España es el país con más déficit público de toda Europa.
La culpa no es que gastemos más que los demás países, porque somos el
10º país que menos gasta. La causa del “agujero” en nuestras cuentas públicas
está en que ingresamos mucho menos: somos el 8º país que menos recauda por
impuestos. Si España recaudara como el resto de Europa, ingresaríamos
81.500 millones más cada año. Y
con esos ingresos extras, España no
tendría déficit y podría gastar más en pensiones, empleo, sanidad, educación,
tecnología y tantas cosas que necesitamos. Por eso, la clave es recaudar más.
¿Cómo? Subiendo algunos impuestos
(carburantes e IVA reducidos), recortando beneficios fiscales y haciendo que
paguen más impuestos los que pagan poco (grandes empresas, bancos,
multinacionales y ricos), no la mayoría de españoles. Pero ni PP ni Ciudadanos quieren hablar de eso y defienden incluso bajar
impuestos. Así se agrava el
problema. Porque no se pueden tener
unos servicios de Suecia con unos impuestos de Marruecos (algunos privilegiados).
enrique ortega |
España lleva varios años siendo el país europeo con más déficit público: el 3,1 % del PIB en 2017, el triple que la UE-28 (-1% déficit), por delante de Portugal (-3%), Rumanía (-2,9%), Francia (-2,6%), Italia (-2,3%) y hasta Grecia (superávit 0,8% del PIB). Y este año 2018 también seremos líderes en déficit público, un 2,6% del PIB, 31.000 millones de agujero en las cuentas públicas (ingresos-gastos), cuatro veces más déficit que la media europea (-0,6% del PIB de déficit en 2018), según las últimas previsiones de la Comisión Europea.
La culpa de este déficit público “estructural” en España no está en que gastemos más que los
demás países. Al contrario, gastamos menos que la media: un 41% del PIB en 2017 frente al 45,8% en la UE-28 y al 47% del PIB que
gastan los países euro. O mucho menos del 56,5%
del PIB que gasta Francia, el país con más gasto público, el 48,9% de
Italia, el 43,9% de Alemania o el 41,1% de Reino Unido, según los datos de Eurostat (2017). Eso quiere decir que España gasta 55.835 millones menos cada año que la media europea,
siendo el 10º país de los 28 con menos gasto público. Y a pesar de eso, somos
los que tenemos más déficit.
La culpa es del otro
lado de las cuentas, de que ingresamos
menos que la mayoría. España recaudó en 2017 el 37,9% del PIB, frente al 44,9% que recaudó la UE-28, el 45,8%
que recaudaron los países del euro y la alta recaudación de Francia (53,9% del
PIB), Italia (46,6%), Alemania (45,2%) e incluso Reino Unido (39,1% del PIB), según los datos de Eurostat (2017). Eso quiere decir que si España recaudara como
los demás países europeos, ingresaríamos
81.456 millones de euros más cada año (o 91.929 millones más si recaudáramos como la media de los 19 países
del euro donde estamos). Con ello, podríamos tapar el agujero del déficit y
encima gastar más dinero en necesidades públicas, de las pensiones al
paro.
El problema pues no es que España gaste mucho sino que recauda muy
poco. Y este problema no es nuevo, lo teníamos ya antes de la crisis.
Así, en 2004, en plena burbuja inmobiliaria, España recaudaba poco más que ahora: un 38, 7% del PIB (37,9% en
2017), frente al 44% la UE-28 (5,3% de diferencia). Y aunque marcó un máximo en 2007 (41,4 % del PIB de recaudación en España, frente al 44,7% en
Europa), luego cayó la recaudación (hasta un 36% en 2011, frente al 44% en Europa) y apenas se ha recuperado hasta el 37,9%
actual, a pesar de tres años de fuerte crecimiento, manteniéndose un 7%
de diferencia con Europa. O sea, que con crisis o con recuperación,
España recauda bastante menos.
¿Por qué España recauda menos? Básicamente, “porque España
tiene un sistema impositivo muy ineficiente”, señala un reciente informe de FEDEA. Al compararnos con el resto de Europa, demuestra que España
recauda porcentualmente menos en todos los impuestos, desde el IRPF y
el IVA a los impuestos especiales, las tasas y el impuesto de sociedades.
Veámoslo en cada impuesto.
