lunes, 4 de noviembre de 2019

Nuestro vecino puede ser "un pobre"


España tiene más de 12 millones de pobres (1 de cada 4 españoles) y somos el 7º país europeo con más pobreza, tras Grecia, Italia y cuatro paises del Este, según la estadística UE. Muchos no se creen esta cifra, porque piensan que “pobres” son los que venden pañuelos en los semáforos. Pero no: son los que ganan menos del 60% de la media, menos de 739 euros al mes (solteros) o menos de 1.552 (familias con 2 hijos). Y entonces “hay muchos pobres” y su perfil puede ser el de nuestro vecino: españoles (80,5%), con estudios medios y altos (13,4% universitarios) y que trabajan (el 32,6% de los pobres). Lo peor es que, tras 6 años de recuperación, tenemos 1,2 millones de pobres más que en 2008. Y 2,45 millones de pobres son menores. La pobreza se ha enquistado y no es sólo una injusticia social sino un grave problema económico y político, una vergüenza para el país. Urge un Plan de choque contra la pobreza.


enrique ortega

¿Qué es ser pobre? La Comisión Europea utiliza un indicador que publica desde 2008, el AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion), que mide las personas en riesgo de pobreza o exclusión social, a partir de 3 indicadores: sus ingresos (son pobres los que ganan menos del 60% del ingreso medio de cada país), la privación material severa (carecen de 4 de 9 bienes, desde comer carne dos veces por semana a llegar a fin de mes) y personas que viven en hogares con adultos que trabajan pocas horas (menos de 20 último año). Si alguien cumple 1 de esos 3 indicadores, es oficialmente “pobre”. En Europa había 109,2 millones de “pobres” en 2018, un 21,7% de la población UE-28, según Eurostat.


En España, con esta estadística europea, hay 12.188.288 pobres, un 26,1% de la población española, con lo que somos el 7º país europeo con más pobres, tras Bulgaria (32,8%), Rumanía (32,5%), Grecia (31,8%), Letonia (28,4%), Lituania (28,3%) e Italia (27,3%), según el último dato de 2018, publicado por Eurostat a mediados de octubre. Lo peor es que, a pesar de que España lleva 6 años de recuperación, con un alto crecimiento, hoy hay más pobreza que antes de la crisis (23,8% en 2008) y más pobres: 1.200.000 más que en 2008. Mientras, Europa ha reducido sus pobres (-8,2 millones desde 2008) y sólo 9 paises han aumentado su pobreza estos años, siendo España el 4º donde más ha crecido desde 2008 (+2,8%), tras Bulgaria (+6,7%), Luxemburgo (+6%) e Italia (+3,4%).


De los 12.188.288 pobres AROPE, hay 10.065.967 de personas (el 21,5% de los españoles) que sufren pobreza monetaria (el primer indicador), porque ingresan menos del 60% de la renta media de los españoles, un tope fijado para 2018 en 8.871 euros anuales (739 euros mensuales) para solteros y en 18.629 euros anuales (1.552 euros al mes) para familias con 2 hijos. O sea, que esos 10 millones de “pobres monetarios” ganan menos de 739 euros (solteros) y de 1.552 euros (familias). La estadística hace otro apartado, el de la “pobreza severa”: los que ganan menos del 30% de la renta media del país, en el caso de España, menos de 370 euros (solteros) y menos de 776 euros mensuales (familias). Son 2.661.809 españoles en situación de “pobreza severa”, el 5,7% de la población y 740.000 pobres severos más que en 2008, según Eurostat.


El segundo indicador de pobreza, la privación material severa, afecta a 2.528.196 españoles, el 5,4% de la población, que sufren 4 de estas 9 carencias: no poder comer carne o pescado 2 veces a la semana, no poder atender gastos imprevistos, no poder pagar recibos, no poder irse de vacaciones 1 semana al año, no poder calentar su casa o no poder tener coche, teléfono, televisor o lavadora. Y el tercer indicador de pobreza, vivir en hogares con baja intensidad de empleo (trabajar menos del 20% de la jornada normal): hay 3.700.000 españoles menores de 60 años que viven en hogares así, un 10,7% de esa población, 1,4 millones de personas más que en 2008, según Eurostat.


Al final salen los 12.188.288 españoles considerados “en situación de pobreza o exclusión social” porque cumplen una de estas tres condiciones del indicador AROPE (ojo: hay 669.337 españoles que cumplen las 3 condiciones y 2.625.504 que cumplen 2). Pero hay que saber que también la pobreza está mal repartida y se ceba más en unos españoles que en otros, según detalla el informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN). Así, si la tasa de pobreza española es del 26,1% de la población (AROPE 2018), la sufren mucho más los parados (58,9% son pobres), los inmigrantes de fuera de la UE (56% son pobres) e incluso de la UE, por la Europa del Este (47,7% pobres), las mujeres solas con niños (50% son pobres) , los inactivos (37,6%), los que tienen sólo primaria, la ESO o menos (33,8% pobres), los jóvenes de 16 a 29 años (33,8% son pobres), los hogares con niños (33,6%), los discapacitados (31,1% pobres) y más las mujeres (27% pobres) que los hombres (25,1%). 

Y por regiones, la España del sur tiene una tasa doble de pobreza (35,5% de la población) que la del norte (18,8% de pobres), destacando el porcentaje de “pobres” en Extremadura (44,6%), Andalucía (38,2%), Canarias (36,5%), Castilla la Mancha (33,5%) y Murcia (32,7%), frente a los bajos niveles de pobres en el País Vasco (12,1%), Navarra (12,6%), Aragón (17,7%), Baleares (18,1%), Cataluña (18,9%) y Madrid (19%).


Y hay que llamar la atención sobre la pobreza infantil: hay 2.458.000 niños y jóvenes en situación de pobreza (AROPE 2018), un 29,5% de los menores de 18 años, según el informe de la EAPN. Y de ellos, 650.000 niños y jóvenes viven en hogares con pobreza extrema, donde les falta de todo. El informe resalta que la pobreza infantil ha aumentado entre adolescentes (14 a 17 años), donde 1 de cada 4 está en situación de pobreza en España, agravándose el problema en las zonas rurales y entre familias numerosas y monoparentales (las más pobres, las mujeres solas con hijos adolescentes).

El reciente informe sobre la pobreza de la EAPN hace una interesante reflexión: no creamos que los pobres son “los que piden por la calle o venden pañuelos en los semáforos”. Son gente que vive a nuestro lado, que son pobres y no lo sabemos. Y para demostrarlo, trazan un perfil de los pobres actuales, a partir de una muestra realizada: son españoles (el 82,8% hoy, frente al 76,6% en 2008), adultos (77,6% tienen más de 18 años), con un nivel educativo medio o alto (22,9% con Bachillerato y 13,4% universitarios) y que trabajan (el 32,6% de los pobres españoles trabajan). Y además, viven más en las zonas rurales (allí residen el 31,4% de los pobres españoles y el 24,4% de los no pobres), porque buscan zonas donde sea más barato sobrevivir (aunque a cambio tienen muchos menos servicios). Y además, los pobres españoles son hoy más pobres que en 2008: han perdido un -10,7% de capacidad adquisitiva (los precios se han comido su pequeño aumento de ingresos) mientras el resto de españoles no pobres han perdido sólo el -3,7%, según el informe de la EAPN.


¿Cómo malviven estos pobres españoles? La mayoría no puede hacer frente a gastos imprevistos (el 66,4%) y no consiguen llegar a fin de mes (52%). Y cada vez tienen más problemas para pagar el alquiler (28%), aunque ojo, el 56,6% de los pobres viven en una casa de su propiedad (¿nuestros vecinos?). Al final, muchos tienen que pedir ayuda (comida, ropa, dinero) a familiares o amigos (el 27% en 2018) o a Cáritas y ONGs (el 16,2%, un 2,2% más que en 2017). Cáritas alerta de que hay 1.800.000 españoles que malviven en la pobreza más extrema y se sienten “abandonados” por la sociedad. Y otros 6 millones están “en el filo de la navaja”: son familias muy vulnerables porque tienen empleos precarios y mal pagados y tienen que pagar casa. Y reiteran: quienes más les preocupan son las mujeres solas con niños, el 60% de los que les piden ayuda.


Frente a este panorama, una pobreza que crece y se enquista, la otra cara de la moneda es el aumento de la desigualdad, que también refleja el informe de la EAPN: el 20% de españoles más ricos tienen 6 veces el patrimonio del 20% más pobre, cuando en 2008 la diferencia era 5,6 veces. Y el 10% más rico tiene 10,9 veces el patrimonio del 10% más pobre (9,8 veces en 2008), mientras hay casi 1 millón de millonarios (tienen más de 1 millón de dólares), 5 veces los millonarios que había en 2010, según un informe de Credit Suisse. Con ello, España es el 4º país con más desigualdad de Europa (33,2 de índice de Gini), sólo por detrás de Bulgaria (40,2), Lituania (37,6) y Letonia (34,5%), y el tercer país europeo donde más ha crecido la desigualdad desde 2008, tras Bulgaria y Lituania. Al final, la crisis duró 3 años (2011-2014) para el 50% de la población con mayores ingresos y el 25% más pobre aún no se ha recuperado en 9 años (2011-2019), según el informe de la EAPN.


La pobreza es una asignatura pendiente en España y también en Europa, dado que en 2010, el Consejo Europeo aprobó la Estrategia2020 donde se planteaba, entre otros objetivos, rebajar el número de pobres europeos en 20 millones sobre 2008. En 2018, sólo han conseguido rebajarlos en 8,2 millones. Y Zapatero prometió rebajarlos en España en 1,5 millones, cuando en realidad han aumentado 1,2 millones. Así que, a pesar del crecimiento y la recuperación, hay demasiados pobres en Europa y más en España. Y esto no sólo es un problema social sino también un problema económico y político. Porque tener 12 millones de españoles “malviviendo” reduce el consumo y frena el crecimiento, rebaja la recaudación fiscal, deteriora las cotizaciones y las pensiones y aumenta el gasto público y el déficit. Pero además, la pobreza y la desigualdad son también un problema político, porque muchos de estos pobres se sienten “excluidos” de la sociedad, no participan en la democracia y son caldo de cultivo de populismos y fascismos, como se ha visto claramente en Europa.


Por todo ello, la lucha contra la pobreza y la desigualdad debería ser una prioridad social, política y económica en España, al margen de quién Gobierne. Y eso debería traducirse en aprobar con urgencia un Plan de choque contra la pobreza, centrado en los colectivos más vulnerables: parados, mujeres solas con niños, jóvenes, mujeres, inmigrantes y trabajadores precarios, sobre todo de zonas rurales en la mitad sur de España. Se trata de que reciban una ayuda económica suficiente, así como apoyos directos a la vivienda, la enseñanza de sus hijos, la sanidad y la alimentación, junto a mejoras en su formación y empleabilidad. Un Plan creíble contra la pobreza exige gastar al menos 10.000 millones anuales en varios años. Y eso tendrá que salir de más impuestos a los más ricos, vía Patrimonio, IRPF y Sociedades. Además, hay que atajar las causas de la pobreza: el paro, la precariedad laboral, el subempleo y los bajos salarios, junto a la subida de alquileres, enseñanza y sanidad.


El gran debate en la lucha contra la pobreza es la implantación de una renta básica. Actualmente, en España sólo recibían una renta mínima 679.180 beneficiarios  en 2018 (100.000 menos que en 2017), según la estadística del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales. O sea que la ayuda llega sólo al 5,5% de los pobres españoles (estadística AROPE) y al 6,74% de los pobres por ingresos (los que ganan menos del 60% de la media), siendo mayor la cobertura en País Vasco o Navarra y mucho menor en Castilla la Mancha, Andalucía, Canarias, Valencia y Murcia. Y además de llegar a pocos, es muy escasa: se cobra de media 463,05 euros al mes. Y con grandes diferencias entre autonomías: 300 euros en Ceuta, 400 euros en Madrid o Galicia, entre 419 y 430 euros en Andalucía, Castilla y León, Murcia y la Rioja y 604 en Cataluña, 610 en Navarra o 644 euros en el País Vasco. Así que hasta para ser pobre hay diferencias según dónde se viva.


Los sindicatos UGT y CCOO presentaron en el Congreso, en febrero de 2017, una propuesta para asegurar una renta mínima estatal a 1.800.000 españoles más vulnerables, con un coste estimado de 7.200 millones. En junio pasado, la Agencia de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha propuesto al Gobierno crear una renta mínima estatal para 1.800.000 hogares, con un gasto estimado de 5.500 millones de euros anuales. La idea sería agrupar todas las ayudas actuales (desempleo no contributivo, rentas mínimas y otras) en una sola, que sería de 430 euros al mes más 100 euros por hijo, centrada en los que tienen pobreza más severa (los que ingresan entre el 20% y el 60 por 100% de la renta media) y compatible con tener un trabajo. Serviría para asegurar una misma renta mínima en toda España, que sería con todo más baja que la renta mínima que se paga en Francia (1.046 euros), Reino Unido (1.167) o Alemania (1.238). Y reduciría la tasa de pobreza severa en un 60%, según la AIReF.


Algo tendrán que hacer el próximo Gobierno y todos los partidos, con urgencia, porque la alta tasa de pobreza que tenemos es un vergonzoso indicador de  nuestro fracaso como país, de que la cacareada recuperación deja a una cuarta parte de españoles atrás mientras se quintuplican los millonarios. No podemos mirar hacia otro lado: los pobres son nuestros vecinos y mañana podemos ser nosotros. Hay que extirpar esta pobreza, enquistada en nuestra sociedad,  porque es un cáncer social, político y económico.


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