jueves, 5 de marzo de 2020

Mujeres: desigualdad empleo, peor que salarial


Este domingo se celebra el 8-M, contra la discriminación de la mujer, en especial la brecha salarial: las españolas ganan un 21,9% menos que los hombres, 482 euros menos al mes. Es muy fuerte, pero la peor discriminación de las mujeres es “la brecha del empleo”: su tasa de empleo es un 11,5% menor, trabajan 1.650.000 mujeres menos que hombres, cuando son más. Tendría que haber 885.000 mujeres más trabajando si tuvieran la tasa de empleo europea. Y 2,2 millones más si fuesen como las alemanas. Además, las mujeres trabajan menos horas, con peores contratos y cargos, en actividades peor pagadas, factores que explican que ganen una quinta parte menos. Y después, al cobrar el paro, reciben un 16,44% menos. Y al jubilarse, cobran un 34% menos de pensión. Así que la desigualdad les persigue de por vida y en casa, donde cargan con la mayoría de las tareas. Urgen medidas legales para reducir las desigualdades y un Plan de empleo que iguale a las mujeres. Media España exige justicia.

enrique ortega

La mejor noticia para las mujeres españolas en el último año es que ya son más de 24 millones, exactamente 24.011.006 en julio de 2019, según el último Censo, casi un millón más que los hombres (23.089.389). Y han aumentado en +193.841 en el último año. Pero ojo, este aumento tiene “truco”: se debe a que hay más mujeres inmigrantes (+190.743), porque las mujeres españolas apenas aumentan (+3.098 en el último año). Echando la vista atrás, hay 1.137.075 mujeres más que en 2007 (+822.000 nacidas en España), por el efecto del “baby boom”, las nacidas en los años 60 y 70. Pero eso se va a cambiar, dado que han caído los nacimientos en este siglo, con lo que en el futuro habrá menos mujeres nativas: pasaremos de las actuales 21.462.054 mujeres nacidas en España a 20.612.133 españolas nativas en 2033, según las proyecciones de población del INE. Por eso necesitamos inmigrantes.


La otra buena noticia es que en septiembre de 2019 (EPA) se superó el listón de 9 millones de mujeres trabajando, algo que no ha pasado nunca antes en España: en los años de “vacas gordas”, en el mejor momento del empleo (septiembre 2007), sólo había 8.421.000 mujeres trabajando. Y en lo peor de la crisis (marzo 2014), cayeron a 7.785.000 ocupadas. Con estos 6 años de recuperación del crecimiento y del empleo, hasta finales de 2019, las mujeres han recuperado 1.373.300 empleos, una cifra importante, pero menor a la de los hombres (+1.624.400 empleos con la recuperación).


A partir de aquí, empiezan las malas noticias. Y la peor es que la mayor discriminación de las mujeres, el empleo, ha mejorado pero sigue muy lejos de los hombres. Primero, sigue habiendo menos mujeres "activas", que buscan empleo o trabajan, aunque son muchas más que en 2007, porque la crisis ha forzado a muchas mujeres a buscar trabajo para complementar el sueldo (o el paro) del marido. Así, si en 2007, menos de la mitad de las mujeres mayores de 16 años (el 49,61%) eran activas (trabajaban o buscaban trabajo), a finales de 2019 son ya el 53,53%. Pero todavía un 11% menos que los hombres, porque sigue habiendo muchas mujeres “inactivas”, que se quedan en casa a cuidar hijos o padres y maridos. Primera gran desigualdad con los hombres. Eso sí, las españolas (de 15 a 64 años) son ahora algo más activas  que las europeas (69,3% frente a 68,7%), aunque menos que las alemanas (75,2% activas), según Eurostat.


La segunda desigualdad con los hombres, y la más importante, es en el empleo: sólo el 44,78% de las mujeres mayores de 16 años trabajaban a finales de 2019, frente al 56,28% de los hombres. Y lo peor es que esta tasa de empleo es casi la misma que antes de la crisis: trabajaban el 44,21% en 2007. Eso se traduce en que hay 9.158.300 mujeres trabajando en España frente a 10.808.600 hombres, según la última EPA. O sea, trabajan 1.650.000 mujeres menos que hombres, cuando son más población. Y además, las mujeres españolas son las que tienen la 4ª peor tasa de empleo de Europa: un 58,5% (Ojo: mujeres entre 15 y 64 años), sólo por detrás de Grecia (48,1%), Italia (50,1%) y Rumanía (57,4%), alejadas de la media UE-28 (64,3% de tasa de empleo), de Francia (62,3%) y sobre todo de Alemania (73,3% mujeres de 15 a 64 años trabajan), según Eurostat. Significa que si tuviéramos la tasa de empleo femenino de Europa, habría 885.000 mujeres más trabajando. Y si tuviéramos la tasa de empleo femenino de Alemania, habría 2.258.000 mujeres ocupadas más.


