El sueldo de los españoles sigue bajando. Y la Comisión Europea acaba de decirnos que bajarán también en 2014 y 2015. Con ello, se arriesga la débil recuperación, ya que si las familias ingresan menos o lo mismo, seguirán sin consumir, las empresas no venden y así no crecemos ni se crea empleo. Es algo sencillo que no entienden ni el FMI, ni Bruselas ni la patronal, que defienden seguir moderando los salarios, no para crear empleo (no se crea) sino para recomponer los beneficios empresariales, que crecen un 18% y se llevan ya más pastel de la renta que los sueldos. Después de devaluar los salarios cuatro años, para exportar mejor, es hora de pensar en otras cosas que sí mejoran nuestra competitividad: formación, innovación y tecnología, crédito, costes energéticos, más industria, organización del trabajo… Porque con salarios chinos ahogamos el consumo pero a la larga no competimos mejor. Sólo hay más pobreza y desigualdad. Así no habrá recuperación.
enrique ortega |
El año 2013 acaba como empezó: con recortes en los sueldos de los que trabajan. Los pocos trabajadores que firman convenios sectoriales (4,2 millones hasta octubre) han conseguido una subida media del 0,55%, pero a un tercio les han impuesto congelación o bajada de sueldos. Y lo mismo al 60% de los que han firmado convenios de empresa. El resto, sin convenio, aún peor. Con ello, los sueldos llevarán a final de año 15 meses cayendo. Y el coste por unidad de trabajo, que había subido hasta 2009 (a pesar de la crisis, provocando mucho paro) lleva ya cuatro años bajando, según datos de la Comisión Europea: 2010 (-1,7%), 2011 (-1%), 2012 (-3%) y 2013 (-1,3%).
España es uno de los 7 países europeos donde bajan los sueldos en 2013 (el que más, junto a Grecia y Chipre) y el tercer país cuyos salarios han perdido más poder adquisitivo entre 2010 y 2012, un 6%, tras Portugal (-10%) y Grecia (-20%), mientras crecía en Alemania (+1,5%). Y el coste laboral por hora trabajada en España (2011) es un 25,3% inferior a la zona euro: 20,6 euros por hora frente a 34,2€ en Francia, 30,1€ en Alemania o 26,8€ en Italia.
Con este recorte y congelación de sueldos, nos encontramos un país donde el sueldo más frecuente son 15.500 euros brutos al año (2011), según el INE. Y un país donde 7,5 millones de trabajadores (más de la mitad de los 13,7 millones de asalariados) declaran a Hacienda ganar menos de 1.000 euros al mes. Y la mitad de ellos son minieuristas: ganan entre 400 y 1.000 euros al mes, como fruto de la tremenda precariedad laboral. Los que tienen peores sueldos son los que entran nuevos a trabajar: ganan un 30% menos que sus compañeros de empleo, según un informe de Infoempleo y Adecco. Y a los que más bajan el sueldo, a los trabajadores de empresas en crisis (limpieza,concursos…)
Son datos doblemente injustos, porque contrastan con los beneficios empresariales, que crecen un 18% este año, según el Banco de España, mientras los bancos ganan un 80% más este ejercicio. Y los beneficios de las empresas del IBEX crecen un 12,9%, mientras 534 de sus directivos ganan más de un millón al año, 90 veces lo que sus empleados (en Europa hay una campaña, 1:12, para que nadie gane más de 12 veces). Lo más llamativo es que, con la crisis, los beneficios empresariales superaron en 2012 a los salarios (46,1% frente a 44,2%) en el reparto del pastel de la renta española, por primera vez desde 1982.
Los salarios no van a mejorar con la pretendida “recuperación”: los costes salariales seguirán cayendo en 2014 (-1,1%) y 2015(-0,6%), según el informe de otoño sobre España de la Comisión Europea, que vaticina nuevas pérdidas de poder adquisitivo de los trabajadores españoles:- 1,4% en los dos próximos años, a pesar de la baja inflación. Y también dice que, a pesar de este sacrificio, no se creará empleo neto en España hasta 2015.