En el impuesto sobre
la renta (IRPF), España es el tercer
país europeo que menos recauda, sólo por detrás de Grecia y Portugal, según este estudio de Fedea: un 7,5% del PIB de media, frente al 10% de media europea, el 9%
de Alemania o Francia, el 12% de Italia o el 27% de Dinamarca. Y eso no porque tengamos unos tipos del IRPF bajos
(los marginales, por cada euro más de renta, son de los más elevados de Europa),
sino porque los tipos efectivos que realmente
se pagan son bajos. Y eso, porque en
el IRPF hay muchos beneficios fiscales,
que restan ingresos: 14.800 millones en 2016, un 18,6% de la recaudación perdida.
Además, con los tipos y exenciones, la presión fiscal de las familias españolas
es inferior a la europea: un matrimonio paga por IRPF una media del 13,9%
de los ingresos, frente al 14,5% de media en la UE-28, según la OCDE. Y también las cotizaciones sociales son más bajas.
En el IVA, somos también el
tercer país europeo que menos recauda, tras Irlanda e Italia: el 6,3% del
PIB frente al 6,9% de media en la UE. Y eso después de que el IVA haya subido dos veces (en 2000 y en
2012), hasta el 21%, un tipo en línea con la media europea (del 19% que se paga
de IVA en Alemania al 25% en Suecia o Dinamarca). El problema vuelve a estar en las bonificaciones, en que hay muchos
productos y servicios que pagan el IVA reducido (10%) y superreducido (4%), con
lo que el tipo efectivo del IVA en España, el que realmente se paga es
del 15,2% frente al 20,1% de media
en la UE-28, según el estudio de Fedea. Y eso porque sólo en 2016, con esas bonificaciones de
tipos a muchos artículos y servicios (como el discutible 10% de IVA que pagan
hoteles y restaurantes), se dejó de
recaudar 22.333 millones de euros, lo que supuso perder el 32% de la
recaudación potencial por IVA.
En el impuesto de Sociedades (que pagan las empresas), la recaudación en
España está también a la cola de Europa:
el 2,3% sobre el PIB, por debajo del 2,5% que recauda la Europa del euro. Y
estos ingresos se han desinflado no sólo por la crisis (caída ingresos del
ladrillo) sino porque los Gobiernos (ZP
y Rajoy) han bajado el tipo nominal, del 35% al 25% actual, inferior
a la media de la UE (28%) y de países como Francia o Bélgica (34%), Italia
(31%) o Alemania y Portugal (30%), según el informe de FEDEA. Y además, ese tipo no se aplica, porque también aquí hay beneficios fiscales en cantidad: 3.800 millones de euros en
2016, el 15% de la recaudación que se pierde. Y con ello, las grandes empresas, gracias a las
deducciones fiscales que consiguen, pagan un tipo efectivo del 7,3%, menos que las pymes (15% beneficios) y que
la mayoría de contribuyentes (14,9% ingresos). Y se da incluso el caso de que
hay grandes empresas, como el Santander o el Corte Inglés, que han conseguido algunos años que Hacienda les devuelva…
Un inciso importante sobre el impuesto de Sociedades. La legislación les permite a las grandes empresas ahorrarse impuestos futuros con "créditos fiscales" que se les conceden por hacer provisiones sobre activos, aportaciones a Planes de pensiones de empleados y pérdidas en alguna filial. En noviembre de 2011, el Gobierno Rajoy autorizó a los bancos a apuntarse 50.000 millones de euros en activos fiscales diferidos (los DTA), créditos fiscales que les permitirían pagar menos impuestos en el futuro. Y gracias a ellos, los 4 grandes bancos tienen 58.717 millones en créditos fiscales, que les permitirán ahorrarse unos 15.000 millones en impuestos en los próximos años (sólo 6.000 el Santander). Y si sumamos los créditos fiscales de las demás empresas del IBEX, sobre todo eléctricas, petroleras, telecos y constructoras, suman 100.000 millones de créditos fiscales, un "premio" para que se ahorren 25.000 millones en impuestos estos años. Por eso la recaudación de Sociedades cayó a la mitad (23.143 millones en 2017 frente a 44.823 en 2007), mientras nosotros pagamos más.
