El Gobierno ha bautizado 2014 como “el año de la
recuperación”. Pero la mayoría de los
españoles creen que será “igual o peor”. Y las previsiones de
la Comisión Europea y el FMI,
confirman que 2014 será el 6º año de la crisis, algo mejor que los nefastos 2012 y 2013,
pero lejos de una recuperación: crecimiento mínimo, pérdida de empleo, paro
estable, salarios bajando, subidas de precios (luz), más desigualdad y más
pobreza. Seguiremos pagando más
impuestos (la rebaja, si hay, será para 2015) y habrá nuevos recortes, en funcionarios, sanidad, educación y gasto
social. Y Rajoy podría regalarnos en 2014 tres “reformas”: en
el subsidio
de paro (más recortes), en el despido (más barato) y en la contratación
(en diciembre acaban de aprobar medidas para facilitar más los contratos a tiempo parcial, precarizando más el empleo). Todo por recortar gasto y cumplir las exigencias de Bruselas y la OCDE. Aunque esa política
debilite el crecimiento y el empleo. No será un buen año.
enrique ortega |
Los españoles tomaremos este año las uvas con bastante
pesimismo
sobre 2014, según el último Barómetro
del CIS: la mayoría de los españoles
ven que 2014 será igual (39,5%) o
peor (29,5%) que 2013. Y
mantienen el paro y la crisis económica
como su principal problema. Es el
ánimo de los ciudadanos, que,
sin saber de economía, notan en sus carnes la crisis y no ven expectativas de mejoría. Igual que la Comisión
Europea y el FMI, cuyas previsiones sobre España para
2014 se resumen así: será un año algo
mejor que 2013, pero con un crecimiento
tan mínimo que volverá a caer el
empleo y el paro será casi igual, mientras seguirán bajando los salarios y se incumplirá el déficit público. Y crecerán la pobreza y la desigualdad.
Empecemos por el crecimiento.
El Gobierno Rajoy cree que la
economía puede pasar de caer en 2013
(-1,4% probablemente) a crecer un
+0,7% en 2014, gracias a una ligera
recuperación del consumo
(difícil, con casi 6 millones de parados, salarios a la baja y el alto
endeudamiento de familias y empresas) y al tirón
del turismo y las exportaciones
(entorpecido por el bajo crecimiento de Europa, la pérdida de fuelle de los
países emergentes y un euro que
supera los 1,37 dólares, comiéndose los
sacrificios salariales). Por todo esto, los organismos internacionales
creen que creceremos menos: un +0,5% la Comisión
Europea y la OCDE y un +0,2% el
FMI.
Del crecimiento depende el
empleo. El Gobierno confía en que aumente
en 2014, pero los demás piensan
que España seguirá perdiendo
empleo en 2014, por 5º
año consecutivo: la Comisión
Europea apuesta por una pérdida de -105.000 empleos y el
FMI de -123.000, por el
bajísimo crecimiento de 2014. Y mantienen la tasa de paro por encima del 26% (bajaría dos décimas, porque habrá menos gente buscando trabajo),
mientras el Gobierno lo baja al 25,9% (26,6% en 2013). Y los sindicatos temen que en 2014 haya más despidos:
200.000 en los Ayuntamientos (por la reforma
local) y otros en industria
aeronáutica (Airbus
anunció 600 despidos en España), naval y
servicios.
Los salarios, que
bajan
desde 2010, volverán a caer en 2014,
un -1,7% según
la Comisión Europea. Esta rebaja salarial está siendo mayor en los salarios más bajos: han caído un 17% con la crisis,
mientras los altos bajan menos o incluso suben un 1%, según
Fedea. Y hay autonomías, como Extremadura, Galicia, Murcia o Andalucía, donde se gana hasta un 26% menos que en Madrid o el País Vasco.Con ello, aumenta la
desigualdad entre españoles, la mayoría (7,5 millones de trabajadores) con
sueldos mileuristas,
que tienen muchos problemas para llegar
a fin de mes, porque muchos están endeudados (una
de cada tres familias paga hipoteca, con muchos
problemas) y el resto afrontan subidas
en productos y servicios básicos (luz,
agua, transportes, carburantes, tasas universitarias, alimentos…).Con ello,
hay ya 10 millones de españoles
en el umbral de la pobreza (13,1
millones según
Eurostat), que irán a más, porque en
2014 habrá más parados sin subsidio (en octubre había 3.279.000 parados EPA que no
recibían ninguna ayuda). Y los pensionistas verán subir su pensión un 0,25% en 2014 (entre 50 céntimos y 6,3 euros al mes), que se comerá con creces la inflación.
