Tras las dos últimas Navidades marcadas por
la pandemia, este año las fiestas
están condicionadas por la subida de precios,
sobre todo de los alimentos, que encarecen
aún más las celebraciones de Navidad, los regalos y los viajes. Aún así, los
españoles vamos a gastar más en estas fiestas, sobre todo en ocio y
regalos, una media de 634 euros por persona. Eso sí, no todos, porque la pandemia dejó una secuela de 2 millones de
personas más en situación de máxima precariedad, un total de 6 millones de españoles ya, a los que
la inflación está asfixiando y obligando a recortar gastos y pedir ayuda y alimentos.
Son la
cara oculta de esta Navidad, donde un
31,5% de hogares tiene graves problemas para atender sus necesidades
básicas, según Cáritas. Son, sobre todo, mujeres solas con niños, mayores
dependientes, inmigrantes y parados, muchos de ellos vecinos y conocidos
nuestros. Aprovechemos estas Navidades para ayudarlos. Y pedir más medidas contra la pobreza en 2023. ¡Feliz
Navidad 2022!
Enrique Ortega |
Esta podría ser una Navidad “como las de antes” del COVID-19, tras dos años marcados por un repunte de contagios que impidieron celebrar con normalidad las Navidades de 2020 y 2021. De hecho, el 83% de los españoles espera reunirse en estas fiestas con familiares y amigos, cuando en 2021 sólo lo hicieron el 67%, (por el repunte de contagios) y aún menos en 2020, en lo peor de la pandemia. Pero esta Navidad tampoco será “normal”, por la alta inflación, que se está “comiendo” parte de los ingresos de las familias, que pierden poder adquisitivo por 2º año consecutivo, recortando su gasto. Aunque la inflación anual lleva bajando 4 meses consecutivos (del +10,8% en julio al +6,8% en noviembre) y se acerca a la de hace un año (+6,5% anual en diciembre 2021), el problema es la gran incertidumbre actual, con altibajos en los precios de la energía, y, sobre todo, los altísimos precios de los alimentos: suben un +15,3% anual, el triple que hace un año (+5% en diciembre 2021).
Todo sube desde hace meses y por eso estas son “las Navidades de la inflación”. Ya no nos agobia tanto la factura de la luz (que ha bajado un -22,4% en el último año (según el INE), gracias a la bajada de impuestos y a la excepción ibérica que implantó un tope al precio del gas para producir electricidad), mientras sube menos el gas natural (+10,6% anual) y los carburantes: +18,9% anual el gasóleo y +0,4% la gasolina, gracias a la bajada temporal del petróleo y a la ayuda de 20 céntimos del Gobierno, que terminará a fin de año. Del resto de gastos, las mayores subidas se dan en los muebles (+9,1% anual), el turismo y la hostelería (+7,8%), el transporte (+7,7%, aunque el transporte público urbano cae un -20%) y, sobre todo la mayoría de los alimentos (+15,3% anual).
De hecho, las subidas de precios más preocupantes se están dando en la comida, con 18 alimentos básicos que suben más del 10% anual, según el INE: azúcar (+50,2%), harinas y otros cereales (+37,6%), mantequilla (+37,5%), leche entera (+30,9%), huevos (+27,1%), aceite de oliva (+25,9%), patatas (+20,5%), queso (+20,3%), carne de ave (+16,6%), pizza (+16,4%), arroz (+15,3%), pan (+14,9%), legumbres y hortalizas (+14,6%), sal y especias (+14,3%), pescado congelado (+13,6%), carne de vacuno (+13,2%), carne de cerdo (+13,2%) y pescado fresco (+10,4%). Ahora, con la Navidad, aún están subiendo más (del 10 al 27%) el pescado, los mariscos, las carnes, algunas verduras y todos los dulces, además del resto de los alimentos, que no se espera empiecen a bajar hasta enero.
