Mi padre decía que había que estudiar “para ser un hombre de provecho”. Ahora, nuestros hijos estudian primero porque les obligamos y luego porque buscan hacer algo que les guste y con lo que puedan conseguir trabajo y ganar dinero. Pero resulta que cuatro de cada diez jóvenes no encuentra trabajo. Y de los que consiguen un empleo, más de la mitad no tiene que ver con lo que han estudiado, o bien porque están poco cualificados o bien porque les sobra formación para el empleo que han encontrado. En resumen, que la mayoría fracasan, acabando en el paro o con un mal empleo. Y el país despilfarra en educación, ya que no se enseña para el trabajo.
España es el país occidental con mayor porcentaje de universitarios: un 29% frente al 27 % de media de la OCDE.Y ello es el fruto del gran crecimiento de universitarios en las dos últimas décadas: un 8% anual entre 1998 y 2006, casi el triple que en Estados Unidos (3%), Francia (3,5%), Reino Unido(3,75%) y muchísimo más que Alemania (0,5%). En estos años, todos los españoles querían que su hijo fuera universitario y han proliferado como setas las Universidades, públicas y privadas, que han acabado siendo “fábricas de parados cualificados”.
El problema ha sido que mientras formábamos a más universitarios que nadie, la economía y el tejido empresarial no creaban suficientes empleos cualificados. Y los universitarios han tenido que trabajar en lo que han podido, con ejemplos clamorosos de ingenieros trabajando de jardineros o economistas de cajeras de supermercado. España es el país occidental con más porcentaje de empleados sobreeducados, un 25% de la población ocupada, que tiene un empleo por debajo de su formación, frente al 12% en la OCDE, según un estudio de FUNCAS. La consecuencia es un salario inferior al que debían tener, crisis de autoestima, baja productividad, absentismo… Y un despilfarro como país, que ha gastado millones en formarlos durante más de 20 años.
En el otro extremo, España es también uno de los países con más porcentaje de personas con poca formación: la mitad de los españoles (49%) no tienen acabado el 2º ciclo de secundaria, frente al 30% en la OCDE. Somos líderes (tras Malta y Portugal) en abandono escolar, un 32% de los jóvenes en la educación obligatoria. Con esta baja formación, España se coloca entre los países con más porcentaje de empleados infraeducados, un 32% según el estudio de FUNCAS. Un amplio colectivo que gana menos que sus colegas por no tener el bachillerato, aunque el problema tiene mejor arreglo que el de los sobreeducados: pueden formarse, los universitarios no pueden dar marcha atrás.
Al final, un sistema educativo ineficaz y una economía poco competitiva nos llevan a que sólo un 43% de los empleados tienen una formación adecuada a su empleo en España. Y a que un 40% de los jóvenes menores de 25 años estén en paro. El sistema educativo está en crisis, sobre todo en la enseñanza secundaria, con lo que 645.800 jóvenes, de 16 a 29 años, forman la generación ni-ni: ni estudian ni trabajan, según Estadística (EPA).
Hay que buscar una solución urgente a este desajuste entre estudios y trabajo, un despilfarro económico y humano que tiene un alto coste para el futuro de nuestros hijos. Hay que reformar la enseñanza secundaria (el nivel de los niños españoles de 15 años es de los más mediocres de Occidente, según el informe PISA), hay que ajustar la Universidad a la empresa y al trabajo, hay que fomentar la Formación Profesional y hay que estudiar para trabajar. Esto exige poner la educación como primer objetivo del país, junto a salir de la crisis. Si no, nuestros hijos seguirán estudiando para el subempleo y el paro.
Estoy de acuerdo con usted. Todos los padres desean que sus hijos tengan una formación y preparación para su vida, desean que tengan más estudios que ellos y siempre enfocan la vida escolar para que sus hijos tengan una buena “carrera”, siempre se ha visto como las personas que han optado por la Formación Profesional (ahora Ciclos Formativos) eran aquellos que no “valían” para estudiar, es más todavía en muchos centros educativos cuando se hace la junta de evaluación, a aquellas personas que tienen un menor nivel, les orientan para realizar la FormaciónProfesional.