Como han aumentado las mujeres activas (que buscan empleo) pero se ha estabilizado el empleo femenino, el resultado es que hay más mujeres en paro que antes de la crisis: un 15,55% de las mayores de 16 años a finales de 2019 frente al 10,39% en 2007. Eso sí, el paro femenino ha bajado con la recuperación (era del 26,57% en 2014), pero las mujeres siguen con más tasa de paro (15,55%) que los hombres (12,23%). Y hay más paradas, según la última EPA de 2019: 1.685.000 mujeres sin trabajo frente a 1.506.100 hombres. También aquí, las mujeres españolas tienen más paro que las europeas, casi el triple: 16% de media en 2019 frente al 6,7% en la UE-28, el 11,8% en Italia, el 8,4% en Francia y sólo el 2,8% de paro femenino en Alemania, según Eurostat. Sólo hay más paro femenino en Grecia (24,2%).


Volviendo al menor empleo de las mujeres, su mayor discriminación, veamos dónde se crea y cómo es. De los 737.300 empleos femeninos netos creados entre 2007 y 2019, la mayor parte se han creado en 5 sectores: actividades sanitarias y servicios sociales (+413.000 empleos), la educación (+164.700 empleos creados), hostelería (+120.900), actividades profesionales (+91.300 empleos) y en la Administración pública (+85.500 empleos). Y hay otros 4 sectores importantes donde ahora trabajan menos mujeres que en 2007: industria (-109.700 mujeres), comercio (-80.400), agricultura (-67.000) y finanzas (-13.500), según la EPA. O sea, que la mujer ha encontrado trabajo sobre todo en la sanidad y cuidado de dependientes, en la enseñanza, la hostelería y algunas profesiones.


¿Qué tipo de trabajo han encontrado? La mayoría de los nuevos empleos han sido trabajos temporales y a tiempo parcial. En consecuencia, de los 8.084.500 mujeres asalariadas hoy, el 72,6% tienen un contrato indefinido (el 75% los hombres) y el 27,4% tienen ya un contrato temporal (25% los hombres). Y del conjunto de mujeres ocupadas (asalariadas, autónomas, empresarias), 9.158.300 mujeres, el 76,16% trabajan a tiempo completo (el 92,96% los hombres ocupados) y un 23,8% trabajan a tiempo parcial (sólo el 7,04% de los hombres ocupados), según la última EPA. En consecuencia, hay 2.182.900 mujeres trabajando sólo unas horas (acaparan el 75% de todo el empleo por horas), no porque quieran sino porque no encuentran un trabajo a jornada completa: de hecho, más de la mitad de ellas (1,25 millones) dicen que “querrían trabajar más horas”.


Visto el panorama del empleo de las mujeres, que trabajan menos horas y con contratos más precarios, se entiende mejor la discriminación más conocida: la diferencia salarial, que ganan un  21,9% menos que los hombres, según la última Encuesta de estructura salarial publicada por el INE. Según estos datos (de 2017), el sueldo medio de las mujeres en España es de 20.607 euros anuales, frente a 26.391 euros los hombres, una diferencia de 5.784 euros anuales (482 euros menos al mes). Una “brecha salarial” que ha mejorado algo desde lo peor de la crisis (era casi del -24% en 2013) pero que es muy similar a la de 2008 (-21,87%). Y está a medio camino en el ranking europeo, encabezado por Estonia (-25,6) y Alemania (-21% de brecha salarial), seguidos por Reino Unido (-20,9%) la media UE (-15,7%) y Francia (-15,4%), con sólo Italia y 5 paises con una brecha inferior al 10%, según Eurostat.


La discriminación no es sólo que las mujeres ganen una quinta parte menos que los hombres sino que además hay más mujeres que hombres con sueldos bajos, según el INE. Así, hay un 18,84% de mujeres (y un 7,82% de hombres) que ganan menos del salario mínimo (707,6 euros en 2017) y un 40,37% de mujeres (y 33,76% de hombres) que ganan entre 1 y 2 veces el SMI (de 707,6 a 1.415 euros). Y que de los asalariados con sueldos bajos, que ganan menos de dos tercios del sueldo medio (unos 3 millones de trabajadores), el 64% son mujeres (casi 2 millones de asalariadas).


