lunes, 24 de febrero de 2020

Recortes Presupuesto UE: España pierde


Europa racanea” con sus Presupuestos para 2021-2027. Ahora que Reino Unido no contribuye, los paises ricos del norte no quieren pagar más y aprovechan para recortar los Presupuestos UE, sobre todo las ayudas al campo (-14%) y a las regiones pobres (-12%), que no les afectan. Para el sur y Este de Europa es un drama, por su menor renta y la penosa situación de agricultores y ganaderos. Y España  pasará de recibir a pagar a Europa más de lo que recibe. La reciente Cumbre europea no logró pactar un acuerdo sobre quien paga y quien recibe, pero harán un “apaño” que perjudicará a la Europa pobre. Y eluden la cuestión de fondo: el Presupuesto europeo es ridículo, un 1% del PIB, frente al 22% del Presupuesto federal USA. Sólo 156.000 millones de gasto anual, la tercera parte del Presupuesto español. Si queremos una verdadera Unión europea, hay que gastar más entre todos y menos cada país. Hacen lo contrario: serán los Presupuestos UE más austeros desde 1988

enrique ortega

Lo que se debate ahora son las cuentas de la Unión Europea para los próximos siete años (2021-2027). Hasta 1988, la Comunidad Europea discutía y aprobaba su Presupuesto cada año, como hacen los países, pero era una fuente de conflictos y no había forma de planificar políticas a medio plazo. Ese año 1988, el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, logró aprobar el primer Presupuesto plurianual 1988-92. Y a partir de ahí, se han aprobado cuatro Presupuestos más, todos por 7 años, el último el Presupuesto 2014-2020, ahora vigente, con un gasto de 1.082.000 millones de euros (algo más de un billón), lo que supone el 1,16% de la renta europea (RNB). Ahora, se trata de aprobar el 6º Presupuesto plurianual de la Unión Europea, para 2021-2027


Y sobre este Presupuesto 2021-2027 ha habido 3 borradores. El primero, la propuesta aprobada en mayo de 2018 por la anterior Comisión Europea: 1.134.000 millones de gasto, 52.000 millones más de gasto (ojo: en 7 años) que el anterior, aunque como la UE es más rica, supone gastar porcentualmente algo menos que en 2014-2020, el 1,11% de la renta. El segundo, la propuesta aprobada en noviembre de 2019 por la presidencia finlandesa y que es la que el presidente del Consejo Europeo llevó a la Cumbre de la semana pasada: 1.094.000 millones, un 1,074% de la riqueza, lo que suponía un recorte de 40.000 millones sobre lo propuesto por la Comisión Europea. Y tres meses después, el 12 de febrero, el Parlamento Europeo rechazó este segundo “tijeretazo” y anunció que no apoyaría ningún Presupuesto europeo que no gastara 1.324.000 millones, el 1,30% de la renta europea, 230.000 millones más de gasto que lo que ha propuesto la presidencia del Consejo Europeo.


Así las cosas, la Cumbre europea acabó sin acuerdo porque los paises ricos del norte de Europa no aceptan siquiera la propuesta más austera, el gasto del 1,074% (1,094 billones en 7 años). Su posición es que, como ahora ya no contamos con un contribuyente importante, el Reino Unido (aportó 75.000 millones en 2014-2020), ellos no están dispuestos a pagar más para cubrir la aportación británica y los nuevos gastos. La “bandera” de Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, los llamados paises “frugales”, apoyados en la sombra por Alemania, es que Europa no debe gastar más del 1% de su renta, así que todavía quieren otros 73.000 millones de recortes sobre el Presupuesto que se presentó en la Cumbre europea. Y además, quieren que se les mantenga (a los 5 paises) el “cheque”, el descuento en su aportación que, como los británicos, disfrutan desde hace décadas y por el que se han ahorrado (los 4 “frugales” y Alemania) 40.000 millones de aportación entre 2014 y 2020.


