jueves, 6 de abril de 2017

Presupuestos 2017: dos mentiras y un milagro


El Gobierno lleva días “vendiendo” dos bondades del Presupuesto 2017 por las que la oposición debería apoyarlos: no tienen recortes y suben mucho los gastos sociales. Dos mentiras. El gasto se recorta en 8.754 millones para reducir más el déficit (bajan inversiones públicas, desempleo y muchas partidas).Y el gasto social sube 1.650 millones, un “parche” frente a los 25.000 millones recortados por Rajoy, mientras 11 millones de españoles (jubilados y funcionarios) perderán poder adquisitivo. También propagan un “milagro” del Presupuesto: creará 506.000 empleos, 92.100 más que en 2016, aunque la economía crecerá menos. Al final, nuevos sacrificios para no recortar el déficit lo previsto, como teme Bruselas. Y todo porque no quieren subir algunos impuestos (IVA, gasóleo, medioambientales, bebidas azucaradas), como piden la OCDE y la Comisión Europea. Podrían conseguirse entre 15.000 y 45.000 millones extras, para reducir el déficit y gastar más, en empleo, crecimiento y gastos sociales. Pero PP y Ciudadanos se niegan. Y así, estos Presupuestos no ayudarán a la recuperación ni al empleo.
 
enrique ortega

En agosto de 2016, El PP tenía mucha prisa en investir a Rajoy “porque había que aprobar con urgencia los Presupuestos de 2017”. Pero hasta el 31 de octubre no consigue ser presidente y como no ve posibilidades de pactarlos con el PSOE, Rajoy opta por prorrogar en diciembre los Presupuestos de 2016, aprobando un ajuste de gastos para 2017, para cumplir con el déficit prometido a Bruselas. Ya nadie pensaba en un Presupuesto para 2017. Pero el PNV no consigue aprobar el Presupuesto vasco con el único apoyo del PSOE. Y el PP vasco se ofrece a ayudarle, prestándole sus votos en marzo. A partir de ahí, Rajoy apuesta otra vez por aprobar un Presupuesto para 2017, con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria (175 votos), más el posible voto de Nueva Canarias. Si consigue esos 175 votos, puede tumbar a principios de mayo las enmiendas a la totalidad del PSOE y Podemos. Pero luego necesita apoyos para sacar las enmiendas parciales. Y en junio, sólo sacará adelante estos Presupuestos si consigue 176 votos, algo todavía en el aire hoy. Pero Rajoy apuesta fuerte. Si lo consigue, se refuerza dentro y fuera de España. Y si no, tiene un argumento de peso para convocar nuevas elecciones y volver a ganarlas, con un PSOE débil que tendrá una líder recién estrenada.

Rajoy y su Gobierno no sólo lanzan el envite de estos Presupuestos sino que propagan  la idea de que son “los que España necesita” y que si la oposición no los apoya es por “egoísmo político” y no pensando en el bien de los españoles (Montoro dixit), porque son unos Presupuestos “sin recortes y con mucho gasto social. Dos mentiras que lleva días repitiendo, con el apoyo de sus medios afines (la mayoría). “No hay recortes, primera mentira. El ajuste del déficit público supone bajarlo del 4,33% del PIB que terminó en 2016 al 3,1% prometido a Bruselas para 2017. Eso supone un ajuste de 14.250 millones, el 1,23% del PIB, el mayor ajuste hecho por Rajoy desde 2012 (el déficit bajó un 2,5% del PIB), superior a los ajustes hechos en 2013 (el déficit sólo bajó un 0,1% del PIB), 2014 y 2015 (-0,8%) o 2016 (-0,77%). Y este ajuste se hace por dos vías: subiendo la recaudación y recortando gastos (5.057 millones sobre los gastos de 2016, que ya recortó otro tanto sobre los gastos de 2015).

