España es uno de los paises europeos que menos gasta en sanidad y donde el peso de la sanidad pública se reduce mientras aumenta año tras año el porcentaje de la sanidad privada. El gasto total en sanidad suponía en España el 10,7% de la riqueza (PIB), en 2021, por debajo del peso del gasto sanitario en la OCDE (10,9%), Francia (12,3%), Reino Unido (12,4%) o Alemania (12,9% de su PIB). Pero no sólo gastamos menos en sanidad, sino que gastamos aún menos (comparativamente) en la sanidad pública: un 7,7% del PIB, frente al 8,7% de media en la OCDE, el 10,4% en Francia, el 10,3% en Reino Unido y el 11,1% en Alemania (y el 7,1% en Italia). A cambio, somos el 2º país de la UE con más gasto sanitario privado: el 3,1% del PIB en 2021, tras Portugal (4,1% del PIB), frente al 2,3% en la OCDE, el 1,9% en Francia, el 2,1% en Reino Unido y el 1,9% en Alemania y el 2,3% en Italia.
lunes, 20 de mayo de 2024
Tenemos una sanidad cada vez más privada
Cada día, mil españoles contratan un seguro médico
privado. Ya lo tienen 12,4 millones de personas, 1,8 millones más
que antes de la pandemia. Y se contrata más en Madrid, Cataluña y Baleares,
curiosamente 3 autonomías con la sanidad “deficiente”. Estos
seguros médicos, que nos cuestan 10.711 millones, son “la gasolina”
de la sanidad privada, que no deja de crecer: somos el 2º país UE
(tras Portugal) donde tiene más peso, el 28,4% de todo el gasto
sanitario. Su otra fuente de ingresos son los conciertos de la sanidad
pública, que destina un 10,2% de su presupuesto a financiar
pruebas y operaciones en la sanidad privada. Con todo ello, la
privatización sanitaria no deja de crecer desde 2009, sobre todo en Madrid,
Baleares, Cataluña y Andalucía, precisamente las autonomías con peor
sanidad pública. Urge reducir las listas de espera, que alimentan
los seguros privados. Mientras, el Gobierno propone una Ley para limitar la
privatización de la sanidad, aunque la gestión está en manos de las
autonomías. Enrique Ortega
España es uno de los paises europeos que menos gasta en sanidad y donde el peso de la sanidad pública se reduce mientras aumenta año tras año el porcentaje de la sanidad privada. El gasto total en sanidad suponía en España el 10,7% de la riqueza (PIB), en 2021, por debajo del peso del gasto sanitario en la OCDE (10,9%), Francia (12,3%), Reino Unido (12,4%) o Alemania (12,9% de su PIB). Pero no sólo gastamos menos en sanidad, sino que gastamos aún menos (comparativamente) en la sanidad pública: un 7,7% del PIB, frente al 8,7% de media en la OCDE, el 10,4% en Francia, el 10,3% en Reino Unido y el 11,1% en Alemania (y el 7,1% en Italia). A cambio, somos el 2º país de la UE con más gasto sanitario privado: el 3,1% del PIB en 2021, tras Portugal (4,1% del PIB), frente al 2,3% en la OCDE, el 1,9% en Francia, el 2,1% en Reino Unido y el 1,9% en Alemania y el 2,3% en Italia.
A lo claro: gastamos mucho menos en la sanidad pública
que la mayoría mientras somos casi líderes en el gasto en sanidad
privada. De hecho, en 2021. España gastó 36.805 millones en la
sanidad privada, un 28,4% de todo el gasto sanitario (129.615 millones), sólo
superados por Portugal (36,8% de su gasto fue privado) y Suiza (30,8%) y muy
alejados del peso del gasto sanitario privado en Italia (24,5%), Bélgica
(22,4%), OCDE (17,1%), Reino Unido (17%), Francia (15,2%), Paises Bajos
(15,1%), Dinamarca (14,8%), Alemania (14,5%) y Suecia (14,1%), según el informe
2024 de la Fundación IDIS (sanidad privada).
¿Qué incluye el gasto
sanitario privado? Básicamente dos cosas. Una, el “dinero de
bolsillo” que gastamos los españoles (27.215 millones en 2021) en atención
sanitaria privada (dentista, oculista, fisioterapeutas…), en medicamentos no
financiados y en el copago de las recetas (los trabajadores pagan entre el 40 y
el 50%, los pensionistas el 10%, los más ricos el 60% y algunos nada). La otra,
los seguros médicos que contratamos (9.091 millones pagados en primas en
2021). Y quedan otros 499 millones que gastan en sanidad instituciones benéficas.
