jueves, 19 de enero de 2017

Llega Trump... y lo sufriremos


Mañana 20 de enero toma posesión Donald Trump como nuevo presidente de EEUU. El mundo entero espera a ver qué hace, porque sus propuestas populistas y ultraconservadoras pueden llevarnos a otra recesión. Antes de llegar a la Casa Blanca, ya ha acelerado 2 cambios que nos afectan mucho: han subido los tipos de interés y el dólar. Y España paga más por su deuda y por el petróleo (al alza). Ahora, si Trump baja impuestos, gasta más y pone aranceles a los productos extranjeros, el precio del dinero y el dólar subirán más y habrá guerras comerciales que dificultarán las exportaciones españolas y nuestras inversiones en USA y Latinoamérica. Y este coctel de tipos altos, dólar fuerte y proteccionismo comercial podría provocar una crisis en China y paises emergentes, agravando el estancamiento de Europa. Desde aquí, poco podemos hacer para frenar a Trump. Pero Europa y España sí pueden contrarrestar sus errores con otra política, que reanime la economía europea y española. Es hora de “blindarse” frente a Trump.
 
enrique ortega

Estados Unidos ha sido la economía que mejor ha salido de la crisis económica de 2008, que superó ya en mayo de 2014. El país creció un 2,4% en 2016, el doble que Europa. Y con Obama, EEUU ha creado casi 12 millones de empleos y el paro ha bajado a la mitad, al 4,7%, (9,9% en 2009), la mitad del paro europeo (9,8% zona euro). Pero por debajo de este brillante balance, hay otros datos preocupantes que afectan al norteamericano medio. Como el enorme subempleo: 9,3% de trabajadores a tiempo parcial, sin seguro médico ni vacaciones, porque no encuentran trabajo a tiempo completo. Y 6 millones de estadounidenses han tirado la toalla y ya ni buscan trabajo, están “desanimados”: sólo el 62,7% de las personas adultas son activos (trabajan o buscan trabajo), el porcentaje más bajo en 40 años. Y los que trabajan, tienen sueldos muy bajos, que apenas suben, con lo que el poder adquisitivo de los trabajadores lleva tres décadas estancado. Al final, todo desemboca en un aumento de la desigualdad tras la crisis: el 1% de hogares más ricos ingresan 27 millones de dólares al año y el 90% de las familias sólo  unos 30.000 dólares. Y el 10% más rico se lleva el 75% de la riqueza USA mientras el 10% más pobre no llega al 1%.

Este descontento es el que lleva a Trump a la Casa Blanca, con los votos de millones de norteamericanos que piensan que su vida puede mejorar con soluciones “mágicas”. Y el resto del mundo “cruza los dedos”, esperando que Trump no pueda cumplir ni la mitad de lo prometido. Cumpla o no su programa, el triunfo de Trump ya ha supuesto importantes cambios para la economía mundial. Básicamente dos. Uno, ha acelerado la subida de los tipos de interés que se avecinaba: el 16 de diciembre, la Reserva Federal subió el precio oficial del dinero un 0,25% (al 0,50-0,75%), rompiendo 8 años de tipos bajos para ayudar a salir de la crisis. Y ahora, la Reserva federal anticipa tres nuevas subidas de tipos en 2017, lo que colocaría el precio del dinero en el 1,50% a finales de 2017. Esta subida de tipos y el triunfo de Trump han reforzado al dólar, que lleva un par de meses subiendo frente al euro (cotiza a 1,05 dólares) y otras divisas, camino de cotizar a la par (1 euro por 1 dólar).

Estos dos importantes cambios, antes incluso que Trump tome posesión, ya han afectado al resto del mundo y muy especialmente a España. Porque somos un país muy endeudado, que emite cada día 600 millones de euros de deuda pública. Y si el 20 de octubre de 2016, España pagó un 1,043% por sus bonos a 10 años, el 17 de noviembre, después del triunfo de Trump, tuvo que pagar ya el 1,498%. Y el 1 de diciembre, el 1,540%, medio punto más. Esto es lo que le ha pasado a todos los paises endeudados, de Europa y emergentes: la llegada de Trump crea incertidumbres y los inversores exigen más interés por prestar su dinero. Y así seguirá pasando a lo largo de 2017: los tipos subirán y financiar la deuda será más caro. En cuanto a la subida del dólar, un 4% desde finales de octubre, supone para España tener que pagar un 4% extra por el petróleo, que ya se paga más caro (+10%) y en dólares más caros, lo que encarece doblemente la factura energética del Estado, las empresas y las familias.

