jueves, 16 de marzo de 2017

España, guerras comerciales y globalización


Malas noticias para el mundo: EEUU tuvo en enero el mayor “agujero” comercial de los últimos 5 años, por China y México, tras cerrar 2016 con un déficit de 502.000 millones de dólares, el mayor desde 2012. Son datos que alimentarán la retórica proteccionista de Trump y desatarán guerras comerciales. Pero EEUU no es un perdedor de la globalización: ha aumentado sus exportaciones y su cuota comercial desde 2005, aunque han ganado más China, México y Corea. Quien más ha perdido es Europa, sobre todo Francia, Reino Unido y Alemania. España es el único país europeo que mantiene su cuota comercial y el 6º país del mundo que más ha aumentado sus exportaciones, que cerraron 2016 con un récord histórico. La crisis ha forzado a nuestras empresas a vender más fuera, tirando precios y salarios. Pero ahora, con la tormenta que amenaza al comercio mundial, urge un Plan de apoyo a las exportaciones españolas, para que no retrocedan. Mucho crecimiento y empleo depende de ellas.
 
enrique ortega

La globalización es la nueva forma de organización del capitalismo en las tres últimas décadas y consiste en tomar el mundo como mercado, para producir y vender. El otro día compré en el súper un chuletón de carne polaca sacrificada en Dinamarca y envasada en Francia. Y cada día usamos un móvil hecho en China o un coche fabricado en Eslovaquia con piezas alemanas y componentes españoles. Esta globalización ha trastocado la economía y a los paises, con claros ganadores y perdedores. El país ganador con la globalización es China, la “fábrica del mundo”, que en 2005 era el tercer exportador mundial, por detrás de Alemania y EEUU, y que hoy es el primero, tras triplicar en estos 11 años sus exportaciones (de 762.050 a 2.180.000 millones de dólares). Y el gran perdedor, según los datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha sido Alemania, que en 2005 lideraba el ranking de paises exportadores y ahora está en tercer lugar, tras China y EEUU, después de aumentar poco sus ventas exteriores en esta década larga (de 969.960 a 1.338.000 millones de dólares).

Estados Unidos, por mucho que diga Trump, no es una “víctima” de la globalización, sino que también ha salido ganando: se mantiene el segundo en el ranking exportador mundial (como en 2005) y es el 2º país que ha ganado más cuota comercial desde 2005 (un +0,57%, hasta el 9,24%), tras China (+5,97% de cuota entre 2005 y 2016, con el 13,1% del comercio mundial), por delante de los otros tres únicos paises más que también han ganado cuota en estos once años : Corea (+0,41%), México (+0,33%) y Brasil (+0,06%), según la OMC. Eso sí,  las exportaciones USA han aumentado un 61,8% (entre 2005 y 2016), menos que las de China (+179,1%), México (+76%) y Corea (+ 74,8%), los tres paises que más han aumentado sus ventas exteriores en los últimos once años.

El gran perdedor de la globalización ha sido Japón, el 4º país en el ranking de exportadores, que se ha dejado un 1,66% de su cuota comercial (4,18% ahora). Pero a nivel de continentes, el gran perdedor ha sido Europa, que ha pasado de tener el 42,7% de las exportaciones mundiales (2005) al 38% (2016), mientras Asia era el único continente que ganaba un 7% de cuota comercial, perdiendo también cuota Latinoamérica (-0,3%) y Norteamérica (-0,1%), según los datos de la OMC. Y Europa ha perdido un 4,7% de cuota porque la han perdido sus cuatro mayores paises, Francia (-1,29%), Reino Unido (-1,18%), Alemania (-0,8%, con un 8,67% del comercio mundial) e Italia (-0,69%), que han perdido mercados mundiales en beneficio de China y otros paises emergentes.

