El Gobierno recibe múltiples presiones empresariales, políticas y sociales para levantar el confinamiento. De hecho, ayer domingo algunas calles estaban llenas (ver fotos) con la "excusa" de los niños. Y cada autonomía quiere decidir cuándo y cómo "desescalar". Pero todavía hay demasiados contagios y muertos y falta información sobre el alcance real de la pandemia: no sabemos cuántos españoles han estado o están contagiados. La OMS insiste que hay que hacer más test, pero faltan. Y hasta hoy no empieza el estudio de seroprevalencia a 36.000 familias, que debería darnos un primer mapa de contagios, en 2 semanas. Pero esta información necesita tiempo y el Gobierno no lo tiene: el 5 de mayo debe decidir si levanta parcialmente el confinamiento (medio a ciegas) o lo mantiene hasta el 23 de mayo, presionado por una familias hartas y una recesión que se agrava cada semana. Y con una oposición muy radicalizada y unas autonomías que actúan a su aire. O pacta una lucha unida contra el coronavirus o tardaremos más en vencerle. La prioridad es la vida, no la bolsa. Sigamos en casa. No lo estropeemos ahora.
A partir de un fragmento de La gallina ciega de Goya enrique ortega |
Se cumplen hoy 117 días de la detección del coronavirus, una pandemia que ha contagiado ya a 2.971.831 personas en 185 paises, causando 206.553 muertos, según la Universidad Jhons Hopkins. El epicentro de la pandemia sigue siendo Europa, con la mitad de los contagiados mundiales, aunque el país líder en coronavirus es Estados Unidos, con 965.910 contagiados, seguido de lejos por España (226.629 contagiados), Italia (197.625), Francia (162.220), Alemania (157.770), Reino Unido (154.037), Irán (90.481), China (83.909), Brasil (59.479), Bélgica (46.134) y Canadá (45.606). En muertos, el país líder es también EEUU (55.417), seguido de Italia (26.384), España (23.190), Francia (22.614) y Reino Unido (20319), seguidos muy de lejos por Bélgica (6.917 muertos) o Alemania (5.500 muertos). España es el 2º país con más muertos por millón de habitantes (493), tras Bélgica (604), pero el índice de letalidad (muertos/contagiados) es 11,2, menor que el de Francia (18,2), Bélgica (15,3), Reino Unido (13,7), Italia (13,5), Suecia (12,1) y Holanda (11,9), según los datos de Sanidad.
Tras 6 semanas de confinamiento, la curva de contagios crece a un ritmo bajo, en torno al +2% diario (+0,8% ayer), muy inferior al de las semanas anteriores (del +3% la anterior al +7% hace dos semanas, +15% hace tres y el +22% que crecían los contagios al inicio del estado de alarma), aunque los contagios no terminan de bajar porque ahora se hacen más test y aparecen nuevos contagiados. Y crecen también menos los enfermos hospitalizados, los que ingresan en las UCIs, y los muertos : menos de 400 diarios la última semana y 288 ayer domingo), aunque las estadísticas autonómicas no siempre son homogéneas. Además, este viernes, Sanidad cambió las estadísticas y ahora sólo cuenta como contagiados a los que se ha hecho el test PCR, no los test rápidos de anticuerpos, con lo que la cifra oficial bajó ayer a 207.634 (aunque la Universidad Jhons Hopkins estima 226.629 contagiados en España).
