Hoy hace cuatro años,
Zapatero presentó los primeros recortes de la democracia,
presionado por Bruselas. Después, Rajoy
ha hecho seis ajustes más. El balance es sangrante: recesión, 1.800.500 empleos perdidos y casi 6 millones de parados, mientras la mitad de los
españoles ingresan menos de 1.000 euros al
mes. Y encima, Rajoy no ha cumplido
con el déficit en 2012 y 2013. Lo peor es que estos ajustes eran innecesarios:
España recauda menos que Europa y si
ingresara lo mismo, tendríamos 90.000
millones más y no harían falta recortes. Nuestro problema no es el gasto sino que ricos, bancos y empresas no pagan
lo que debían. En lugar de afrontarlo, el Gobierno promete bajar impuestos
en 2015 (elecciones).Pero Bruselas acaba
de decirle que tiene que hacer más recortes: 20.000 millones para 2015.Y también lo dijo el FMI. Si sigue la tijera, peligra la recuperación.
Vayan por otro camino: ingresen más.
enrique ortega |
El 12 de mayo de 2010,
Zapatero fue al Congreso y anunció
un tijeretazo de 15.000 millones en año y medio: congelar pensiones, bajar
5% sueldo funcionarios, quitar cheque bebé, subir impuestos y recortar la
inversión pública. Año y medio después, Rajoy
profundiza
en los recortes, 50.000
millones en tres años: fuerte subida
de impuestos, 400.000 despidos
públicos, recortes en desempleo,
sanidad, educación, dependencia y gastos sociales, bajada de salarios,
congelación de pensiones y sueldos
funcionarios y desplome de la inversión
pública, más una drástica reforma
laboral que ha devaluado salarios y trabajo, con la mitad de los españoles ingresando ya menos de 1.000 euros, según
Eurostat.
El balance de
estos cuatro años de recortes es bien
conocido: la economía española (que estaba recuperándose a principios de 2010)
entró en una segunda recesión, cayendo -2,9%
entre 2010 y 2013 (-22,9% Grecia y -4% Portugal) mientras Europa crecía +3,3%
en esos años (y Alemania un +8,4%). Con los recortes, se han destruido 1.800.500
empleos (dos tercios Rajoy) y el paro roza los
6 millones (1.278.000 más desde 2010, la mitad con Rajoy). Y los que tienen
empleo o pensión han perdido poder
adquisitivo (-7%, la tercera mayor pérdida en Europa tras el -12% de
Portugal y el -23% de Grecia), mientras aumentaba la pobreza
(13,1 millones de españoles) y la desigualdad
(somos el
2º país más desigual de la UE).
Tanto sacrificio
para que Rajoy no haya cumplido con el déficit prometido a Bruselas, ni en 2012 (6,7% frente al objetivo del
5,3%) ni en
2013 (6,62% frente al 6.5% prometido). Y eso porque la recesión ha
provocado un desplome
de la recaudación: los recortes y la caída del empleo y los salarios reducen
el consumo, se recauda menos y hay que
hacer más recortes. Es el círculo
vicioso de la austeridad, en el que llevamos atrapados 4 años.
España tiene
además un problema propio, estructural,
que Bruselas reitera y el Gobierno no quiere ver: somos el segundo país del euro que
menos recauda, tras Irlanda (“paraíso fiscal”). En 2013, España
ingresó un 37,8% del PIB, frente al 46,8% de la zona euro. Son 90.000 millones menos de recaudación que
la media. Eso se debe a que tenemos más
fraude fiscal, porque hay sectores que pagan menos de lo que
debían: el 90% de los ingresos proceden de las rentas medias y bajas y
sólo el 10% de los más ricos, rentas de capital y empresas. De hecho, la banca sana
ha pagado este año sólo un
4,95% de su beneficio bruto y las grandes empresas sólo pagaron un 4,13% de
sus beneficios en 2012, según los Presupuestos. Y las multinacionales,
ni eso. Y los ricos que tienen una SICAV,
pagan el 1% de impuestos.
Luego es un
mito que en España se paguen muchos impuestos: pagamos mucho los que vivimos de un sueldo o de una pensión, no el resto. Y otro mito es que España
gasta mucho: el gasto público
suponía en 2013 el 44,8% del PIB, frente al 49,8% de la UE-28, según
Eurostat. O sea que gastamos unos
50.000 millones menos de media que el resto de Europa. En definitiva, que
si España tiene el tercer mayor déficit de la zona euro (tras Grecia
e Irlanda), no se debe a que el Estado gaste más (gasta menos) sino a que recauda mucho menos, a que tenemos
mucho fraude fiscal, ilegal (economía sumergida) y legal (demasiadas
deducciones). De hecho, los técnicos de
Hacienda (Gestha) estiman que se podrían ingresar 70.000
millones más cada año si los ricos, grandes empresas, bancos y
multinacionales pagaran lo que deben.
