Iniciamos la última semana del estado de alarma (serán 15 semanas, 98 días exactos), con la vista puesta en la ansiada movilidad por toda España, que empieza el domingo 21, cuando llegarán también los turistas europeos. Empezará “la nueva normalidad”, pero también el mayor riesgo de rebrotes. Mientras, las empresas vuelven a la normalidad, aunque millones de trabajadores seguirán en ERTEs al menos hasta septiembre. Y la emergencia económica sigue ahí y es muy seria: el Banco de España advierte que la recesión va para largo, que a finales de 2022 no habremos recuperado el nivel previo a la pandemia y todavía tendremos 700.000 parados más. Tres años perdidos. Y será peor si hay rebrotes: España sería el país occidental que más los sufriría, según la OCDE. Por eso, debemos tener especial cuidado con posibles rebrotes en verano y otoño. No bajar la guardia y preparar un Plan por si acaso, como piden 27 expertos en Reino Unido. Nos jugamos la salud y el pan.
enrique ortega |
El coronavirus ha cumplido 5 meses y medio pero no se frena sino que acelera sus contagios: si tardó 3 meses en contagiar el primer millón y sólo 12 días los millones siguientes, en llegar al 7º millón ha tardado sólo 8 días (30 mayo-7 junio), según la estadística diaria de la Universidad Jhons Hopkins. Y el jueves 11 de mayo batió otro récord: 138.400 contagiados en un solo día, 12 veces más que el 14 de marzo. Hoy ha contagiado ya a 7.914.866 personas en 188 paises, siendo el centro de la pandemia América, sobre todo Estados Unidos (2.094.069 contagiados), pero se ha desplazado a Latinoamérica (2.263.967 contagiados): Brasil (867.624), Perú (229.736), Chile (174.293), México (146.837), Colombia (48.896), Ecuador (46.751), Argentina (31.577) o República Dominicana (22.962). Y avanza por Asía y Oriente Próximo, en India (332.424 contagiados), Irán (187.427), Pakistán (178.239), Arabia Saudí (127.541), Qatar (79.602) y Emiratos (42.294), más Turquía (174.093 contagiados). Y se mantiene en Europa (2.354.844 contagiados), encabezada por Rusia (528.267), Reino Unido (297.342), España (242.928), Italia (236.989), Francia (194.153) y Alemania (187.518). La pandemia se ha cobrado 433.472 muertos, un listado encabezado por EEUU (115.732 fallecidos), Brasil (43.332) y Reino Unido (41.783), seguidos por Italia (34.345), Francia (29.410), España (27.136), México (17.141), Bélgica (9.655), India (9.520), Irán (8.837) y Alemania (8.801).
En España, la pandemia sigue contagiando a ritmo lento y centrada en 6 autonomías que tienen un ritmo de contagios superior a la media (9,43 por 100.000 habitantes en los últimos 14 días): Madrid (21,82), Ceuta (21,23), Castilla la Mancha (17,91), Cataluña (17,56), Castilla y León (16,54) y Aragón (10,01), según los datos de Sanidad, que reflejan un ligero aumento de los nuevos contagios diarios (48 el lunes 8, 167 el miércoles, 155 el viernes 12 y 48 ayer domingo), debido a que ahora se hacen más test PCR (+ 238.858 la última semana). Se mantienen estables los nuevos hospitalizados (+145 el lunes 8, +139 el miércoles, +141 el viernes y +110 ayer) y los ingresos en UCIs la última semana (+14, +12, +10, +5). Y siguen sin estar claros los muertos nuevos, según los datos incongruentes que envían las autonomías: ningún muerto nuevo desde el domingo 7 a ayer 14 y 26 fallecidos en la última semana, con un balance oficial de muertos estancado en 27.136 fallecidos, según Sanidad.
Estas semanas han saltado nuevos rebrotes, sobre todo en Basurto y Vitoria, y aumentan los test PCR (ya se han hecho 3.061.738, una media de 65 por cada 1.000 habitantes, según este cuadro de Sanidad) y el seguimiento de los casos nuevos, aunque no se conoce cómo han llegado 104 casos importados (24 en la última semana), con las fronteras cerradas. Casos que parecen proceder de EEUU, Latinoamérica y Oriente Próximo, ligados a profesionales y diplomáticos autorizados a viajar. Y nos muestra una deficiencia en el Servicio de sanidad exterior (dependiente de Sanidad), infra dotado de medios y personal, que hay que subsanar con urgencia para cuando el 1 de julio se abran todas las fronteras. Otro problema sin resolver son las residencias de ancianos, sobre todo en Madrid y Cataluña, dado que el 15% de residencias catalanas reportaron contagios en los días previos a pasar a fase 2 (5 junio), con 110 residencias con positivos en Barcelona y 10 en Lérida.