El gasto sanitario privado se ha disparado porque han subido
las consultas privadas y la gente cuida más su boca, sus ojos o su cuerpo, al
margen de la sanidad pública. Pero el gran salto se ha dado en los seguros
médicos privados, según la
Fundación IDIS: en 2023 había ya 12.422.000 españoles
cubiertos por un seguro médico privado, 360.000 más que en 2022 y 1.836.000
asegurados más que en 2019, antes de la pandemia. De ellos, 1.988.000
son empleados públicos (funcionarios de MUFACE, personal de las Fuerzas
Armadas y la Guardia Civil integrados en ISFAS y personal judicial de MUGEJU),
a los que la Administración les paga un seguro médico privado (porque el 78% de
los funcionarios lo eligen frente a la sanidad pública). Y el resto, 10.681.200
españoles son personas que pagan cada mes un seguro médico privado (casi 2
millones más que en 2019).
Eso supone que uno de cada cuatro españoles tiene un
seguro médico privado (25,9% de penetración media), aunque resulta mucho
mayor en 3 autonomías: Madrid (el 38,7% de la población tiene seguro
médico), Cataluña (32,4%) y Baleares (30,9%), según el
informe IDIS. Curiosamente, son 3 autonomías que tienen una
sanidad pública “deficiente”, según el informe 2023 de la Fundación en Defensa
de la Sanidad Pública (FDSP), que valora la sanidad de cada
autonomía” (Madrid ocupa el puesto 13º, Barcelona el 12º y Baleares el 10%). En
el otro extremo, las autonomías con menos peso de los seguros médicos están
Navarra (11,2% de la población los tiene), Cantabria (11,8%), Murcia (13,2%),
Extremadura (13,2%) y Galicia (16,5%). Y Navarra es la autonomía con la mejor
sanidad pública, según
el ranking 2023 de la FADSP, Extremadura es la 3ª mejor, Galicia la 6ª y
Cantabria la 9ª mejor (sólo Murcia rompe la tendencia, ocupando el puesto 16º, sólo
por delante de Andalucía, el “farolillo rojo”).
Las primas que pagan los que tienen un seguro
médico privado también se han disparado, hasta los 10.711
millones en 2023 (frente a 8.923 millones en 2019). Los seguros
médicos llevan cinco años siendo los
seguros que más crecen, por encima del seguro de hogar, del
automóvil o los seguros de vida. El negocio está
muy concentrado y las 3 primeras aseguradoras controlan más
de la mitad del mercado: SegurCaixa Adeslas (3.244 millones en primas, el 28,6%
de cuota), Sanitas (1.831 millones, el 16,9%) y Asisa (1.459 millones, el
12,9%). Les siguen DKV Seguros (7,5% cuota), Mapfre (6,8%), Axa (2,6%), IMQ
(2%), Asistencia Médica Colegial (1,9%) y FIATC (1,8%). Estas 9 controlan el
80,4% de las primas.
Entre “el gasto de bolsillo” (sanidad, medicinas y copagos)
y los seguros médicos, cada español paga 699 euros al año en sanidad privada
(503 euros en gasto de bolsillo y 195 euros en seguros médicos), según el
Informe IDIS 2024. Pero hay 8 autonomías donde los ciudadanos pagan mucho
más. Por un lado, Cataluña (854 euros per cápita en gasto sanitario, 560
de bolsillo y 294 euros en seguros médicos), Madrid (851 euros por
persona, 489 en gasto sanitario y 362 euros per cápita en seguros médicos, el pago
más alto en España) y Baleares (803 euros de gasto privado per cápita,
491 en sanidad y copagos y 312 euros en seguros médicos, el 2º mayor pago), las
tres autonomías con sanidad pública “deficiente”, según
la FADSP. Les siguen La Rioja (748 euros: 594 en sanidad y 154 en seguros),
Aragón (741: 550 y 191), Comunidad Valenciana (736: 575 y 161), País Vasco
(715: 524 y 191) y Castilla y León (701 euros per cápita: 542 en sanidad y 195
en seguros).
