La próxima semana, más de millón y medio de universitarios comenzarán sus clases, en un curso
universitario con menos
profesores, más alumnos, menos becas y matrículas más caras. Y con unas Universidades públicas que ya no
aguantan más, tras cinco años de recortes, que obligan a algunas (como
la Universidad de Barcelona) a reducir
sus Facultades a la mitad. Mientras, las Universidades privadas siguen
creciendo y hay 14 más que en 2001, apoyadas
por las autonomías y Ayuntamientos del PP, que les ceden incluso terrenos
públicos. Y también crecen las Universidades
online privadas, sin apenas control, como denuncian las autonomías Ahora,
el ministro Wert va a sacar un decreto que facilita aún más la creación de
Universidades privadas, mientras se controlarán
más las públicas. Al final, las Universidades
públicas pierden alumnos (por la subida de tasas) y los ganan las privadas, muchas con baja calidad educativa. Universidad privada sí, pero no a costa de
asfixiar a la Universidad pública.
enrique ortega |
Las 48 Universidades
públicas inician otro curso agobiadas
por la asfixia financiera. Es el quinto
curso con recortes presupuestarios, del Estado y las autonomías: en
2014-2015 contarán con unos 1.500
millones menos que en 2010 (se han recortado 1.226 millones a la Universidad entre 2010 y 2013, según un informe
de CCOO). Ello se traducirá en menos
profesores (se han perdido unas
17.000 personas desde 2008, 10.000 de ellos profesores e investigadores), menos medios (luz, calefacción,
limpieza) y materiales (libros,
laboratorios, ordenadores, mobiliario), abandono de instalaciones y una investigación
medio paralizada (dos tercios de la
investigación en España la hacen las Universidades). Y todo ello a pesar de
subir
las tasas por tercer año, con lo que las matrículas son ya entre un 22% y un 66% más caras que en 2012. Y
como han bajado los ingresos de las
familias y hay menos
becas (con más exigencias académicas para recibirlas), la consecuencia
es que hay menos
alumnos matriculados en la Universidad pública, en menos asignaturas.
Las Universidades públicas que peor lo llevan han implantado
una “economía de guerra” y algunas se
ven obligadas a tomar decisiones
drásticas: la Universidad
de Barcelona, el mayor campus público catalán, aprobará en octubre un Plan
para reducir a la mitad el número de
Facultades (de 18 a 10) y Departamentos
(de 106 a 55), con fusiones y recortes. Y las demás, estarán rigurosamente vigiladas por Montoro y las autonomías,
para asegurarse que recortan y no tienen déficit. Para asegurarse, el ministro Wert va a aprobar un decreto
que da potestad a las autonomías (ahora no tienen esa competencia) para revocar
la autorización de las universidades públicas que no cumplan una serie
de exigencias mínimas.
Curiosamente, este
mismo decreto
Wert de creación y reconocimiento de Universidades va a facilitar
la creación de nuevas Universidades privadas: elimina los tres requisitos que ahora se exigen para crear una
nueva Universidad (que aumente la población escolar, que se creen nuevas ramas
por los avances científicos y la cobertura de nuevas necesidades profesionales)
y ya no exige que la nueva Universidad
cubra las distintas ramas del conocimiento (Humanidades, Ciencias y Tecnología),
bastará con que ofrezca 8 titulaciones. Y reduce
las exigencias que tenía una nueva Universidad de personal, biblioteca,
material informático, instalaciones
deportivas y servicios comunes.
Con este nuevo
decreto, las autonomías tendrán mucho más
fácil autorizar nuevas Universidades privadas, lo que ya estaban
haciendo, en contra incluso del criterio del Ministerio y de la Conferencia
General de Política Universitaria, que han
elaborado informes negativos (no vinculantes) de Universidades privadas que se
han acabado autorizando. Y el temor es
que muchas
más nazcan en los próximos meses, antes
de que el PP pueda perder en mayo las elecciones en alguna autonomía. De hecho,
Ayuntamientos del
PP, sobre todo en Madrid y Comunidad Valenciana, se han volcado en promover
Universidades privadas: Torrent, Valencia, Alzira, Xátiva o Campello son
Ayuntamientos populares que han cedido
terrenos públicos para la
instalación de Universidades privadas. Incluso el Ayuntamiento
de Sant Joan d´Alacant (PP) compró una residencia de tiempo
libre para ceder la instalación a una Universidad privada (promovida por la
Universidad Católica de Murcia).
De hecho, las Universidades
privadas se han casi triplicado en España desde 1997 (de 12 a 32),
mientras en estos años no ha se ha
creado ninguna Universidad pública (hay 48 con docencia). Desde 2001 se han creado 14 Universidades privadas,
una por año, y ahora se van a abrir 5 más, 2 en Madrid (donde habrá el
doble de privadas que públicas). En conjunto, estas 32 Universidades privadas facturaron más de 1.000 millones de euros
en 2012, según
DBK (más otros 575 millones las 100 principales Escuelas de negocios). Es un sector muy concentrado,
donde las 5 primeras acaparan casi la mitad del negocio y donde sólo 11
Universidades superan los 10.000 alumnos: Universitat Oberta de Catalunya (fundación pública con estatus
privado, con 56.787 alumnos), Universidad
Internacional de la Rioja (online, con 19.000), Universidad Ramón Llull (18.500), Universidad Europea de Madrid (14.000), Universidad Adolfo X el Sabio (14.000), Universidad Católica de Valencia (13.501), Universidad de Deusto (13.173), Universidad
de Navarra (11.484), Universidad CEU-San
Pablo (11.436), Universidad Católica
de Murcia (10.455) y Universidad de
Comillas (10.011).
