lunes, 13 de abril de 2020

Coronavirus: Ojo a bajar la guardia


Tras 4 semanas de confinamiento y menos contagios nuevos, crece la presión por suavizar el encierro. Ojo: si se hace demasiado pronto, el repunte puede ser mortal, advierte la OMS. Porque no sabemos cuántos contagiados hay ocultos en casa: entre 1,8 y 19 millones, según el Imperial College. Averiguarlo exige hacer estudio epidemiológico a 30.000 familias. Y reforzar la sanidad. Pero la emergencia económica presiona contra el confinamiento: millones de empresas cerradas y 1 de cada 4 ocupados con su empleo perdido temporal o definitivamente. Un drama al que se destinan 128.288 millones, que hipotecan nuestro futuro en la mayor recesión mundial desde 1929. Y con sólo 60.000 millones en créditos de Europa, sin un Plan europeo de reconstrucción porque Alemania, Holanda y Austria tienen elecciones en 2021 y temen el avance de la ultraderecha si ayudan más al sur. Igual que el PP con Vox, lo que impide unos Pactos aquí. Pero eso sería después, para la reconstrucción. Ahora toca seguir en casa, hasta mayo, y salvar vidas

enrique ortega

Hoy, lunes 13 de abril, se cumplen 103 días de la aparición del coronavirus en Wuhan (China), una pandemia que ha contagiado ya a 1.800.791 personas en 185 paises, provocando 110.892 muertos. España es el 2º país del mundo con más contagios (166.019), tras Estados Unidos (532.339), por delante de Italia (156.363), Francia (130.730), Alemania (125.975), Reino Unido (85.175) y China (81.134 contagios), según la Universidad Jhons Hopkins. Y somos el 3º país con más muertos (16.972), tras EEUU (20.558) e Italia (19.899) y más que Francia (13.832), Reino Unido (10.612), China (3.343) o Alemania (2.871), aunque tenemos menos letalidad (muertos/contagiados) que muchos paises europeos: 10,22% frente al 14,75% de Francia, 12,79% de Italia, 12,50% de Reino Unido, 11,94% de Bélgica o 10,83% de letalidad en Holanda. Y tras cuatro meses de duro confinamiento, el ritmo de nuevos contagios ha bajado, del 32% que crecían el 14 de marzo al 2,57% que aumentaron ayer domingo.También se ha suavizado el número de hospitalizados (56.972 ayer), los enfermos en la UCI (4.868 frente a 6.092 el 1 de abril) y los muertos (de 950 el 1 de abril a 619 ayer), aunque siempre son “demasiados”.


Con todo, la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus sigue siendo muy dispar por autonomías, concentrándose la pandemia en Madrid, La Rioja, Navarra y Castilla la Mancha (azul más oscuro en el mapa), junto a Castilla y León, Aragón y Cataluña (azul medio) y con menor incidencia en Galicia, Levante, Extremadura y Andalucía (ver mapa). Los contagios han crecido en la última semana en Castilla la Mancha (415 por 100.000 habitantes) y Castilla y León (279), bajando en el resto, aunque siguen estando por encima de la media (185,48 por 100.000 habitantes) en la Rioja (520), Castilla la Mancha (415), Madrid (358), Navarra (299), Castilla y León (279), Cataluña (247) y País Vasco (227). Y siguen muy bajos en Canarias (36,8 por 100.000 habitantes), Murcia (38,6), Baleares (50), Melilla (57,8) y Andalucía (63), según los datos de Sanidad. Eso sí, mientras los hospitalizados bajan en la España con más contagios, suben en Andalucía, Balares, Canarias, Asturias y la Comunidad Valenciana. Y también la ocupación de las UCIs en Cataluña, País Vasco, Andalucía y Comunidad Valenciana. En cuanto a los muertos, la mayor letalidad (muertes/contagiados) sigue en Madrid (13,47%), Extremadura (12,09%), y Castilla la Mancha (11,26%), todas por encima de la media española (10,22%), seguidas de Cataluña (10,11%), Castilla y León (10,07%) y Aragón (10,05%). 


Ahora, el doble objetivo de Sanidad es reducir el ritmo de nuevos contagios (que decrezcan) y que las altas superen a los nuevos enfermos (3.441 altas ayer frente a 4.167 nuevos contagios). Y en paralelo, seguir reforzando los hospitales (con más test al personal sanitario, equipos de protección, respiradores y camas de UCIs), tanto los de las regiones saturadas como los de las autonomías que están viendo subir los contagios y hospitalizaciones. Y a la vez, controlar las 5.417 residencias de ancianos que hay en España, sin medios para afrontar una pandemia que se ceba en los más mayores (el 86,2% de los muertos tienen más de 70 años).


