jueves, 26 de marzo de 2020

España: retraso digital empresas y trabajadores


El coronavirus nos ha pillado muy vulnerables digitalmente, por el escaso peso del teletrabajo y el comercio electrónico. Pero el problema no es coyuntural, sino de futuro: Internet y las tecnologías digitales están revolucionando la economía y las empresas, en una nueva revolución industrial. Y en este reto, donde los paises se juegan su competitividad y empleo, España está muy retrasada, sobre todo “microempresas” y pymes: apenas usan las tecnologías digitales y no venden por Internet. Y casi la mitad de los trabajadores carecen de competencias digitales. Todo ello porque España apenas invierte en tecnología, sobre todo las empresas. La Comisión Europea alertó en febrero sobre esta “asignatura pendiente” de España, que exige más recursos y formación para no perder “el tren digital”. Antes del coronavirus, el Gobierno Sánchez preparaba un Plan de formación digital y otro para digitalizar la Administración, más ayudas a las empresas. Ahora, para la reconstrucción del país, necesitaremos más la tecnología. O logramos una economía más digitalizada o no competiremos. Nos jugamos el futuro ahora


enrique ortega

A nivel global, como país, España no sale tan mal parada en competencia digital. En el último “examen” realizado por la Comisión Europea, el DESI 2019, España ocupa el puesto 11º de los 28 paises UE en competitividad digital. Somos la 5ª potencia económica europea, pero en competencias digitales estamos por detrás de paises económicamente más débiles como Finlandia (el líder digital en la UE), Suecia, Holanda, Dinamarca, Reino Unido, Luxemburgo, Irlanda, Estonia, Bélgica y Malta. Pero superamos digitalmente a Alemania (el 12º del ranking), Austria, Lituania, Francia (el 15º) e Italia (el 24º en el ranking digital UE. Esto es posible porque España destaca en conectividad (el 9º de los 28), porque tenemos la mayor red de fibra óptica de Europa y la quinta del mundo, y, sobre todo, en servicios públicos digitales (somos el 4º país del ranking), básicamente por la agilidad para pagar impuestos y sacar citas médicas online. Pero fallamos en la integración de la tecnología digital en las empresas (puesto 10º), el uso de Internet (puesto 11º) y, sobre todo, en el capital humano, que carece de competencias digitales (puesto 17º de 28 paises).


Esta es la primera asignatura pendiente en el examen digital de España, la escasa formación digital de los españoles. Casi la mitad  (el 55%) de la población adulta (16-74 años) tiene competencias digitales a nivel básico y sólo el 32% las tiene por encima, mientras sólo el 58% tiene conocimientos de software (al menos a nivel básico). La realidad es que las empresas han abandonado la formación digital de sus trabajadores, como demuestran estos datos, aportados en este reciente estudio de UGT: 10,7 millones de trabajadores no se han formado nunca en competencias digitales. Y del total de la población, 12 millones (un 33,5%) no son capaces de manejarse en entornos digitales y otros 7,6 millones (21%) sólo acredita habilidades digitales básicas, lo que dificulta encontrar empleo a medio y largo plazo (un empleo más especializado) a más de la mitad de los españoles.


Además de tener unos trabajadores poco formados digitalmente, España tiene otro hándicap: tenemos pocos empleados cualificados en TIC (tecnologías de la información y comunicación): el 2,9% de todos los empleados, frente al 3,7% de media en Europa (por lo que ocupamos el puesto 18º de los 28 paises UE), según el DESI 2019. Y lo que es peor: sólo el 17,5% de las empresas españolas contratan expertos en TIC, el porcentaje más bajo desde que hay datos, según el estudio de UGT. El sindicato sale al paso del “mito” de que las empresas no contratan expertos digitales “porque no los encuentran”, aportando este dato oficial (INE): sólo un 3,3% de las empresas han tenido problemas para cubrir vacantes TIC.


Si la primera asignatura pendiente de España es la escasa formación digital, la segunda es que las empresas españolas  tienen un escaso nivel de digitalización, tanto en implantación, uso y aprovechamiento de las TIC, como en innovación y en gasto en investigación (I+D), según demuestra el documentado estudio de UGT “Digitalización de la empresa española”. Como primera conclusión, España  se encuentra en “el furgón de cola” (ocupamos el puesto 22 de 28 paises UE) de las empresas con alto nivel de intensidad digital: el 13% del total, frente al 18% en la UE-28, el 21,7% en Reino Unido, el 16,4% en Francia o el 14,8% en Francia. Y ocupamos el 24º puesto europeo ( solo por detrás de Estonia, Croacia, Hungría y Lituania) en el ranking de paises con más empresas de bajo nivel digital: el 56,8% % del total, frente al 45,8% en la UE-28, el 38,4% en Reino Unido, el 41,4% en Alemania y el 50,3% en Francia. Y hay una presencia sólo testimonial de empresas españolas en las tecnologías digitales más vanguardistas (cloud computing, big data, robots e impresoras 3D). 


