El 1 de Mayo es
para la mayoría un fantástico puente
más que una celebración de la lucha de
los trabajadores por sus derechos. Pero no olvidemos una realidad:
tras 6 años de crisis, los trabajadores en
España pasan por su peor momento : casi 6 millones de parados, muchos contratos precarios, horarios
crecientes y horas extras gratis, sueldos
minieuristas, pérdida de poder adquisitivo y más
pobreza y desigualdad. Sobre todo para jóvenes,
mujeres y mayores de 55 años. Mientras, las empresas vuelven a ganar
dinero y aumentan sus márgenes más que las europeas. Y los sindicatos están débiles y desprestigiados. El problema
de fondo es que empresas y políticos han
utilizado la crisis para recortar derechos a los trabajadores, que serán difíciles de recuperar. Mientras, la recuperación va lenta y la última EPA ha sido un jarro de
agua fría al optimismo del Gobierno:
España sigue destruyendo empleo y el paro se
estanca: lo sufren 1 de cada 4 españoles activos, más de la mitad sin cobrar el desempleo y llevando más de un
año en paro. Hay que cambiar de política y reanimar la economía. Ya.
enrique ortega |
España ha crecido
algo en el primer trimestre de 2014, pero tan poco (+0,4%)
que se sigue destruyendo empleo,
según la última
EPA: hay 184.600 ocupados menos que a finales de 2013 y 93 de cada 100
empleos perdidos eran contratos a tiempo completo. Ahora hay
menos gente trabajando (16,95 millones de españoles, la cifra más baja desde 2002) en todos
los sectores y autonomías, salvo en el campo (+31.200) y en Andalucía (+41.700).
Aunque cayó el empleo, el paro bajó
ligeramente en el trimestre, sólo en 2.300 personas, porque cayó el número de personas
que buscan trabajo (activos, la mayor caída desde 2001), debido a que
salieron de España inmigrantes y españoles y aumentan los “desanimados”
(jóvenes que vuelven a estudiar, mujeres y mayores que ya ni buscan trabajo).
Con todo, el paro roza los 6 millones de
personas (5.933.300),
un 25,93% de los españoles en edad de trabajar, una tasa de paro más del doble que la zona euro (11,9%).Y que
sube al 55%
entre los jóvenes.
La EPA del primer
trimestre encierra cuatro datos
muy preocupantes sobre el paro. Uno, que 1 de cada 10 familias tiene a todos sus miembros en paro (1.978.900
hogares). Dos, que media España, el sur,
tiene una tasa de paro que supera el 30%: Andalucía (34,94%), Canarias (32,55%),
Extremadura (32,14%), Ceuta (31,56%) y Castilla la Mancha (30,30%). Tres, que más de la mitad de los parados EPA no cobran ya ningún subsidio: de
los 5.933.300 españoles que se consideran parados, sólo 2.750.074 (el 46,3%) cobraban
algún subsidio
en febrero (1,1 millones de parados cobraban la prestación contributiva de 823
euros al mes y el resto la asistencial de 426 euros). Sólo en 5 autonomías (Asturias, Cantabria, Extremadura, Galicia y
Navarra) hay más parados cobrando que sin
cobrar y entre las 14 restantes
destaca la bajísima cobertura de Murcia
(sólo 38% parados EPA cobran), Ceuta
(38,6%), Canarias (40,9), Aragón (41%) y Castilla la Mancha (41,9% cobran).
El cuarto
dato, el más preocupante, es que más de la mitad de los parados (3.657.600)
llevan más de un año sin trabajar. Y
de ellos, 2.419.400 llevan más de 2 años
en paro, lo que reduce drásticamente su empleabilidad
(al 11,7%). La mayoría de estos parados
de larga duración , que se han multiplicado
por 9 con la crisis, son padres de familia de entre 30 y 44 años (40% del
total), seguidos de mayores de 45 años (35%) y jóvenes (25% restante), la
mayoría con poca formación ( 55% del total de parados tienen sólo la ESO obligatoria) y que trabajaron en la construcción.
Tras el jarro de agua fría del primer trimestre, las previsiones apuntan a que 2014 será el primer año en que se creará
empleo neto desde 2007,
aunque poco porque el crecimiento apenas superará el 1%. Eso supondrá crear entre 110.000 y 170.000 empleos este año,
según distintas previsiones (patronal
CEOE y Fundación
BBVA), aunque el FMI lo
recorta a 42.000 empleos y el Gobierno promete crear 102.811 empleos en 2014 y otros 468.400 empleos entre 2015 y 2016, según el nuevo cuadro macroeconómico. La clave no es sólo la cantidad sino el tipo de
empleo: temporal
y a tiempo parcial, con lo que se pueden ofertar dos empleos por cada
puesto de trabajo y con una gran rotación, de muchos contratos
para el mismo puesto. En el primer
trimestre de 2014, aunque la afiliación a la SS aumentó en 150.000
personas, se firmaron 3,5 millones de contratos, el 91,3% temporales y un tercio
de ellos a tiempo parcial.
Con ello, el poco
empleo que se crea es temporal y muy
precario, mucho a media jornada, por días incluso. Eso refuerza el
hecho de que España sea el
país con más precariedad de Europa. El 24 % de los contratos son ya temporales, frente al 14,1% en Europa.
Y el porcentaje es mucho mayor entre los jóvenes
(65% temporalidad frente al 43% en la UE) y las mujeres (26,1% frente al 23,9% los hombres). Y se ha disparado el empleo
a tiempo parcial: ya supone el 16,02% de los contratos (inferior al
19,5% de Europa) y lo peor es que la
mayoría de estos 2,7 millones de trabajadores
subempleados (media jornada, por horas, días, sustituciones…) lo hacen porque no encuentran otra cosa: el
63% querrían trabajar a tiempo completo (sólo les pasa a un 28% en Europa).
