Esta semana, más de 8
millones de niños y jóvenes de colegios e institutos vuelven a clase. Será el quinto curso con recortes, más
duros porque el Gobierno Rajoy recortará otros 4.700 millones en educación en
2015, el doble que este año. Habrá menos
profesores (para más alumnos),
menos centros, menos medios y menos becas y ayudas, lo que supondrá un mayor coste para las familias. Y además,
este curso se estrena la nueva Ley de
Educación, la LOMCE, sólo en
algunos cursos de primaria y FP, lo suficiente para poner patas arriba los centros. Al final, el descontento entre centros, profesores, estudiantes y padres es palpable,
mientras varias autonomías boicotean la LOMCE y la han llevado al
Constitucional. En octubre se anuncia una huelga de la enseñanza y todos
los partidos (salvo el PP) anuncian que derogarán la LOMCE tras las elecciones.
Un ambiente nefasto para que nuestros
hijos se formen y aprendan. Urge gastar más en enseñanza y un gran pacto educativo.
enrique ortega |
Empieza el quinto
curso con recortes, para unos 8.100.000
alumnos matriculados en las enseñanzas no universitarias, desde
infantil y primaria a la ESO, Bachillerato y FP. Tras una rebaja de 7.000 millones en el gasto educativo de 2009 a 2014, España reducirá su presupuesto educativo en
otros
4.700 millones para 2015, el doble
que en 2014 (-2.100 millones), según la previsión enviada por el Gobierno a
Bruselas dentro del Plan
nacional de Reformas 2014-2017. En total, el gasto educativo se reducirá al 3,90 % del PIB en 2015 (unos
39.000 millones), casi la cuarta parte menos que antes de la crisis
(en 2009 se gastaba en educación 50.700 millones, un 5,07% del PIB).
Los recortes en
educación los harán este curso sobre todo las autonomías, especialmente las 6 que incumplieron su objetivo de
déficit en 2013 y a las que Hacienda
ha pedido un recorte extra de sus presupuestos, ya este año y para 2015:
Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla
la Mancha, Murcia, Aragón y Navarra. Además, todas las autonomías tendrán que hacer nuevos
recortes en 2015, como el Estado central, para cumplir con el objetivo
de déficit exigido por Bruselas (4,2% del PIB), más exigente que el de este año. Por eso, el ministro Montoro ha enviado a las autonomías 255
propuestas de recortes de
gastos y nuevos ingresos. Y 20 de estas propuestas afectan a la
educación, que supone la tercera partida del gasto autonómico (22,6%), tras sanidad (31,4%) y gastos
generales (26,1%).
Entre estos nuevos
recortes para 2015, las
autonomías barajan ampliar otro 10% el ratio de alumnos por clase (ya subió
de 25 a 35), reducir más profesores
interinos, ampliar horarios a 40
horas (ya subieron de 35 a 37,5), reducir las escasas becas y ayudas, reducir
el complemento específico y los sexenios de los docentes, reducir ayudas a los
Ayuntamientos para guarderías y cobrar más algunos servicios, desde comedores al
transporte escolar. Se trata de dar otra vuelta de tuerca a los recortes,
centrándolos en los profesores, los horarios y los servicios, deteriorando aún más la calidad de la enseñanza.
Este curso 2014-2015
empieza otra vez con menos profesores y más alumnos:
entre 2012 y 2013 se han perdido 24.248
profesores en la enseñanza no universitaria, según
datos de Hacienda. Y CCOO estima que se
han perdido 60.000 profesores desde 2009. Eso aumenta la masificación de las aulas (con una media
de 27 alumnos en primaria y 33 en secundaria), pero sobre todo dificulta
atender
a los alumnos con problemas: menos refuerzos, desdobles (clases más
reducidas algunos días) y recuperaciones, sobre todo en los institutos, los
centros más afectados por los recortes. Y eso facilitará el abandono
escolar, cuando en España el 22,7% de los jóvenes dejan de estudiar después
de la ESO, el doble de fracaso escolar que en Europa.
Los recortes también se traducen en el cierre de algunos centros docentes públicos, en zonas rurales y algunos barrios de
ciudades (Madrid ha eliminado
500 plazas en centros públicos, según CCOO). Además, los menores presupuestos obligan a los centros a recortar sus medios
y servicios, desde calefacción y limpieza a laboratorios, prácticas o
materiales. Y hay menos ayudas
autonómicas: menos becas
de comedor (mientras crece la malnutrición
infantil), menos ayudas para libros
(un millón de alumnos las perdieron en curso pasado, según un informe
del Defensor del Pueblo) y menos ayudas al transporte escolar (que sube tarifas y recorta rutas).
