de indefinidos antes de
la reforma laboral: en 2021, sólo el 10,9% de los contratos eran indefinidos. Y entre 2014 y 2020, sólo eran
indefinidos entre el 6 y el 8% de todos
los contratos. Además, este
año, más de la mitad de los nuevos contratos (56,11%) son a tiempo completo, más de la cuarta
parte (28,7%) a tiempo parcial y el resto, fijos
discontinuos (1.755.300), que son los contratos fijos que se hacen
ahora a muchos de los que antes eran temporales en el turismo, hostelería y
construcción : están “fijos” en las
empresas, aunque trabajen por obra o temporada (el resto del tiempo no
cuentan como parados aunque estén inactivos, una norma que viene desde el año
1985).
El resultado evidente de la reforma laboral es que aumentan
mes a mes los asalariados con contrato
indefinido, que eran el 74% de
los asalariados hace dos años (septiembre 2021),
un 79,81% hace un año y que ahora son ya un 82,74%, con un 17,26% todavía de asalariados con contrato temporal, el mayor porcentaje
en Europa (la media de temporalidad en
la UE-27 es del 14,1%). Los que
más se están beneficiando de los contratos fijos son los jóvenes, cuyos contratos son
ahora fijos en un 75% (antes de la reforma, lo eran menos de la mitad).Y además
de conseguir más contratos indefinidos,
la reforma laboral está consiguiendo contratos temporales que duran más,
al penalizar la cotización de los contratos por días o menos de una semana, que
ahora se hacen mucho menos.
En resumen, aunque el
empleo creció menos este verano (+209.100) que en primavera (+603.900), sigue
mejorando, a pesar de que la economía crezca menos, en España y en Europa, la
alta inflación, la drástica subida de los tipos de interés y los conflictos
geopolíticos (20 meses de guerra en Ucrania y ahora la guerra en Palestina).
Los expertos
muestran su extrañeza por el alto
nivel de empleo en todo el mundo, con la
tasa de paro más baja en los 38
paises de la OCDE desde principios de siglo (4,81% en agosto de 2023, frente al 5,39% en 2019, antes de la pandemia, el 8,58% en
2009 y el 6,75% en 2001). Una bonanza del empleo en Occidente, a pasar de la inflación,
los tipos altos y la guerra, motivada
por el elevado gasto público tras
la pandemia, las ayudas contra la inflación,
la moderación salarial y el aumento de
los beneficios empresariales, el
envejecimiento de la población (hay menos mano de obra disponible) y la vuelta de mucha producción de Asia y paises
en desarrollo a los paises desarrollados, tras los “embudos” en las cadenas de producción post-pandemia.
Esta mejoría internacional del empleo en
los últimos años ha sido mayor en España,
según
los datos oficiales: el 60% de todo el empleo creado en Europa en
2023 se ha creado en España. Respecto a diciembre de 2019 (antes de la pandemia), la
creación de empleo aumentó más en España (+7,1% hasta septiembre 2023) que en Francia (+4,9%), Italia
(+2,2%) o Alemania (+1,3%). Y si
analizamos la creación de empleo desde diciembre de 2021 (antes del inicio de la
guerra en Ucrania), también se ha
creado más empleo en España (+5,2%
hasta septiembre 2023) que en Italia (+3,2%), Francia (+1,7%) o Alemania
(+1,6%). Las razones son varias: el mayor
tirón del empleo del turismo y los servicios, la menor caída de las
exportaciones, el menor peso de la industria (que está creando menos empleo),
la menor inflación y los salarios más bajos en España, que mejoran nuestra
competitividad.
Pero ahora, cara al 4º
trimestre de 2023 y, sobre todo, ante
2024, preocupa el futuro del empleo, en Occidente y más en Europa y
España, dado el bajo crecimiento esperado, los altos tipos, la incertidumbre
sobre la energía y la inflación y los conflictos geopolíticos. Por eso, tanto la OCDE como el FMI auguran una menor creación internacional
de empleo este año y, sobre todo, en 2024. En paralelo, el Gobierno en
funciones ha enviado a Bruselas, en octubre, su Plan presupuestario para 2024,
donde hace 2 previsiones. Una, que se crearán 722.905 empleos entre 2023 (438.028)
y 2024 (284.877), una cifra
importante, pero mucho menor que el año
pasado (sólo en 2022 se crearon 710.400 empleos). Y la otra, que la tasa de paro seguirá bajando, a pesar
del aumento de activos (24 millones en 2024), quedando por debajo del 11% de paro
a finales de 2024 (la tasa más baja desde 2008). Un aumento del empleo que será mayor que en el resto de Europa,
por el empujón del turismo y los Fondos europeos.
Así que el empleo
seguirá creciendo, pero mucho menos, sobre todo este invierno y hasta la primavera que viene. Por eso, resulta
importante no bajar la guardia en las ayudas contra la inflación, que están ayudando a muchas familias
a bajar menos su consumo y mantener el crecimiento, aunque sea menor. Y, sobre
todo, dinamizar las inversiones ligadas a los Fondos europeos, claves
para sostener muchos empleos (y aumentarlos). Además, el próximo Gobierno (si se constituye, algo difícil hoy) tendría que
aprobar un Plan de choque por el empleo,
para facilitar la contratación de los colectivos con más problemas para
trabajar: jóvenes, mujeres y mayores de
45 años. En el programa
de Gobierno pactado por el PSOE y Podemos se incluye aprobar 2 Planes de empleo para jóvenes y parados
de más de 45 años, pero necesitarán apoyos políticos, recursos y la
colaboración de las 11 autonomías del PP (y VOX), que gestionan el día a día de las políticas de empleo en España.
En resumen, sigue mejorando el empleo, pero preocupa que “pinche”
en los próximos meses. Y todavía
tenemos demasiado paro, concentrado en los mayores, las mujeres y los
jóvenes, que siguen esperando una
oportunidad. Crear más empleo y de
calidad debería concentrar los esfuerzos la próxima Legislatura. Porque el empleo es la base de todo.
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