Enrique Ortega |
La pandemia en el mundo sigue estabilizada, con un ligero alza de contagios desde finales de octubre, hasta los 4,52 millones la última semana. Son ya 274,71 millones de contagiados por COVID 19 en 193 paises, el 3,5% de la población mundial, según la Universidad John Hopkins. Por continentes, América lidera los contagios (99,11 millones), pero se acerca Europa (93,60 millones), quedando lejos el sudeste asiático (44,79), Mediterráneo oriental (16,97), Pacífico (10,75) y África (6,71), según la OMS. Por paises, Estados Unidos encabeza el ranking, con 50,84 millones de contagios, seguida por India (34,74) y Brasil (22,21) más Reino Unido (11,42 millones), Rusia (10,03), Turquía (9,17), Francia (8,73), Alemania (6,81), Irán (6,17), España (5.455.527 contagios), Argentina (5,38), Italia (5,38), Colombia (5,10), Indonesia (4,26), Polonia (3,95 millones) y México (3,93).
Los muertos por la pandemia son muy elevados (5.354.588 fallecidos, el 1,95% de los contagiados), pero también se han estabilizado a la baja desde mediados de octubre, con 47.596 muertos la última semana, según la Universidad John Hopkins. Casi la mitad se han producido en América (2.378.490 muertos por COVID 19), seguida de Europa (ya sumamos 1.619.560 fallecidos) y, a distancia, el Sudeste asiático (716.076), Mediterráneo oriental (312.896), África (154.185) y el Pacífico (149.799), según la OMS. Por paises, el líder sigue siendo EEUU (806.438 muertos), junto a Brasil (617.803) y la India (477.554), seguidos de México (297.863 fallecidos), Rusia (291.336), Perú (202.225), Reino Unido (147.679), Indonesia (144.002), Italia (135.641), Irán (131.083), Colombia (129.458), Francia (122.478), Argentina (116.903), Alemania (108.356), Polonia (91.485) y España (88.708 muertos hasta el viernes).
Europa ha sido el continente donde más ha avanzado la pandemia en las últimas semanas, con una incidencia media de 814 contagios por 100.000 habitantes (a 14 días). Los contagios están disparados en Reino Unido (1.153 contagios), donde la nueva variante ómicron es dominante, e Irlanda (1.283 contagios) pero también en Chequia (1.760), Bélgica (1.690), Suiza (1.502) o Paises Bajos (1.497contagios). Y la incidencia es muy elevada en Francia (1.025 contagios por 100.000 habitantes), Alemania (835 contagios y 437 muertos diarios), Polonia (808 contagios) y Austria (754),. Con una incidencia alta pero menor están Portugal (548 contagios), España (511 contagios por 100.000 habitantes el viernes) e Italia (410), que siempre tenía más incidencia pero que ahora tiene menos), siendo los paises con menos contagios Rumanía (68) y Suecia (344), según Sanidad.
España es todavía el 4º país europeo con menos incidencia del coronavirus, pero el salto en los contagios ha sido espectacular: se han multiplicado por 12 en los dos últimos meses (desde que se inició esta 6ª ola, el 15 de octubre, con 40,85 contagios por 100.000 habitantes y se han duplicado en las últimas 2 semanas (eran 248 el 3 de diciembre). Con ello, España está ya en riesgo “muy alto” (más de 500, según el nuevo semáforo de Sanidad) y tenemos en este nivel extremo a 12 autonomías, donde viven 18,5 millones de españoles, el 40% de la población. Entre ellas, destacan 3 autonomías con los contagios disparados: Navarra (1.359 contagios por 100.000 habitantes), País Vasco (1.038), Aragón (843). Y otras 9 autonomías superan también los 500 contagios: Castilla y León (703), Ceuta (699), La Rioja (698), Asturias (657), Melilla (619), Baleares (592), Comunidad Valencia (563), Murcia (538) y Galicia (512). Están en riesgo “alto” (de 300 a 500 contagios) Cataluña (483), Madrid (482, tras triplicarse los contagios diarios en la última semana), Cantabria (436), y Canarias (425). Y sólo están en riesgo “medio” las 3 autonomías restantes: Extremadura (331), Andalucía (286) y Castilla la Mancha (245 contagios por 100.000 habitantes).