ResponderEliminarPero la realidad es que los Módulos Profesionales han dado al mundo laboral gran cantidad de profesionales muy bien preparados y que en las empresas han aprendido y aportado muchísimo gracias a la Formación en Centros de Trabajo. Muchos de los alumnos se han quedado a trabajar en las mismas empresas en las que han completado su formación.
Hoy en día vemos como los “tontos” de la Formación Profesional están trabajando y ocupando cargos de prestigio, mientras los que valían para estudiar, (SOLO Teoría en las universidades) están en puestos de barrenderos, basureros, camioneros, administrativos, peones o sobre todo están en el PARO.
Las universidades son una fábrica de desempleados, mientras que la Formación Profesional, la gran olvidada en partidas presupuestarias, la familia pobre de la educación, es la que está trabajando y luchando contra la crisis. Hay que fomentar más la Formación Profesional, dignificarla, dotarla de los recursos que carece, orientar a los hijos o alumnos a que estudien aquello que más les guste o más habilidades tenga o demuestre (no lo que los padres quieran).
Mi madre, estudio Formación Profesional de Administrativo y Comercio, aprendió mucho en su paso por el Instituto de FP (realizar documentos: albaranes, facturas, contabilidad, balances, asientos contables….) también estudió en la Universidad pero no realizó prácticas de documentos como en el Instituto de FP donde los estudios eran más reales a la vida normal. Lleva 25 años dando clases de módulos de Comercio y comercio Internacional, lleva las prácticas en empresas y casi siempre el 85% de los alumnos han encontrado trabajo de “lo suyo” normalmente en las empresas en las que han hecho las prácticas, hasta el curso 2009-2010 en los que se colocaron un 35% solamente de los alumnos en empresas por culpa de la crisis económica que estamos pasando ya que esta afecta a los ciclos de formación profesional, pero no tanto como a la universidad.
Mónica Garcés Palacios, IES Jerónimo Zurita 1011B1D08
Yo también me he hecho esa pregunta en numerosas ocasiones, para qué estudiar una carrera si luego no voy a tener el trabajo por el que he estudiado y me he esforzado tanto. Cuando era pequeña, mi padre me decía que si no quería acabar limpiando escaleras estudiara una carrera, ahora, muchos padres también le dicen eso a sus hijos señalando a un barrendero o a una cajera del McDonald’s, pero el caso es que ingenieros o abogados están trabajando en estos oficios que están claramente muy por debajo de sus capacidades.
ResponderEliminarEn el artículo dice que las universidades son una “fabrica de parados cualificados”, estoy de acuerdo, creo que hoy en día, muchos jóvenes que se acaban de sacar la carrera dicen “Adiós vida universitaria, hola paro”. En el artículo también se hace el contraste de que en España tenemos el mayor porcentaje de universitarios pero a su vez, es uno de los países con personas que tienen poca formación, son unos datos que llaman bastante la atención.
Cada vez los jóvenes se incorporan más tarde al mundo laboral debido a las condiciones en las que estamos, creo que hay otros factores que también influirán en un futuro no muy lejano como por ejemplo el retraso en la edad de jubilación. Muchos puestos de trabajo van a estar ocupados durante más tiempo, con lo que habrá jóvenes que no puedan acceder a ellos y habrá un estancamiento. Para más inri, las plazas en muchas oposiciones se están reduciendo.
A los españoles nos gusta mucho quedarnos en casita, quiero decir, que en vez de buscar empleo en otros países donde seguramente puedas obtener el trabajo para el cual estás cualificado, preferimos quedarnos en España con nuestras costumbres y nuestro idioma, que es lo más cómodo. Seguramente, a franceses o italianos no les cueste tanto alejarse de su tierra para conseguir empleo y comenzar una nueva vida.
En el artículo se comenta que hay que fomentar la Formación Profesional, estoy de acuerdo, la mayoría de la gente que quiere estudiar opta por meterse a una carrera sin haber consultado o haberse informado de otras opciones para el futuro.
Teresa Lafarga IES. Jerónimo Zurita 1011B1D12