Y todo esto, sin que Trump haya pisado todavía la Casa Blanca. Ahora va a tener todo el poder para aplicar su programa, más conservador que el de Reagan y Bush juntos, con la ventaja adicional de contar con mayoría republicana en el Congreso y el Senado. Y se apoyará en un Gobierno de supermillonarios (vean aquí la fortuna de sus altos cargos). Recordemos las 4 propuestas  básicas de su programa populista y ultraconservador. La primera, bajar los impuestos a las personas, pero sobre todo a los más ricos y a las empresas, que podrán traer sus beneficios del extranjero pagando sólo el 10%. La segunda, lanzar un Plan de inversiones públicas en infraestructuras de 1 billón de dólares en cuatro años, más un aumento del gasto militar, que podrían servir a corto plazo para reanimar la economía y el empleo. La tercera, adoptar medidas contra la importación de productos extranjeros (poniendo aranceles, impuestos, del 35 al 45% a los productos chinos y mejicanos) y frenar los acuerdos comerciales con Asia y Europa, renegociando el Tratado comercial con México y Canadá (NAFTA). Y la cuarta, liberalizar el sistema financiero, quitar a la banca y a la Bolsa muchas trabas y regulaciones que puso Obama tras la crisis financiera de 2008. Sin olvidar su propuesta más peligrosa: no hacer frente al cambio climático. ("es un cuento", ha dicho). Si consigue que EEUU no recorte sus emisiones de CO2 un 27% para 2025, como se comprometió Obama en la Cumbre de París, ni financie parte del Fondo verde del Clima (100.000 millones de dólares), será un grave problema para el resto del mundo y la salvación del Planeta.

Bajar impuestos y gastar más son dos medidas que van a tener unas consecuencias claras: subirá la inflación (está en el 2,1%), el déficit público (es el 4% del PIB) y la deuda pública (muy elevada: es el 250% del PIB), lo que provocará que la Reserva Federal suba aún más los tipos de interés (incluso hasta el 2%), para contrarrestar la inflación, y que haya más inversores que pongan su dinero en bonos y valores USA, lo que hará subir más al dólar. Y el proteccionismo comercial podría provocar “guerras”comerciales de EEUU con China y Europa, perjudicando las exportaciones y el comercio mundial (ya débil). Y si a la banca y a los inversores se les regula y vigila menos, como hicieron Reagan y Bush, ya sabemos qué puede pasar: que aumente la especulación (lo que pasó con las hipotecas basura y los bancos de inversión) y nos llevan antes o después a otra crisis financiera internacional.

El coctel  de tipos altos, dólar fuerte y proteccionismo comercial es muy peligroso para los paises emergentes, desde Latinoamérica a Asia: son paises muy endeudados, que van a tener que pagar más intereses por su deuda y cuyas monedas se van a desplomar, como ya ha pasado con el peso mejicano, un país donde  el 80% de sus exportaciones van a EEUU. Y preocupa especialmente que este coctel sea letal para China, uno de los paises más endeudados del mundo: debe 26 billones de dólares y el 42% de esa deuda está nominada en dólares, con lo que tendrá que pagar más intereses por partida doble. En el caso de Europa, la subida de tipos, el fortalecimiento del dólar y los posibles aranceles son especialmente preocupantes porque el continente apenas crece, está estancada. Y, sobre todo porque el Banco Central Europeo (BCE), que está tirando del carro con su política de dinero barato (al 0%) y compra de deuda, tendrá que cambiar de política: o sube los tipos o los inversores se fugarán a EEUU, buscando más rentabilidad. Y eso debilitará aún más al euro, encareciendo las importaciones y el petróleo, reanimando la inflación (que ya está en el 1,1%).

En este contexto, España es uno de los paises más vulnerables al coctel fatídico de Trump. Básicamente, porque somos uno de los paises más endeudados del mundo: debíamos 2.738.441 millones de euros a finales de septiembre de 2016 (2,7 billones), entre las administraciones públicas (1,1 billones), las empresas (914.883 millones) y las familias (715.865 millones, la mayoría en hipotecas). Y eso significa que por cada 1% que suban los tipos de interés, España tendrá que pagar en intereses 27.000 millones más. Eso si nos financian, porque si los mercados se ponen nerviosos, pedirán más por prestar y sobre todo a los paises más débiles (está subiendo nuestra prima de riesgo: de 111 en octubre a 120 en enero). Y España necesita que le presten 220.000 millones más este año 2017, sólo en emisiones de deuda pública (600 millones diarios), con lo que tendremos que pagar más, unos 3.000 millones extras, que habrá que quitar de otros gastos. Y también será más cara la financiación de las empresas, retrayendo su inversión y empleo.

