En vísperas del nuevo Gobierno, la economía sigue con su inercia y el empleo sigue creciendo: este verano se crearon 44.000 empleos más que el anterior, por el récord del turismo extranjero, según la EPA conocida hoy. Eso sí, el empleo creado sigue
siendo temporal y por horas: sólo 1 de cada 20 nuevos empleos son de
calidad, fijos y a tiempo completo. Mientras, el paro baja del 20%, también porque hay menos gente buscando trabajo. Y la mayoría de los parados llevan mucho tiempo sin trabajar: la cuarta parte, más de 4 años. Además, más de la mitad de los parados EPA (el 53%) no cobran
ninguna ayuda y son pobres. Entre tanto,
sólo la cuarta parte de los parados de larga duración previstos han recibido ayudas a la formación y sólo 1 de cada
10 jóvenes se han beneficiado del Plan
europeo contra el paro juvenil. Urge que el futuro Gobierno pacte un Plan de choque contra el paro, con
formación y ayudas, sobre todo para los parados
mayores de 45 años, mujeres y jóvenes. Más empleo ya.
enrique ortega |
En verano suele crearse más empleo, por la temporada turística, la construcción y las faenas agrícolas. Y gracias al récord de turistas extranjeros, en el tercer trimestre de 2016 se han creado más empleos que el verano pasado, a pesar de la falta de Gobierno en España y el estancamiento de la economía mundial y europea (más tras el Brexit). Así, entre junio y septiembre se crearon en España 226.000 nuevos empleos, 44.000 más de los 182.200 creados en el tercer trimestre de 2015 (y más que los 151.000 creados en 2014), según la Encuesta de Población Activa (EPA) conocida hoy.
La mayoría del empleo
creado en el tercer trimestre ha sido en
los servicios (+178.700), sobre todo en el turismo, la hostelería y el
comercio, creciendo menos en la industria (+34.400) y la
construcción (+29.900), mientras bajó en el campo (-16.300). Y ha cambiado la tendencia
de los últimos dos años y medio con el empleo joven: si antes los jóvenes no disfrutaban apenas de los nuevos empleos, este verano, dos tercios del empleo creado ha sido para menores de 30 años (150.200). Donde se ha creado
más empleo ha sido en Cataluña (+42.700), Castilla y León (32.100) y Baleares
(+25.400), mientras sólo bajaba el empleo en Murcia (-5.600). Eso sí, el empleo que se crea sigue
siendo muy precario: el 92% de los contratos hechos este verano fueron temporales y el 42% a tiempo parcial: un
24,5% han sido contratos por
1 semana o menos y el 40% de todos los contratos hechos este verano han
durado menos de 1 mes. Si miramos todo el año, de enero a septiembre 2016, sólo un 5% de los contratos han sido fijos y
a tiempo completo, según Empleo: sólo 1 de cada 20 nuevos contratos son “de calidad”, no precarios.
El paro ha bajado más (-253.900 parados estimados) que el empleo creado porque ha bajado el número de españoles que buscan trabajo, los activos (-27.300), porque sigue habiendo gente que ya ni busca empleo y se va a su casa o al extranjero ("desanimados"). Gracias a ello y al empleo creado, el paro estimado baja a 4.320.800 parados, según la EPA, un 18,91 % de los españoles en edad de
trabajar, la tasa más baja desde 2010. Eso sí, la tasa de paro sigue siendo más del doble entre los jóvenes: el paro juvenil (menores de 25 años) está en el 42%. Casi la mitad de los jóvenes están sin trabajo.