Visto el panorama de la inflación, la mayoría de las familias restringen su gasto, aunque estos días de Navidad harán una excepción: se espera que un 40% de los españoles gasten más que el año pasado, mientras un 30% gastarán menos y el resto lo mismo, según una Encuesta realizada por la consultora Deloitte. La mayoría de las familias, aunque están preocupadas por la inflación, va a celebrar estas fiestas con más gasto, tirando de sus ahorros (quedan más de 100.000 millones de ahorro familiar “embolsado” en 2020 y 2021) y con la mayor seguridad que les da tener más empleo (hay 360.000 personas más trabajando que en la Navidad de 2021) y además un empleo más estable (ahora, casi el 80% de los asalariados tiene un trabajo fijo, gracias a la reforma laboral). Y además, el 67% de los encuestados espera mantener o mejorar su situación financiera en 2023, con lo que su incertidumbre personal es menor que la incertidumbre de los precios.
El resultado es que los españoles gastarán casi igual esta Navidad (+0,4%), una media de 634 euros por persona, según la Encuesta de Deloitte. El mayor gasto lo destinarán a regalos (270 euros, un 12,4% más que en 2021), seguidos de comida y bebida (165 euros, +3,3%), en ocio y restaurantes (140 euros, +29%) y en viajes (59 euros, -51,6%), el único gasto que realmente baja estas Navidades, dónde recortan las familias para poder aumentar el resto de gastos. Los españoles que van a gastar más que la media son los que viven en Madrid, Cataluña, Baleares y Cantabria, mientras gastarán menos que la media estas Navidades en las dos Castillas, Aragón, la Rioja, Navarra, País Vasco, Asturias y Murcia. Y otra novedad es que suben las ventas en las tiendas (el 75% del total), tras el auge de las compras online con la pandemia, con preferencia por los comercios locales, salvo en electrónica y productos de lujo, donde predominan las compras en grandes almacenes. Eso sí, más de la mitad de las compras se pagarán con tarjetas, créditos o pagos online, sólo un 48% con efectivo.
Otra Encuesta, de la OCU, sube el gasto en esta Navidad a 735 euros por persona, un 14,66% más que la pasada. Sus respuestas indican que la mitad de los españoles (57%) gastarán igual, un 28% menos y el 15% restante más, destinando más de la mitad de su presupuesto a regalos (393 euros, 203 de ellos para los niños), 103 euros para celebraciones (comidas y fiestas), 101 euros para viajes, 70 para lotería y 32 euros para ocio. También esta Encuesta refleja la vuelta a las tiendas físicas y la bajada del comercio online. Y refleja que 1 de cada 3 personas están “estresados” por las compras de Navidad, mientras casi un tercio se queja de que los regalos que recibe son “poco útiles”.
Como siempre, hay tantas Navidades como familias y el gasto depende de la situación económica y laboral de cada uno, empeorada ahora por la alta inflación y unos salarios y pensiones que apenas han subido en 2022. Por eso, no deberíamos olvidar que en esta Navidad hay muchas familias vulnerables que lo pasan mal. De hecho, en los dos años largos de pandemia (2020 y 2021) aumentaron en 2 millones las personas vulnerables en España, según el último Informe Foessa encargado por Cáritas: pasaron de 4.036.378 personas en exclusión severa en 2018 (el 8,6% de la población) a 6.019.066 personas en 2020, españoles que están afectados por 5 de los 37 indicadores analizados.
Estos 6 millones de españoles que ya sufrían un alto nivel de precariedad son también los más afectados por la fuerte inflación actual, iniciada en el verano de 2021 y agravada con la guerra de Ucrania, según otro informe de Cáritas sobre los efectos de la inflación en las familias, presentado en noviembre de 2022. En conjunto, refleja que el gasto en vivienda, energía y alimentación, lo que más sube, se lleva el 50,3% de los ingresos de las familias españolas. Pero en las familias que ingresan menos de 1.000 euros mensuales, estos gastos básicos (los que más suben ahora) representan casi el 70% de sus ingresos. Y las que ganan de 1.000 a 2.000 euros gastan ahí más del 50% de sus ingresos. Y sólo el 42,2% las familias que ganan más de 5.000 euros mensuales.