La subida del dólar encarecerá doblemente el petróleo, que lleva subiendo desde noviembre, por el acuerdo de recorte de producción de los paises OPEP y no OPEP. Y esta doble subida (la del petróleo y la del dólar en que hay que pagar el barril) es especialmente importante para España, un país que importa casi toda la energía y cuya factura energética podría subir más de 10.000 millones en 2017, aumentando los costes del Estado, las empresas y familias (carburantes, luz y calefacción más caros), en perjuicio de su inversión y su consumo. Y subirá la inflación, que ya está en el 1,6%, hasta un 2% de media en todo 2017. Un IPC que se comerá lo poco que suban este año los salarios (1,5%) y las pensiones (0,25%), retrayendo el consumo y el crecimiento.

El tercer componente del “cocktail Trump”, el proteccionismo comercial también afecta mucho a España, por varias vías. De entrada, EEUU es el 6º país del mundo al que más vendemos (tras Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido), 11.410 millones de euros en 2015 (9.290 millones de enero a octubre de 2016). Si Trump poner aranceles a nuestras exportaciones a USA, se encarecerán nuestros productos y lo tendrán más difícil las empresas españolas que venden allí combustibles, máquinas, coches, alimentos y fármacos. Pero además, EEUU es el país extranjero con más inversiones españolas, donde hay colocados 65.000 millones de euros de empresas españolas, que ahora pueden tener más complicado operar allí. Y eso afecta mucho a nuestras grandes empresas, las del IBEX, porque el 15% de sus ingresos (y por tanto de su empleo) dependen del negocio en EEUU. Colateralmente, si Trump pone obstáculos a las importaciones de México y el resto de Latinoamérica, eso afectará mucho a empresas y bancos españoles muy asentados allí, como BBVA, Santander, telefónica, Iberdrola, Mapfre y muchas constructoras.

Al final, como se ve, lo que haga Trump en Estados Unidos será clave para el resto del mundo y especialmente para Europa y España. Si apelamos a la historia, veremos que el giro nacionalista de EEUU con Trump no es nuevo: ya en 1921, tras la resaca de la I Guerra Mundial, llegó al poder en Norteamérica el conservador Warren G. Harding (1921-1923), que replegó a EEUU sobre sí mismo (tras el internacionalismo activo de Woodrow Wilson), con la máxima “Estados Unidos primero” (valdría para Trump). Le sucedieron John Calvin Coolidge (1923-1929), también aislacionista, y el republicano Herbert Clark Hoover (1.929-1933), un defensor del proteccionismo como Trump, que aplicó fuertes aranceles, agravando así la Gran Depresión de 1929 durante los años treinta. Ahora, el temor de los expertos (incluido Moody’s) es que Trump lleve al mundo a una nueva recesión, a finales de 2017 o en 2018.

Y eso, porque la política de Trump, aunque aplique sólo la mitad de sus propuestas, va a ser nefasta también para EEUU, además de para el resto del mundo. Porque el déficit provocado por la bajada de impuestos y el mayor gasto va a aumentar el endeudamiento de EEUU y con ello los tipos de interés y la inflación, frenando la recuperación y aumentando  las  desigualdades. Y el proteccionismo y las guerras comerciales, junto a un dólar fuerte, frenarán las exportaciones, deteriorando el empleo. Un gigante que se cierra es un gigante que vende menos. Y si encima los demás van peor, se contagiará de una nueva recesión mundial, si llega, como en los años treinta

Al final, no podemos impedir que Trump cumpla su programa, pero Europa y España pueden  hacer políticas para contrarrestar los efectos negativos de su coctel fatídico (tipos altos, dólar fuerte, proteccionismo comercial). Primero, Bruselas debía aprobar un Plan extra de inversiones, para reanimar la economía europea, como pide ahora el BCE y  propuso la Comisión Europea (aunque sólo eran 50.000 millones extras) y rechazó el Eurogrupo. Y ya en España, Gobierno y oposición deberían pactar otro Plan de choque interno, reanimando gastos e inversiones necesarias y suavizando el ajuste previsto en los Presupuestos 2017. Porque si de fuera vienen “malos vientos de cara” y encima aquí recortamos y subimos impuestos, creceremos aún menos. Algo que no podemos permitirnos con el doble de paro que Europa. Así que tomen nota: Trump ya está ahí y sus políticas van a afectarnos negativamente, aumentando costes al Estado, empresas y familias (por los tipos y el dólar) y recortando exportaciones e inversiones. Hay que reaccionar ya, tomar medidas para contrarrestar lo que viene. “Blindarse” frente a Trump.

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