¿Por qué las mujeres ganan menos? Hay varias causas. La primera, porque trabajan menos horas y además ganan menos por hora: 13,93 euros/hora frente a 16,1 euros/hora los hombres (aquí ya hay una “brecha” del -15,1%). Las mujeres ocupadas trabajan una media de 30,7 horas a la semana frente a 36,4 horas los hombres. Son casi 6 horas menos a la semana, debido a que tienen muchos más contratos a tiempo parcial. Y estos contratos por horas o días ganan un 39% menos que los contratos a jornada completa. Un dato más: una mujer a tiempo parcial gana de media 10.409 euros, casi la tercera parte de lo que gana un hombre que trabaja a jornada completa (28.716 euros), según el INE.


Otra causa de que las mujeres ganen menos es que trabajan más en sectores peor pagados, con los sueldos medios más bajos: hostelería (13.161 euros de media las mujeres), otros servicios (14.000 euros), actividades administrativas (14.000 euros sueldo mujeres), comercio (17.377 euros) y educación (22.784 euros), sectores donde las mujeres cobran menos o parecido a su sueldo medio (20.607 euros anuales). También trabajan muchas mujeres en tres sectores con una importante brecha salarial: sanidad y servicios sociales (-29,4% diferencia sueldo con hombres), actividades profesionales (-31,2%) y finanzas y seguros (-23% de brecha salarial), según la Encuesta salarial del INE.


La tercera causa de la diferencia salarial es el puesto de trabajo que ocupa la mujer, generalmente más “bajo” en empresas e instituciones, a pesar de que la mayoría de las mujeres están mejor formadas. Sólo hay un 34% de mujeres directivas y gerentes (-22% de brecha salarial) mientras son un 66% de las empleadas de oficina, el 61% de los vendedores y el 60% de los que hacen labores elementales (con brechas del -16 al -28%), según el INE. Y en las 35 empresas del IBEX, sólo16 cumplen el objetivo de tener un 30% de mujeres consejeras, un código de buen gobierno de la CNMV que será obligatorio en 2020 (mientras la Comisión Europea propone que suban al 40%). Además, es bien sabido, hay menos presencia de mujeres en puestos directivos de la Administración, la Universidad, la investigación, la judicatura y la mayoría de empresas, bancos e instituciones. 


La cuarta causa de la brecha salarial es el tipo de contrato, porque un temporal cobra de media un 32% menos que un indefinido. Y si es mujer, menos. De hecho, una mujer con contrato temporal gana casi la mitad (15.972 euros) que un hombre con contrato indefinido (28.231 euros anuales). Y una quinta causa, muy importante, es la edad: cuanto mayor sea la mujer, más aumenta su diferencia de sueldo con los hombres. Así, entre las jóvenes es menor (-14,2% entre 25 y 29 años y -17,6% entre 30 y 34 años) y sube del 20% a partir de los 45 años (-23,4% entre 45 y 49, -24,7% entre 50 y 54 años y -25,6% entre 55 y 59 años), según el INE. Y un tema importante: las mujeres con hijos son las que tienen la mayor brecha salarial, en España (-37,5%) y más en Europa (-60,9%), según los preocupantes datos del Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE). O sea, ser madres es lo que más penaliza salarialmente a las mujeres (la brecha de las solteras es sólo del -0,86%).


Vistas las desigualdades en el empleo y sueldo de las mujeres, les acompañan cuando se quedan en paro, con la “brecha del desempleo”. Al tener peores contratos y sueldos, las mujeres también tienen un peor subsidio de desempleo. Primero, hay más mujeres apuntadas en las oficinas de paro (1.835.209 en diciembre de 2019) que hombres (1.328.396). Y son menos las que reciben alguna ayuda: el 58,2% de las paradas frente al 68,4% de los parados, según el balance del SEPE 2019. Y además, reciben una ayuda peor, porque son menos las que reciben una prestación contributiva (437.751 mujeres frente a 454.871 hombres) y más (576.876 mujeres frente a 391.602 hombres) las que reciben una prestación “asistencial”, de poco importe (430 euros mensuales) y por poco tiempo. Al final, esta distinta ayuda hace que el subsidio de paro medio de las mujeres sea de 752,10 euros al mes y el de los hombres 900 euros, según el SEPE. Hay una “brecha del desempleo” del -16,44%.