En 2014, el Gobierno Rajoy seguirá obsesionado por recortar el déficit público,
algo que no ha logrado cumplir ni en 2012
ni en 2013, a pesar de los recortes, porque la recesión ha hundido la
recaudación. Ahora tocará ajustar
otros 11.000 millones, para bajar el déficit al 5,8%, más un recorte
extra de 2.500 millones que ha pedido Bruselas en diciembre. Para
ello, volveremos a pagar más impuestos
estatales, autonómicos
y municipales, aunque se hable de bajada de
impuestos (si la hay, difícil si se quiere recortar más el déficit,
será para 2015, año electoral). Y además, habrá
nuevos recortes, en funcionarios,
en sanidad
(recorte cartera básica de prestaciones y nuevo
medicamentazo), educación
(se recortan 536,6 millones más, junto a becas y ayudas de comedor, libros y
transporte), Dependencia
(cada día hay 100 ancianos menos con ayudas) y servicios
sociales (la reforma local pondrá en riesgo la atención a 7 millones de
españoles necesitados).
Todo esto ya nos “suena”, porque llevamos varios años sufriendo los recortes
y subidas de impuestos. Pero en 2014,
el Gobierno Rajoy nos sorprenderá con algunas
“reformas”, que es como llama a los cambios que suponen pérdida de derechos.
Por un lado, toca ahora reformar las pensiones
no contributivas, las que no tienen relación con lo que se cotiza. En
el Plan
de Inclusión Social 2013-2016, aprobado en diciembre, el Gobierno dice que
tiene intención de “reorganizarlas”, así que podemos temernos lo peor. Y por otro lado, la
troika (FMI, BCE y Comisión
Europea) y la
OCDE han reclamado en diciembre
al Gobierno que haga reformas, sobre todo en dos campos: nueva reforma laboral y en el seguro de desempleo.
El Gobierno ya
les ha hecho caso, aprobado en diciembre medidas
para favorecer la contratación a tiempo
parcial, algo que pedía la patronal CEOE. Se trata de repartir
el poco trabajo que hay, con dos
personas por cada puesto a mitad de jornada: así parece que se crea el
doble de empleo (y baja doblemente el paro). Son los mini-jobs
que tienen 4,6 millones de alemanes, con mini-sueldos. Una medida que va
a precarizar
aún más el empleo en España, donde el
92% de los nuevos contratos son temporales, de
poquísima duración (40% por menos de 1 mes y 24% por menos de una
semana) y un tercio de ellos son ya a tiempo parcial (en hostelería,
tareas administrativas y servicios).
Pero hay más “reformas” en preparación. Por
un lado, una vuelta de tuerca a la reforma
laboral de 2012, con tres
puntos concretos: aumentar el periodo
de prueba contratos (a 1 año), regular
el despido colectivo improcedente (ahora no es posible) e impedir legalmente (salvo casos
excepcionales) que los jueces puedan
frenar un ERE, como ahora. Además, podría abaratarse el despido improcedente (ahora 33 días), como propone
la OCDE.
La otra reforma
será la del seguro
de desempleo, que supone 32.000
millones de gasto. La troika
y la OCDE sugieren que el paro no dure 2 años y forzar más las condiciones para cobrar el
desempleo, con lo que se avecinan nuevos
recortes (tras los que hizo
Rajoy en 2012). Y eso cuando sólo el 45% de
los parados EPA cobran algún subsidio (2.625.700 parados en octubre),
casi la mitad (44%) de ellos el subsidio
asistencial (426 euros). Otra vuelta de tuerca para ahorrar a costa de los parados,
la
mitad de ellos con mínimas posibilidades de encontrar trabajo (por edad y
baja formación), mientras cada año se gasta menos en conseguir emplearlos (el SEPE sólo coloca al 3%),
en políticas
activas de formación e incentivos a
su contratación.
En definitiva, nos encontraremos en 2014 con una economía
estancada, que apenas crea empleo y el que ofrece es temporal, por horas y mal
pagado. Recogemos lo que el Gobierno
Rajoy ha sembrado con su política
de austeridad a ultranza. Con casi 6 millones de parados (más de la
mitad sin cobrar nada), 13,7 millones de trabajadores con el sueldo congelado o
bajando y temiendo por su empleo, más 9 millones de pensionistas congelados, el
consumo
no tira y las empresas no venden, por lo que, asfixiadas por sus deudas y
la falta de crédito (escaso y caro), no crean empleo y muchas siguen despidiendo o cerrando.
Y los recortes del Estado, autonomías y
Ayuntamientos los sufren los ciudadanos en sus bolsillos y miles de
empresas. Al final, es imposible así, sin consumo privado y sin gasto público, crecer y crear empleo. Y vamos al ralentí, sobreviviendo, la mayoría
mal.
Para salir del pozo,
hay que cambiar
de política, empezando por Europa,
que apenas
crece (+1,1% previsto en 2014, frente a +2,6% EEUU y +5,1% los países
emergentes) y debería terminar con la
austeridad para reanimar las
economías, sobre todo del sur. Y en
España, terminando con los recortes,
renegociando las deudas de empresas y familias, subiendo algunos salarios a
cambio de mejorar la productividad, ingresando
más de quien más tiene (ricos y empresas) y poniendo al sector público al
frente de reanimar
la economía, con una política decidida de formación e incentivos al empleo.
Sólo así, consumiendo e invirtiendo más,
podremos crecer más y crear suficiente empleo, el primer problema de los
españoles. Si Europa y Rajoy no cambian, 2014
será otro año de crisis. Y los que
nos quedan (hasta 2018, según el FMI).