El alcance de la pandemia sigue muy desigual por autonomías. Se mantienen 6 regiones con un nivel de contagios superior a la media española (88,5 contagios por 100.000 habitantes en las últimas 2 semanas): Madrid (188,18), la Rioja (183,71), Castilla y León (171,03, aunque Soria sube a 1.786 contagios por 100.000 habitantes y Segovia a 1.777), Cataluña (166,56), Navarra (113,57) y Castilla la Mancha (94,01). Y siguen en mínimos de contagios Murcia (1,67 por 100.000 habitantes), Ceuta (8,26), Canarias (11,56) , Melilla (13,87), Extremadura (14,61), Andalucía (21,01), Comunidad Valenciana (23,36) y Baleares (27,84). Los hospitalizados por COVID 19 suben en toda España, especialmente en Cataluña (de 22.235 a 25.665), pero bajan en Madrid (de 8.291 a 5.892). Y también suben los ingresos en UCIs, sobre todo en Cataluña (de 2.395 a 2.583), bajando en Madrid (de 1.123 a 873). Las autonomías con más letalidad (muertos/contagiados) que la media (11,2) son Extremadura (15,42), Castilla la Mancha (14,92), Aragón (14,36), Madrid (13,39) y Comunidad Valenciana (11,67), siendo muy baja en Melilla (1,81), Ceuta (4), Galicia (4,29), Canarias (6), Murcia (8,61) o Cantabria (8,78), según Sanidad.
Un dato que sigue preocupando son los muertos en las residencias de ancianos, un drama europeo: de los 110.000 muertos por coronavirus en Europa, más de la mitad se han producido en residencias de ancianos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, el porcentaje sube al 69%, porque se estima que 15.323 ancianos que vivían en residencias han muerto por coronavirus o síntomas compatibles con el COVID-19, la mayoría en Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla la Mancha. Y aunque las 5.457 residencias existentes están ahora más controladas, sigue faltando un Plan de choque sanitario, para detectar exactamente los contagiados y rastrear sus contactos, así como para que tengan una atención sanitaria más eficiente y profesional (las residencias no tienen medios ni personal). Pero las autonomías eluden el problema y Sanidad no acaba de imponer soluciones.
Podríamos decir que hemos pasado la batalla más dura en el combate contra el coronavirus, pero la guerra sigue y va a ser larga, hasta que haya una vacuna, no antes de 1 año. Ahora, la prioridad la ha marcado la OMS: “test, test y más test”. Urge conocer el alcance real de la enfermedad, porque los 226.000 contagios detectados son sólo la punta del iceberg. Y para conocer “lo que hay debajo” hay que hacer test masivos. Existen 3 tipos de test (verlos aquí en detalle): dos tipos de test buscan detectar el virus (los test rápidos de antígenos y los PCR) y los test rápidos serológicos detectan anticuerpos, es decir que la persona ha pasado la enfermedad (aunque no lo haya sabido o no la tenga ahora). En un principio, Sanidad compró 640.000 test rápidos de antígenos a China, a través de un intermediario catalán (Interpharma), pero sufrió dos “engaños”: a finales de marzo devolvió los primeros 58.000, porque sólo detectaban un 30% de contagios. La empresa prometió cambiarlos por otros, que necesitaban unas máquinas para testar los resultados (que ahora regalaban). Pero se comprobó que tampoco funcionaban bien, rechazándose el pedido y exigiendo la devolución del dinero.
Tras el doble fiasco, Sanidad ha decidido abandonar los test rápidos de antígenos y centrarse sólo en los test PCR (detectan virus activo) y los test serológicos (detectan anticuerpos), de los que ha comprado 5.030.000 test, a un precio de 7,7 euros cada uno, según la referencia del Consejo de Ministros del martes. A primeros de abril ya repartió el primer millón, el 11 de abril otro millón (195.000 a Madrid y 171.400 a Cataluña, lo que fue interpretado por los independentistas como un recuerdo de la “victoria española de 1.714…) y en los próximos días se repartirán los 3 millones restantes, a hospitales, residencias de ancianos y autonomías. Estos test son sencillos (una gota de sangre y la respuesta en 10 minutos, como en una especie de test de embarazo), pero sólo informan de que el analizado tiene anticuerpos de coronavirus: los primeros, la inmoglobulina M (IgM), aparecen a partir del 7º día de contagio y durante 3 o 4 semanas, y la inmoglobulina G (IgG) aparecen después y duran toda la vida. Con ello puede saberse la fecha aproximada de contagio.
