El gasto sanitario va a ser el próximo recorte en Europa, tras el gasto público y las pensiones. Ya lo han anticipado los ministros de Economía de los 27, que en diciembre recomendaron el copago y medidas de ahorro “para evitar la quiebra del sistema”. Pero entre tanto, en España, cada autonomía trata de tapar sus agujeros presupuestarios y ha empezado a meter la tijera en la Sanidad, que se lleva la tercera parte de sus presupuestos. A la chita callando, todas han recortado este año su gasto sanitario en una media del 4,11 %. Y se vuelve a hablar del copago. El problema es que la bola de la deuda sanitaria crece sin parar, porque gastan mucho y las transferencias de fondos son insuficientes. Y nadie le pone el cascabel al gato. No se trata de gastar menos, ya que España está a la cola de Europa en gasto sanitario. Se trata de ahorrar y gastar mejor para salvar nuestra Sanidad.
Ahora nos encontramos con un grave problema, que es doble. Por un lado, la pelota de la deuda sanitaria supera los 10.000 millones de euros, que las autonomías deben a los laboratorios y las farmacias (40%) y a los proveedores de servicios y tecnología, a los que pagan con meses de retraso, causándoles graves problemas. Por otro, como la sanidad se lleva un tercio del Presupuesto de las autonomías, todas buscan tapar sus agujeros recortando también el gasto sanitario. Así, para 2011, las autonomías han recortado el gasto sanitario per cápita en 55,37 euros (-4,11%), dejándolo en 1.288,58 euros, según la FADSP. Los mayores recortes los han hecho Canarias (-12,3%), Cantabria (-8,5%), Extremadura (-7,8%) y La Rioja (-6,6%), aunque los que más se han aireado son los recortes de Cataluña (850 millones en Sanidad), que va a recortar servicios y dejar de hacer 2 hospitales. Otros quieren cobrar las meriendas o van a cerrar quirófanos por las tardes para no pagar horas extras, por ejemplo.
Lo primero que hay que decir es que la sanidad española es buena y barata, según todos los estándares internacionales: el último ranking internacional de calidad del sistema sanitario elaborado por la revista Newsweek sitúa a España en el tercer lugar del mundo, tras Japón y Suiza y empatada con Suecia. Y nos cuesta 2.902 dólares por habitante, menos de la mitad que la de Estados Unidos (7.538) y menos que la sanidad de la mayoría de países europeos, desde Suecia (3.470) a Reino Unido (3.129),pasando por Francia (3.696) o Alemania (3.737). El problema es que nuestro gasto sanitario ha crecido mucho en los últimos años: un 6,6 % interanual en los últimos seis años. Y que desde que la sanidad está transferida a las autonomías (2002), se ha ido acumulando una deuda, debido a que las transferencias desde el Presupuesto han sido cicateras y a que ellos han gastado más de lo previsto.
Estos recortes son a la chita callando y cada autonomía por su cuenta. El PP intentó aprobar en el Senado, el 24 de enero, una moción para resolver la deuda sanitaria y garantizar la financiación del Sistema Nacional de Salud (SNS) y se quedó sólo. El Gobierno trata de obviar el problema, pero antes o después le va a caer encima (y a nosotros). Primero, porque Europa presiona, con la amenaza del copago detrás. Y sobre todo, porque el gasto sanitario va a seguir creciendo, por dos razones: la tecnología sanitaria es cada vez más cara y la población vive cada vez más años, con lo que crecerá el gasto. Basten dos datos. En 2060, un tercio de la población española tendrá más de 65 años (17 millones frente a 8 hoy) y un 14% más de 80 años (8 millones frente a 2 ahora), según un informe de la UE.Y la OCDE estima que el gasto sanitario de los mayores de 65 años es cuatro veces superior a los de menos edad.
España gasta menos en Sanidad que el resto de Europa, pero las previsiones son que el gasto crezca mucho en las próximas décadas, aquí y en los demás países. El periodo crítico, según la UE, será a partir de 2030 y por eso piden medidas ya, con tiempo. Es mejor ponerse las pilas y no esperar a que nos lo impongan, como con las pensiones. Lo más urgente es sanear la sanidad, tapar el agujero de la deuda con un crédito extraordinario. Y a medio plazo, si queremos evitar el copago, hay que hacer un pacto sanitario para gastar menos y gastar mejor, con unos presupuestos realistas. Hay que reducir el gasto farmacéutico, que supone un 22% del gasto sanitario, con medidas para atajar el despilfarro de los medicamentos. Y hay que gestionar mejor la sanidad, desde la política de personal (aumentar horarios, reducir el absentismo y el exceso de contratos temporales, introducir incentivos y despolitizar la gestión) a la política de compras, pasando por reducir la sobreutilización de nuevas tecnologías y tratamientos (según la OMS, un 20-40% del gasto sanitario es ineficiente) y potenciar la atención primaria y la prevención.
Y por encima de todo, hay que pactar con las autonomías un Plan integral de Salud, que unifique servicios, costes y financiación. No es posible que haya 17 políticas sanitarias, que un médico andaluz reciba 45 pacientes al día y uno navarro atienda a 29, que en Valencia haya 2,69 camas por 1.000 habitantes y en Cataluña 4,50, que una embarazada tenga cubierta la atención dental en Extremadura y en el resto de España no, que un pensionista pueda comprar gratis determinado medicamento en cualquier farmacia menos en Galicia…Que el País Vasco o Navarra se gasten 560 euros más en sanidad por habitante (+56%) que Baleares o Madrid.