Muchas Universidades privadas tienen una sección
online y en otros casos se
crean Universidades privadas sólo online, que proliferan como hongos, en muchos casos con una oferta reducida y de discutible calidad.
Reconocidas oficialmente como tales hay
6 Universidades online: la pública
UNED (creada en 1972, con 185.000
alumnos), la semipública Universitat
Oberta de Catalunya (con 56.787 alumnos, promovida por la Generalitat) y
las privadas UDIMA (creada en 2006, con
4.000 alumnos), VIU de Valencia (1.500
alumnos, ahora en
manos del Grupo Planeta), Internacional
de la Rioja (2012, con 19.000 alumnos) y Universidad Internacional Isabel I de Castilla (Burgos 2012, con
2.500 alumnos). Pero hay otras 20 Universidades
privadas que ofrecen cursos y
masters online, además de centenares de
centros. Ahora se espera que las Universidades online proliferen
mucho más, ya que el decreto
Wert apenas repara en ellas, salvo para fijar el mínimo de profesores (1
por 100 alumnos frente a 1x25 en las presenciales). Las autonomías han pedido al Gobierno Rajoy que modifique
la norma y establezca más controles a las Universidades online, porque al operar en distintas
autonomías están menos vigiladas que las presenciales: la agencia ANECA las autoriza sobre el papel y hace el control sobre el terreno a los 7 años.
Al final, los recortes y subidas de tasas en las Universidades públicas han provocado un desvío constante de alumnos a las
Universidades privadas, que ya tienen
el 15% de los universitarios españoles (238,916 el curso pasado). Sólo en
el curso
2013-2014, las Universidades
públicas perdieron 45.241 alumnos (43.433 en Grados y 1.808 en Masters)
mientras las privadas ganaban 11.281
(5.352 en Grados y 6.029 en Masters). Varias son las razones de este
trasvase: más facilidad de acceso
(no hay selectividad ni notas mínimas), más facilidad para hacer prácticas en empresas y sobre todo que
la subida de matrículas en la pública (sobre todo en Masters) acercan los
precios a la privada, donde los alumnos
de Masters se han multiplicado por 10 desde 2006 (ya suponen el 27,7% del total). A cambio, sus precios son mayores (hasta 8.200 euros un Grado frente a 1.300 en
la pública), su oferta es menos
completa, hay menos profesores doctores
y muchas no tienen actividad
investigadora, por lo que “no
deberían llamarse Universidades”, según
algunos expertos.
Otro cambio que
prepara el ministro Wert puede dar un empujón definitivo a las Universidades
privadas: se estudia que las Universidades ofrezcan (voluntariamente) Grados
de 3 años (en vez de los 4 actuales) y Master de 2 años (en vez de 1), lo que aumentará el trasvase de
universitarios a la privada, para hacer Masters que se encarecen en la
pública. Y además, hará la Universidad más
clasista, ya que habrá menos
familias que la puedan pagar.
Al final, está bien
que España tenga Universidades privadas, como otros países. El problema surge
cuando se hace una política deliberada
de fomentar la Universidad privada en perjuicio de la pública (como también
hace el Gobierno Rajoy con la enseñanza
no universitaria, las guarderías,
la sanidad,
la Dependencia
o la seguridad, por ejemplo). Y además, se fomenta así
una “burbuja
universitaria”: en España no
sobran Universidades (en Reino Unido hay 241 Universidades, 1 por cada
253.000 habitantes; en EEUU hay 3.277, 1 por cada 94.000 habitantes; y en
España hay 80 Universidades, 1 por cada 581.250 habitantes) pero sí hay un exceso
de titulaciones (2.413 grados y 2.758 Master) y de Campus (236), en casi todas las capitales, ofreciendo lo mismo.
Y la oferta privada lo agrava: en la Comunidad
Valenciana, por ejemplo, había 5
Universidades públicas (con 207 títulos y 294 Master) en poco más de 100
kilómetros y ahora hay 6 Universidades privadas más (con 65 títulos y 63 Master
más). Y algo parecido pasa en Madrid, Barcelona y País Vasco.
Hay que poner orden
en la Universidad, clarificando y
seleccionando la oferta, evitando anteponer la ideología a favor de los
negocios privados. Y dedicar más
recursos a la Universidad pública, que recibe
dos
tercios de recursos que en Europa (0,85% del PIB frente al 1,26% en UE-28)
para garantizar una enseñanza de calidad
al alcance de todos. Y luego, el que
quiera y pueda pagarse una Universidad privada, que lo haga.
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