Con este panorama, de rebrotes, residencias sin protocolos ni pruebas y servicios de atención primaria desbordados por pruebas PCR y rastreos, hoy estrenamos cambios de fase, con una novedad: las autonomías en fase 3 son ahora responsables de gestionar la pandemia y parecen más “sensatas” que cuando presionaban a Sanidad por no quedarse las últimas en la desescalada. Así, Cantabria, el País Vasco, Asturias, Navarra y Galicia no van a autorizar esta semana los viajes entre autonomías, por los rebrotes, mientras Castilla y León mantienen en fase 2 a las provincias cercanas a Madrid (Segovia, Ávila, Salamanca y Soria), junto a Madrid, Barcelona y Lleida. Así, el mapa de la desescalada mantiene en fase 2 al 30% del país (12 millones de españoles), sitúa en fase 3 a 13 autonomías, Ceuta y Melilla (34 millones de españoles) y pasa hoy a la “nueva normalidad” Galicia (2,6 millones).
Ahora, todo el mundo espera al domingo 21 (0 horas), cuando termina el “estado de alarma”, un confinamiento muy duro y económicamente costoso, pero que ha salvado 3,1 millones de vidas en Europa y 450.000 vidas en España, según un estudio del Imperial College. Ahora, el decreto sobre la nueva normalidad (ver aquí) fija básicamente la obligación de usar mascarilla y las normas de distanciamiento social e higiene que se mantendrán hasta que haya una vacuna, quizás a principios de 2021. Entre tanto, hay 2 riesgos inminentes: la movilidad entre autonomías, que millones de españoles viajen de un sitio a otro desde el 22 de junio, y, sobre todo, la llegada de turistas europeos desde el 21 de junio (antes, desde hoy 15 de junio, habrá una prueba piloto para traer a 10.900 turistas alemanes a Mallorca). Y a partir del 1 de julio, podrán venir turistas de fuera de Europa, de "paises seguros" y con condiciones. Hay que recordar que en julio y agosto de 2019 vinieron a España 20 millones de turistas extranjeros. Con que vengan “solo” 5 millones, ya será un gran reto para controlar y evitar rebrotes. Eso sí, se facilita la llegada de “turistas que gasten en España”, pero Andalucía pide prohibir la “Operación paso del Estrecho”: 3 millones de personas (magrebíes que viven en Europa) que cruzan España en verano y embarcan el 80% a través de Algeciras…
Estos riesgos de nuevos rebrotes, por la mayor movilidad interna y externa, no son sólo preocupantes porque tensarían otra vez un sistema sanitario sin medios y pondrían en riesgo más vidas, sino porque agravarían la emergencia económica y la recesión, según alertó la semana pasada la OCDE. De hecho, España sería el país occidental más vulnerable a un rebrote de la pandemia, en verano o en otoño: la recesión sería este año del -14,4% del PIB frente al -11,1% previsto ahora, con lo que sufriríamos los efectos del rebrote como Francia (-14,4%) pero más que Italia (-14%), Reino Unido (-14%), Portugal (-11,3%) y toda la zona euro (-11,5%), cuando sin rebrote tendremos una recesión (-11,1%) inferior a la de Francia (--11,4%), Italia (-11,3%) o Reino Unido (-11,5%).
Un rebrote de la pandemia haría más daño a España que a otros paises europeos por cuatro razones que resume el Banco de España en un reciente informe: porque hemos tenido un confinamiento más intenso y más prolongado que otros paises, porque dependemos más del turismo y su empleo (más afectados con esta pandemia), porque tenemos más peso y más empleo en las pymes (más vulnerables) y porque somos el país europeo con más empleo temporal (el 25%), el primero que se despide cuando una empresa va mal. Y encima, España tiene menos capacidad fiscal para reaccionar contra la pandemia y un rebrote, porque teníamos más déficit y más deuda pública que la mayoría de Europa ya antes del coronavirus.
Así que tenemos que ser más cuidadosos que ningún país y evitar los rebrotes como sea, porque ya sin ellos estamos en una recesión muy seria, según detalla un informe publicado la semana pasada por el Banco de España, que agrava la caída estimada hace sólo mes y medio. Ahora, el banco central fija dos escenarios, uno de recuperación temprana (sin rebrotes y con poco deterioro de las empresas y el empleo) y otro de recuperación gradual (con brotes, pero menos virulentos, y daños concentrados en sectores y empresas), que parece el más posible. En caso de recuperación temprana, el PIB caería este año el -9% y en el caso de recuperación gradual, la economía caería un -11,6 (más que el -9,2% que prevé el Gobierno y el -9.4% que estima Bruselas). Para 2021, el Banco de España prevé una mayor recuperación (entre el +7,7% y el +9,9%) que el Gobierno (+6,8%) y Bruselas (+7%) y en 2022 espera un crecimiento “normal” (del +2,4% al 2,1%). Con ello, el balance de estos 3 años (2020-2022) variaría entre ganar un +1,1% del PIB (con recuperación temprana) o perder el -0,3% del PIB (escenario de recuperación gradual, el más posible).