A la vista de esta “cierta mejoría” de la emergencia sanitaria (no olvidemos que hay 619 muertos diarios), muchas voces piden suavizar el confinamiento, permitiendo algunas salidas a la calle (niños, hacer deporte, etc.) y abrir más actividades, con la vuelta al trabajo hoy en la construcción y algunas industrias (por presión indudable de las grandes empresas). Pero ojo: sería un grave error suavizar o levantar el confinamiento demasiado rápido, porque “el repunte de la enfermedad podría ser mortal”, como acaba de advertir la OMS. Y eso porque no sabemos el alcance real de la pandemia, sólo los 166.000 que han sigo oficialmente contagiados. Pero hay millones de españoles contagiados (asintomáticos) ocultos en sus casas, que si salen sin saberlo pueden provocar una segunda oleada de coronavirus. La única estimación disponible es la del Imperial College, que da una horquilla de 1,8 a 19 millones de españoles que pueden estar contagiados, con 7 millones de contagiados posibles. 


Para conocer el alcance real de la pandemia, Sanidad va a iniciar esta semana un Estudio epidemiológico a 30.000 familias en toda España (63.000 pruebas), cuyo resultado no se conocerá (hay que repetir la prueba en 3 semanas) hasta dentro de un mes. Por eso, todo apunta a que seguiremos confinados hasta el 10 de mayo. Recordemos que Wuhan ha estado confinado 11 semanas y que Italia lleva desde el 11 de marzo y lo ha ampliado otra vez hasta el 3 de mayo. Y la mitad del mundo está con medidas de confinamiento, con retraso sobre España y con menos dureza: sólo Italia, Francia y USA están en estado de emergencia y en la mayoría de paises se permiten algunas salidas de niños y deportistas (ver cuadro sobre las medidas de confinamiento por paises). Eso sí, el confinamiento es muy desigual, según el tamaño de las casas (España está en la media) y, sobre todo, según los ingresos de los confinados: en España, la tasa de hacinamiento de los más pobres es de 5, 21 frente al 1,01 de los más ricos, una brecha menor a la de Francia o Alemania, según la OCDE. Por favor, cuando le agobie el confinamiento, mire esta foto: un padre, una madre y dos hijos (6 y 15 años), peruanos, confinados en Madrid, los cuatro en una habitación de 2 metros de ancho por 4 de largo...


La duración del confinamiento deberían fijarla los expertos y la emergencia sanitaria, para no perder lo ganado. Pero presionan para suavizarlo el cansancio de las familias y, sobre todo, las empresas cerradas, que temen no sobrevivir si el confinamiento económico se mantiene. De momento, los datos de la emergencia económica son tremendos. El Gobierno confirma, a través del ministro Escrivá, que se han presentado unos 400.000 expedientes, que suponen la pérdida temporal de empleo de 3 millones de trabajadores, más 850.000 autónomos que han pedido el cese temporal de actividad, según dijo Pedro Sánchez en el Congreso. Y a eso hay que sumar los 900.000 empleos perdidos (despidos) de marzo, a los que habrá que sumar otros 750.000 este mes de abril, según estima FUNCAS. En total, 5,5 millones de españoles que han perdido temporal o definitivamente su empleo. Más de 1 de cada 4 ocupados (había casi 20 millones) afectados en su trabajo y sus ingresos, una emergencia económica sin precedentes, que nos lleva a una recesión desconocida.


El Gobierno Sánchez ha reaccionado (tarde, como todos) con distintos paquetes de medidas, que se aplican más lentamente de lo que se necesita, lo que agobia a los afectados. Hasta ahora, las ayudas a las empresas (119.000 millones en créditos y moratorias), a la sanidad (4.600 millones), a los trabajadores afectados (3.400 millones) y a las familias (1.100 millones) totalizan ya 128.288 millones, según el balance presentado esta semana. Y se estudian más medidas, como el retraso hasta mayo de los impuestos a presentar en abril por empresas y autónomos o ayudas para los que no tienen derecho a subsidio (una renta básica transitoria). La factura de la pandemia sigue creciendo y obligará al Estado a endeudarse más, por encima del billón de deuda que ya teníamos. Una losa sobre el futuro, sin contar con el dinero que va a exigir reconstruir la economía cuando salgamos del confinamiento.


