jueves, 11 de diciembre de 2014

Cambio Climático: se acaba el tiempo para actuar


Esta semana, 196 países buscan en Lima un preacuerdo para poder firmar en París (diciembre 2015) un acuerdo mundial para reducir las emisiones de CO2 que provocan el cambio climático. No será fácil, porque países emisores y empresas se resisten en invertir para ahorrar energía y huir del petróleo, carbón y gas, consumiendo energías limpias. Pero los científicos han dado la voz de alarma: o se toman medidas ya o luchar contra el calentamiento del Planeta será más costoso y difícil. El acuerdo está más cerca, después que Europa, EEUU y China hayan acordado planes de recorte de emisiones, pero hay que concretarlos, como el Fondo verde para ayudar a los países en desarrollo (al que España aportará una cantidad ridícula). Salvar el Planeta será costoso (más impuestos verdes, luz y energía más caras), pero no hacerlo costaría mucho más al mundo, en desastres naturales, salud, cosechas y destrucción de ecosistemas. Es el gran desafío del siglo.
enrique ortega

Los científicos acaban de dar la voz de alerta: las evidencias del cambio climático son indiscutibles, está causado por el hombre y se acaba el tiempo para tomar medidas efectivas, según el 5º Informe de evaluación del IPPC, un grupo de 830 expertos (13 españoles) creado por la ONU. Sus conclusiones son demoledoras. Primera: “la atmósfera y los océanos se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de CO2 han aumentado a niveles sin precedentes desde hace por lo menos 800.000 años”. Segunda: la culpa es del hombre, por sus emisiones de gases de efecto invernadero emitidas al consumir energía en industrias, transporte, vivienda, agricultura y servicios. Tercera: los países pobres (los que menos emiten CO2) son los que más están sufriendo y van a sufrir el cambio climático. Y cuarta: todavía hay salida, si se toman medidas a nivel mundial para reducir las emisiones. Pero se está acabando el tiempo: si se quiere evitar que la temperatura del Planeta suba más de 2 grados a finales de siglo, hay que reducir las emisiones mundiales de CO2 entre un 40% y un 70% entre 2010 y 2050. Y reducirlas hasta un nivel cero o negativo para el año 2100.

Es el reto lanzado por los científicos al mundo y a los políticos. Un informe que planea sobre la Cumbre del Clima que se celebra esta semana en Lima, donde políticos de 196 países y más de 1.000 expertos buscan un preacuerdo para renovar el Protocolo de Kioto, firmado en 1997 y que está en vigor hasta 2020: 38 países desarrollados (toda la UE) se comprometieron a reducir un 5,2% sus emisiones entre 2008 y 2012 (ampliado luego hasta 2020), pero no lo ratificaron los principales emisores, como EEUU, China, India, Japón o, Rusia. Ahora se busca un acuerdo mundial de recorte de emisiones a partir de 2020, que sea vinculante para todos los países y que se intentará firmar en la Cumbre del Clima de  París, en diciembre de 2015.

El acuerdo parece ahora más fácil, después de que los tres principales emisores de CO2 hayan anunciado planes para recortarlas. Primero fue Europa (15% emisiones mundiales) quien  aprobó en octubre un acuerdo unánime de los 28 países UE para recortar sus emisiones de CO2 en un 40% para 2030 (sobre las de 1.990). Y luego, en noviembre, China (29% emisiones mundiales) y EEUU (16%) anunciaban sendos planes: Obama se comprometía a reducir sus emisiones entre un 26 y un 28% para 2030 (respecto a 2005) y China prometía reducir sus emisiones a partir de 2030 y aumentar el peso de las energías renovables. Un gran avance, aunque se considera todavía poco concreto e insuficiente, ya que el esfuerzo de EEUU y China es menor al de Europa, líder en la lucha contra el cambio climático. Y además, Obama tendrá problemas para ponerlo en marcha, porque los republicanos (que dominan ambas Cámaras) no están por el recorte de emisiones (creen que “hundiría la economía”).

Con todo, es un gran avance que los tres grandes bloques emisores (responsables del 60% del CO2 mundial) prometan medidas. Ahora falta que lo hagan el resto, sobre todo India (7% emisiones mundiales), Rusia (5,3%) y Japón (3,75), junto a los cuatro grandes emisores restantes, Corea del sur (1,8%), Irán (1,8%), Arabia Saudí (1,5) y Canadá (1,5%), lo que abarcaría el 82,6% de las emisiones mundiales de CO2. El resto corresponde a países pobres y en desarrollo, que ahora consumen poca energía pero que aumentarán mucho sus emisiones en las próximas décadas si no se toman medidas. Y para ello, piden ayudas a los países desarrollados, que se concretaron en la creación de un Fondo Verde (en 1999) dotado con  100.000 millones de dólares al año, dinero que no se ha concretado hasta ahora, en noviembre de 2014, con sólo 9.600 millones de dólares prometidos (y aún no desembolsados)por 22 países: EEUU ha comprometido un tercio (3.000 millones), Japón 1.500, Reino Unido 1.100, Alemania 1.000, Italia 313 y España 150 millones de dólares, una cantidad ridícula para nuestro peso económico (3 dólares por habitante, frente a 12$ por habitante de media en la UE y 9,5$ en USA).