Los test PCR son más precisos, porque indican la existencia del virus en ese momento (los anticuerpos del test serológico sólo se detectan a partir del 7º día), pero son más caros y complejos: exigen un palito para extraer la muestra de la nariz o boca (faltan palitos en el mercado), un test de extracción del ARN del virus (necesita un “reactivo” para leerlo que no se produce en España y que hay que importar ,con dificultad, de EEUU, Alemania o China), un test de identificación (que sí se fabrica aquí) y un laboratorio homologado de un gran hospital o una Universidad (sólo hay 13 de momento certificados), que necesita 4 horas para estudiar la muestra recibida, lo que es un “cuello de botella” (como los kits) para hacer test PCR.
Mientras hospitales y autonomías hacen cada semana más test (una media de 40.000 PCR diarios y cientos de miles de test serológicos), Sanidad inicia hoy lunes un Estudio de seroprevalencia a 36.000 familias, preparado por el Instituto de Salud Carlos III y el INE. Es una muestra por provincias (600 familias en Ceuta y 6.000 en Madrid), que alcanzará a más de 90.000 personas (todos los miembros de las familias seleccionadas), de todas las edades. Se les llamará por teléfono para que vayan a su Centro de salud (o irán a su casa si no pueden desplazarse) para hacerles dos pruebas: un test serológico rápido (para ver si tienen anticuerpos que revelen que han pasado la enfermedad) y un análisis de sangre para cuantificar esos anticuerpos (prueba ELISA). Estas dos pruebas se repetirán 3 veces (a las 3 semanas), con lo que el Estudio durará 8 semanas, aunque los expertos creen que se tendrá un primer mapa provisional de la pandemia a los 10/12 días de iniciado (para el 9 de mayo).
Tan importante como hacer test y este Estudio es hacer un seguimiento y rastreo de los contagios detectados: saber con qué personas ha estado en contacto y hacerles también test y seguimiento. Los expertos reiteran que España necesita miles de “rastreadores” del virus para evitar que resurja. Es una labor “medio policíaca”, de investigación de contactos, que resulta “clave” para poder desescalar el confinamiento, según han reiterado la OMS y el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC). Esta tarea exige mucho personal y tiempo, porque los expertos estiman que cada contagiado precisa una entrevista personal y una investigación de contactos que lleva horas. En Wuhan (China) se destinaron 9.000 sanitarios sólo para "investigar". España necesitaría 14.000 investigadores, según estima el Instituto Johns Hopkins. Y el problema es que las autonomías y los Centros de Salud ya están superados con la pandemia y el estudio serológico. Habría que contratar personal específico de apoyo, quizás estudiantes de medicina o enfermería, “sabuesos” de los contagios. Y en paralelo, ultimar una aplicación para los móviles que detecte y avise de los contactos que han tenido y tienen los contagiados detectados.
Todo esto, test, Estudio de seroprevalencia, la investigación de los contactos de los contagiados y sus movimientos, son medidas claves para conocer el alcance de la pandemia y controlarla. El problema es que el proceso va muy retrasado, por las urgencias de frenar el primer impacto del coronavirus. Y, en consecuencia, los expertos y el Gobierno no saben de verdad el alcance de la pandemia ni su reparto por zonas, familias y edades. Y así, casi a ciegas, es difícil decidir cuándo y cómo levantar el confinamiento, iniciar la “desescalada”.
Los expertos sanitarios señalan que hay 4 criterios que se deberían cuantificar para abrir la mano e iniciar una desescalada, que debería ser gradual y por zonas. Dos criterios son sobre el alcance de la pandemia: que la zona tenga (Ojo: en las últimas dos semanas), un número reproductivo (contagiados por cada contagio) inferior a 1 (ayer había 14 autonomías por debajo de 1) y que los nuevos contagios sean menos de 2 por 100.000 habitantes (ayer, en Cataluña aumentaron 7,27 por 100.000 y en Madrid 4,6, mientras en Murcia subían 0,40 y en Canarias 0,58). Y los otros dos criterios, sobre la situación de la sanidad autonómica: que menos del 30% de todos los hospitalizados lo sean por coronavirus y ocupen menos del 50% de las camas de UCI. Con estos criterios, las autonomías que podrían iniciar la desescalada serían Canarias, Melilla, Murcia, Andalucía, Ceuta y Baleares. Y quedarían para más adelante el resto, sobre todo Madrid, Cataluña y las dos Castillas, las últimas en salir. Pero ojo: Sanidad exige además a las autonomías, para iniciar la desescalada, que hagan test PCR a todos los casos con síntomas.