Si el Presupuesto se recorta aún más, sobre el de 2014-2020, habrá que repartir menos fondos entre más necesidades, ya que en los próximos 7 años se necesitan destinar muchos recursos a la lucha contra el Cambio Climático, la revolución digital y le Defensa y Seguridad, sobre todo. Por eso, la propuesta de la Comisión y del Consejo trataba de repartir los menores recursos, en perjuicio de los dos principales bloques de gasto de la UE desde siempre: los gastos agrícolas y los fondos para la cohesión, para reducir las desigualdades entre las regiones europeas, dos partidas que apenas reciben los paises ricos del Norte y que por eso apoyan recortarlas. La propuesta del Consejo (ver cuadros) es destinar 335.703 millones de euros en los próximos 7 años a los fondos agrícolas y pesqueros (FEOGA, FEADER y FEMP), un 14% menos que en 2014-2020 (390.155 millones). Y con ello, el campo europeo se llevaría el 30,68% del Presupuesto UE, frente a 37,8% que se llevaba en 2014-2020, el 42,3% en 2007-2013 y el 66% que se llevaba en los años 80. El otro “tijeretazo” se lo llevan los fondos de cohesión, los fondos regionales (FEDER, Fondo Social europeo y Fondo Cohesión), a los que se quieren destinar 237.752 millones en los próximos 7 años, un 12,8% menos que en 2014-2020 (272.647 millones).


A cambio de estos recortes, argumentan la Comisión y el Consejo, Europa aumentará el gasto en necesidades “de futuro”, como la lucha contra el Cambio Climático (12.568 millones, 3,6 veces lo gastado en el Presupuesto actual), investigación, innovación y economía digital (87.369 millones, 1,6 veces lo actual), migración y gestión de fronteras (21.890 millones, el doble que ahora), acción exterior (101.905 millones, un 5,8% más) y Seguridad y Defensa (14.290 millones, 7,2 veces más que en el Presupuesto actual).


Frente a los 4 paises “frugales (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca) más Alemania y la Comisión, defensores de los recortes al campo y a las regiones pobres, hay un frente de 16 paises,los amigos de la cohesión, capitaneados por España, Portugal, Polonia y Hungría, a los que siguen Grecia, Rumanía, Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Croacia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta. Y a los que apoyan, en la distancia, Francia e Italia, paises ricos pero que son perceptores de ayudas agrícolas y regionales. Este bloque de la Europa del Sur y Este advierte que el campo es clave para Europa y que no se pueden recortar unas ayudas que suponen la cuarta parte de la renta de agricultores y ganaderos. Y que hay una tremenda desigualdad entre regiones europeas que combatir. Así que defienden no recortar el Presupuesto y mantener o incluso aumentar estas ayudas.


Al final, la cuestión de fondo es quien paga y quien recibe. Y aquí, la postura de los 5 paises ricos del norte de Europa es doblemente injusta. Primero, porque se quejan de que pagan más por habitante al Presupuesto UE (es verdad, porque sobre todo Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia tienen poca población y mucha riqueza), pero no dicen que en base a su riqueza (no a su población) aportan menos que los paises europeos pobres: un  0,70% de su renta (RNB) en 2014-2020 frente al 0,85% de su renta que aportaron los paises más pobres, según datos de la Comisión Europea. Y eso porque los 5 paises (4 frugales más Alemania) consiguieron, con Reino Unido, que les devuelvan un cheque con parte de su aportación (40.000 millones en estos últimos 7 años), un privilegio que ahora se resisten a perder.


Pero, en segundo lugar, tampoco hablan de dos hechos. Uno, que estos 5 paises están entre los 8 más ricos de Europa, con un PIB por habitante que supera en un 25% la media UE (Austria tiene un 127% de la renta media UE, frente al 91% España, el 71% Polonia, el 68% Grecia o el 50% Bulgaria). Y es lógico (o debería serlo) que si son más ricos aporten  más. Además, el otro hecho que esconden es que ellos, la Europa rica del norte, son los que más se benefician del mercado único europeo, inundando de productos a los paises del Sur y Este de Europa: pagan más sí (y ni eso, en porcentaje), pero se benefician más. La propia Comisión Europea aporta este gráfico para señalar qué paises se han beneficiado más del mercado único europeo: Alemania (118.000 millones), Francia (62.000), Reino Unido (55.000), Holanda (52.000), Italia (40.000), Bélgica (35.000), España (28.000 millones), Polonia (25.000), Austria (20.500), Suecia (19.000) y Dinamarca (16.000 millones)…


Mientras los paises ricos  de Europa justifican (con medias verdades) su “racanería”, la Europa del Sur y Este trata de pelear por sus ayudas, aunque sabe que se va a dejar muchas en el camino. Los que tienen más que perder son los paises “receptores netos”, que reciben del Presupuesto UE más de lo que aportan. En el periodo 2014-2020 han sido Polonia (+10.650 millones netos de media anual), Hungría (+4.640 millones anuales), Rumanía (4.640 millones), Grecia (+4.490 millones), Chequia (+3.500 millones), Portugal (+3.000 millones), España (+2.050 millones de media anual), Bulgaria y Eslovenía (+2.000 millones cada uno). Y han sido “paganos netos”, pagaron más que recibieron, Alemania (-13.500 millones anuales), Francia (-6.870 millones), Italia (-3.970 millones), Holanda (-2.500 millones), Suecia (-1.470 millones), Bélgica (-1.150 millones), Austria (-1.120 millones) y Dinamarca (-750 millones), según las balanzas publicadas en noviembre por la Comisión Europea.