Y que hay recortes puede verse en el libro amarillo de los Presupuestos 2017 (página 69), donde las partidas de gasto ascienden a 342.102 millones de euros en 2017, 8.754 millones menos que en 2016. El mayor recorte lo sufrirá, un año más, la inversión pública, que baja un 21,2% (-2.012 millones), sobre todo en ferrocarril, carreteras y obras hidráulicas. También habrá 1.303 millones menos para desempleo (a pesar de que el 54% de los parados EPA no cobran ningún subsidio), un 20,6% menos de ayudas a la vivienda (-121 millones) y un 0,7% menos de subvenciones al transporte (-10 millones), mientras bajan los Presupuestos de Industria y Energía (-0,2%), Comercio, Turismo y Pymes (-11%) y Cultura (-0,7%). Y las transferencias del Estado a otras administraciones públicas (-1,2%). Sube el gasto de Justicia (+7,6%), 122 millones frente a los  322  millones recortados por Rajoy desde 2012. Sube 41 millones el Presupuesto de Educación un 1,7%, lo que la inflación, lo que significa que se congela tras los 7.000 millones recortados por Rajoy desde 2012. Y la partida de Sanidad aumenta otros 93 millones (+2,3%), frente a los 9.000 millones recortados antes. Eso sí, el Presupuesto de Defensa aumenta un 32%, con un gasto que rozará (con el coste de las misiones militares en el exterior) los 9.000 millones en 2017, el gasto del Estado en Sanidad (4.093 millones), Educación (2.525), Justicia (1.726) y Cultura (801 millones) juntos.

Aumenta mucho el gasto social en los Presupuestos 2017. Segunda mentira. Por un lado, hay 11,13 millones de españoles que perderán poder adquisitivo este año: 8.610.495 pensionistas cuya pensión subirá 0,25% frente al 1,7% que subirá la inflación media (según Bruselas) y otros 2.522.819 funcionarios cobrarán sólo un 1% más. Y el ministro Montoro “vende” 1.650 millones extras de gasto social  en los Presupuestos 2017, que son un mínimo “parche” frente a los 30.284 millones que se redujo el gasto público en España entre 2009 y 2014, según la Intervención del Estado (IGAE), de ellos 25.000 millones achacables a Rajoy. Por eso, resulta provocativo que “presuman” de las migajas sociales que ofrecen ahora. Como los 100 millones para Dependencia, que sólo darán para pagar a 15.000 de los 341.301 ancianos dependientes con derecho reconocido que están en espera de recibir ayuda (la tercera parte se morirá antes de cobrar). O los 342 millones de ayudas extras a la familia y la pobreza infantil, cuando España gasta en esto un tercio que en Europa, unos 12.000 millones menos cada año. O los 4 millones más para becas, cuando las han quitado antes 270 millones. O los 263 millones más para Ciencia(I+D+i), a la que han recortado 2.183 millones. O el 5,5% más para políticas de empleo (+289 millones), tras un recorte de 2.135 millones entre 2011 y 2016, a pesar de tener el doble de paro que Europa.

El tercer argumento para “vender” estos Presupuestos 2017 es que son la clave para seguir creciendo y creando empleo. Y dan una cifra mágica: ayudarán a crear 506.000 empleos este año, aunque no explican por qué esa cifra (y no 525.000 o 475.000). Un “milagro”. Porque sólo así se explica que creciendo menos (2,5% frente a 3,2% en 2015 y 2016), España vaya a crear 92.100 empleos más que en 2016. Lo “normal” (milagros aparte) es que si el año pasado se crearon 413.900 empleos con un 3,2% de crecimiento, este año, creciendo un 2,5% (y con las incertidumbres del Brexit, Trump, la subida de tipos, el petróleo caro y el euro alto), se creara menos empleo. La propia Comisión Europea estima 370.000 empleos y eso sería mucho. Así que los 136.000 más que promete Luis de Guindos es un inexplicable “milagro”. Más cuando el 93,9% de las empresas asegura que no necesita contratar ningún trabajador, según la última encuesta trimestral de coste laboral del INE. Y cuando sólo un 45% de las empresas se plantea crear empleo este año, según una encuesta de la consultora KPMG: el 35% dicen que no lo aumentarán y el 20% restante lo reducirá.

