jueves, 4 de octubre de 2018

Drogas: España, en cabeza del consumo europeo


Cada día son más los conductores pillados por conducir drogados. Y basta acudir a conciertos o fiestas populares para oler la marihuana o ver cómo se consume cocaína impunemente. España es una de las puertas de entrada de la droga en Europa: el país líder en incautaciones de cannabis, el 2º en alijos de cocaína y el 3º en heroína y pastillas.  Y los españoles son los segundos consumidores europeos de cocaína, los cuartos de marihuana y los quintos de éxtasis y anfetaminas. Los españoles ya gastan más en drogas que en alcohol, según el INE.Y las drogas  crecen entre los más jóvenes: el 12% de los menores españoles (14-18 años) ha consumido cannabis el último año y el 1,1% cocaína. Hay que tomarse en serio esta lacra, que causa graves problemas familiares, sanitarios y sociales, aumentando el gasto en prevención y tratamiento, de los más bajos de Europa. Un Pacto contra las drogas, entre familias, colegios, empresas  y toda la sociedad.

enrique ortega

Europa se ha convertido en la última década en un gran mercado para toda la droga que se mueve por el mundo. Y además, en los últimos años, una parte de la droga que se consume se produce en el continente, desde plantas de cannabis a nuevas drogas sintéticas que se fabrican en el centro y este de Europa. Y junto a los mercados físicos, la venta directa, está aumentando la venta online, a través de  la Internet oscura”, con nuevas redes que canalizan la venta por Internet de nuevas drogas y opiáceos sintéticos muy peligrosos. Se estima que el negocio de las drogas mueve en Europa unos 32.000 millones de euros, según Interpol (con datos de 2013): 9.300 millones de euros el cannabis (38%), 7.000 millones  las pastillas de MDMA (éxtasis y estimulantes sintéticos, el 22% del mercado), 6.800 millones la heroína (21%) y 5.700 millones la cocaína (18%), repartiéndose el 10% restante las nuevas drogas.

La mayor parte de esta droga entra en Europa por tres grandes rutas. La primera, la que llega de Asia a través de Turquía y los Balcanes, por el Este de Europa. La segunda, la vía que conecta Latinoamérica y los grandes puertos del centro y sur de Europa. Y la tercera, la vía del norte de África, a través de Marruecos, Libia y España.  Y una muestra de la pujanza de estas rutas es que crecen año tras año las incautaciones, más de 1 millón en 2016, según las últimas estadísticas publicadas en 2018 por el Observatorio Europeo de Drogas (EMCDDA). El 71% (763.000 incautaciones) son aprehensiones de cannabis (40% hierba, 29% resina de hachís y 2% plantas), el 9% cocaína y crack (98.000), 5% anfetaminas (34.000), 4% heroína (38.000), 3% MDMA (pastillas) y un 8% todas las demás drogas.

España es líder en incautaciones de cannabis (158.810 de hierba y 169.538 de resina, 548 toneladas en 2016), según el Informe de Drogas 2018 del EMCDDA, por delante de Francia (31.736 incautaciones de hierba y 77.466 de resina, 71 toneladas), Reino Unido (103.695 incautaciones de hierba y 12.093 de resina, 18,8 toneladas) y Turquía (35.848 incautaciones, pero con 156 toneladas).  En cocaína, España es también líder en incautaciones (41,531 en 2016) pero 2º en cantidad decomisada (15,6 Tm), tras Bélgica (30,3 Tm) y por delante de Reino Unido (5,7 Tm). En heroína decomisada, España ocupa el tercer lugar europeo en incautaciones (7.205) y cantidad decomisada  (253 kg), muy por detrás de Reino Unido (11.075 decomisos y 844 kg) y Francia (4.312 decomisos y 1.085 kg), aunque el líder es Turquía (8.179 decomisos y 5.585 kilos incautados). En MDMA (pastillas), España es el 2º país europeo en incautaciones (3.486 y 394.211 comprimidos), por detrás de Dinamarca (4.015 y 2,2 millones de pastillas), aunque el líder vuelve a ser Turquía (3,7 millones pastillas incautadas).Y en anfetaminas, España ocupa el tercer lugar en incautaciones (5.004), tras Alemania y Finlandia y el 5º en cantidad incautada (520 kg), tras Turquía (3.631 kg), Reino Unido (1.356), Alemania (1.533) y Polonia (961 kilos).

En conjunto, España batió en 2017 el récord de incautaciones de drogas, con 477 Tm. aprehendidas, un 28% más que en 2016, el 80% en Andalucía (49% en Algeciras y zona de Cádiz), según la Memoria de la Fiscalía General del Estado. Han aumentado sobre todo las incautaciones de marihuana (+63%), especialmente las plantas de cannabis (más de 1 millón incautadas) y de cocaína (+162%). Y a la vista de las incautaciones récord hechas ya este año (sobre todo de cocaína y marihuana), 2018 será otro año récord.