Frente al habitual triunfalismo del Gobierno Rajoy, las
cifras de la EPA esconden algunos datos muy preocupantes. El primero,
que hay 1.438.000 hogares donde no
trabaja nadie, 55.000 menos que en junio. El segundo, que
sigue habiendo 5 autonomías con una “tasa de paro insoportable”, entre el
25 y el 30%: Melilla (31,22%), Andalucía (28,52%), Extremadura (25,61%), Canarias (26,01%) y Ceuta (24,64%), que contrastan con el paro “casi europeo” del País Vasco (12,8%),
Navarra (12,4%) y La Rioja (13,5%). Pero el peor dato es que más de la mitad de los
parados no cobran ninguna ayuda. Por un lado, de los 4.320.800 españoles que
se consideran parados (EPA), 2.283.919 no cobran ningún subsidio, un 53% de todos los parados (el llegar
Rajoy a la Moncloa, no cobraban el 44,5% de los parados EPA). Y de los
2.036.881 parados EPA que sí cobraban algo en agosto (según el Ministerio de Empleo), sólo el
41% (848.265 parados) cobraba un
subsidio contributivo de 780 euros
al mes y los dos tercios restantes solo cobraban un subsidio asistencial, de 426 euros mensuales.
Este enorme
contingente de parados que no cobran nada (condenados a la pobreza) se explica porque el paro
es cada vez “más viejo” y a los desempleados se les han acabado las ayudas.
Así, el número de parados de larga duración (más de 1 año en paro) eran todavía, a finales de
septiembre, 2.446.400 parados, el
56,6% del total. Y lo peor es que, de ellos, casi 2 millones llevan parados más
de 2 años y una cuarta parte, nada menos que 1.127.879 parados, llevan 4 años o más sin trabajar. Son una enorme bolsa de “parados sin salida”,
porque las empresas no los quieren por llevar tanto tiempo desempleados y
porque además, tienen poca formación: el 63% de estos “parados muy antiguos” sólo tiene la ESO
o menos. Así que una cuarta parte de todos los parados (1,12 millones), con 4 o
más años en el paro (sobre todo mayores de 50 años y mujeres), están condenados “al paro eterno” o esperar a los 55 años (si tienen “cargas familiares”) para cobrar un subsidio de 426 euros
hasta la edad de jubilación.
A pesar de estos datos oficiales, que hablan de empleos
precarios y parados “sin salida”, el Gobierno Rajoy lleva más de dos años
presumiendo que “España es el
país que crea más empleo en Europa”. Es falso (hay 13 países que crean más empleo en 2016, según Eurostat),
pero lo que sí es totalmente cierto es que España fue el país donde más empleo se destruyó durante la crisis (3,8
millones). Y lo que no dice Rajoy es
que España es el país europeo al que le falta más empleo por recuperar: todavía hay
2.047.500 españoles menos trabajando que en el verano de 2008. Mientras, en
Grecia hay 911.800 menos trabajando, en Portugal todavía falta recuperar 431.100 empleos, en
Italia 431.000 y en Irlanda 152.000, según los datos de Eurostat. O sea, que nos falta todavía recuperar más empleos que
a Grecia, Portugal, Italia e Irlanda juntos.
Y mientras, además, en Alemania trabajan ya 2.377.800 personas más que en 2008
y en Francia 482.900 más. Así que creamos
más empleos, pero nos faltan aún muchos más que a otros.
Y no sólo eso. Las
últimas estadísticas de Eurostat, de septiembre, “han sacado los colores” a España, aunque el Gobierno Rajoy haya
mirado para otro lado. Veamos tres sobre el paro: tenemos el doble de paro
que Europa (19% frente a 10,1% en la eurozona) y el triple de parados que el segundo país con más desempleados (4,32
millones de desempleados frente a 1,5 millones en Francia), el doble de paro juvenil (43% frente al
20% en la eurozona) y son españoles un 22% de todos los jóvenes parados en
Europa, y la tercera parte de todos los
parados europeos de larga duración (2,44 millones frente a 1,76 millones
en Italia, 1,27 millones en Francia y 740.000 en Alemania). Y hay otras tres nefastas estadísticas sobre empleo: tenemos casi el doble de empleo temporal que Europa
(20,9% frente a 12,8% en la eurozona), mucho más subempleo (8,1% de todos los trabajadores quieren trabajar más
tiempo frente al 5% en la eurozona) y muchos
más trabajadores sin cualificar (33% sin la ESO frente al 19,3% en la
eurozona). Unos datos como para presumir…
Cara al futuro,
las perspectivas no mejoran. La economía
española crecerá algo menos este año (3% frente a 3,2% en 2015) y, sobre todo
el próximo (2,3%), con lo que hasta el Gobierno Rajoy en funciones prevé que se crearán menos empleos: unos 480.000
este año (frente a 525.000 en 2015) y unos 408.000 en 2017, según las previsiones enviadas a Bruselas. Y mucho será rotación de empleos, numerosos
contratos precarios para un mismo puesto de trabajo. Porque el problema de
fondo es que las empresas no tienen vacantes: el 93,8%
de las empresas asegura que no necesitan contratar ningún trabajador,
según la Encuesta trimestral de coste laboral (INE) de septiembre. De hecho, España es el tercer país europeo con menos empleos
vacantes, sólo por detrás de Portugal y Grecia, según
Eurostat.