Otra forma de precariedad son los trabajadores que se hacen falsos
autónomos, para seguir trabajando desde fuera a su costa (arquitectos,
ingenieros, periodistas, docentes, agentes de seguros, turismo…). Y una larga
cadena más de trabajadores de tercera: subcontratados en
cadena, becarios,
empleo
negro, inmigrantes
ilegales…Todo con tal de trabajar en algo y llevar algún dinero a casa.
Dinero que cada vez es menor: los nuevos empleos se remuneran peor que los puestos ya cubiertos. Desde
2010 están bajando los salarios
y en 2013, un tercio de los convenios han firmado congelación o rebaja de
sueldos. España es el
tercer país europeo donde los sueldos han
perdido más poder adquisitivo entre 2010 y 2013 (un -7%), tras Portugal
(-12%) y Grecia (-23%), mientras aumentaba en Alemania (+2,5%).Y según
la Comisión Europea, los costes laborales seguirán
cayendo en 2014 y 2015, mientras la patronal CEOE dice que los sueldos no
subirán hasta 2016. Actualmente, el sueldo más frecuente son 15.500
euros al año, según el INE,
pero 7,5 millones de trabajadores (más de la mitad de los 14 millones de asalariados)
declaran a Hacienda ganar
menos de 1.000 euros al mes. Y la mitad son minieuristas:
ganan entre 400 y 1.000 euros al mes.
Pero no sólo es que haya muchos contratos basura y sueldos
de miseria. Además, la reforma
laboral ha empeorado las condiciones laborales de la mayoría de
trabajadores: las empresas están modificando
horarios, se hacen cada vez más horas
extras gratis (una media de 12 minutos semanales por empleado), crecen los becarios que
trabajan sin darles de alta y muchos empleados
van
a trabajar enfermos por temor a
perder su empleo: ahora se
puede despedir a un trabajador si falta, aún con baja médica, 10 días en
dos meses. Con todo ello, España es el cuarto país europeo que más
horas trabaja (por detrás de Austria, Portugal y Grecia): 1.690 horas
frente a 1.433 en Alemania (-20%), 1.476 en Francia o 1.625 en Reino Unido.
Trabajamos más con menos
sueldo: 1.639 euros brutos mensuales de media (2012), un 15,34% menos
que la media europea (1.936 euros brutos al mes).
Trabajos precarios y
sueldos bajos mientras las empresas
recuperan sus beneficios: las 35 del IBEX los aumentaron
un 57% en 2013 (sin Bankia),
tras despedir
a 120.809 personas en el segundo semestre. Y este año esperan aumentar sus beneficios
un 81%. Es el fruto de la subida de márgenes durante la
crisis, un 0,24% por
encima de las demás empresas europeas.
Con todo, las empresas
españolas no se conforman con la normativa laboral que les ha puesto en bandeja el Gobierno Rajoy. Piden “más
flexibilidad”. La patronal
CEOE ha pedido eliminar las restricciones a encadenar contratos temporales (ahora no se pueden tener más de 2
años), facilitar la conversión
de contratos a tiempo completo en contratos a tiempo parcial y poder hacer
contratos pagando menos
que el salario mínimo (645,30 euros, casi la mutad que los 1.430 de
Francia o los 1.360 euros de Alemania). Su
batalla tras las elecciones
europeas se va a centrar en arrancar
al Gobierno los “minijobs”,
contratos temporales de formación que pagan
por debajo del salario mínimo. Y cuentan con el apoyo de la Comisión
Europea y el FMI,
que llevan meses pidiendo más
flexibilidad, una “vuelta
de tuerca” a la reforma laboral.
En definitiva, todo apunta a que la precariedad
laboral va para largo, empujada por un empleo escaso frente a millones de
personas necesitadas de “trabajar
en lo que sea y como sea”, sobre todo jóvenes
(55,48 %
de paro y 1.865.000 que ni estudian ni trabajan), mayores
de 55 años (casi 3 millones son ni-ni-ni: ni trabajo, ni paro ni
pensión) y mujeres
(trabajan sólo la mitad de las que podrían,
cobran un 22,5% menos y tienen más
paro que los hombres).
La mayor precariedad
laboral atenta
contra la ansiada recuperación
económica, porque los empleos basura
y los sueldos minieuristas desalientan
el consumo, clave para que las empresas
vendan y creen empleo. Y con la
mitad de los españoles ganando menos de 1.000 euros al mes, como dice
Eurostat, resulta también más difícil
recaudar impuestos y cotizaciones para pagar
las pensiones y el Estado del Bienestar. Hay que cambiar de política laboral y buscar empleos más estables y
mejor pagados, a cambio de trabajar con más productividad. Un país moderno
y europeo no puede aspirar a competir en el mundo con un modelo
laboral de Marruecos o China, sino con una economía asentada en la industria, la tecnología y
las grandes empresas, con trabajadores formados y satisfechos, no con
personas subempleadas, explotadas y mal
pagadas, que trabajan a disgusto.
Es falso que la precariedad laboral y los salarios
miserables sean necesarios para recuperar la economía y el empleo: van
en contra. Lo que pasa es que muchos empresarios,
políticos y economistas fundamentalistas han aprovechado la crisis
para recortar los derechos de los
trabajadores, para cambiar
a los padres con empleo estable
por los hijos con contratos basura a mitad de precio. Y pretenden que eso siga así en el futuro, aunque la economía mejore: mucho empleo temporal, salarios bajos y
libertad total para determinar las condiciones de trabajo, con la excusa de
competir mejor. Esto es lo grave. No podemos perder en una década los derechos ganados en más de un siglo con muchos sacrificios. Ese es el espíritu del 1 de Mayo.
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