Por eso, Bruselas
lleva dos años diciendo al Gobierno Rajoy que tiene que subir
la recaudación, sobre todo el IVA
(subiendo el tipo del 10 al 21% a más productos) y los impuestos especiales (carburantes, tabaco y alcohol). Pero Rajoy va
por el camino contrario y ha prometido bajar
los impuestos en 2015 (año electoral) y 2016, aunque sólo
algunos: el IRPF (-5.300 millones) y sociedades (-2.200 millones), según el
Programa
de Estabilidad enviado a Bruselas. Eso sí, lo que no publicitan es que, a
cambio, van
a subir otros impuestos, según dicho Programa: el IVA sanitario (del 10 al
21% para gafas, lentillas, material y equipo sanitario, +427 millones en 2015),
los impuestos a carburantes
(1 enero 2015), los impuestos
medioambientales (+2.076 millones), la tasa
Tobin a las operaciones en Bolsa (+640 millones, retrasados a 2016), nuevos copagos
por servicios, subida de impuestos autonómicos (+3.047
millones entre 2015 y 2016) y subida de impuestos locales (+1.943 millones,
la mayoría por una futura subida
del IBI, por la posible actualización del valor catastral de las
viviendas).
Al final, probablemente paguemos
más, mientras hacen bandera de la bajada
de los impuestos que más se notan, sobre todo el IRPF. Pero Bruselas no se chupa el dedo y acaba de decirle
a Rajoy que las cuentas no salen: que si las subidas de impuestos hechas en
2012 hasta 2014 no se mantienen, en 2015 el
déficit será del 6,1% del PIB y no del 4,2% que promete el Gobierno. Y
tendrán que recortar
20.000 millones extras en el Presupuesto 2015. El FMI
también se lo dijo en abril: España
tiene que hacer más recortes en educación, sanidad, pensiones y
funcionarios. Pero Montoro y el Gobierno Rajoy, enfrascados en las elecciones
europeas, insisten que no
subirán impuestos. Al final, no
salen las cuentas y Bruselas les obligará a hacer más recortes y
conseguir más ingresos.
Hay otro camino: subir los ingresos públicos, no
tocando los impuestos a la mayoría. Se podrían ingresar
50.000 millones más reduciendo el
fraude legal (recorte deducciones en sociedades e IRPF) y haciendo pagar más a las grandes fortunas,
grandes empresas, bancos y multinacionales. Recaudando como el resto de Europa. Para ello sólo hace falta decisión
política y más
medios: España tiene 1 funcionario por cada 1.928 contribuyentes
frente a 860 en Francia o 729 en Alemania. Y recaudando más, no habría que hacer más recortes e incluso se
podría gastar más en educación, sanidad, empleo, tecnología y gastos sociales, como el resto de
Europa.
Este es el debate que ahora se oculta: si no se hace una reforma fiscal de verdad, que haga
pagar más a los que pagan poco, las cuentas no salen y Bruselas
nos obligará a más recortes, no sólo en 2015 (-20.000 millones)
sino en
2016 (-14.000 millones) y
2017 (-17.000 millones). Y tres años más de recortes serán otro torpedo
para la incipiente recuperación y para el empleo. De hecho, el cuadro macroeconómico
enviado por el Gobierno a Bruselas espera crear
sólo 102.800 empleos este año y 206.800 en 2015 (es
falso que vayan a crear 600.000 empleos estos dos años),
insuficientes para compensar los 1.017.800 perdidos en 2012 y 2013.
Así, Rajoy despediría esta
Legislatura con una pérdida neta de -708.200 empleos y con 5.330.000 parados. Una barbaridad.
Y si hay más recortes, más parados.
En definitiva, el Gobierno trata de ocultarnos con sus cifras
optimistas que España tiene un problema
de fondo: recauda poco y así no hay Estado del Bienestar que
aguante. Y sin ingresos suficientes, vamos
de recorte en recorte, a costa del crecimiento, el empleo y el nivel de vida de
la mayoría. Hay que afrontar que hay
mucho fraude fiscal, que los que más tienen pagan poco y así no salimos del bucle. Pero parece
difícil que el Gobierno Rajoy haga
pagar más a los “suyos”. Por eso, nos envuelve en el espejismo de que baja
impuestos, cuando lo que hace es
bajar algunos, subir otros y volver a congelar
sueldos de funcionarios, pensiones
(+0,25% para 2015, 2016 y 2017) y salarios (-0,5% en 2015 y 2016),
según el Programa
de Estabilidad. Y crecer tan poco como para no recuperar
los empleos que han perdido. Encima
quieren que les votemos.
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