Así que el problema de
fondo es que hace falta reanimar más la economía, el consumo y la inversión, para que las empresas necesiten
más trabajadores. Eso pasa por reanimar la inversión pública (con inversiones necesarias, desde tecnología a carreteras) y la
privada, apoyando una mejora del consumo con mayores subidas de salarios (a cambio de mejoras de productividad). Y para
ello, urge hacer otra política, en España y en Europa, que relance la
actividad, la inversión y el consumo, que se olvide de los recortes. El
riesgo es que Bruselas fuerce al futuro Gobierno español a más recortes, como ha anunciado, lo que se traduciría en un menor gasto
público y más impuestos, recortando la actividad y el crecimiento y con ello,
el empleo. Entre cumplir con el déficit y cumplir con los 4,32 millones de parados que esperan una oportunidad, la opción
parece clara. Y más cuando el paro se
mantiene como la primera preocupación de
los españoles (del 71,6%, según
el Barómetro del CIS de septiembre), los más preocupados del
mundo por el desempleo, según el estudio IPSOS: preocupa al 70% de españoles, frente al 38% de media en 25 paises y
al 48% de franceses o el 66% de italianos.
Además de reanimar la
economía, fomentar la inversión y el consumo y no hacer más recortes, el próximo Gobierno debería aprobar un Plan de choque contra el paro, con al menos 4.000 millones de euros (Francia,
con la mitad de paro, aprobó un Plan de emergencia con 2.000 millones). Un Plan
que debería centrarse en mejorar la
formación de los parados, sobre todo de los de larga duración, y en dar subsidios a los parados que no
cobran nada. El Plan Prepara,
aprobado en 2015, pretendía ayudar a 400.000 parados de larga duración a cambio de formación, pero fracasó:
sólo ayudó a 100.000 parados y gastó el 15% de los recursos. Ahora hay que
poner los medios para que se cumpla. Y en paralelo, cumplir también con el
Plan de Garantía Juvenil, el Plan de
empleo para jóvenes que aprobó la Comisión Europea en 2013 y del que se han
beneficiado
sólo 1 de cada 10 jóvenes españoles sin trabajo ni formación (“ni-nis”),
mientras en Alemania ha beneficiado al 60% de jóvenes ni-nis y en Francia al
80%. La otra prioridad del Plan de choque contra el paro debería ser reformar las oficinas del SEPE (antiguo INEM), que no tienen personal ni
medios para ayudar a los parados a recolocarse (sólo colocan al 1,7% de parados). Y además, el Plan debería estudiar y poner en
marcha todas las ayudas posibles
para que las empresas contraten más.
En definitiva, aunque los datos de empleo y paro son algo mejores, siguen siendo preocupantes, por mucho que el Gobierno
y sus medios afines hagan triunfalismo.
Tenemos un problema que es grave y mucho más preocupante que en el
resto de Europa: aquí trabaja menos gente, con mucha precariedad,
y tenemos el doble de parados. Y los españoles reiteran que es lo que más les preocupa,
con mucho. Hay que hacerles caso y tomar medidas urgentes, suficientes y realistas, pactadas y apoyadas por la mayoría
de políticos, empresarios y sindicatos. Es una
emergencia nacional. De verdad.
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