España se la juega en Europa, pero ni Bruselas ni Alemania quieren tomar medidas
para reanimar la lenta recuperación del continente ni el grave desempleo en
España y la Europa del sur. El BCE
no se atreve a bajar tipos y dar más liquidez y crédito a la economía (como
EEUU), aunque la inflación está por
los suelos y el euro fuerte frena
las exportaciones. Alemania y la Europa del norte están cómodos con la situación, porque crecen algo más y tienen poco paro. No quieren hacer nada hasta que pasen las elecciones de mayo, porque temen
que sus electores les castiguen si
toman medidas (costosas) para reanimar
la economía europea, sobre todo el
estancado sur. Mientras, Europa
es la zona del mundo que menos crece,
tiene el mayor paro desde la postguerra mundial y en el sur siguen los
recortes, el paro y la pobreza. Un caldo
de cultivo nefasto para votar en
mayo a las europeas.
enrique ortega |
Europa no acaba de
despegar, tras salir el verano pasado
de la segunda recesión en esta crisis. Es el continente que menos
crece: prácticamente nada (0,1%) en 2013
(frente a +1,9% EEUU, +1,7% Japón y +4,7%
los países en desarrollo). Y tiene un nivel
de paro histórico, el más alto en Europa desde la postguerra
mundial: 10,7% en UE-28 y 12% en la zona euro (7,7% en 2008), aunque en
Alemania sea sólo del 5,1%. Y el problema es que para 2014 se espera una
recuperación muy débil: crecer el
1,1% (1%
dice el FMI), mientras EEUU espera crecer un 3%, Japón el 1,7% y los países
en desarrollo un 5,1%. Y dos países clave
están “tocados”: Francia, la
segunda economía del continente está creciendo en 2014 sólo
un 0,2%, en tanto Italia, la tercera, espera crecer este
año sólo
un 0,6%, mientras se temen convulsiones en los mercados por la penúltima crisis política italiana, tras la dimisión de Letta.
No es sólo que Europa crezca poco. Además, se le acumulan los problemas.
Por un lado, no hay apenas crédito
(cayó un 2,3% en 2013) y además, hay grandes
diferencias entre el norte y el sur: las
empresas españolas pagan
el doble por un crédito que las alemanas (6% frente al 3%). La
economía está tan parada que apenas hay
consumo y por eso, la inflación
está por los suelos (0,7% en enero), con riesgo
de deflación (bajada de
precios), algo que hundiría más a las
empresas, el crecimiento y el empleo. Y fortalecería más al euro,
que sigue disparado (por encima de 1,37 €/dólar),
debilitando las exportaciones, la válvula de escape de muchos países
(España). Y encima, la crisis
de las divisas de países emergentes refuerza al euro y dificulta
aún más las exportaciones, frenando el débil crecimiento esperado.
Por si fuera poco, Europa
sigue sin resolver el grave problema de los países
rescatados . La propia Eurocámara acaba de culpar a la troika (Comisión, BCE y FMI) de "haber agravado su paro y su pobreza". Grecia
parece necesitar un tercer rescate, a
cambio de más ajustes que le hundirán
más en la recesión (crecen las voces a favor de su salida
temporal del euro, como única solución). Portugal, con su economía hundida, puede necesitar también más préstamos, mientras Irlanda mejora por el peso de las multinacionales que no pagan
impuestos, pero con el resto de su
economía en grave crisis y un 25% de
empleo precario (minijobs). De Chipre y Eslovenia, con economías
quebradas, ni se habla. Y España,
a la que alaban sus “reformas” (recortes),
ha salido de la crisis pero sigue
estancada: apenas crecemos, no hay consumo, seguimos muy endeudados, no hay
crédito, no se crea apenas empleo y crece la pobreza y la desigualdad.
A punto de cumplirse, en
mayo, cuatro años de la política
europea de austeridad, impulsada por Merkel y los fundamentalistas
de Bruselas, el balance es un continente
estancado y una Europa del sur con
graves problemas, de bajísimo crecimiento,
mucha deuda y mucho paro
(28 % en Grecia, 26% en España o 15,4% en Portugal frente a 5,1% en Alemania),
que necesita con urgencia estímulos
para salir con más fuerza de la recesión: con el crecimiento previsto para 2014 (0,6-0,9%), España sólo crearía 60.000
empleos netos, según
el BBVA, para casi 6 millones de españoles sin trabajo. Un
drama.