De Europa vamos a tener poca ayuda. Se ha avanzado la semana pasada, aprobando tres programas de ayuda, uno para la sanidad (240.000 millones del Fondo de rescate, el MEDE, sin condiciones y vigilancia, como exigían Italia y España), otro para las empresas (200.000 millones de créditos del Banco Europeo de Inversiones) y otro para los trabajadores afectados (100.000 millones de créditos de la Comisión Europea para pagar desempleo). Pero ojo, son créditos que habrá que repartir entre los paises (a España podrían tocarnos 60.000 millones, la mitad de las ayudas aprobadas ya) y devolver. España no gana mucho con recibir estos créditos europeos en lugar de endeudarse en los mercados (hoy pagamos poco), aunque nos da una seguridad si los inversores no nos prestan mañana o nos piden más intereses, como en 2012. Pero lo que más necesita España, como Italia, es que Europa gaste dinero (no créditos) en un Plan de reconstrucción europeo, con potentes inversiones.


Y los paises del norte, que acaban de aceptar “un parche” de créditos insuficiente, evitan aprobar un Plan de reconstrucción europea potente, como se ha visto en las reuniones de estas semanas y como se verá en la próxima Cumbre europea del 23 de abril. Eso exigiría “mutualizar la pandemia”, repartir los gastos y emitir “eurobonos”, para financiar con este dinero (más barato que si se endeuda cada país) la reconstrucción. Pero eso no lo acepta la Europa del norte, que se niega a ayudar a la Europa del sur, como en la crisis del 2008, aunque ahora la pandemia no sea culpa “de los vagos latinos del sur”. Es un problema de falta de solidaridad, de egoísmo, de negarse a pagar más para ayudar a los otros, de una vuelta al nacionalismo. Un sentimiento y una ideología alimentada por los populismos y la extrema derecha europea. Por eso no quieren ceder los gobiernos democristianos y liberales del Norte de Europa: porque tienen miedo de que les supere la extrema derecha en las próximas elecciones de 2021 (en marzo en Holanda y en octubre y diciembre en Alemania y Austria). Sobre todo cuando la extrema derecha es la tercera fuerza política en Holanda y Alemania y la segunda en Austria. Por eso no nos ayudan a Italia o España, aunque lo camuflen con argumentos económicos y financieros.


Y lo mismo pasa en España. El PP teme que Vox rentabilice el malestar contra el Gobierno que ha provocado el coronavirus, por el retraso en el confinamiento (menor que en la mayor parte de los paises y más duro que en Francia, Reino Unido o EEUU: ver cuadro), por la falta de medios sanitarios (como en todos los paises, donde faltan mascarillas, respiradores y UCIs), por falta de ayudas a empresas, autónomos y trabajadores (en todos los paises se pide más), y, como no, por los errores y bandazos (como todos los Gobiernos) . Y aprovechan todo esto para criticar cada día al Gobierno, buscando ser tan duro como Vox y negándose a acuerdos. Por eso, es impensable que el PP apoye esta semana ningún Pacto, porque tiene su mirada puesta en que no le supere Vox por la derecha y en utilizar el coronavirus para tumbar al Gobierno (al que nunca han considerado "legítimo"). Pero la patronal, los empresarios, no deberían seguir esta estela y necesitan unir sus fuerzas con los sindicatos para seguir salvando empresas y empleos, al margen de los politiqueos, con un pacto social diario y no firmado, que afronte la emergencia económica con el Gobierno, como los sanitarios afrontan unidos la pandemia.


Ahora, la prioridad debe ser salvar vidas y no tiene justificación poner a nadie en peligro de contagio por salir a hacer deporte, pasear al niño o abrir una tienda, aunque estemos todos muy hartos de estar en casa o hayamos perdido el trabajo o el negocio temporalmente. Esta pandemia es algo muy serio y seguimos sin los medios necesarios (equipos, material, UCIs y personal)  para combatirla, en los hospitales y en las residencias de ancianos. Y seguimos librando 17 batallas contra el coronavirus, autonomía a autonomía y no todos juntos como país: es impresentable que hasta el miércoles santo no se haya enviado un paciente grave de Soria a Logroño. Hay que volcarse en la emergencia sanitaria, esa debe ser “la guerra de todos”, al margen de críticas inútiles y actitudes políticas interesadas. Ya habrá tiempo para reconstruir la economía, a partir de junio o julio, con suerte, si paramos el segundo aluvión de la pandemia, que llegará cuando se levante el confinamiento. Pero ahora, sigamos en casa para salvar vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario