Uno de los puntos más polémicos de la reforma laboral es la posibilidad de despedir a un trabajador si falta al trabajo, aún con baja médica, diez días en dos meses. Hasta ahora, ese despido no era procedente si
la plantilla tenía una tasa baja de absentismo, con lo que los jetas podían salvarse si tenían compañeros cumplidores. Los sindicatos dicen que el absentismo es más bajo que en Europa
y que el cambio va a ser utilizado para “limpiar plantillas”. Además, se va a
permitir a las Mutuas, controladas
por las empresas, que den altas y bajas,
en vez de los médicos. Y eso cuando crecen los españoles que van enfermos a
trabajar, por miedo a perder su empleo. Y el 85% de trabajadores hacen más horas de las que deben.
enrique ortega |
Hasta esta reforma
laboral, para despedir a un trabajador por faltas justificadas, hacía falta que la plantilla tuviera un
índice de absentismo superior al 2,5%. Ahora, se quita esta cautela,
con lo que los trabajadores jetas no se
pueden aprovechar de tener compañeros cumplidores. Si
faltan al trabajo, aun con bajas justificadas, más del 20% de las
jornadas hábiles en dos meses (más de 9 días) o el 25% en cuatro meses (discontinuos,
en un año), pueden ser despedidos con 20
días por año (máximo 12 meses). Se excluyen las bajas de más de 20 días,
con lo que la
diana de la reforma son las
bajas cortas, que son las que pagan las empresas (del 4º al 15º día). Un
catarro o un esguince mal curado que vuelven, por ejemplo.
Esta norma se puede aplicar ahora a los empleados públicos, donde el absentismo es mayor. Las autonomías ya
han empezado a aplicar Planes, al
margen de la reforma. Así, el País Vasco
paga menos a los funcionarios de baja (75% entre el 4º y el 20º día, 85% entre
el 21º y el 44º y el 100% sólo a partir del día 45) y también Madrid (60% entre el 4º y el 20º día y
el 75% si se prolonga más de 3 meses). Ahora, además, podrán despedir a algunos.
Los sindicatos
aceptan medidas contra el absentismo (las pactaron en los acuerdos
sociales de 2011), pero critican que la patronal haya hecho del
absentismo una bandera ideológica, queriendo cargar a los trabajadores el sambenito de vagos, con datos falsos.
Porque la realidad es que el absentismo
en España es más bajo que en Europa: 2,1% de jornadas perdidas por incapacidad temporal (IT) frente al 2,2 %
en Europa. Y se ha reducido con la crisis: de 29,9 bajas por 1000
trabajadores (2007) se ha pasado a 24 (2010). Y de 1,7 horas perdidas por
trabajador en 2007 a 0,9 en 2011. Y con ello, ha
bajado el gasto en IT: de 7.533
millones (2008) a 6.295 (2011).
La patronal
dice que la reforma laboral podría reducir el absentismo un 20% y quieren pagar menos en cotizaciones por
contingencias comunes, para lo que han conseguido del Gobierno que sean las
Mutuas las que en 6 meses den las altas y bajas laborales también en
las enfermedades comunes. Sin embargo, los empresarios apenas pagan las bajas:
se estima que sólo cargan con 1.000 millones y que el resto lo financia la Seguridad
Social. Y recordemos que si las empresas
pagan las bajas laborales (del 4º al 15º día) es porque se acordó en 1994 a
cambio de una bajada en las cotizaciones empresariales.
Las Mutuas,
controladas ahora por las empresas, gestionan
las altas y bajas por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, pero
no las de enfermedad común, que deciden los médicos de la SS. Sin embargo, a partir del día 16 de baja, pueden
requerir al trabajador para hacerle reconocimientos e incluso pueden hacer
propuestas de altas médicas, lo que los sindicatos critican como un elemento de
presión sobre el trabajador. En 6
meses, el Gobierno les permitirá que
controlen las bajas de menos de 15 días y den las altas, para rebajar la
factura de las empresas, lo que puede multiplicar
los conflictos.
Las Mutuas,
20 ahora (tras una enorme concentración) son un gigantesco entramado, que
maneja más de 12.500 millones y tienen un
fondo
de reserva de 6.000, a costa, según muchos expertos, de cargar costes a la
sanidad pública. De hecho, camuflan
muchas enfermedades laborales como enfermedades normales, para no cargar
con su coste: un 33% de gasto sanitario público vasco y un 20% de las bajas
comunes en Cataluña son bajas por enfermedades profesionales, según distintos
estudios. Los sindicatos critican este fraude,
que engorda los excedentes de las Mutuas a costa del déficit de la sanidad y piden
protocolos claros, unidades específicas en los hospitales y que España reconozca
el catálogo de enfermedades profesionales de la OIT.
Mientras la patronal
hace bandera del absentismo, los
españoles van cada vez más a trabajar enfermos, por miedo a perder su
empleo, según distintos estudios.
Y de las enfermedades
profesionales detectadas en 2011 (18.121), más de la mitad fueron sin baja, el triple que antes de la
crisis (y con baja, la mitad que en 2006).
Además, el 85% de los
trabajadores pasan en el trabajo más horas de las que deben, cuando en 2010
eran el 45%, según un estudio
de Randstad: dos tercios lo hacen por miedo a perder el empleo y el otro tercio
por falta de personal. Y eso, recuerdan, cuando España es el cuarto país de Europa que más
horas trabaja (por detrás de Austria, Portugal y Suecia), un 20% más
que Alemania, por ejemplo.
El problema no es el
absentismo ni trabajar más o menos horas, sino ser productivo y eso no se
arregla persiguiendo las bajas laborales. La
productividad
tiene que ver con una buena organización
del trabajo, con la eficiencia en los procesos, con la tecnología y la
innovación, con la formación, con un
buen clima laboral. Y vamos por el
camino contrario.
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