Las intenciones están ahí, pero ahora falta definir los acuerdos y concretar los planes y las inversiones, lo más difícil, porque va a exigir un gran esfuerzo a los países (Presupuestos), a las empresas (sobre todo a las 90 grandes multinacionales que son responsables de dos tercios de las emisiones de CO2) y a los ciudadanos, que vamos a acabar pagándolo, en forma de impuestos (los de siempre y nuevos “impuestos verdes”) y mayores precios de una energía más ”verde” (sobre todo de la luz). La inversión para reducir emisiones y hacer la transición a una economía energéticamente sostenible es elevada pero asumible, según el último informe de la ONU (PNUMA): exige invertir 1,3 billones de dólares al año hasta el año 2050, un 2% del PIB mundial, en 10 sectores clave: energía, industria, agricultura, construcción, pesca, bosques, turismo, agua y gestión de residuos.

Pero además de un gran esfuerzo inversor, la lucha contra el cambio climático supone también una gran oportunidad para la economía, como refleja el estudio Stern de una Comisión independiente encargado por la ONU: se abre un gran futuro a múltiples industrias de energías alternativas, ahorro y eficiencia energética, que supondrán más actividad y empleo en el mundo las próximas décadas (Europa estima que pueden crearse 20 millones de empleos en la “economía verde” de la UE-28 sólo hasta 2020).

Luchar contra el cambio climático será costoso, pero no hacerlo costaría mucho más. Los científicos ya han estimado que si no se toman medidas efectivas, la temperatura de la Tierra podría subir hasta 4,8 grados este siglo. Y eso provocaría numerosos desastres naturales (sequías, inundaciones e incendios), que dañarían las cosechas, aumentarían la mortalidad y los desplazamientos de poblaciones (ya en 2013 hubo 22 millones de desplazados por desastres naturales, el triple que por conflictos armados), además de provocar una subida de los mares (hasta 82 centímetros), aumento de su temperatura y acidificación, dañando los ecosistemas, el turismo  y la vida en el litoral. Todas estas consecuencias negativas se notarían más en el sur de Europa y en España, según los expertos. Por ejemplo, el mar subiría en nuestras costas  a finales de siglo entre 60 y 72 centímetros (80 cm. en Canarias), provocando retrocesos de las playas (entre 20 y 40 metros) y afectando seriamente la vida y los negocios (turismo) de los 15 millones de españoles que viven en la costa.

Parece evidente que es mejor tratar de evitarlo, aunque sea costoso. Eso pasa por ahorrar energía y huir lo más posible del petróleo, el carbón y el gas, en el transporte (responsable del 40% de las emisiones de CO2 en España), en la agricultura, los servicios y la vivienda (responsables de otro 25% de emisiones) y en las empresas (emiten el 35% restante del CO2), la mitad las eléctricas (51% emisiones industriales), seguidas de las refinerías y petroleras (11%), las cementeras (9%), la siderurgia (8%) y el resto de industrias. España tiene que hacer un esfuerzo mayor que el resto de Europa, porque somos el país europeo donde más han crecido las emisiones de CO2 desde 1990 (un +23,68% hasta 2012, frente al +15% objetivo). Y lo peor no es sólo que España no cumple ahora con el Protocolo de Kioto sino que tampoco lo cumplirá al final del plazo, en 2020: sólo rebajará las emisiones un -2,5% frente al -10% de objetivo (sobre 2005), según un informe de junio de la Comisión Europea. Y mucho de eso se debe a los recortes a las renovables y a las políticas de ahorro energético del Gobierno Rajoy.

Se acaba el tiempo y hay que actuar ya y con decisión contra el cambio climático. A nivel mundial, más en España y cada uno de nosotros, cambiando los hábitos de vida y tratando de ahorrar energía (en casa, con el coche, en el trabajo) y de apoyar las energías renovables. Es un esfuerzo que merecerá la pena, porque ayudaremos a salvar el Planeta. No es una obsesión de ecologistas: la alerta de los científicos sobre las emisiones de CO2 es muy real y los riesgos del cambio climático son muy graves. Hay que mentalizarse de una vez y exigir medidas urgentes y eficaces, aunque sean costosas. Es el mayor desafío del mundo en este siglo.

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