Mientras esperamos el “milagro” de tanto empleo nuevo (por supuesto precario y mal pagado: sólo 1 de cada 20 empleos creados desde 2014 son fijos y a jornada completa), el Gobierno sigue haciendo “publicidad”, esta vez de que ha pactado con los sindicatos la convocatoria de 250.000 empleos públicos (si se aprueban estos Presupuestos, si no, no: otro “chantaje a los que voten en contra). Pero ojo: no son empleos nuevos: son plazas para cubrir puestos que ahora ocupan interinos, 130.000 en la sanidad, 100.000 en la educación y 10.000 en la justicia. Y no los regularizan por voluntad política, sino porque les obliga una sentencia reciente del Tribunal Europeo de Justicia. Al margen de estas plazas, el Presupuesto 2017 contempla crear 67.000 nuevos empleos públicos, otro dato del que presumen. Eso sí, ocultan que este Gobierno ha recortado la mayoría de los 227.685 empleos públicos perdidos entre enero de 2010 y julio de 2016 (98.000 en las autonomías y 100.000 en los Ayuntamientos).

El problema de fondo es que, a pesar de tanto recorte (será el octavo año con ajustes) y tanto sacrificio para mucha gente, el déficit público no se va a reducir tanto como se ha prometido, algo que ha pasado los últimos 8 años, salvo 2016 (y el año pasado se ha “cumplido” porque Bruselas abrió dos veces la mano, pasando el déficit objetivo del 2,8% al 3,6%, en abril, y al 4,6% en julio). El Banco de España ya ha dicho que el déficit 2017 será del 3,3% (no del 3,1% prometido) y la Comisión Europea cree que será del 3,5%. Eso significaría que a finales de 2017, Bruselas exigirá a Rajoy un ajuste extra de 4.600 millones.

Y eso puede pasar por dos causas. Una, porque los recortes (sobre todo en inversiones públicas y las mínimas subidas de pensionistas y funcionarios, que se comerá la inflación) van a reducir la inversión y el consumo, los dos motores del crecimiento junto a las exportaciones, que pueden frenarse si  el euro sigue fuerte, Europa crece poco y aumenta el  proteccionismo comercial con Trump. Y entonces, España podría crecer menos de lo esperado y recaudar menos, sobre todo porque Montoro ha hecho una previsión de ingresos (nunca las cumple) “superoptimista”: 14.714 millones más, un +7,9%.

El gran problema de España es que recaudamos mucho menos que el resto de Europa y por eso, aunque Rajoy apruebe recortes año tras año, tenemos el mayor déficit público de Europa (más incluso que Grecia), en 2016 y en 2017. Las cuentas son claras: no tenemos más déficit porque gastemos más que Europa (gastamos 59.400 millones menos: un 42,6% del PIB frente al 48% los países euro) sino porque ingresamos mucho menos (90.000 millones menos: un 38% del PIB frente al 46,2% los paises euro, según Eurostat). Así que si nos fuerzan a rebajar el déficit, sólo hay 2 caminos: recaudar más o más recortes.

Y el Gobierno Rajoy recauda más, pero poco más, no lo que debería para que España recaudara como el resto de europeos. Y no será porque no sepa dónde falla la recaudación. La Comisión Europea, la OCDE y el FMI se lo han dicho en múltiples informes. Primero falla en el IVA: somos el tercer país europeo que menos recauda por IVA (6,5% del PIB frente al 7% de media de la UE-28 y Alemania). Luego, falla en la Renta (IRPF), por un exceso de deducciones: hay 11 paises que recaudan más que España (un 7,4% del PIB frente al 9,4% de la UE-28 y el 9,1% de Alemania). Tercero, en el impuesto de Sociedades, donde hay 18 paises europeos que ingresan más que España (un 2,4% frente al 2,5% de la UE o el 3% de Suecia). Cuarto en los impuestos especiales: España es de los paises donde se pagan menos impuestos (unos 2.200 millones menos) en los carburantes, el tabaco y el alcohol. Y quinto, en sucesiones y herencias, donde España recauda 3.250 millones menos que Europa. Además, Bruselas cree que España podría recaudar 6.710 millones más en impuestos medioambientales, 5.000 millones con la tasa Tobin (operaciones financieras) y 200 millones más con un nuevo  impuesto a las bebidas azucaradas.