Europa está paralizada, mirando de reojo a Italia. El sur desespera, mientras
Alemania y los países del norte está cómodos, con más crecimiento (bajo: Alemania creció 0,4% en 2013 y espera +1,7% en 2014), poco
paro y sin deudas. Y en medio, el BCE
lleva año y medio sin tomar medidas
(salvo bajar tipos en noviembre, al 0,25%), después de que en julio de 2012 salvara
al euro (y a España: no Rajoy)
anunciando que tomaría medidas si hacía falta para dar liquidez a Europa (como
EEUU), algo que no ha llegado a hacer.
El BCE puede y debe
tomar medidas para reanimar la
economía europea y facilitar que la Europa del sur crezca más y cree más empleo.
La primera, bajar
los tipos, aunque sólo sea del
0,25 al 0% (como los tiene EEUU), una medida
más “escaparate” (como mensaje a los mercados) que efectiva. Más efecto
tendría una nueva “barra de liquidez”,
facilitar dinero barato a los bancos
europeos, como en 2012, pero a
cambio de compromisos para que lo destinen a dar préstamos y no a
comprar deuda pública. Otra medida podría ser la compra de deuda pública en el mercado secundario, para dar
liquidez (como hace Estados Unidos desde 2009, ahora
reduciéndolo), algo a lo que se opone Alemania (sería una “redistribución de la riqueza”, dice el Tribunal
Constitucional alemán: ¡pues claro¡ ). Y sobre todo, tomar medidas efectivas para que el dinero cueste
lo mismo en toda Europa.
Si se facilita la
liquidez y el crédito, sobre todo en el sur, Europa crecerá más. Pero necesita además otro empujón de Bruselas, con un
Plan Marshall europeo lanzado por la Comisión Europea, que fomente inversiones productivas en los países del
sur, con los fondos estructurales y de cohesión, centradas además en planes de formación y de empleo
juvenil más ambiciosos que el
aprobado en 2013 (y no
puesto en marcha por Rajoy, para no subir el déficit) .
En paralelo a este necesario “empujón europeo”, España
debería poner en marcha un Plan
de urgencia contra el paro, centrado en un ambicioso programa de formación para parados
y en políticas
activas de empleo, con potentes incentivos para la contratación de jóvenes, mujeres y mayores de 45
años. Además, un Plan para reanimar la
actividad en sectores clave (industria,
turismo,
exportadores,
nuevas
tecnologías), junto a una mejora de
ingresos que facilite el consumo:
subida del salario mínimo (como
Merkel y Obama), ayudas a parados que
no cobran subsidio, rebajas fiscales
a las rentas más bajas, mejoras
salariales ligadas a la productividad, ayudas para la renegociación de hipotecas y un Plan contra la pobreza. Todo ello
supondría más gasto público, que
podría compensarse con mayores
ingresos fiscales (por lucha contra el fraude y más recaudación a ricos
y grandes empresas, además del aumento de ingresos derivado del mayor
crecimiento y empleo conseguidos).
España poco puede
hacer sola, si el BCE y Bruselas no
ayudan reanimando
la economía europea. Pero no
parece que estén por la labor y menos antes
de las elecciones
europeas de mayo. Draghi
(BCE) no
se atreve a actuar por
temor a Alemania, donde Merkel
evita proponer un mayor gasto en Europa, por ideología y por temor a que sus votantes piensen que les tocará
pagarlo. Y además, su situación económica le permite esperar y ver. Pero el sur, y sobre todo España (con más
del doble de paro que Europa) no puede esperar más. Urge un golpe de timón en Europa, acabar
con una austeridad
suicida y avanzar por otro camino, el de reanimar la economía: EEUU lo tomó en 2009 y han creado ya 8
millones de empleos.
Si el BCE, Bruselas y
Alemania no toman medidas, Europa
seguirá a la cola del mundo y el sur
seguirá languideciendo el resto de la década, con tasas de paro insoportables al menos hasta 2018, según el
FMI. Con más pobreza y desigualdad,
con dos Europas cada vez más distantes. Y con
más desencanto ante la política y ante las instituciones europeas. Si no
toman medidas urgentes, en estas elecciones ganarán
los radicales y euroescépticos.
Necesitamos soluciones desde Europa, no ajustes ni doctrinas. Si no
se ponen las pilas y actúan, para reanimar la economía y
crear empleo de verdad, no se quejen de los
resultados de las elecciones de mayo. Votemos en consecuencia.
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