Este estudio de Cáritas fija un Presupuesto mínimo de referencia para que las familias paguen sus necesidades básicas de energía, alimentación y transporte, que ya suponen el 71% del gasto total para el conjunto de familias españolas. Y sobre ese coste mínimo de referencia, concluyen que el 31,5% de las familias (6 millones de hogares) tienen hoy “graves dificultades” para pagar esas necesidades básicas. Son las llamadas “familias más vulnerables”, las que están en una situación verdaderamente precaria ante la inflación. Y que han tomado dos decisiones, según la experiencia de Cáritas: recortar gastos (incluso de alimentación, ropa y calzado, medicinas y comedor escolar) y buscar ayuda entre familiares, amigos y ONGs. Sólo Cáritas atiende a 3 millones de personas en España y Cruz Roja a 3,5 millones, mientras el Banco de Alimentos facilita comida a 1,5 millones de personas.
Este núcleo de 6 millones de españoles más vulnerables, los más precarios, forma parte de los 10.269.765 “pobres” (“en riesgo de pobreza o exclusión social”) que hay en España (+550.000 que en 2019) un 21,7% de la población total, personas así consideradas por las estadísticas oficiales (INE) por ingresar menos del 60% de la renta media española en 2021 (menos de 9.535 euros anuales las personas solas y menos de 20.024 los matrimonios con dos niños). Sobre este grupo de españoles “vulnerables” (10,2 millones, 1 de cada 4 personas) o “muy vulnerables” (6 millones, 1 de cada 7,5 españoles) son a quienes hace más daño la actual inflación (tras sufrir también más la pandemia) y los que tienen más difícil llegar a fin de mes y ahora, afrontar la Navidad 2022. Son sobre todo, según Cáritas, mujeres solas con niños, familias con varios hijos o dependientes, algunos mayores y jóvenes, inmigrantes y personas en paro o con trabajo precario y a tiempo parcial.
Caritas, Cruz Roja y el resto de ONGs dan una importancia creciente a corregir los dos factores claves de pobreza: el desempleo (o empleo intermitente y precario) y los alquileres, un factor básico de generación de pobreza en los últimos dos años. Por eso piden medidas públicas para promover la formación y el empleo de las personas más vulnerables, a la vez que crear un parque de vivienda pública en alquiler (hoy casi inexistente: el 1,1% del parque total, frente al 38% en Países Bajos, 17,4% en Reino Unido o el 14% en Francia). Además, insisten en pedir cambios en los requisitos del Ingreso Mínimo Vital (IMV), demasiados restrictivos, lo que ha provocado que sólo cuente con 535.732 perceptores y beneficie a 1.495.128 personas, cuando el Gobierno Sánchez prometió que llegaría a 2 millones de beneficiarios. Y además, falta una mayor coordinación entre las ayudas públicas (IMV, rentas mínimas de las autonomías y seguro de desempleo), para sacar el máximo partido al dinero público y ligarlo más a la formación y empleabilidad de los beneficiarios y sus familias.
En definitiva, volvemos a estar ante unas Navidades difíciles, esta vez no por la pandemia (que sigue ahí, estancada y silenciosa: 156 casos por 100.000 habitantes entre mayores de 60 años y sin estadísticas del resto) sino por la inflación y el temor a una recesión en Europa en los próximos meses, con una guerra en Ucrania que dura ya 10 meses. Los españoles, como el empleo aguanta, no han desplomado su consumo y tratan de disfrutar de esta Navidad, gastando más el que puede. Pero no olvidemos a esa cuarta parte de la población que lo siguen pasando más, que sufrieron más la pandemia y sufren más la inflación. Necesitan que se prorroguen las actuales ayudas públicas y que haya una ayuda nueva para afrontar su alimentación. Pero también que cada uno de nosotros les ayudemos en lo posible, con donaciones a ONGs y ayudas directas a quien podamos. No les olvidemos.
¡Feliz Navidad!
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