Al final, los
recortes no sólo deterioran la
calidad de la enseñanza sino la economía de las familias españolas, un 35% con
hijos escolarizados. El coste por hijo fue de 1.054,42 euros el curso pasado (+11,6%),
según un estudio
de AIS Group, aunque varía mucho entre Madrid (1.635€) o Barcelona (1.450€)
y Extremadura (356€), la Rioja (468€) o Castilla la Mancha (602€). Otro estudio
de la OCU, el curso pasado, subía el gasto medio por alumno a 1.268 euros en un centro público, 2.386 euros en uno concertado y 5.232 en uno
privado. Y lo seguro es que el coste
subirá este nuevo curso, no los sueldos.
Por si no fuera suficiente con los recortes y las menores
ayudas, este curso se complica con la entrada
en vigor de la nueva Ley de Educación, la
LOMCE, aprobada en solitario por el PP a finales de 2013 y que ha sido recurrida al Constitucional por varios partidos y cinco autonomías
(Cataluña, Andalucía, Asturias, Canarias y País Vasco), mientras PSOE, IU, PNV
y CiU han pactado que la derogarán si el
PP pierde las próximas elecciones.
La LOMCE (la
Ley Wert) se empieza a aplicar este curso, sólo a 1,5 millones de alumnos:
los que hagan 1º, 3º y 5º de primaria y los que se apunten a la nueva Formación
Profesional básica, una vía que se abre en 3º de la ESO (y excepcionalmente
al finalizar 2º) a los alumnos “retrasados”, con dos años de duración. Esta
nueva FP ha sido duramente criticada por la asociación de padres CEAPA, que recomienda no seguirla porque se
estrena sin planificación y sin medios (no se da en muchos institutos y exigirá
cambios de centro y hasta de ciudad). Además, la
LOMCE modifica algunas asignaturas en los cursos afectados (suprime
Educación para la Ciudadanía, desdobla Conocimiento del Medio por Ciencias de
la Naturaleza y Ciencias Sociales, refuerza Lengua, Matemáticas e Historia) y cambia horarios (ahora clases de 45
minutos) y libros de texto. Y fija
un examen de reválida para los de 3º de
Primaria. Además, se crea una nueva asignatura alternativa a religión (Valores
Cívicos) y se refuerza la enseñanza de Matemáticas, Lengua a Inglés.
Por si no fuera complicado introducir una nueva Ley sólo en algunos cursos, los centros sufren
además la “insumisión”
de algunas autonomías, como Andalucía, Asturias, Cataluña, Canarias o
el País Vasco, que no han aprobado los
desarrollos curriculares para implantar la reforma, alegando falta de
tiempo. Además, hay 8 autonomías (entre ellas dos del PP, Castilla y León y
Cantabria) que han recomendado a los centros no
cambiar los libros de texto este curso, para no aumentar gastos a los
padres (tendrían que gastarse 200 millones en nuevos libros). De hecho, la introducción de la LOMCE obligará a editar
150 millones de libros nuevos en tres años y los editores no lo tienen
claro, por si se deroga la ley.
Al final, entre recortes
y cambios legislativos, se presenta un curso
escolar muy difícil, en medio de un ambiente laboral muy caldeado, con una amenaza de huelga docente para
octubre. Lo que está claro es que la enseñanza sufre una asfixia financiera,
por falta de fondos tras 5 años de recortes.
Y resulta que el país con más paro de
Europa (tras Grecia) y con más
abandono escolar es el 8º
país europeo que menos gasta en educación, sólo por delante de Italia y
6 países del Este: un 4,82% del PIB en 2011 (el 4,37% en 2014) frente al 5,25%
en la UE-28 y muy por debajo de los países
punteros (8,75% Dinamarca, 6,82% Suecia, 6,76% Finlandia) e incluso de Reino
Unido (5,88%), Francia(5,68%), Portugal (5,27%) o Alemania (4,98%). Es urgente dar un balón de oxígeno a la educación, gastando una década por encima de Europa,
el 6 del PIB (unos 20.000 millones
más al año). Y además, hace falta un
gran pacto educativo, encabezado
por centros, profesores y familias, para dar estabilidad a la enseñanza al
menos una década y alejarla de las peleas políticas. Si no, el deterioro será
cada año peor, en perjuicio de nuestros hijos y de su empleo futuro. ¡Basta ya¡
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