Un inciso importante sobre el impuesto de Sociedades. La legislación les permite a las grandes empresas ahorrarse impuestos futuros con "créditos fiscales" que se les conceden por hacer provisiones sobre activos, aportaciones a Planes de pensiones de empleados y pérdidas en alguna filial. En noviembre de 2011, el Gobierno Rajoy autorizó a los bancos a apuntarse 50.000 millones de euros en activos fiscales diferidos (los DTA), créditos fiscales que les permitirían pagar menos impuestos en el futuro. Y gracias a ellos, los 4 grandes bancos tienen 58.717 millones en créditos fiscales, que les permitirán ahorrarse unos 15.000 millones en impuestos en los próximos años (sólo 6.000 el Santander). Y si sumamos los créditos fiscales de las demás empresas del IBEX, sobre todo eléctricas, petroleras, telecos y constructoras, suman 100.000 millones de créditos fiscales, un "premio" para que se ahorren 25.000 millones en impuestos estos años. Por eso la recaudación de Sociedades cayó a la mitad (23.143 millones en 2017 frente a 44.823 en 2007), mientras nosotros pagamos más.
Veamos ahora los impuestos especiales (carburantes, alcohol y tabaco), donde
España también recauda menos que el resto de Europa: un 2,1% del PIB frente al 2,3% de
media en la UE-28 y el 3% en Dinamarca, Finlandia, Reino Unido o Grecia. El alcohol paga en España la mitad de
impuestos que en Europa (0,10% PIB frente al 0,20%). El tabaco paga un 78,8% del precio de venta, a medias entre el
62,5% de Luxemburgo y el 87,5% de Grecia. Y donde hay una gran diferencia es en los carburantes: en el diesel,
España es el 5º país UE con menos impuestos (0,573 euros/litro frente a 0,667 en
Alemania, 0,941 en Francia o 1,01 euros en Italia) y en la gasolina, el 7º país donde se pagan menos impuestos (0,683
euros/litro frente a 0,880 en Alemania, 0,890 en Reino Unido, 0,941 en Francia
o 1,014 en Italia).
En las herencias, el impuesto de sucesiones y donaciones, España
recauda cada año 3.250 millones menos que la media europea. Y nos quedan las tasas y precios públicos, donde
España es el 2º país con menos recaudación de Europa, tras Irlanda: recauda el 2,2% del
PIB, frente al 3,1% de la UE-28, el 3,2% de Alemania, el 4% de Francia y el
7,5% de Finlandia.
En resumen, como se ha visto, España recauda menos en todos los impuestos,
no tanto porque tengamos los tipos más bajos (que también) sino porque deja de ingresar
cada año 40.000 millones en beneficios fiscales por IRPF, IVA y Sociedades, de los que se benefician unos españoles (los que tienen Planes de
pensiones, los restaurantes o las grandes empresas con filiales en el
extranjero) y no otros, en perjuicio
de la recaudación general. Y además, hay
mucho fraude fiscal, en el IVA, en impuestos especiales, Sociedades y el
IRPF (menos), estimado en unos 40.000 millones de euros
anuales por los Técnicos de Hacienda (GESTHA). Por todo ello ingresamos menos
que Europa (81.500 millones menos).
El resultado de esta “ineficacia fiscal” es que España lleva 4 años creciendo y sin
embargo, en 2017 recaudó menos que en 2007: 198.100 millones de euros frente a
200.676 millones recaudados en 2007, según Hacienda. En el IRPF ya recaudamos más que
antes de la crisis (77.038 frente a 72.614 millones), igual que en el IVA (63.647 millones frente a
55.851, el mayor “salto” en la recaudación total) y en impuestos especiales (20.308 frente a 19.786 millones en 2007),
pero donde está “el gran agujero” es en
el impuesto de sociedades: en 2017 se recaudaron 23.143 millones, casi la mitad
que en 2007 (44.823 millones). Y eso a pesar de que las empresas llevan tres años largos con
beneficios y ganan ya más que en 2008
(267.680 millones en 2017 frente a 169.206, según el INE) . Y su porcentaje de beneficio bruto, el 42,8% de la producción, es
de los más elevados de Europa (40% de media en la UE).