Hace falta poner orden en la sanidad, antes que lo hagan desde fuera. Y cuanto más tardemos, será peor, ya que los recortes se hacen cada día, los sufrimos todos y empeoran nuestra sanidad. Habrá que esperar a que pasen las elecciones de mayo. Pero no mucho más
La sanidad es algo que a todos nos interesa pero nadie se quiere mojar en lo referente a sus reformas, también hay que tener en cuenta que aunque seamos un único país parecemos muchos y muy desunidos, ya que cada uno hace una política sanitaria diferente según sus intereses y lo que más convenga a la comunidad sin pensar en lo que hagan el resto. Por eso yo me pregunto:¿no sería mejor una política común bien planteada? De ese modo en todos los lugares podríamos tener las mismas oportunidades, las desigualdades existirían pero en mucho menor medida y no solo en materia de las oportunidades que nos ofrece la comunidad, sino también en el reparto del presupuesto del estado.
ResponderEliminarOtro tema importante es el de los medicamentos, en España se gasta gran parte del presupuesto en los medicamentos, cuyo uso con prevención y hábitos de vida saludables en algunos casos se podría evitar y de esa manera reducir la deuda con los laboratorios farmacéuticos.
Como se dice en el artículo España es de los países que menos gasta en sanidad, pero también es uno de los países en los que sus médicos tienen un salario más bajo.
Como conclusión final diría que España necesita dos cosas, unión en la política sanitaria y unos hábitos de vida más saludables.
Qué pena y miedo me produce leer que Europa va a recortar la sanidad. Pena porque creo con toda seguridad que habrá otros gastos que podrán sufrir recortes antes que la sanitaria y miedo porque irá en perjuicio de enfermedades que no son comunes, que sólo la tienen unas pocas personas y como no serán rentables no investigarán en ellas y los dejarán sufrir porque no sabrán a que se debe esa enfermedad, como frenarla ni como curarla.
ResponderEliminarEn España si algo tenemos bueno es la Sanidad Pública, de reconocido prestigio internacional con buenos profesionales y con los medios adecuados. Por eso si se sufren recortes, seguramente los hospitales y clínicas no podrán adquirir las nuevas tecnologías para poder realizar los trabajos sanitarios que cada paciente precise. Los profesionales cargados de trabajo ya de por sí se verán que tienen que atender a mayor número de enfermos sin casi tiempo para poder atenderlos en condiciones dignas.
A mis padres en la nómina cada mes le descuentan una cantidad de dinero en concepto de seguridad social, y ellos dicen que es el dinero que menos les duele que les retengan y dicen que lo bueno sería pagarlo para no usarlo, porque eso querrá decir que estamos sanos, pero en el caso contrario si alguno de la familia estamos malos, lo que mis padres querrán es que tengamos acceso a todos los medios disponibles para solucionar nuestros males o enfermedades, a estar bien asistidos y atendidos y sobre todo curarnos, pero si llega el caso como ocurrió con mis abuelos, que tengan una muerte digna, sin sufrir, y con el convencimiento de que se ha hecho todo por el enfermo, y que no nos quede el temor y la angustia de pensar “si lo hubiera llevado a este hospital, igual estaría vivo” o frases como esa.
Algunos hospitales españoles cuando dan el alta a sus enfermos les dan una factura valorada de lo que ha supuesto su internamiento en el hospital para concienciar de lo que supone estar un tiempo ingresado. Pero los que están enfermos, no lo están por gusto.
En el Hospital Provincial de Zaragoza también llamado Hospital Nuestra Señora de Gracia era el hospital de la beneficencia, ahí acudían los que no tenían seguridad social, y les hacían pagar una cantidad simbólica que era una peseta. Los demás hospitales atendían a las personas que cotizaban o pagaban a la seguridad social. Algunas personas creen que los que no cotizan deberían pagar el importe de los gastos generados ya que últimamente con la llegada de inmigrantes a España, y con la economía sumergida que hay, tenemos una gran cantidad de personas que no cotizan y que hace uso de los servicios sanitarios sin contribuir para nada en el gasto generado.
Me produce terror que puedan cortar partidas sanitarias porque irá en perjuicio de todos, lo que se puede hacer es que se pague por algún servicio preventivo, también por los que llamamos estéticos y controlar el gasto en medicamentos.
Otra solución es tener hospitales especializados para no tener equipos sanitarios en todos hospitales para que estén casi sin rentabilizar, quiero decir con esto por ejemplo como se hace en Zaragoza, el Hospital Miguel Servet, está especializado en Pulmón y Corazón y la unidad de quemados, la Maz, en accidentes… así encontraremos los medios para enfermedades concretas en un solo hospital y no en todos para no darle casi uso y así disminuimos gasto. Y que los hospitales colaboren entre ellos para un mejor funcionamiento.
Y por favor, si se debe recortar, que eso no implique un peor servicio.
Mónica Garcés Palacios, IES Jerónimo Zurita 1011B1D08