Empecemos por el escaso uso empresarial de las TIC. El 99,26% de las empresas tienen ordenadores con conexión a Internet (el 98,39%), pero menos de dos tercios de sus empleados usan el ordenador para trabajar (el 60,37%) y sólo algo más de la mitad (el 53,45%) usan Internet para trabajar (y sólo el 30% de los empleados españoles usan Internet en dispositivos móviles para trabajar), según datos del INE. Esto supone “abandonar” a la mitad de las plantillas (son muy vulnerables) ante un futuro proceso de automatización de tareas.


Sólo tres de cada cuatro empresas españolas (el 78,16%) tienen página web, lo que nos coloca en el puesto 17 de los 28 paises UE. Pero es mucho menor entre las micropymes (menos de 10 trabajadores: el 95% de las empresas españolas), similar entre las pymes (75,79%) y mayor entre las medianas (88,11%) y grandes (95,60% tienen web). Pero ojo, son muchas menos las empresas que venden por Internet: un 20,36%, lo que nos sitúa en el puesto 11 de los 28 paises UE. Y sólo venden por Internet el 5,81% de las micropymes, el 18,17% de las pymes, el 28,86% de las medianas y el 41,68% de las grandes empresas. Si vamos a herramientas TIC más sofisticadas, el porcentaje de usuarios baja: 28,08% de empresas españolas que usan “la nube (“Cloud computing”), por lo que ocupamos el puesto 22 en la UE, 8,31% de empresas que utilizan el “Big data” (puesto 15 de 28 paises UE), 10,96% que usan robots o el 3,24% que usan impresoras 3D (puesto 18 en la Ue-28). Eso sí subimos al puesto 12 europeo en el uso de redes sociales por las empresas (el 52,94%, un 80% las grandes). 


La primera consecuencia de esta escasa utilización de las herramientas digitales es que las empresas no se gastan dinero en formar a sus plantillas, lo que las condena a seguir teniendo la baja formación digital ya reseñada. Y muchas veces, advierte UGT, cuando invierten en nuevas tecnologías no es para mejorar su competitividad sino para reducir costes laborales (ejemplo: cajeros o gasolineras). La otra consecuencia es que, como no apuestan por la digitalización, no invierten en ella. Es más, recortaron de tecnología con la crisis y no han  invertido apenas con la recuperación y los beneficios. Así, el gasto empresarial en TIC cayó un 25% en 2019 (de 4.300 a 3.200 millones) y es incluso menor al que las empresas hacían en 2009, según los datos del INE aportados por UGT. Además, este gasto está concentrado en grandes empresas (2.195 millones) y en dos sectores, telecomunicaciones e informática, siendo mínimo en las TIC más vanguardistas.


Si el uso de las TIC es muy escaso, y nos aboca a una situación de “irrelevancia competitiva”, tampoco estamos mucho mejor en innovación empresarial, según revela la última Encuesta de innovación de las empresas del INE (septiembre 2019). Primero, tenemos pocas empresas innovadoras: el 0,83% del total, el porcentaje más bajo desde 2005. Segundo la intensidad innovadora es inferior a la de 2010. Y tercero, esto se explica porque el gasto en innovación de las empresas se ha recortado un 25% en 9 años, pasando de un máximo de 20.000 millones en 2008 a casi 15.000 en 2017. En consecuencia, España está ahora en peor posición relativa en innovación que en 2013, en los principales índices internacionales: el índice European Innovation Scoreboard (del puesto 16 hemos pasado al 19º), en el índice Global Innovation Index (del 26º al 29º) y en el Bloomberg Innovation Index (del 27º al 30º).


En definitiva, que la recuperación económica y el aumento de los beneficios empresariales no se han traducido en una mejora sino en un deterioro de la innovación empresarial. Y no ayuda la caída de la inversión en investigación, tanto el gasto público en Ciencia (6.372 millones) como el gasto empresarial (7.729 millones en 2017, menos que los 8.074 de 2008). Ya no es sólo que las empresas gasten menos en investigación (un 0,67% del PIB frente al 0,74% que gastaban en 2008) sino que además hay un tercio de empresas menos investigando (10.179 frente a 15.049 en 2008) y tienen el mismo personal en investigación que antes de la crisis. En resumen, “una década perdida” para la investigación empresarial (2008-2018), que confirma un tremendo retraso internacional en investigación de nuestras empresas: ocupan el puesto 29 de 42 paises analizados por la OCDE y el puesto 17 de los 28 paises de la UE. Un retraso en I+D que se suma a la escasa utilización de las TIC y al retroceso en la innovación, tres frenos para afrontar la urgente transformación digital que necesita nuestra economía para competir en el mundo.