Así que hay margen para recaudar más, en todos los impuestos pero sobre
todo en Sociedades, haciendo que las grandes
empresas, bancos y multinacionales paguen más impuestos, lo mismo que los más
ricos, que pagan “legalmente” poco acogiéndose a empresas pantalla o a
SICAV (y a paraísos fiscales). La Comisión Europea ya le ha dicho a España
que debe recaudar más por IVA
(quitando el IVA reducido y superreducido a muchos productos y atacando más el fraude del IVA podría recaudar 16.000 millones más) y subir los impuestos al
gasóleo y a la gasolina (otros 2.000 millones más de ingresos), así
como varios impuestos medioambientales (otros 2.000 millones extras). Pero el ministro Montoro se niega, mientras confía en aumentar la recaudación con el puro crecimiento
de la economía y con un nuevo impuesto, sobre las tecnológicas, que no estará listo hasta 2019 (lo
tiene que aprobar Europa) y que sólo reportará entre 600 y 1.500 millones
extras al año.
La mejora de la recaudación, esos 81.500 millones más que nos faltan
cada año para “recaudar como europeos”, pasa por una reforma fiscal en todos los
impuestos, haciendo que paguen más los que hoy pagan “legalmente
menos” (grandes empresas, bancos, multinacionales y los más ricos), no la
mayoría de los españoles, que ya pagan el 83% de todos los impuestos (empresas y ahorradores pagan el
17% restante). Pero eso supone hacer pagar más impuestos a sectores poderosos, con
mucha influencia política y mediática, razón por la que no lo quieren aplicar ni el PP ni
Ciudadanos, que defienden bajadas de impuestos, este año (incluso han bajado “de tapadillo” el impuesto al juego online, del 25 al 20%) y
sobre todo en 2019, de cara a las próximas elecciones. Un camino que recortaría aún más
la recaudación y nos impediría gastar más en lo que hace falta.
Porque la urgencia de recaudar
más es porque ayudaría a
solucionar los mayores problemas de
España. Si conseguimos ingresar 40.000 millones más (de los 81.500 menos que recaudamos respecto a
Europa), podríamos reducir drásticamente
el déficit (10.000 millones) y destinar
los 30.000 millones restantes a gastos públicos que nos hacen mucha falta:
luchar contra el paro (4.000
millones), las pensiones (10.000 millones), paliar la pobreza
(4.000 millones), mejorar la sanidad
y la educación (2.000 millones cada
una), paliar el déficit en Dependencia
(1.000 millones) y destinar el resto (4.000 millones) a tecnología, infraestructuras, digitalización y modernización de la
economía, para asentar la recuperación.
Pero todo eso no puede hacerse con el sistema fiscal ineficiente que tenemos y
sin una lucha más decidida contra el
fraude fiscal, con más medios (hay
1.928 contribuyentes por inspector frente a 860 en Francia o 729 en Alemania).
En resumen, el
problema nº 1 es que España recauda poco y si lo
resolviéramos, recaudando como el resto de Europa, tendríamos mucho futuro
ganado. No podemos exigir unas pensiones y unos servicios públicos “europeos”
cuando tenemos una recaudación fiscal tercermundista. Si queremos un país más
moderno, un mejor Estado del Bienestar, más empleo y mejores pensiones, alguien tendrá que pagarlo. Y deben ser los que hoy pagan menos, no la
mayoría de españoles que viven de una nómina y ya pagan bastante. O se recauda más o no se podrá gastar más
en lo que hace falta y seguiremos
con el déficit público muchos años. Este debería ser el gran debate, pero
nadie lo hace hoy día (tampoco la "oposición") . Así nos va.
Hola, Javier. Soy Manolo Portela. Haces algo extraordinario que leo cada vez que publicas y reproduzco, cuando cuadra en la Agenda Prensa que hago. Incluso leí, y me chocó mucho, una queja que publicaste una vez con motivo de un cumpleaños de tu Blog, en la que hablabas de falta de acogida &apoyos& lectores o algo todo ello mezclado Desde fuera, como "conocedor" que sabes que soy, tengo que decirte que, insisto, resulta un trabajo extraordibario.Quien me dijo que habías vuelto al callo" fue el amigo Luis Serrano, que te había visto en , creo, Alicante o por allí.
ResponderEliminarGracias Manolo por tu apoyo, que me vale mucho porque eres un profesional de la economía que sabes lo que lees. Pero reitero, tras 7 años y medio de duro trabajo: es como "predicar en el desierto..." Abrazos. Javier
EliminarHola
ResponderEliminarSoy Trillo de los Maristas.
No creo que lo que hagas sea predicar en el desierto
De hecho estoy encantado co este blog. Lo veo acertado y muy fundamentado.
Te animo a que sigas adelante. A veces los frutos tardan en poder recogerse.