Aún con estos criterios “objetivados”, hay un alto riesgo en la desescalada, por la falta de datos sobre el alcance real de la pandemia hasta el 9 de mayo. Lo más razonable sería prorrogar el confinamiento 2 semanas más, hasta el 23 de mayo. Pero las presiones sobre el Gobierno para que inicie ya la desescalada van a ser brutales. Por un lado, de las autonomías menos afectadas por la pandemia, donde existe un riesgo de repunte. Por otro, de la oposición del PP (y del PNV y ERC), que podrían oponerse a la próxima prórroga del estado de alarma (que debe solicitarse en el Congreso la próxima semana) si no consiguen a cambio la desescalada en algunas de sus autonomías. Presiones de las familias, que inician hoy la 8ª semana de confinamiento. Y presiones, sobre todo, de muchas empresas y sectores, sobre todo el turismo, la hostelería y los comercios, asfixiados por el confinamiento.
Es un argumento de peso, porque cada semana que se retrase el desconfinamiento supone agravar más la recesión. El propio Banco de España acaba de señalar que si el confinamiento dura 12 semanas en vez de las 8 actuales, la recesión será este año del -13,6% en vez del -8,7%. Y el desempleo crecerá en 1,5 millones este año, pero mucho más si se retrasa la vuelta a la normalidad. Otra vez más, el coronavirus vuelve a plantearnos el viejo dilema: la bolsa o la vida. Es el debate que hay detrás de prorrogar o no el confinamiento. Salvar vidas debe ser lo primero. Y existe el riesgo de que si abren la mano antes de tiempo, acabemos dando marcha atrás y haya más muertos. Sobre todo si no esperamos a tener más datos, hacia el 9 de mayo, para decidirlo.
Con todo, lo más preocupante es la falta de consenso y la desunión en esta batalla contra el coronavirus. Las autonomías siguen yendo a su aire, desde las estadísticas a las medidas, sin colaborar lealmente con el Ministerio de Sanidad. Un ejemplo: Galicia inició el viernes un estudio de seroprevalencia en la región, utilizando los test serológicos que le ha enviado Sanidad para hacer un estudio aparte a 100.000 gallegos. Y hay otras regiones que quieren hacer lo mismo, mientras retrasan el estudio español unificado, que es el que urge. Y siguen sin aportar datos de la pandemia en las residencias de ancianos. Y la oposición, sobre todo el PP, es cada día más agresiva en sus críticas, utilizando claramente la pandemia para una operación de acoso y derribo al Gobierno, tratando de convertir la Comisión parlamentaria para la reconstrucción en una Comisión de investigación de la gestión gubernamental. No hay consenso en la lucha sanitaria contra el coronavirus, así que menos acuerdo habrá para la futura reconstrucción económica y social del país, para la que Europa retrasa otra vez sus ayudas. Y mientras, empresas y sindicatos apenas alzan su voz (salvo para quejarse y pedir ayudas) ni preparan un pacto social que facilitaría la futura reconstrucción del tejido económico.
Mientras, las familias aguantamos en casa, con bastante paciencia y responsabilidad (ojo a los abusos al sacar a los niños, según revelan estas fotos, que nos pueden costar muy caros...), viendo cómo el Gobierno afronta con improvisación y desorden esta catástrofe, cómo la oposición intenta desgastarle utilizando hasta los muertos, cómo las empresas buscan salvarse a cualquier precio y cómo millones de afectados intentan sobrevivir sin ingresos, triplicando sus peticiones a Cáritas. Por favor, trabajen juntos, avancen con los test y los estudios, pongan todo el dinero y los medios que hagan falta para ayudar a desempleados, empresas y familias. Y, sobre todo, dígannos toda la verdad: aguantaremos mejor. Mientras, sigamos en casa. No perdamos lo ganado.
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