Estos contagios son los detectados “oficialmente”, con las pruebas PCR o test comunicados a las autoridades sanitarias (1.155.232 pruebas la última semana, un 30% más que hace dos semanas). Unas pruebas que varían mucho según las autonomías: Navarra, líder en contagios detectados, es también la región donde se hacen más pruebas: 4.707 por 100.000 habitantes, el doble que la media española (2.456) y más del doble que Madrid (2.199 pruebas, menos de la mitad PCRs, 66.487 semanales, una cifra de las más bajas en toda España). Pero algunos expertos creen que la cifra real de contagios puede ser mayor de lo que refleja Sanidad, porque se hacen más pruebas “particularmente”, personas que compran un test en las farmacias (se agotan periódicamente, por haberse disparado la demanda) y no comunican el resultado, bien porque los Centros de salud están colapsados (no cogen el teléfono) o bien porque no quieren confinarse (o lo hacen en silencio).
Otro problema es que no se hace un trabajo de rastreo de muchos de los nuevos contagios (el 37,4% son “casos sin contacto”, según Sanidad), sobre todo en las regiones donde se han disparado, porque las autonomías siguen con poco personal, aunque algunas han vuelto a pedir rastreadores militares. Y cuando se rastrea, es con poco éxito (se detectan 2 contactos de media, 3 en algunas regiones). Eso está permitiendo una tremenda “transmisión comunitaria”, descontrolada, con un porcentaje “oficial” de positivos del 12,52% (1 de cada 8 pruebas da positiva), que se dispara en Aragón (19,13% de positivos), Navarra (18,49%), Comunidad Valenciana (17,71%) y Castilla y León (16,50%), según Sanidad.
Los contagios se están concentrando en los grupos de edad menos vacunados: los niños (705 contagios por 100.000 habitantes en los menores de 11 años) y sus padres (631 contagios entre 20 y 29 años, 621 entre 40 y 45 y 614 entre 30 y 39 años), siendo mucho menores los contagios entre adolescentes (342 entre 12 y 19 años y mayores de 70 años (208 entre 70 y 79 y 163 entre los mayores de 80 años), quedando entre medias los de 50 a 59 años (448 contagios) y los de 60 a 69 años (454 contagios), todos por debajo de la media.
Lo preocupante de la pandemia no es sólo que se hayan disparado los contagios sino que se han disparado también las hospitalizaciones y los enfermos en UCI, la mayoría personas sin vacunar, pero también vacunados mayores con patologías previas. El viernes había ya 6.667 enfermos hospitalizados por COVID, según Sanidad, más del triple que hace un mes (2.180 el 15 de noviembre). Eso supone que los enfermos COVID ocupan ya el 5,35% de las camas hospitalarias, aunque el porcentaje es mayor en País Vasco (7,92%), Aragón (7,40%), Cataluña (7,10%) y Baleares (7,08%). Peor están las UCIs, con 1.306 enfermos el viernes, el triple que hace un mes (427), con un 14% de camas ocupadas por enfermos UCIS graves, una ocupación que salta al 25,22% en Cataluña (1 de cada 4 enfermos en UCI es por COVID), País Vasco (22,54% de camas), Navarra (20,34%), Castilla y León (19,67%) y la Comunidad Valenciana (19,11% camas UCI ocupadas por enfermos COVID).
Otro rasgo destacado en las últimas semanas es el aumento de muertes por COVID: 327 fallecidos en la última semana (viernes 10 al viernes 17 de diciembre), según Sanidad, cuando en la anterior murieron 222, en la anterior 204 y en la última semana de noviembre “sólo” hubo 145 muertos por COVID. Las autonomías con más muertos COVID son la Comunidad valenciana (36 la última semana), Andalucía (22), Castilla y León (21), Galicia (18), Asturias y Canarias (15), Aragón y Madrid (14). Otro dato preocupante es el repunte de contagios (de 253 a 545 semanales el último mes) y muertes (de 6 a 28 semanales) en las residencias de ancianos, aunque todos estos mayores tienen las tres dosis de la vacuna.
Con este panorama, preocupan las próximas semanas y las fiestas de Navidad. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) lanzó una alerta el jueves 16, vaticinando “una explosión de casos durante las próximas semanas” debido a la mayor transmisión de la variante ómicron (“se expande a un ritmo nunca visto antes”, ha advertido el director general de la OMS) y a su capacidad de escapar de las defensas desarrolladas por las vacunas. A lo claro: el virus se contagia ahora mucho más y es más resistente a las vacunas. Por ello, el ECDC advierte que puede venir “una gran ola”, mayor que todas las conocidas hasta ahora, porque temen un crecimiento exponencial de los contagios. Y por eso, piden a los paises europeos tres cosas: reforzar el uso de mascarillas y medidas de protección (evitar reuniones masivas, reducir los contactos sociales, extender el teletrabajo, aumentar las pruebas diagnósticas y rastrear al máximo los positivos), preparar a los hospitales para acoger una ola de enfermos y acelerar las vacunaciones.