O sea, que esta pandemia nos hará perder 3 años. Lo ha dicho bien claro Oscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España: “La caída va a ser muy grande y es bastante probable que en 2022 ni siquiera hayamos recuperado el nivel previo a la crisis. Nos va a llevar tiempo”. Lo que sí deja claro el Banco de España es que, a finales de 2022, tendremos menos empleo y más paro que antes de la pandemia. El informe prevé una pérdida de empleo de -257.130 a -375.806 ocupados en estos tres años (2020-2022), sobre las 19.779.300 personas que trabajaban en 2019. Y estima que la tasa de paro en 2022 estará entre el 17,1% y el 17,4%, casi 4 millones de parados, entre 700.000 y 762.000 parados más que en 2019 (14,1% de paro).
Así que vamos a tardar más de lo que algunos creen en recuperarnos, incluso si no hay rebotes graves (un escenario que el Banco de España también contempla, con una caída del PIB hasta el -15,1% este año, que no recuperaríamos hasta 2024: serían 4 años perdidos, mejor no pensemos en ello). El futuro, pues, sigue en el aíre, según la evolución de la pandemia y, sobre todo, según avancemos en la reconstrucción económica y social. Una cuestión clave es mantener las ayudas a las empresas, prorrogando este martes los ERTEs hasta septiembre, mientras se recuperan la actividad y el empleo: casi 900.000 personas han vuelto a trabajar en junio, 700.000 de los ERTES y 200.000 que han recuperado su trabajo perdido por la pandemia, según el ministro de la SS. Ahora, se trata de apoyar a sectores concretos (automóvil, turismo) y mantener los ERTES en hostelería, comercio y algunas industrias, pero sabiendo que tienen un alto coste (6.250 millones al mes).
En paralelo, el Gobierno aprobará esta semana otro paquete de ayudas claves para la reconstrucción, 16.000 millones para las autonomías no reembolsables (no tendrán que devolverlos), destinados a recomponer la sanidad (9.000 millones), para preparar la educación a un curso que exigirá más profesores y medios (2.000 millones), para compensar los menores ingresos del transporte público (800 millones) y los 4.200 millones restantes para compensar las caídas de ingresos de las autonomías, aunque se echan de menos los 1.000 millones para gasto social que se han caído del reparto inicial y que harán mucha falta, a pesar del ingreso mínimo vital (autonomías y Ayuntamientos atienden 10 millones de peticiones anuales de ayudas sociales). Pero es una inyección de recursos públicos sin precedentes, que se repartirá en junio (4.000 millones), septiembre, noviembre y diciembre.
A pesar de todas estas ayudas, que van a disparar el déficit público y la deuda, harán falta más medidas, dentro de ese Plan de reconstrucción que no acaba de alumbrar la Comisión del Congreso, totalmente politizada. Y aunque hay una Cumbre europea este viernes 19 de junio, no se espera un acuerdo sobre el Fondo Europeo de Reconstrucción de 750.000 millones (140.000 para España), porque Alemania, Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca siguen poniendo pegas a la cifra, al reparto (500.000 a fondo perdido) y a las condiciones exigidas (Ojo, por si no se ha enterado: los eurodiputados del PP español se reunieron el martes con los paises duros del norte, para apoyarles en imponer condiciones muy estrictas a las ayudas, en perjuicio de España e Italia). Por todo esto, no será posible la unanimidad hasta otra Cumbre en julio o incluso en otoño, lo que retrasará la llegada del dinero, hasta 2021 y 2022. Así que tendremos que ver cómo pagar aquí el grueso de la reconstrucción, con deuda y más ingresos, dentro de un Presupuesto de emergencia que urge pactar.
Mientras nos preocupamos de la reconstrucción, debemos estar más vigilantes con la pandemia, ahora que vamos a movernos más y a recibir turistas. Haría falta preparar un Plan de actuación en caso de rebrotes, sean en verano o en otoño-invierno, cuando los esperan los expertos. Es lo que han pedido 27 expertos en Reino Unido, un Plan para que los rebrotes nos cojan más preparados que la pandemia. Pero aquí nadie piensa en eso, sólo en salir al paso cada día y superar el verano sin muchos problemas. Y ¿después? Habría que prepararse, anticiparnos a un otoño de posibles rebrotes. Porque si no lo hacemos, alerta la OCDE, nos jugamos la salud y el pan. Estamos advertidos.
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