En este contexto, España ha salido bien parada de la globalización: no ha perdido apenas cuota de mercado en el mundo (-0,03% entre 2005 y 2016), tenemos un 1,72% del comercio mundial (ocupamos el lugar 17 en el ranking de paises exportadores) y, sobre todo, somos el 6º país del mundo donde más han crecido las exportaciones desde 2005, un 49,3%, sólo por detrás de China (179,1%), México (+76,4%), Corea (+74,8%), EEUU (+61,8%) y Brasil (+60,4%), muy por delante del crecimiento que han tenido las exportaciones en Holanda (+39,2%), Alemania (+38,9%), Italia (+23,1%), Bélgica (+17,2%), Rusia (+14,2%), Canadá (+9,8%), Francia (+8,2%), Japón (+8,1%) y Reino Unido (+4,4%).

Así que Europa tiene un serio problema exportador, de competitividad frente al resto del mundo, del que se salva España, gracias al enorme esfuerzo hecho sobre todo desde 2012: entre 2000 y 2007, las exportaciones españolas crecieron menos que el comercio mundial (+4,7% frente al 7,4%), con lo que España perdió cuota comercial, pero entre 2012 y 2016, las exportaciones españolas han crecido más que las mundiales (+4,4% frente al 3%) y hemos ganado cuota en el mercado mundial, mientras la perdían Alemania y los principales paises europeos. Eso se debe a la crisis, que ha forzado a las empresas españolas a vender fuera al caer las ventas dentro, y sobre todo a que los exportadores han “tirado precios”, gracias a tres años de inflación negativa (2014 a 2016) y a una rebaja de salarios y costes financieros, además de la ayuda extra de un euro débil (desde 2015).

Gracias a estos factores, las exportaciones españolas cerraron 2016 con un récord histórico: 254.530 millones de euros de ventas exteriores, un 37,5% más que en 2007 (185.023 millones). Y en 2016, España aumentó sus exportaciones lo mismo que creció el comercio mundial (+1,7%), pero mucho más que Europa (-0,1%) y que la zona euro (+07%), que Alemania (+1,2%), Italia (+1,1%), Francia (-0,9%) y Reino Unido (-0,2), e incluso más que China (-6,4%), USA (-3,2%) o Japón (-7,4%), según los datos del Ministerio de Economía. Y este “tirón exportador” fue de gran ayuda para la economía, ya que aportó el 0,5% del 3,2% que creció el país en 2016. Y para muchas grandes empresas, como las del IBEX, las ventas fuera de España suponen ya dos tercios de sus ingresos (y de su empleo).

Pero ahora, de cara a 2017 y 2018, la “euforia exportadorade España choca con dos duras realidades externas. Una, que el comercio mundial ha “pinchado” y crece por debajo de la economía mundial, en 2016 y también este año 2017, donde la OMC espera un aumento del comercio mundial del 1,8 al 3%, que probablemente será realmente menor. Y la otra gran incertidumbre  es Trump y su amenaza de guerras comerciales con China y México, además del recorte de todas las compras norteamericanas al exterior. El riesgo de una “tormenta comercial” en el mundo es grande y más tras publicarse hace unos días que el déficit comercial de enero en EEUU ha sido de 44.300 millones de dólares, el mayor “agujero comercial” norteamericano desde marzo de 2012, provocado por el aumento del déficit con México (+22%) y China (+12,5%), las dos “bestias negras” de Trump. EEUU ya cerró 2016 con un déficit comercial de -502.000 millones de dólares, el mayor de los últimos 5 años, un 60% debido al déficit comercial con China (-300.000 millones de dólares). Y Trump ya ha dicho que el abultado déficit comercial es “un riesgo para la seguridad nacional”.

Ahora, tras salirse EEUU del Tratado Comercial del Pacífico (TPP), denunciar el Tratado comercial con Canadá y México (NAFTA) y paralizar el Tratado comercial con Europa (TTIP), Trump quiere recortar las importaciones norteamericanas, poniendo aranceles (impuestos) y trabas a las exportaciones chinas, mexicanas, latinoamericanas, asiáticas y europeas, lo que provocará una nefasta ola de proteccionismo que frenará aún más el comercio mundial. Y forzará a China a querer vender más en Europa, ya que lo tiene más difícil en USA. Todo ello en un momento en que exportar es más difícil, porque sube la inflación en España (más que en Europa) y subirán los tipos y los costes energéticos y financieros, además de los salarios (tras cuatro años "devaluados"). Y también será un problema en 2017 el Brexit (Reino Unido es nuestro 4º mayor cliente y podemos perder exportaciones entre 500 y 1.000 millones de euros, según un informe del Gobierno español) y el estancamiento económico y la incertidumbre política de Europa, con un pequeño crecimiento en Francia, Italia y Portugal, tres paises donde van el 30% de las exportaciones españolas.

Por todo ello, España debería aprobar un Plan de apoyo a las exportaciones, para ayudar a las empresas a vender fuera ahora que será más difícil. Y ese Plan de choque debería centrarse en tres frentes: diversificar productos a exportar, diversificar paises donde vender y ampliar el número de empresas y regiones exportadoras, junto a medidas de apoyo financiero (faltan créditos y avales para exportar), ayudas institucionales (más gasto en promoción exterior y Ferias) y mejor asesoramiento (consultoría y Oficinas comerciales).

El primer gran reto para reforzar la exportación española es diversificar lo que vendemos fuera. Hoy, las tres cuartas partes de lo que exportamos (el 78%) se concentra en 4 sectores, de los que somos tremendamente dependientes: bienes de equipo, maquinaria (29,3% del total), automóviles (17,7%), alimentos (16,9%) y productos químicos (14,1%). Basta con que una multinacional del automóvil decida recortar su producción o haya heladas y se estropeen las cosechas para que pinchen seriamente nuestras exportaciones. Y además, la mayoría de lo que exporta España son productos de tecnología baja (alimentos, ropa y calzado) y media (plásticos, metales y automóviles) y sólo un 10% de lo exportado tiene un alto contenido tecnológico, los productos donde hay más demanda mundial. Y así resulta que exportamos productos de menos valor, donde competimos en precio, no en tecnología y calidad.

El segundo reto es diversificar también los paises a los que vendemos, porque estamos demasiado centrados en Europa: supuso el 72% de las exportaciones en 2016 (un 66,3 en la UE-28 y un 51,8% en la zona euro). Y eso supone que las exportaciones españolas están concentradas en los mercados que crecen menos y no en los que crecen más, que son los mercados asiáticos y americanos. Las exportaciones españolas a Asia son un 6,1% del total (frente al 10% en Alemania y Francia) y también son bajas las exportaciones a Latinoamérica (5,3% del total), Oriente Medio (3,3%) o África (6,4%), las zonas con más potencial futuro.

El tercer reto es ampliar las empresas y regiones españolas que exportan. Ya ha habido un gran avance, al alcanzarse las 148.794 empresas que exportaron en 2016 (un 46,7% más que en 2008), pero sólo la tercera parte de ellas exportan con regularidad (49.792 empresas). Y de ellas, son sólo 5.000 empresas las que exportan casi todo (el 87,5% del total). Así que la gran mayoría de las 3,2 millones de empresas españolas no exportan ni tienen esta “vía de escape” cuando las ventas interiores no dan más de sí. Además, la exportación está demasiado concentrada en 5 regiones españolas, que acaparan dos tercios de las ventas exteriores: Cataluña (24,7%), Andalucía (11,7%), Madrid (11,5%), Comunidad Valenciana (10,9%) y País Vasco (8,4%). En las 12 autonomías restantes, la exportación ayuda muy poco al crecimiento y el empleo.

En resumen, España ha salido bien parada de la globalización y exporta con más fuerza que muchos paises europeos, pero todavía tiene mucho que hacer, porque exportamos casi la mitad que Italia (con una economía similar) y la cuarta parte (en relación al PIB) que Bélgica, Holanda, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia o Hungría, economías muchos menores. Así que no caigamos en un “falso triunfalismo exportador. Y más cuando el mundo está preocupado por la caída del comercio mundial y las amenazas proteccionistas de Trump, que serán muy negativas para todos. Hay que pactar un Plan de apoyo a las exportaciones, con medios, para no retroceder y ganar mercados, un factor clave para crecer más y crear más empleo en España. Y para eso, no basta con tirar precios y salarios como hasta ahora, intentar ser “la China de Europa”, sino modernizar la economía y las empresas, industrializar más el país, innovar y gastar en tecnología y digitalización, para ofrecer productos y servicios más competitivos, de más valor y calidad. Mejorar el “made in Spain”.

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