A pesar de la creciente eficacia en los controles de fronteras, la mayor parte de la droga consigue entrar en Europa y cada vez se fabrica más dentro. Con ello, año tras año aumenta el consumo de drogas: 92 millones de europeos han probado alguna vez drogas ilegales (56 millones hombres y 36 millones mujeres), algo más del 25% de la población europea adulta, según el “Informe europeo sobre drogas 2018”, elaborado por el  EMCDDA. Son 21 millones más de los estimados por esta Agencia europea antes de la crisis: 71 millones de europeos adultos (un 22%) habían probado las drogas alguna vez en 2008.

La droga ilegal más consumida en Europa es el cannabis, que reconocen haber probado 87,6 millones de adultos europeos (15-64 años), un 26,3% de esa población, según el informe europeo 2018 del EMCDDA. El consumo medio es de 5,5 días a la semana y un 55% de los fumadores lo consume a diario (más del 60% en España), el 1% de los adultos europeos. España es el 4º país que más cannabis consume (el 31,5% de los adultos lo ha probado alguna vez), por detrás de Francia (41,4% lo han fumado), Dinamarca (38,4%) e Italia (33,1%). Si atendemos a los adultos jóvenes (15-34 años) que han consumido cannabis en el último año, son el 14,1% de los europeos. Siendo España el 4º consumidor (17,1% adultos jóvenes lo han fumado último año), tras Francia (21,5%), Italia (20,7%) y República Checa (19,4%). Lo preocupante es que España es el 2º país con más consumo de cannabis en jóvenes de 15 y 16 años: lo han fumado alguna vez el 31%, sólo por detrás de la República Checa (37%), a la par que Francia y muy por delante de Bulgaria (27%), Eslovaquia (26%), Estonia (25%), Polonia (24%), Holanda (22%), Reino Unido, Irlanda, Alemania o Italia (19%).

La segunda droga más consumida en Europa es la cocaína: la han probado alguna vez 17 millones de adultos europeos (15-64 años), el 5,1% de esa población. Y es más consumida en el sur y oeste de Europa, con Reino Unido (9,7% adultos la han probado) y España en cabeza (9,1%), seguidos de Irlanda (7,8%), Italia (6,8%) y Dinamarca (6,4%). Y en el último año, 2,3 millones de europeos jóvenes (15-34 años), el 1,9% de esa edad, siendo Reino Unido el país con más consumo  (3% de la población joven probó cocaína en el último año), seguido de Dinamarca (3,9%), Holanda (3,7%) y España (3%), con una media de consumo de 4,1 días por semana y a diario el 24% de los consumidores. Es muy preocupante el consumo de cocaína entre adolescentes (15 y 16 años), porque España está en tercer lugar europeo (el 3% la han probado alguna vez), sólo por detrás de Bulgaria (el 5%) y Polonia (el 4%) . Otro dato impactante: el análisis de los residuos de cocaína en las aguas residuales de 60 ciudades europeas revela que la ciudad con más consumo en 2016 fue Barcelona, por delante de Ámsterdam, Bruselas, París o Londres.

La tercera droga más consumida en Europa, según el estudio del EMCDDA 2018 es la llamada MDMA (3,4-metilendioxi-metanfetamina o éxtasis, normalmente en comprimidos aunque también en polvo o cristal), que han probado alguna vez 13,5 millones de europeos adultos, el 4,1% de la población de 15 a 64 años, siendo los paises líderes Holanda e Irlanda (9,2% la han probado), Reino Unido (9%), República Checa (7.1%), Hungría (4%) y España (3,6%). En el último año, han consumido MDMA un 1,8% de los europeos jóvenes (15-34 años), encabezados por Irlanda, Reino Unido y República Checa, pero con España bastante lejos (consumieron el 1,3%). Pero el consumo de pastillas empeora entre los adolescentes de 15 y 16 años: el 2% de los chicos españoles lo han probado alguna vez, sólo por detrás de la República Checa (5%), Irlanda (4%) y Reino Unido (3%). Y al analizar las aguas residuales, Barcelona vuelve a ser líder en residuos de consumo de MDMA.

La cuarta droga más consumida en Europa son las anfetaminas, un estimulante prohibido que han probado alguna vez 11,9 millones de europeos adultos  (15-64 años), el 3,6% de esa población, según el EMCDDA, siendo los países líderes Reino Unido (9,2%), Dinamarca (7%), Holanda (5,3%), Irlanda (4,1%) y España (3,6%). En el último año, el 1% de los europeos adultos de 15 a 34 años (1,2 millones) consumieron anfetaminas, el 34% a diario, ocupando España el 9º lugar de este ranking de consumo (el 1%), encabezado por Holanda (consumieron  el 3,6%), Estonia (2,5%), Finlandia (2,4%) y Croacia (2,3%). Eso sí, al analizar los residuos de esta droga en aguas residuales, destacan Barcelona y Valencia entre las ciudades europeas.

La quinta droga más consumida en Europa son los opioides, destacando entre ellos la heroína, aunque crece el consumo de opioides sintéticos (metadona, buprenorfina y fentanilos). Los han consumido alguna vez 1,3 millones de europeos adultos (15-64 años), el 0,4% de esa población y su consumo se concentra en Reino Unido (7,9/8,4 casos por 1.000 habitantes), Irlanda (6,1/7 casos), Austria (5,3/5,6), Malta (5,1/6) e Italia (4,6/5,9), quedando España en el lugar nº 14 de Europa (con 1,6/3 casos por 1000 habitantes). El problema de esta droga es que su consumo es muy frecuente (el 63% adictos consumen a diario), muy peligroso  y hay 117.000 europeos en tratamiento que han reincidido.