La Comisión Europea, por boca del comisario económico Olli Rhen, ha reiterado este verano que España debe seguir con la moderación salarial y que quien la rechace es “culpable de que no se cree empleo”. Apoyaba así la tesis de “los hombres de negro” del FMI, que este verano recomendaron a España bajar un 10% los salarios para crear empleo y bajar el paro un 6% (¡al 20%¡). Lo mismo que predican el Banco de España, la patronal y numerosos expertos. Todos tienen en común dos cosas. Una, olvidan la historia económica: la caída de salarios hunde el consumo y el crecimiento. Dos, sus sueldos millonarios: 22.963 euros al mes(más dietas) Olli Rhen, 324.000 euros netos al año Cristian Lagarde (FMI) y 81.320 euros al semestre Luis María Linde (gobernador Banco de España). Todos ganan en un mes lo que un español medio en uno o dos años. Así es fácil pedir moderación salarial.
Pero, ¿sirve de algo la moderación salarial? Evidentemente, un país en crisis y con 6 millones de parados no puede tener los sueldos disparados, máxime si quiere competir con otros países. Pero hundir los sueldos tampoco es bueno, salvo para aumentar los beneficios empresariales. Primero, porque un problema agravado de España es el alto endeudamiento de las familias, que deben todavía 798.000 millones (618.500 en hipotecas). Y si no tienen ingresos, difícilmente lo podrán pagar, con lo que aumentan los morosos y los problemas de los bancos (peligrando la costosa reforma financiera). Segundo, con la congelación o caída de los salarios, las familias tienen muy difícil llegar a fin de mes y gastan lo imprescindible. Resultado: no hay consumo, que es el responsable del 60% del crecimiento en nuestra economía. Y sin consumo no hay ventas, las empresas no ingresan ni para pagar sus deudas y en lugar de crear empleo, lo reducen o cierran.
La devaluación de los salarios se justifica para ser más competitivos fuera y exportar más, algo logrado desde 2011, aunque en 2013 se estén desinflando las exportaciones (crecen menos), por el bajo crecimiento europeo y mundial. Pero aun así, las exportaciones sólo aportan el 21% del crecimiento español (un tercio que el consumo), sólo ayudan a 6 regiones (Navarra, Murcia, País Vasco, Cataluña, Galicia y Aragón) y benefician a 136.773 empresas de 3,2 millones (sólo 5.000 empresas concentran el 86% de las exportaciones). Y tan importante para exportar es la moderación salarial como la financiación (no hay) y la cotización del euro, que sigue por encima de 1,35 dólares, con lo que la moneda fuerte (sin que el BCE haga nada) se come nuestro sacrificio salarial.
Se ha repetido muchas veces, la última, este verano, la OIT: prolongar los recortes salariales pone en peligro el crecimiento (al caer el consumo) y el empleo, además de aumentar la pobreza (21,6 % de nuestros hogares) y la desigualdad. Y como se ve, no ayuda a crear empleo: en los dos años de Gobierno Rajoy se han perdido 1.230.000 empleos, a los que habrá que sumar otros 30.000 en 2014 (123.000 según el FMI). Es hora de cambiar de política, de reanimar el consumo con ligeras subidas para los sueldos más bajos y medios, congelando y bajando los más altos. Y mejorar la competitividad por otras vías: recorte otros costes (energía, transportes), crédito accesible y barato, más formación, más innovación y tecnología, mejora de productos, nuevos modelos de negocio, más industrias y empresas de mayor tamaño, mejor organización del trabajo, más integración laboral…
No todo pueden ser los salarios. España no puede aspirar a ser la China de Europa. Hundir los salarios puede ayudar a la exportación, pero luego hace falta competir con algo más que precio, con producto, innovación y calidad. Y dentro, no podemos aspirar a una economía low cost, donde compremos de saldo a costa de sueldos de miseria. Muchos empresarios buscan aprovechar la crisis para recomponer sus beneficios a costa de sus trabajadores, acuciados por el miedo al paro. Pero así, con empleados malpagados y desmotivados no se compite. Sólo se sobrevive un tiempo. Pero ya llevamos 4 años y lo que nos queda. Hay que montar los negocios sobre sueldos dignos, porque si exigen sueldos chinos es que no son viables. Y además, si hunden aún más los salarios, no saldremos de la crisis. Sólo seremos más pobres.
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