Todos estos indicadores sitúan a España por detrás de las 19 economías más digitalizadas del mundo (pilotadas por Suecia, Suiza, Reino Unido, Bélgica, EEUU y Dinamarca), encabezando el segundo grupo de paises tecnológicamente más avanzados (con Eslovenia, Japón, Corea, Portugal, Islandia y Luxemburgo), según los distintos indicadores mundiales que estudia el informe “España Nación Digital” 2019, de aDigital, que también señala el escaso talento digital y el uso de las TIC como los dos mayores problemas de España.


Este problema, el bajo nivel digital de España, es advertido por la Comisión Europea año tras año. En su último informe “España 2020”, publicado en febrero, las autoridades comunitarias alertan otra vez sobre “la escasa utilización de las nuevas tecnologías que hacen las pymes españolas” (recordemos: son el 98% de todas nuestras empresas), la falta generalizada de capacidades digitales de los españoles y la escasez de especialistas TIC (señalando que si son sólo el 2,9% de los ocupados, entre las mujeres son sólo el 1,1%). Y piden al Gobierno español, más recursos y más formación en digitalización, mientras prometen movilizar más de 20.000 millones de euros en los próximos años para que Europa “plante cara” a EEUU y China en la inexorable revolución digital.


En España, el nuevo Gobierno dice que apuesta por esta revolución digital y para demostrarlo ha creado una vicepresidencia, como pedía el sector, la vicepresidencia de Asuntos Económicos y Transformación Digital (Nadia Calviño), con dos nuevas Secretarías de Estado (Digitalización e Inteligencia Artificial y Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales). Es un primer paso, al que seguirá la aprobación de dos Planes prometidos: una “Estrategia de Formación y Alfabetización Digital”, que mejore la deficiente formación digital actual (se preparan 40 nuevos títulos universitarios y de FP en el ámbito de las TIC), y un “Plan de digitalización de la Administración”, para facilitar los trámites burocráticos a través de Internet, con la “Carpeta ciudadana” (permite acceder a todos los trámites con las Administraciones a través de un único espacio web). Además, estudian medidas para empresas y pymes, dentro de la Estrategia Industria Conectada 4.0 y la Plataforma Hada (una aplicación gratuita que permite a las empresas autoevaluar su madurez digital).


Mientras el Gobierno prepara una estrategia digital, empresas, sindicatos y expertos piden que promueva un Pacto de Estado por la Digitalización, con recursos suficientes para la formación digital de los jóvenes (desde el colegio a la Universidad), los parados y los trabajadores, incentivando a las empresas a poner en marcha Planes de transformación digital, sobre todo en las pymes y microempresas, con el objetivo de mejorar la competitividad y el empleo a medio y largo plazo. Y garantizando que los frutos de esta transformación digital no son despidos de los trabajadores más vulnerables sino una mejora de productividad que beneficie también a los trabajadores, como pide UGT.


Y en paralelo, el sindicato pide reducir la brecha digital entre las distintas regiones españolas, porque todavía hay 13 millones de españoles, que viven en 26.767 poblaciones de más de 10 habitantes, que no disponen de un acceso a Internet de calidad, según detallan en su reciente informe “Las sombras de Internet en España”. Ahí se ve que las mayores “zonas de sombra”, con deficiente acceso a Internet, se concentran en las cuatro provincias gallegas y en Asturias, más algunas zonas de Castilla y León. Y que las regiones con menos poblaciones con mala cobertura de Internet son Baleares, La Rioja y Madrid. Por eso piden un Plan para reducir la brecha digital, sobre todo en “la España vaciada”.


Todos estos Planes para digitalizar España hay que recuperarlos cuanto antes, en cuanto salgamos de la "economía de guerra" que nos impone el coronavirus. España tiene muchas asignaturas pendientes (empleo, pensiones, educación, vivienda, servicios públicos, desigualdad, pobreza…) pero una de ellas es digitalizar la economía, prepararnos para esa tremenda revolución tecnológica que va a trastocar todo, si queremos competir y no perder empleo y nivel de vida. Todos tenemos que reconvertirnos, pero sobre todo los trabajadores y las empresas, con ayuda del Estado y la Unión Europea. Partimos de una mala situación, sobre todo en formación y utilización de las TIC, con poco gasto, así que habrá que destinar más recursos y dirigir toda la enseñanza y la formación a las nuevas tecnologías, al mundo digital. Ahí es donde van a estar cada día más los negocios y empleos. Como país, no podemos perder este tren. Nos jugamos el futuro ahora. Y más tras el tsunami del coronavirus.

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