Y el equipaje de desigualdad acompaña a las mujeres hasta su jubilación, con peores pensiones debido a que han cotizado menos (menores sueldos) y por menos tiempo (carreras profesionales más cortas, básicamente por la maternidad y los cuidados). La discriminación se ve de entrada en el número de pensionistas: 4,57 millones hombres y 4,32 millones mujeres, a pesar de que hay más. Y cobrando una jubilación hay, a fecha 1 de febrero, 3.738.282 hombres y 2.364.114 mujeres (un tercio menos). Además, hay más mujeres que hombres cobrando pensiones bajas: casi la mitad de las mujeres pensionistas (2,064 millones) cobran menos de 700 euros al mes, algo que sólo les sucede a menos de la cuarta parte de los hombres pensionistas (1,1 millones). Y vayamos a la “brecha de las pensiones”: las mujeres tienen una pensión media (febrero 2020) de 803,29 euros frente a 1.225,64 euros los hombres, una diferencia del -34.46%. Y si miramos la pensión de jubilación, las mujeres cobran de media 877,39 euros y los hombres 1.332,62 euros, una “brecha” del -34,17%. Y esta discriminación va a seguir en los próximos años, porque las nuevas altas de jubilación, los pensionistas que se acaban de jubilar en enero, cobran inicialmente 1.232,26 euros las mujeres y 1.629,19 euros los hombres, una “brecha de jubilación” que sigue alta, en el -24,37%.


Además, las mujeres sufren más años estas menores pensiones porque su esperanza de vida es mayor (85,85 años frente a 80,46 los hombres) y viven más años tras jubilarse (23,07 años las mujeres y 19,22 los hombres). Con ello, corren también más riesgo de necesitar ayuda en su vejez, como demuestra el hecho de que el 65% de los beneficiarios de ayudas a la dependencia son mujeres. Y por ello, sufren más que los hombres el retraso de las ayudas, al ser mujeres los dos tercios de los 269.854 dependientes en lista de espera. Y si 85 de estos mayores dependientes que esperan ayuda mueren cada día sin recibirla, 55 son mujeres.


Como se ve, la discriminación de la mujer no es sólo que gane un 21,9% menos que el hombre sino que lo tiene peor para trabajar y que su empleo es más precario y peor pagado, lo que provoca nuevas “brechas” al quedarse en paro o jubilarse. Y por si fuera poco, la mujer sufre también la discriminación en su propia casa: el 95% de las mujeres españolas (25 a 49 años) cuida a sus hijos diariamente (el 92% en la UE-28) frente al 68% de los hombres (igual que en Europa), según Eurostat. El 84% de las mujeres españolas cocinan y hacen las tareas domésticas (79% en Europa) pero sólo el 42% de los hombres (34% en la UE, 16% en Grecia, 20% en Italia, 29% en Alemania, 36% en Francia y 56% en Suecia). Y tercero y definitivo: las mujeres dedican 38 horas semanales a los hijos y 20 a la casa (58 horas) y los hombres, 23 a los hijos y 11 a la casa (34 horas), según el INE. Y dos apuntes más, muy clarificadores: el 92% de las excedencias laborales por cuidado de los hijos las piden las mujeres y 3 de cada 4 personas que dejan su trabajo para cuidar hijos son mujeres.


Hasta aquí los datos, múltiples, recurrentes y muy explícitos: tenemos un grave problema de discriminación de las mujeres. Y apenas mejora, a pesar de los apoyos y protestas. Sobran palabras y faltan hechos, medidas para forzar la igualdad. Hay que promover una Ley integral de Igualdad de Género, porque las Leyes actuales son insuficientes. Sindicatos y patronal deben pactar Planes de igualdad en las empresas, aplicándolos en cada convenio, con el apoyo de una Inspección de Trabajo que tenga más medios. Urge incluir las peculiaridades del trabajo femenino en la próxima reforma de las pensiones. Y sobre todo, urge aprobar un Plan de empleo femenino, para conseguir en una o dos décadas que haya tantas mujeres como hombres trabajando, en empleos de más calidad. Y eso pasa por favorecer la conciliación familiar, en el trabajo y en casa.


Medio mundo, medía España está discriminada, de la cuna a la tumba. No hace falta ser feminista para verlo: basta con analizar las estadísticas oficiales que he ido desgranando Es el problema más serio que tenemos este siglo, junto al Cambio Climático. Y exige, como la defensa del medio ambiente, asumirlo primero, cambiar la mentalidad de siglos después  y finalmente, tomar medidas drásticas y eficaces. Es, como el Cambio Climático, un reto para todo el país, al margen de las ideologías, donde nos tenemos que volcar todos, Gobierno, empresas, trabajadores, instituciones, la educación y en las casas. Costará tiempo, pero hay que empezar a actuar de verdad. Media España exige justicia.

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