En total, si España recaudara impuestos como los demás europeos, podría ingresar 45.000 millones de euros más, que darían para bajar el déficit del 3% exigido (con 15.000 millones) y para gastar otros 30.000 millones en lo que hace falta para fomentar el empleo, ayudar a los más pobres y reanimar la economía: 4.000 millones para fomento del empleo, 10.000 millones para cubrir el agujero de las pensiones, 6.000 millones contra pobreza, 1.000 millones para la Dependencia, 2.000 millones para la sanidad, otros 2.000 para la educación y 5.000 millones para inversiones necesarias (tecnología, infraestructuras, reindustrialización y economía digital). No son “las cuentas de la lechera”. Se pueden conseguir esos ingresos a medio plazo con una reforma fiscal de verdad y sin que la mayoría pague más. Eso sí, habría que volcarse (con más medios) en luchar contra el fraude fiscal y conseguir que paguen más los que pagan poco: grandes empresas, multinacionales y los más ricos. Un dato: Montoro quiere recaudar en 2017 (220.963 millones), casi lo mismo que en 2007 (200.676). Pero para conseguirlo, busca ingresar más con el IRPF (78.027 millones frente a 72.614) e IVA (67.463 frente a 55.851) mientras las empresas pagarán la mitad de impuestos que en 2007 (24.399 frente a 44.823 millones), aunque ya tienen más beneficios que antes de la crisis.

A corto plazo, para este Presupuesto 2017, el Gobierno Rajoy podría haber recaudado más, para no tener que hacer nuevos recortes y subir de verdad el gasto social. La Comisión Europea y la OCDE le han dicho cómo. Primero, deberían subir el IVA al 21% a muchos productos y servicios que pagan ahora el 10% (como hoteles, bares y restaurantes, a los que se suman ahora discotecas y salas de fiesta, a los que estos Presupuestos bajan el IVA del 21 al 10% ): de ahí sacarían 14.000 millones más, dice Bruselas. Segundo, subir el impuesto al gasóleo y dejarlo como la gasolina: son 1.400 millones más. También deberían subir los impuestos ambientales, que aportarían otros 2.000 millones.Y los 200 millones del impuesto a bebidas azucaradas. Sólo con eso serían 18.000 millones más. Pero Montoro se niega a subir el IVA y su socio, Ciudadanos, amenazó con no apoyar los Presupuestos 2017 si subían los impuestos ambientales o se aplicaban tasas a las bebidas azucaradas.

Nada de subir impuestos, coinciden PP y C´s. Es tabú. Y en cuanto puedan los bajaránprometen. Aquí está el verdadero problema de España y de estos Presupuestos: mientras no seamos como Europa y se recaude más, tendremos más déficit  y habrá peores servicios públicos y menos gastos sociales. No se trata de subir los impuestos a la mayoría, a los que viven de un sueldo, sino a las grandes empresas, multinacionales y a los más ricos. Pero PP y Ciudadanos se niegan a hacerlo, quizás porque no quieren tocar el bolsillo de esos poderosos, que han de ser fiscalmente más “solidarios” (ahora que ya tienen más beneficios que antes de la crisis)  para que el Presupuesto lo sea.

En definitiva, que lo importante no es conseguir aprobar estos Presupuestos para fortalecer a Rajoy, sino aprobar unas cuentas públicas que ayuden de verdad a crecer más y a crear más empleo. Y eso no se hace con más recortes. Y urge aprobar un Presupuesto solidario con los más pobres, que ayude a recuperar lo perdido en sanidad, educación y dependencia y que permita invertir en tecnología e infraestructuras, los cimientos del futuro. Pero para eso hacen falta más recursos, que se pueden conseguir: basta con recaudar como el resto de Europa. Eso sí, algunos tendrán que pagar más, pero no la mayoría. Ahí está el gran debate, no en las mentiras y milagros que quieren vendernos.

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