España se juega mucho con los próximos Presupuestos UE, ya que recibimos un 19% de las ayudas agrícolas y el campo español  podría perder 925 millones anuales (-6.475 millones en 7 años), según los cálculos de la COAG. Y también Fondos estructurales, dado que España ya está fuera de las ayudas del Fondo de cohesión (las perdió en 2014, al superar el 90% de la renta UE) y ahora perderá Fondos regionales y del Fondo social europeo, donde recibe un 9% del Presupuesto europeo total, con lo que podría perder otros 400 millones anuales. Lo que parece evidente es que España será ya “contribuyente neta” (pagará más de lo que recibe) en el periodo 2021-2027, por primera vez desde que ingresamos en Europa en 1986. Eso según las cuentas de Bruselas, porque según lo contablemente recibido (puede haber pagos pendientes), España ya ha salido financieramente perdiendo en la balanza con la UE en 2014-2020: aportó 71.875 millones y recibió 68.338 millones. Saldo neto: -3.537 millones, según publica el libro amarillo de los Presupuestos del Estado 2019.


Tras el fracaso de la Cumbre Europea del 20 y 21 de febrero, después de 30 horas de negociaciones, los 27 tratarán de alcanzar algún acuerdo sobre el Presupuesto 2021-2027 antes del verano, porque urge tenerlo aprobado con tiempo para que eche a andar el 1 de enero. Como en otras ocasiones, habrá otras Cumbres y de madrugada se llegará a algún “acuerdo creativo” que intente “salvar la cara” a todos al volver a sus paises. Pero está claro que los paises del Sur y del Este saldrán perdiendo, recibirán porcentualmente menos, porque ya se sabe que “el que paga manda. Será “otro parche”, como casi todo en la construcción de Europa. Porque el tema de fondo, del que casi nadie habla, es que Europa tiene un Presupuesto ridículo y así no hay forma de construir una Europa más unida y más fuerte.


Basten dos datos sencillos para valorar lo ínfimo del Presupuesto europeo. El primero, que supone gastar el 1% del PIB europeo, cuando el Presupuesto federal USA supone el 22% del PIB norteamericano, o sea que es una herramienta de política económica mucho más potente. Y los propios paises europeos gastan de media, en sus Presupuestos anuales, un 45,6% de su PIB (media UE 2018), variando entre el 44% de Alemania, el 56% de Francia y el 41,3% de España. El segundo dato, es aún más impactante: la UE está “racaneando” por gastar 156.285 millones cada año durante los próximos 7 años, la tercera parte del gasto del Presupuesto español (472.660 millones en 2019). Y cada europeo ha aportado 240 euros al año (en 2014-2020) para sostener la Unión Europea, 20 euros al mes. Así va Europa…


El debate está centrado en lo inmediato, como siempre, en si gastar 12.000 millones más (Consejo) o 185.000 millones más (anterior Comisión) en los próximos 7 años, que es una “miseria”: como mucho 26.428 millones más cada año, a repartir entre 27: 1.000 millones más por país al año). Una minucia. La cuestión de fondo que debería centrar el debate es que Europa debía contar a medio plazo con un mayor Presupuesto, del 10 al 20% de su PIB (1,5 billones anuales), para afrontar sus retos de futuro y consolidarse como una Europa federal. Eso podría hacerse implantando una reforma fiscal europea, que asegurara más ingresos europeos (hoy son tres: un porcentaje sobre el IVA de cada país, sobre su renta y sobre los impuestos en aduanas a las importaciones), con impuestos verdes, sobre tecnológicas y operativa financiera. Y en paralelo, recaudando y gastando más Europa (para dedicarlo a un seguro de paro europeo, por ejemplo) y menos los paises.


Ya sé que suena utópico, pero habría que decir a los que “se les llena la boca con más Europa”, que los espacios políticos y sociales comunes se construyen con espacios económicos y presupuestarios comunes, no con gastos testimoniales e insuficientes. Hay que ingresar más y aportar más desde los paises para gastar más desde Europa (a cambio de gastar menos los paises, claro). Es lo que hace EEUU y lo que deberíamos hacer si queremos construir los Estados unidos de Europa. Pero no parece que los múltiples “nacionalismos” europeos lo quieran. Así nos va.


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