En España, nadie parece darse por enterado y tanto el Gobierno como las autonomías no quieren tomar medidas excepcionales para frenar esta avalancha de contagios, como han hecho en Alemania, Italia, Francia y sobre todo Paises Bajos (han impuesto un confinamiento estricto hasta el 14 de enero). Aquí no hay directrices para todo el país (salvo la mascarilla en interiores y la recomendación de distancia social, ventilación y limpieza de manos) y sólo algunas autonomías han aprobado exigir el “pasaporte COVID” para entrar en restaurantes y locales de ocio, con permiso de los Tribunales. Pero nadie quiere aprobar otras medidas más duras, como volver a los aforos y restricción de horarios en hostelería, hoteles y comercios. Ni restringir a 10 personas los encuentros sociales (como la Navidad pasada). Todos los políticos sufren “el síndrome Díaz Ayuso” y temen que si ponen medidas restrictivas pierdan votos. Y el Gobierno no quiere promover más restricciones para no poner en peligro la recuperación, su gran baza política.
Todos insisten que la solución es vacunar, vacunar y vacunar. Es verdad, pero ninguno reconoce que el ritmo de vacunaciones se ha frenado. Y, sobre todo, que todavía hay demasiados españoles sin vacunar, aunque tengamos un porcentaje de vacunados muy superior al del resto de Europa: el 79,6% de los españoles tiene puestas las 2 dosis. Pero todavía falta inmunizar a muchas personas, que son donde se refugia el virus: hay 3.656.853 españoles sin poner las 2 dosis, según se deduce de los datos de Sanidad. La cifra sólo ha bajado en 193.516 personas desde el 25 de noviembre. Los más preocupantes son las 153.916 personas con más de 60 años que faltan de inmunizar, porque son los principales candidatos a acabar en una UCI. Y hay otros 1.336.777 españoles más entre 40 y 60 años sin inmunizar totalmente. El resto, otras 2.166.160 personas, son españoles entre 12 y 40 años que tampoco tienen puestas las 2 dosis. Y a todo esto hay que añadir a los niños (3,3 millones de 5 a 11 años), cuya vacunación acaba de empezar.
Estos datos, de los que casi nadie habla, exigen un Plan para repescar a los no vacunados, con medidas para convencerles que inicien o completen su vacunación (campañas, llamadas, trabajo sanitario en los colectivos y zonas más afectados…) y medidas para forzar a vacunarse a los colectivos estratégicos, como acaba de hacer Baleares con los sanitarios y personal de residencias. Incluso la patronal CEOE está a favor de obligar a la vacunación a los trabajadores, porque son un riesgo sanitario…y económico. El debate se ha planteado ya en Italia (es el primer país occidental que ha aprobado la vacunación obligatoria de los trabajadores, tras imponerlo antes a sanitarios y profesores) y en Alemania o República Checa (impondrán la vacunación obligatoria a los sanitarios en marzo), siendo muchos los paises europeos que imponen restricciones a los no vacunados. En Francia, más de 15.000 sanitarios han sido ya sancionados por no vacunarse antes del plazo del 15 de octubre. Pero este debate se evade en España, porque Gobierno y autonomías temen “el efecto Ayuso” : las imposiciones restan votos y lo popular es defender “la libertad”… para que cualquiera pueda contagiarnos.
Así que España desoye las recomendaciones del Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC): ni más restricciones, ni medidas para reforzar los hospitales (donde encima hay menos personal por contagios de cenas y vacaciones) ni acelerar la vacunación de los no vacunados (por las buenas o por las malas). Todos a mirar para otro lado, para “salvar la Navidad”, como si no amenazara “la gran avalancha de contagios” de la que advierte el ECDC. Otra vez el falso dilema “salud o economía” : si se disparan los contagios, se frenará la recuperación.
Pero recapacitemos de lo que estamos hablando. Sabemos lo que nos costó “salvar la Navidad” en 2020: 1 millón de contagios y 10.680 muertos, según los datos de Sanidad (15 diciembre-31 enero). Ahora, a la vista de lo que ha pasado las últimas dos semanas y sabiendo que queda lo peor, los contagios de Navidad, Fin de año y Reyes, me arriesgo a estimar el coste de “salvar la Navidad” de 2021, aunque la mayoría estemos vacunados: más de 1 millón de nuevos contagios hasta finales de enero, 90.000 hospitalizados y 3.000 muertos más. ¿Compensa?
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