La otra gran fuente de ingresos de la sanidad privada, junto
a los “gastos de bolsillo” y los seguros médicos son los “conciertos” que
les paga la sanidad pública, para que atiendan y operen en hospitales
privados a pacientes de la sanidad pública o en pago por la gestión privada de
hospitales públicos. Estos conciertos se han disparado en la última década,
sobre todo en las autonomías gobernadas por el PP, y en 2022
supusieron 9.521 millones de ingresos extras para la sanidad privada
(que se llevó el 10,2% del Presupuesto sanitario público). El 63% de los
hospitales privados tienen algún tipo de concierto y hay 8 hospitales
públicos de gestión privada (4 en Madrid, 3 en la Comunidad Valenciana y 1 en
la Rioja). El peso de los conciertos es mayor en Cataluña (el sector
privado sanitario se lleva 3.299 millones, el 22,7% del gasto sanitario
público, porque hay 98 hospitales privados de utilización pública), en
Madrid (1.377 millones, el 12,4% del presupuesto público en sanidad) y en Canarias
(296 millones, el 7,2% del presupuesto sanitario público allí), precisamente
tres autonomías con la sanidad “deficiente” (Madrid y Cataluña) o “peor”
(Canarias), según
el ranking de la FADSP. Otras tienen un menor porcentaje de conciertos
(6,5% Navarra, 6,1% Baleares y 6% en Asturias y País Vasco, siendo menor lo que
ingresan el resto.
El “gasto de bolsillo”, los seguros médicos y los
conciertos son las tres fuentes de ingresos de la sanidad privada
y los tres motores que la han impulsado, hasta suponer casi el 40% del gasto
sanitario total (28,4% más 10,2% los conciertos). Gracias a esta “gasolina”,
la sanidad
privada cuenta con 438 hospitales (el 57% del total) y 50.574
camas (el 32% del total), donde trabajan 300.226 profesionales (69.052 médicos).
Una sanidad privada que ya gestiona el 29% de las altas, el 31,2%
de las estancias hospitalarias, el 29,7% de las consultas, el 31% de las
urgencias y el 41,3% de las intervenciones quirúrgicas, un trabajo creciente apoyado
por la derivación de pacientes, consultas (6,3%), urgencias (el 5,8%) e
intervenciones (el 8,7%) desde la sanidad pública. Eso sí, según diversos
estudios, la sanidad privada absorbe
los casos menos complejos y las estancias e intervenciones más cortas y
menos costosas.
La sanidad privada está cada vez más
concentrada y en manos de inversores extranjeros, con 13 Grupos
sanitarios que concentran el 47% de los hospitales y el 55% de las
camas privadas, según el
informe IDIS. Encabeza el ranking, el grupo Quirón Salud (propiedad
del grupo alemán Fresenius), con 45 hospitales y 6.139 camas, seguido de los Hermanos
de San Juan de Dios (29 hospitales y 6.110 camas), HM Hospitales (propiedad
familia Abarca Cidón), con 21 hospitales y 1883 camas, el grupo Vithas
(80% familia Gallardo y 20% Criteria Caixa), con 20 hospitales y 2.189 camas, el grupo HLA (de Asisa),
con 16 hospitales y 1.310 camas, el grupo Viamer (propiedad del fondo
australiano MAM), con 14 hospitales y 946 camas, las Hermanas Hospitalarias
del Sagrado Corazón, con 13 hospitales y 3.326 camas, el grupo Hestia
Alliance (propiedad del gigante alemán Median Kliniken), con 10 hospitales y 1.932 camas, el grupo Ribera
Salud (vendido al Fondo francés Vivalto Partners), con 10 hospitales y 1.112
camas, el grupo vallisoletano Recoletas, con 7 hospitales y 830 camas y
el grupo canario Hospiten, con 7 hospitales y 1.219 camas, agrupando el
resto de hospitales independientes 15.200 camas privadas.
El negocio de los hospitales privados facturó
12.400 millones de euros en 2022, que obtuvieron de las aseguradoras
(6.865 millones, un 55,3% más que en 2021), de los conciertos con la
sanidad pública (4.325 millones, +34,88%) y de su actividad sanitaria
puramente privada (1.210 millones), según la
Fundación IDIS. Más de un tercio del negocio total (4.441 millones) lo
facturó el gigante del sector, el grupo Quirón, seguido muy lejos de
Vithas (699 millones), Ribera Salud (585 millones), grupo HLA (576 millones),
HM hospitales (575 millones), Hospitales Católicos de Madrid (410 millones),
Hospiten (360 millones), Sanitas (350 millones), Clínica Universitaria de
Navarra (300) y grupo IMED (hospitales Levante), 180 millones.
La sanidad privada crece, pero a costa de la sanidad
pública, que pierde peso desde 2009 y sobre todo desde 2022, según un
reciente estudio de la Federación en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP),
que destaca el fuerte aumento del “gasto de bolsillo” en España (21% del gasto
total, frente al 18% en la OCDE) y los conciertos, crecientes en las autonomías
gobernadas por el PP y nacionalistas, sobre todo durante los años de recortes. El
estudio analiza 10 variables del avance de la privatización
sanitaria por autonomías, desde el gasto en seguros privados a los conciertos y
las derivaciones de pacientes, los modelos de colaboración público-privada y la
dedicación exclusiva entre los sanitarios. Y analizando estas variables, distinguen 3
grupos de autonomías, con más y menos privatización sanitaria.