Al Observatorio europeo de Drogas (EMCDDA) le preocupa el aumento de las nuevas drogas sintéticas, que además se fabrican en laboratorios clandestinos en Europa (sobre todo en Holanda, Bélgica y República Checa), que importan componentes base de China y los envasan con diseño y marketing atractivos, sobre todo para jóvenes, con una creciente distribución a través de “la Internet oscura”. Sólo en 2017 se detectaron 670 nuevas sustancias psicoactivas en Europa, desde cannabinoides sintéticos a estimulantes, opioides, benzodiacepinas (contra la ansiedad, de las que se incautaron medio millón de comprimidos en 2016) y derivados del fentanilo (“escondidos” en vaporizadores nasales o jarabes). El consumo es todavía bajo pero las autoridades europeas alertan porque son drogas muy peligrosas y que se esconden bajo forma de medicamentos falsos en Internet.

El creciente consumo de drogas preocupa especialmente por los jóvenes, que acceden cada vez antes: en España, a los 15 años el cannabis y a los 15,2 años de media la cocaína y a los 14 años los hipnosedantes y alucinógenos sin receta, según el informe Estudes 2016 hecho entre adolescentes de 14 a 18 años. El 12% de los encuestados reconoce que ha fumado marihuana en el último año, el 1,1% que ha consumido cocaína, el 0,7% spice (cannabinoide sintético) y el 0,5% salvia o ketamina. Y quizás lo más preocupante: el 30% de estos jóvenes (14-18 años) han consumido más de una sustancia en el último mes ("policonsumo": alcohol, drogas o tabaco), o sea mezclan drogas y alcohol, un coctel muy dañino para su salud. Y lo peor: muchos jóvenes creen que "fumar un porro no hace daño". Pero no es así: el cannabis daña más el cerebro de los adolescentes que el alcohol, según un estudio recién publicado en The American Journal of Psychiatry.

Pero el problema de las drogas no está sólo en los jóvenes, aunque preocupe más: lo grave es que su consumo se ha extendido mucho en España. Un dato: en 2017, los españoles se gastaron 5.936 millones de euros en narcóticos, más que en alcohol (5.563 millones), según los últimos datos del INE, que lleva dos años evaluando el alcance económico del gasto en drogas en España, un 0,90% del gasto total de los hogares. Otro indicador claro del alza y generalización del consumo de drogas son los controles de tráfico: en 2016, más de 100.000 conductores dieron positivo en los controles de droga y alcohol y ahora Tráfico está más preocupado por la conducción con drogas (marihuana y cocaína) que por el alcohol. Y el 43% de los 589 conductores fallecidos en accidentes de tráfico analizados por el Instituto Nacional de Toxicología tenían presencia de alcohol, drogas o psicofármacos. Y lo mismo el 32% de los peatones muertos por accidente.

El consumo de drogas no sólo causa muertes (8.000 en Europa en 2016, según el informe del Observatorio Europeo EMCDDA, 390 de ellas en España), sino que provoca enfermedades (VIH y hepatitis graves) y trastornos en la salud, afectando muy negativamente al desarrollo psicosomático de los adolescentes y provocando un elevado gasto sanitario, económico y sobre todo social, al destruir a los drogadictos y sus familias. Frente a este auge del consumo, sobre el que apenas se habla, España es uno de los paises europeos que menos gasta en luchar contra las drogas, menos del 0,05% del PIB (menos de 583 millones al año), muy lejos del 0,2% del PIB que gasta Reino Unido ( 4.650 millones de euros anuales) o del 0.06-0,19% de gasto público en drogas que dedican Francia, Alemania, Italia y Holanda, según el último informe  del EMCDDA europeo. Hacen falta más recursos para campañas de prevención dirigidas a toda la población y especialmente a los jóvenes (colegios, Institutos y Universidades), reiterando los daños reales de las drogas que parecen “menos peligrosas”, como la cocaína o la marihuana (cada vez más potente, con más concentración de THC: un porro de hoy es como 5 porros del año 2.000, según los expertos). Y más recursos y medios para que la sanidad pública ayuda a prevenir el consumo y consiga un tratamiento temprano.

Tenemos una sociedad que ha salido de esta crisis (muchos todavía no notan la recuperación) con mucho estrés, mucha tensión y muchos problemas sin resolver. Y sin ver claro el futuro, sobre todo los jóvenes. Un terreno abonado para que aumente el consumo de drogas, la promesa de evadirnos de la realidad unas horas. Pero la realidad no cambia por eso y a cambio destrozamos nuestro cuerpo (más los adolescentes), nuestra mente y nuestro bolsillo. Es hora de afrontar el problema de las drogas, en Europa y España, como una "epidemia social". Sin paños calientes y con medios. Tenemos que ganar esta batalla.

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