El primer grupo lo integran las 4
autonomías con mayor grado de privatización de la sanidad: Madrid
(28 puntos), Baleares (27 puntos), Cataluña (26) y Andalucía
(25), cuatro regiones que tienen una sanidad “deficiente” (Madrid,
Baleares y Cataluña) o “pobre” (Andalucía, la autonomía con la peor
sanidad pública, según el ranking de la FADSP). En el 2º grupo, con un grado “intermedio”
de privatización están Aragón y Comunidad Valenciana (24 puntos), Asturias
y Canarias (23), Murcia (22), Castilla y León (21), Cantabria y Galicia (20
puntos), País Vasco y la Rioja (19 puntos). Y en el tercer grupo, con el menor
grado de privatización sanitaria,
están Castilla la Mancha (18 puntos), Extremadura y Navarra (16
puntos), las dos autonomías con la sanidad menos privatizada y,
curiosamente, dos de las autonomías con mejor sanidad pública (Navarra
la nº1 y Extremadura la 3ª).
Los expertos dela FADSP critican la creciente privatización de la sanidad porque incrementa costes y "mercantiliza" un derecho fundamental de las personas. Pero creen que no puede reducirse esta elevada privatización mientras no se resuelva el grave problema de las listas de espera
(849.535 españoles en lista de espera quirúrgica y 3.917.485 en espera de una
primera consulta) , que explican el auge de los seguros médicos y de los
conciertos con la privada. Y denuncian que “no se está haciendo
nada” para reducirlas, ni desde Sanidad ni desde las autonomías,
por lo que piden reforzar los medios y personal de la sanidad pública. Y en
paralelo, piden unas políticas públicas que refuercen la sanidad pública y
frenen el ascenso de la privada.
Precisamente, el lunes pasado, la ministra de Sanidad inició
la consulta pública de la futura Ley de Gestión Pública e
Integridad del Sistema Nacional de Salud (SNS), que decayó en la pasada Legislatura
por el adelanto electoral. La Ley pretende, según el Gobierno, “asegurar la
gestión pública de los servicios sanitarios y cerrar el paso a las empresas
privadas con ánimo de lucro”, sustituyendo a la Ley 15/1997 aprobada por
Aznar, que “ha deteriorado la sanidad”, según la ministra Mónica García. La
futura Ley, sometida a consulta, pretende limitar la gestión privada de
la sanidad, mejorar la auditoría y transparencia de los modelos de gestión
privada existentes, facilitar la reversión de servicios ahora privatizados y
fijar nuevos criterios para la gestión futura del sistema sanitario público.
El proyecto
ya ha despertado recelos en la sanidad privada, pero tiene un
problema de partida: por mucho que se cambie la Ley, el día a día de
la gestión sanitaria lo controlan las autonomías, 11 en manos del PP (y
VOX). Y no parece que quieran dar marcha atrás en la privatización que han alentado
estos años.
En cualquier caso, algo habrá que hacer,
porque la sanidad es “la 2ª mayor preocupación de los españoles”
(tras la economía y el empleo), según el CIS. Y no
parece lógico que sigamos afrontando los problemas de atención y listas de
espera a golpe de seguros privados y más conciertos con la privada. Una
cosa es que la sanidad privada cubra vacíos y complemente la oferta y
otra que cope el 40% del gasto sanitario y deje fuera a los que no puedan
pagarlo. Urge reforzar la sanidad pública y no hundirla para que crezca
la privada.
España es uno de los paises europeos que menos gasta en sanidad y donde el peso de la sanidad pública se reduce mientras aumenta año tras año el porcentaje de la sanidad privada. El gasto total en sanidad suponía en España el 10,7% de la riqueza (PIB), en 2021, por debajo del peso del gasto sanitario en la OCDE (10,9%), Francia (12,3%), Reino Unido (12,4%) o Alemania (12,9% de su PIB). Pero no sólo gastamos menos en sanidad, sino que gastamos aún menos (comparativamente) en la sanidad pública: un 7,7% del PIB, frente al 8,7% de media en la OCDE, el 10,4% en Francia, el 10,3% en Reino Unido y el 11,1% en Alemania (y el 7,1% en Italia). A cambio, somos el 2º país de la UE con más gasto sanitario privado: el 3,1% del PIB en 2021, tras Portugal (4,1% del PIB), frente al 2,3% en la OCDE, el 1,9% en Francia, el 2,1% en Reino Unido y el 1,9% en Alemania y el 2,3% en Italia.
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